El artículo estudia el problema de las autorías femeninas en la primera mitad del siglo XX a través del caso de la ensayista dominico-cubana Camila Henríquez Ureña. Se postula que Henríquez Ureña constituye un ejemplo de intelectual que logra insertarse en los campos culturales latinoamericanos, llegando incluso a instalar discursos disidentes, pero con una relación de permanente conflicto con su autoría producto de su condición de género sexual, la cual le llevará a asumir una autoría negada al interior de los campos culturales en América Latina.
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