En España existen numerosas aguas con carácter singular que en muchos casos se refleja en el nombre por lo que son conocidas, como: por su sabor (Caño Soso, La saladilla, Salziturri, Fuente amargosa, Fuente Agria, Font Picant, etc.); por su olor (Fuente de La Pólvora, Fuente del Azufre, Fuente del Huevo, Fuente Podrida, etc.); también por el color de sus aguas o los precipitados que se generan (Pozo Azul, Fuente Blanquilla, Fuente Nateras, Fuente Negra), o por atribuírsele propiedades salutíferas, religiosas o exotéricas:
Fuensanta, Iturbendikatu, Fuente del Infierno, Fuente Santa, Fuente del Diablo, Fuente de La Ronquera, etc.).
En algunas se observan emanaciones gaseosas que se manifiestan por burbujeos, que en la mayor parte de los casos, corresponden a la descompresión en la emergencia de flujos subterráneos, por lo que las esporádicas burbujas suelen estar constituidas fundamentalmente por nitrógeno.
Excepcionalmente estas burbujas son el resultado de la liberación del dióxido de carbono que se encuentra disuelto en gran concentración en los flujos subterráneos de los que proceden. Cuando la concentración del CO2 disuelto en esas aguas supera ampliamente los 250 mg/l, las aguas se denominan carbónicas o carbogaseosas y al emerger tienden a liberar el dióxido de carbono, generando un intenso burbujeo en los manantiales y captaciones, que puede semejar al burbujeo del agua hirviendo, por lo que en muchos lugares se les conoce como”hervideros”, o”bullidors” en Cataluña; son aguas que tienen un sabor vivo picante, por lo que también se las conoce como fuentes agrias, sobre todo en Andalucía, o fuentes picantes en Cataluña.
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