SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.6 número25La centralidad del trabajo hoyLa probabilidad de participar en el mercado de trabajo y la exclusión social en Mendoza, Argentina índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Papeles de población

versión On-line ISSN 2448-7147versión impresa ISSN 1405-7425

Pap. poblac vol.6 no.25 Toluca jul./sep. 2000

 

Maquila y sindicatos en Ciudad Acuña, Coahuila

 

Cirila Quintero Ramírez

 

El Colegio de la Frontera Norte.

 

Resumen

Este artículo muestra la continuidad en la preferencia de las ciudades fronterizas, a pesar de poder establecerse en cualquier país, para la instalación de maquiladoras. A través del análisis de Ciudad Acuña, Coahuila, el trabajo muestra cómo el gobierno y el empresariado locales han convertido a la actividad maquiladora en el eje central de la economía acuñense en un tiempo relativamente corto. El estudio también enfatiza cómo la posición geográfica de la localidad, así como la debilitación sindical han constituido algunos de los principales componentes de este crecimiento maquilador. A pesar de éste y de las promisorias expectativas que vislumbran los empresarios en torno al futuro maquilador, el trabajo enuncia algunas características industriales y del mercado laboral local que parecen cuestionar dicho optimismo empresarial.

 

Abstract

In this article, I discuss the preference of the border cities to establish maquiladoras on the Northern border of Mexico. In spite of the option to locate anywhere in the country. Through an analysis of ciudad Acuña, in the State of Coahuila, I outline how the local government and entrerpreneurs have made maquiladora industry the main economy activity of the city. I emphasize how the geographical location of the city and the weakeness of unions have been important factors behind maquilador expansion. On the other hand, although there are excellent expectatives for this industry in ciudad Acuña, according to managers, I argue that some characteristics of this industry and local labor that question the future maquiladora development.

 

Introducción

Este artículo muestra cómo las maquiladoras, a pesar de la permisividad del gobierno mexicano para instalarlas en cualquier parte de la República Mexicana, siguen prefiriendo las ciudades fronterizas como punto de localización, debido a sus ventajas comparativas, en cuanto a costo de mano de obra y su cercanía con sus proveedores y clientes. Así lo evidencia el caso de Ciudad Acuña. El estudio también enfatiza el comportamiento laboral y sindical excepcional de esta localidad, mientras que en las otras ciudades de la frontera noreste, desde Matamoros hasta Piedras Negras, 100 por ciento de los trabajadores está sindicalizado. Ciudad Acuña, situada a unos cuantos metros de Piedras Negras, ha disminuido su porcentaje sindical a sólo 8 por ciento. En esta debilitación sindical, al igual que en su éxito maquilador, ha sido fundamental su evolución económica y sindical anterior.

 

La economía acuñense: de los servicios a la maquila

Este apartado muestra cómo la calidad fronteriza de Ciudad Acuña ha condicionado la base económica de esta región. Primero, por la influencia que recibió por parte del desarrollo agrícola y de servicios de la ciudad Del Rio, localidad estadunidense vecina; después, por su pertenencia a una región geográfica con grandes expectativas de crecimiento durante la reestructuración industrial internacional, iniciada en los años ochenta, especialmente a través de la instalación de maquiladoras en su territorio.

Servicios y comercio: primeros sectores económicos

Entre las primeras actividades económicas de villa Acuña estuvieron las aduanas. No obstante, dicha actividad tuvo poca participación en su economía, primero por el escaso nivel de mercancías que cruzaban por su territorio; segundo, por la injerencia constante del gobierno federal en el nombramiento de administradores externos, ajenos a los intereses locales. Acuña no fue la excepción en cuanto a la alta política rotativa de administradores aduanales fronterizos durante los años veinte (Archivo Estatal de Coahuila, octubre, 1920).

Más determinante fue la instalación de restaurantes y servicios para el turismo estadunidense, compuesto por los propietarios de ranchos de la población Del Rio y los militares de la base naval instalada en los años treinta en esa población. Esta parte de la historia de Ciudad Acuña no puede ser comprendida del todo si no se hace referencia a su ciudad vecina estadunidense Del Rio. A continuación se mencionan algunos puntos importantes de esta historia.

Del Rio pertenece al condado de Val Verde. La historia de Del Rio se inicia en 1849, con la construcción de un camino militar desde San Antonio hacia el área oeste y el itinerario de vagones de trenes a través del área. Más tarde, para impedir los ataques de los indios, se constituyó un agrupamiento de caballería para preservar el territorio a lo largo del Río Grande (Clark, 1964). Posteriormente, en 1852 fue creado Fort Clark, en Brackettville, continuando su labor militar hasta después de la Segunda Guerra Mundial. En 1857, una avanzada de Fort Clark fue construida en San Felipe Creek, ahora Del Rio. A esta nueva base se le llamó Campo Del Rio, la cuál fue durante mucho tiempo un floreciente agrupamiento de caballería. Esta instalación de líneas militares en la frontera fue complementada con el establecimiento de Campo Hudson, en San Pedro Creek, en el mismo año de 1857. La agricultura también desempeñó una papel central en esta región. El proyecto para irrigar la región surgió en 1868. La primera compañía que construyó este sistema fue San Felipe Agricultural, Manufacturing and Irrigation Company. En 1905, esta compañía cambió su nombre por el de Val Verde Irrigation Company. El principal canal del cual se encauzaron las aguas de los manantiales a las riberas del Río Grande fue utilizado hasta los años sesenta.

Los transportes también fueron importantes en la región. En 1881 se había terminado la línea férrea entre Del Rio y el condado de Val Verde y se había comenzado la construcción de otra entre San Antonio y El Paso, la cual fue culminada en 1883. Estos transportes fueron centrales para el poblamiento y comunicación de la localidad. En la región también se intentó la ganadería, pero la aridez de la tierra la impidió.

A pesar de las obras de irrigación y las vías de comunicaciones, el desarrollo agrícola fue modesto en comparación con el Valle de Texas; el motor de su economía lo constituyeron los servicios y comercios incentivados por las bases militares. La dependencia de estas últimas se acentúo con la creación de la Base Laughlin Air Force, instalada durante la Segunda Guerra Mundial, encargada de entrenar pilotos bombarderos; después de una afectación fue reconstruida en 1952 y reincorporada a su labor de entrenadora de pilotos. Esta actividad se convirtió en uno de los sectores importantes de la ciudad y el condado. Asimismo, constituyó la fuente de turismo constante para su vecina Ciudad Acuña .

Por otro lado, un porcentaje menor de la población acuñense se empleó en la Compañía Carbonífera de Sabinas, S.A. El sector industrial, hasta ese momento, había tenido pocas oportunidades en la localidad. En 1922 se intentó vincular a la región con el centro, mediante un proyecto industrial. Se planeaba construir una planta generadora de luz eléctrica y fuerza automotriz; sin embargo, el proyecto no prosperó (Archivo Estatal de Coahuila, 1922). El fracaso de esta actividad, brindó un terreno propicio para el surgimiento de un desarrollo regional generado por los propios actores de la localidad.

En los años cincuenta, la construcción de importantes obras públicas, como la creación de una secundaria y el Puente Internacional, mediante la Junta Federal de Mejoras Materiales, impactó favorablemente la economía acuñense.

En octubre de 1960, Acuña adquirió una gran importancia a nivel nacional e internacional, cuando los presidentes de México y Estados Unidos, Adolfo López Mateos y Dwight Eisenhower, respectivamente, se reunieron en su territorio para acordar la construcción de la Presa de la Amistad, mediante la cual se pretendía impulsar una área agrícola importante. Sin embargo, por distintos factores, aunque la construcción de la presa concluyó en 1969, la zona agrícola próspera no floreció. El sector servicios siguió conservando la hegemonía en la localidad hasta la llegada de la maquiladora.

La maquiladora: del sector terciario al secundario

El desarrollo de las maquiladoras en Ciudad Acuña fue tardío. Primero, por su aparente irrelevancia geográfica inicial en comparación con otras ciudades, como Tijuana y Ciudad Juárez; segundo, por su rivalidad con Piedras Negras por dicha inversión. No obstante, la reestructuración industrial realizada por las grandes compañías estadunidenses durante los años ochenta, inclinarían la balanza a favor de Ciudad Acuña. Según algunos analistas (Barajas, 1989), Ciudad Acuña pertenece al llamado corredor del Golfo,1 aunque también recibe una fuerte influencia del corredor del Centro.2 Esta posición geográfica, aunada al empeño empresarial, la existencia de una excelente red de comunicaciones y la desaparición de los conflictos laborales, habrían de convertir a Ciudad Acuña en el principal centro maquilador de Coahuila.

 

El difícil inicio de la maquiladora

La primera maquila que se estableció en Acuña fue Standard Componentes de México, S.A. de C.V., en 1969, filial de Standard Kiollsman de Chicago3 (esta maquiladora sigue funcionando, a pesar de ciertos cambios en su estructura, y actualmente se dedica al ensamble y fabricación de selectores de canales de T V). Después se instalaron otras maquiladoras, como Acuña Tronics, Ropa Acuña, United Coupons, entre otros. El establecimiento de estas empresas, dedicadas a las actividades textil y electrónica, afianzaron el sector industrial en la localidad. En 1975 se estimaba que la industria ocupaba 2 236 trabajadores y contaba con una inversión fija bruta de 6 523 millones de pesos y una producción bruta de 137 605 miles de pesos (cuadro 1).

Los datos muestran la predominancia de la maquiladora electrónica en la región. Sin embargo, a finales de los setenta, el promisorio inicio de las maquiladoras fue amenazado a fuertes problemas laborales surgidos en sus plantas. Incluso, algunos analistas auguraban una "gran crisis maquiladora".4 En esos años, algunas de las primeras plantas, como Ropa Acuña, que empleaba a 536 trabajadores, cerró sus puertas por problemas laborales. Para los inversionistas de la época, la maquiladora no tenía futuro, debido a que todos los sindicatos eran "comunistas" y las empresas tenían que enfrentar grandes problemas en las aduanas. No obstante, la realización de una excelente promoción maquiladora, y una Asociación de Maquiladoras fuerte —que ofrecía a los inversionistas excelente ambiente laboral y social, así como tranquilidad en la continuidad del trabajo maquilador—, evitaron esa crisis y convirtió a Acuña en la ciudad maquiladora más importante de la entidad coahuilense, desplazando, incluso, a Piedras Negras.

 

La consolidación de la maquiladora

La excelente promoción industrial, la construcción de cinco modernos parques industriales, (Acuña, Amistad, La Paz, Modelo e Internacional, con excelente infraestructura para la industria), además de la construcción de un nuevo puente internacional, así como la agilización en los trámites aduanales, hicieron que la industria maquiladora experimentará un desarrollo creciente de 1979 a la fecha (gráfica 1).

La gráfica evidencia un crecimiento constante, salvo una ligera recesión entre 1992 y 1994, tanto en los establecimientos como en el empleo. Según datos más recientes de los empresarios acuñenses, en abril de 1998 existían en la localidad 55 plantas maquiladoras, distribuidas en cinco parques industriales, que daban ocupación a 30 000 trabajadores, 18 000 de los cuales eran hombres y 11 000, mujeres. Esta es una de las diferenciaciones de la nueva maquiladora acúñense: a partir de 1993, el sector masculino ha sido desplazado en importancia por el femenino. En 1993, el porcentaje entre hombre y mujeres fue de 52 y 48 por ciento, respectivamente; para 1998, los porcentajes habían llegado a 60 y 40 por ciento, respectivamente.

Los sectores económicos dominantes en Acuña, caracterizados por una actividad física fuerte, pueden ser una explicación de esta situación. Después de la crisis, la industria experimentó algunos cambios importantes, uno de ellos fue el desplazamiento del sector electrónico por los rubros automotriz y textil (gráfica 2).

Sin duda, el trabajo ejecutado en el sector automotriz, ensamble de muebles o la metalmecánica, constituye parte de la explicación. La otra posible explicación podría ser la afluencia a la localidad de mano de obra masculina, proveniente de la antigua región minera. De ser así, a manera de hipótesis, podría suponerse que la maquiladora acuñense estaría cumpliendo un antiguo objetivo de esta industria: la matización del desempleo ocasionado por el cierre de otros sectores económicos, debido a la reestructuración de la economía mexicana.

A pesar de estos cambios, el sector industrial no se ha separado de los criterios maquiladores generales: la mayor parte de los establecimientos son inversiones estadunidenses. 63.5 por ciento está instalado en una franja que recorre del kilómetro 1 al 15 de la carretera Presa Amistad, con el objetivo de estar lo más cerca posible del puente internacional. La mayor parte de las actividades de estas empresas sigue basada en el trabajo intensivo, con una baja demanda de técnicos (gráfica 3).

Asimismo, la mayor parte de valor agregado que se genera en la localidad es a través de los salarios (gráfica 4). Esto se debe, en gran medida, a que buena parte de sus insumos provienen de Estados Unidos; en 1994, la industria acuñense sólo compraba en México 0.6 por ciento de sus insumos.

El futuro de la industria maquiladora en Ciudad Acuña es promisorio, aunque con escasas posibilidades de vincularse con la industria nacional por las características antes descritas. A nivel local, los empresarios han detectado dos problemas que seguirán afrontando: la rotación laboral y los trámites aduanales.

En cuanto al primer punto, se menciona que existe una gran competencia por la mano de obra disponible y por retener a los que pretenden "irse al otro lado".5 En relación a la aduana, hay ocasiones en las que los administradores que envían desde la ciudad de México desconocen la industria maquiladora o están prejuiciados sobre ella o bien carecen de interés y eso afecta al flujo de trámites y mercancías en ambos sentidos de la frontera, que registra un movimiento de 80 camiones diarios (Chávez, 1998: 2-B).

El contar con el apoyo incondicional del gobierno municipal hace que los empresarios, a pesar de estos problemas, se muestren optimistas en cuanto al futuro de esta industria. Asimismo, un factor fundamental para este crecimiento maquilador ha sido la debilitación que ha sufrido el sindicalismo acuñense, aunado al fortalecimiento de organismos empresariales, como lo demuestra el siguiente apartado.

 

El sindicalismo acuñense: de la fortaleza a la debilidad

La historia de esta localidad muestra la construcción de un sindicalismo regional fuerte, pero con escasa fortaleza en actividades económicas de capital externo. El sindicalismo regional acuñense estuvo basado en actividades económicas, incentivadas por el turismo estadunidense, y en fuertes lazos sindicales desarrollados con instancias sindicales a nivel estatal y nacional. A diferencia de Piedras Negras, Coahuila, en donde la vinculación con el gran sindicato minero fue fundamental para su fortalecimiento, Ciudad Acuña basó su poder en el apoyo de instancias sindicales estatales bastante inestables y un sindicalismo de servicios con fuerte presencia local, pero incapaz de penetrar en las industrias de corte nacional e internacional, como analizaremos a continuación.

La conformación de una fortaleza incierta

Al igual que otras ciudades fronterizas cuya economía se basa en los servicios, como Matamoros, los primeros sindicatos de que se tiene referencia en Ciudad Acuña se sitúan en los años veinte. Una característica especial de los mismos fue su afiliación temprana a la poderosa central obrera de la época: la CROM. En 1928, esta central contaba con seis organizaciones afiliadas en la localidad, a saber: la Federación Municipal de Trabajo, el sindicato de agricultores Hidalgo, el sindicato de choferes y oficios varios, el sindicato de obreros y campesinos de Porvenir, núm. 1, el sindicato de obreros, agricultores y comerciantes en pequeño y la Unión Filarmónica Acuña (Guadarrama, 1984; 197). Dos características habría que mencionarse de estas primeras organizaciones: la hegemonía de los sindicatos generados en las actividades de comercio y servicio para los turistas estadunidenses y la afiliación a centrales oficiales. Ambos rasgos han persistido hasta la actualidad.

En los años treinta, el dominio de los sindicatos de servicios y comercio continuó. Según los registros, en 1935 los sindicatos más importantes eran sindicato de empleados de restaurantes y cantinas y de oficios varios (SERCOV), sindicato de músicos de Acuña, sindicato de filarmónicos "Juventino Rosas", sindicato de empleados de hoteles y restaurantes, sindicato de choferes y mecánicos de Villa Acuña, sindicato de filarmónicos de Acuña "Julián Carrillo", sindicato gremial de comercio en pequeño; cuatro sindicatos de agricultores, un sindicato industrial de la construcción y un sindicato de oficinistas y empleados particulares, (Archivo Estatal de Coahuila, 1935). Dentro de la historia sindical acuñense inicial también habría que mencionar el intento por formar sindicatos femeninos (Archivo Estatal de Coahuila, 1937).

La política sindical de Ciudad Acuña no varió mucho de su vecinos nigropetenses: búsqueda de mejores salarios, firma de contrato y elección constante de sus mesas directivas. Sin embargo, su problemática laboral fue diferente. Desde su surgimiento tuvieron que enfrentar problemas poco usuales, como la lucha en contra de la contratación de empleados extranjeros en las negociaciones acuñenses y su reconocimiento como organización sindical (Archivo Estatal de Coahuila, 1932). Para la consecución de sus objetivos de lucha, las organizaciones locales no dudaron en vincularse a las centrales obreras de la época, como la CROM. Ésta, a su vez, correspondió con su apoyo a sus afiliados fronterizos. En un reporte de 1932: se expresa.

Nuestras agrupaciones en la frontera norte de nuestro país, nos han estado informando de los procedimientos llevados a cabo por las distintas empresas para no dar cumplimiento a lo dispuesto por la Ley Federal del Trabajo en su artículo 9o. que establece que toda empresa de cualquier naturaleza que sea, no podrá emplear menos de un 90 por ciento de trabajadores mexicanos, (y aunque se ha manifestado la idea de sustituir a los trabajadores extranjeros) las empresas se niegan a acatar la LFT, en perjuicio de los trabajadores mexicanos (pedimos que se cumpla la LFT) y que no se permita la entrada a nuestro país a elementos extranjeros que vienen de Norte América, a trabajar a las ciudades mexicanas de la frontera, creando un serio problema (Archivo Estatal de Coahuila, 1932).

En ese sentido, la problemática de los acuñenses fue similar a la que enfrentaron otros trabajadores fronterizos, como los tijuanenses, en las décadas de los veinte y los treinta.6 Primero, por la defensa de sus fuentes de empleo de frente a los extranjeros; luego, por su reconocimiento al interior de los negocios de la época. Sin embargo, la problemática parece haberse complicado por la existencia de patrones extranjeros que prefirieron la contratación de elementos no afiliados sindicalmente.

Pese a las adversidades, el SERCOV no vaciló en denunciar ante la Junta Municipal de Conciliación de Acuña, e incluso ante el Gobernador de Coahuila, las arbitrariedades de que era objeto. Aunque en el caso de Piedras Negras las juntas municipales fueron importantes, es en Acuña en donde adquieren un papel central como dirimidoras de conflictos y árbitros para fijar salarios.

La recurrencia a las Juntas de Conciliación permite observar una constante fricción entre patrones, de manera particular o agrupados, y sindicatos. Por ejemplo, en 1938 las Cámaras de Comercio del Centro y Norte de Coahuila, entre las que estaba Piedras Negras y Acuña, expresaron que la fijación de salarios mínimos había sido establecida arbitrariamente. Por otro lado, agregaban los patrones, aquéllos eran superiores a los pagados en Saltillo, situación que, según expresaban, conduciría a la quiebra de los pequeños negocios de agricultura, la ganadería e industrias pequeñas, (Archivo Estatal de Coahuila, 1938). A pesar de la protesta empresarial, el Gobierno Estatal no modificó su criterio.

Empero, no todas las resoluciones fueron a favor de los sindicatos, pues a finales de los años treinta, el Gobierno de Pedro Rodríguez Triana modificó la estructura sindical con decisiones no siempre favorables al sindicalismo coahuilense, como fue el reconocimiento de otras organizaciones sindicales no cetemistas y la desaparición de las tres Juntas Centrales de Conciliación y su integración en una Junta Central de Conciliación (JCC) (Archivo Estatal de Coahuila, 1938). Estas decisiones afectaron mayormente a las organizaciones acuñenses dado su eslabonamiento con el sindicalismo estatal; por ello, es importante señalar algunas características del sindicalismo coahuilense de la época.

Aunque los obreros coahuilenses protestaron por ambas medidas gubernamentales, fue la integración de la JCC única, la que despertó más descontento. Los trabajadores manifestaron la necesidad de mantener las juntas regionales para resolver con mayor rapidez y eficiencia los casos de los municipios alejados, como Piedras Negras. Pese al descontento, la respuesta gubernamental fue tajante: "... el Gobierno por sí sólo, sin presión de ninguna naturaleza, acordará (en caso de problemas) la reposición de las mismas". Con tal decisión, las juntas municipales quedaron sujetas a la JCC, establecida en Saltillo. Por su parte, los sindicatos, como una garantía para la representación real de sus intereses, cumplieron religiosamente con el nombramiento de sus delegados ante dicho organismo.

Asimismo, en busca de una mayor fortaleza, las organizaciones sindicales finalizaron la década de los treinta con una objetivo central: la unificación estatal y local. El fortalecimiento estatal se había iniciado a principios de los años treinta con la integración de la Confederación General de Trabajadores de Coahuila (CGTC), que regiría hasta 1937. En febrero de ese año, la CGTC fue sustituida por la Confederación Obrera del Estado de Coahuila (COEC).7 En 1939, la COEC enfatizaba su connotación regional y su autonomía sindical:

La COEC está conformada por siete federaciones municipales y regionales que representan a su vez un número aproximado de 250 sindicatos obreros, distribuidos en todas las regiones del Estado. Esta organización no está afiliada a ninguna Central Nacional y representa aproximadamente 75 por ciento de los trabajadores del Estado de Coahuila... (Archivo Estatal de Coahuila, 1939).

A nivel local, el sindicalismo acuñense fue de los primeros en quedar unificado. En 1938 se había constituido la Federación del Frente Unico de Obreros y Campesinos de Acuña (FFUOCA); en ese mismo año se integró a la COEC, con el objetivo de conseguir un apoyo para la resolución de sus conflictos. No obstante, la COEC no respondió a las expectativas acuñenses: primero mostró apatía por los asuntos laborales acuñenses y luego un nulo apoyo para sus movimientos huelguísticos, como quedó de manifiesto en la huelga de junio de 1939 del SERCOV.

Ante esta situación, en marzo de 1940, la FFUOCA, en una de sus asambleas, decidió separarse de la central estatal. La Federación acuñense, basada en una discusión iniciada por el Sindicato de Esquiladores del Norte, en el sentido de que "... la central obrera del Estado no ha resuelto ni en pro ni en contra la petición de los diferentes sindicatos de este municipio...(se) propone la separación de los sindicatos existentes en este lugar (Archivo Estatal de Coahuila, marzo, 1940) para decidir separarse de la COEC.

La separación de la FFUOCA acentuó las fisuras de la COEC, que cada vez amenazaba más con desintegrarse. Ante esta situación, Rodríguez Triana intentó reactivarla mediante la exigencia de un plan a su comité, entre cuyos puntos centrales estuvieron los siguientes:

... hacer un recorrido por todo el Estado (para) conocer la vida de la Federaciones Regionales o municipales adheridos a esta central...para conocer sus necesidades, así como para reorganizar aquellos sindicatos que por distintas razones están desorganizados, como fue el caso exitoso de Monclova...tenemos que lamentar la desorganización de la federación de Villa de Acuña y (consideramos) que una visita pudiera traer como resultados que esa federación nuevamente se reorganice y siga filial a esta central... (Archivo Estatal de Coahuila, 1940).

La respuesta, más que buscar el triunfo de sus objetivos mediante una táctica sindical, se cifró en una relación de dependencia de la instancia gubernamental. Primero pidió recursos económicos para visitar a las distintas federaciones y celebrar sus consejos confederados; luego, para el mantenimiento de sus oficinas centrales e, incluso, para el pago de un empleado sindical en cada una de las siete federaciones: San Pedro, Saltillo, Torreón, Monclova, Piedras Negras, Matamoros y Villa Acuña. Con ello se cerraba toda posibilidad de un sindicalismo estatal autónomo.

Durante los años cuarenta, el sindicalismo coahuilense experimentaría nuevos cambios, tanto a nivel estatal como local. La COEC cambio su nombre por el de Federación de Trabajadores del Estado de Coahuila (FTEC). La federación acuñense también cambió su nombre de FFUOCA a Federación del Frente Unico de Obreros y Jornaleros de Acuña (FFUOJA) (Archivo Estatal de Coahuila, 1940). En 1941, tras el nombramiento de un nuevo gobernador, la federación acuñense reingresó a la FTEC, de filiación cetemista.

Después de su reintegración a la FTEC, la FFUOJA registró cambios importantes: la afiliación de algunos sindicatos a la CROM e, incluso, la conformación de sindicatos autónomos,8 una participación más activa en cuestiones políticas estatales, de plena adhesión al partido oficial (Archivo Estatal de Coahuila, 1941), y una acentuación de su política reivindicativa. Estos cambios desembocarían en un periodo sindical altamente combativo. Durante la década de los cuarenta, la FFUOJA consiguió importantes conquistas, por ejemplo, la instalación de una Junta Municipal de Conciliación en Ciudad Acuña, en 1944. En tal logro, la participación estatal fue central (Archivo Estatal de Coahuila, 1944).

En respuesta a este apoyo estatal, los sindicatos acuñenses tuvieron una participación destacada para la obtención de un local propio para la FTEC en la capital estatal. En distintas cartas, los acuñenses señalaron:

Tomando en consideración que la Federación de Trabajadores de Coahuila —CTM— debe contar con un local permanente para la constante y mejor atención de los múltiples problemas que la clase obrera de Coahuila le tiene encomendada nuestro sindicato en el presente escrito se dirige a usted para solicitarle se digne donar a la mencionada Federación la casa o local que actualmente ocupan sus oficinas en esa ciudad de Saltillo (Archivo Estatal de Coahuila, 1946).

La participación de los acuñenses siguió acentúandose incluso a nivel nacional. Por ejemplo, en el 37o. Consejo Nacional cetemista, celebrado en Ciudad Acuña tuvieron una participación muy destacada, al pronunciarse por la construcción del ferrocarril San Carlos-Villa Acuña y la construcción de una secundaria, petición que se concretizaría en 1950, como elementos necesarios para el progreso de Acuña. Asimismo, se planteó la necesidad de regular el trabajo de mexicanos de origen, pero residentes en Estados Unidos, que perjudicaban a los trabajadores acuñenses, quienes expresaban:

fundamos la petición en que: con frecuencia y con disimulo de las Autoridades de Emigración Fronterizas o por deficiencia de la ley, mexicanos de origen que residen en el vecino país vienen a nuestro pueblo a desplazar en pequeñas industrias y en trabajos a nuestros nacionales (Archivo Estatal de Coahuila, 1949).

La participación a nivel estatal y nacional reflejaba una fortaleza sindical poco usual en la frontera mexicana de los años cuarenta. A pesar de haber sido afectados por algunas medidas sindicales nacionales, como la conversión en secciones de los sindicatos de servicios, como meseros y filarmónicos, los sindicatos acuñenses lograron constituir un grupo fuerte.

A finales de los años cuarenta y como un corolario al auge sindical, la FFUOJA se abocó a la terminación de la Casa del Obrero, iniciada en 1934, objetivo que conseguiría en octubre de 1949, con la ayuda económica del gobernador del Estado. La visita de Fidel Velázquez, y la presencia del cuadro principal cetemista, en la inauguración de la Casa del Obrero de Acuña, el 17 de noviembre de 1949, fue el punto máximo de una fortaleza sindical y el inició de un periodo crítico para el sindicalismo acuñense.

La introducción de instancias federales, como la Junta de Mejoras Materiales, y las obras que de ellas se desprendieron, como la construcción de la secundaria y el puente internacional, y otras obras públicas, como la pavimentación del mercado de Acuña, durante los años cincuenta, no fue congruente con una fortaleza sindical, antes bien desató la competencia laboral entre los trabajadores sindicalizados y no sindicalizados. A diferencia de Piedras Negras, en Ciudad Acuña la implantación de actividades de capital externo debilitó el fortalecimiento sindical regional, debido a la competencia que se desató entre sus afiliados por las nuevas actividades.

Embates antisindicales y debilitación sindical

Este apartado muestra como la fortaleza sindical adquirida, mediante el apoyo de instancias externas, fue cuestionada y minada en los años cincuenta. En dicha debilitación se entrelazarían distintos eventos; la exposición siguiente menciona algunos de éstos. Las obras federales construídas durante los años cincuenta propiciaron la aparición de un fenómeno desconocido hasta entonces: la existencia de trabajadores no sindicalizados. Ante esta situación, los trabajadores acuñenses, en su mayoría sindicalizados, solicitaron al gobernador la exclusividad para tales trabajos:

... las personas encargadas de dirigir los trabajos en las construcciones (del puente internacional y la secundaria) tratan de llevar gente de otra partes, por cuyo motivo, a solicitud de la FUOJA, rogamos a usted encarecidamente sea muy servido intervenir ante quien corresponda a efecto de que en esos trabajos se de ocupación preferentemente a los elementos organizados de la CTM, asimismo que en las obras que se lleven a cabo en lo futuro se les de oportunidad de trabajar, a efecto de que resuelvan su problema que no es otro que la falta de trabajo... (Archivo Estatal de Coahuila, 1950).

Sin embargo, sus protestas no fueron escuchadas. La fortaleza lograda a través del apoyo de gobernadores y de las centrales obreras comenzaba a evidenciar sus debilidades. Asimismo, la década de los cincuenta fue una etapa de fuertes derrotas para los trabajadores acuñenses en sus luchas, en donde los embates antisindicales por parte de los empresarios y la actuación parcial de la JLCA fueron fundamentales. Entre estas primeras luchas derrotadas habría que mencionar los movimientos laborales contra negocios de la zona de tolerancia, como el salón de baile y cantina Número uno (1950), Aloha y Maderas del Carmen, S.R.L. (1953).

Con el auge económico propiciado por las nuevas construcciones, las actividades del sector servicios, especialmente salones y bares, habían experimentado un repunte. Empero, los patrones de estas negociaciones no siempre estuvieron de acuerdo en reconocer a las organizaciones sindicales o firmar contratos colectivos. Asimismo, la Junta de Conciliación, denominada entonces Junta Accidental de Acuña (JACA), experimentó un viraje en favor del patrón. Finalmente, los empresarios empezaron a conformar importantes organizaciones que sirvieron de contrapeso a las asociaciones sindicales ya existentes.

En 1953 se constituyó la Unión de Propietarios de Cantinas y Restaurantes, "con el propósito de armonizar nuestros intereses". La naciente organización inició un ataque no sólo en contra del trabajador, sino de la JACA y la Oficina Recaudadora de Rentas por considerarlas incondicionales del Sindicato de Trabajadores de Hoteles, Cantinas, Restaurantes, Cafés y Similares (STHCCS), antes SERCOV; el enfrentamiento empresario-sindicato alcanzaba su máximo nivel.

En términos laborales y sindicales, la década de los cincuenta podría caracterizarse por tres factores: la actitud unilateral de la JACA en favor de los patrones,9 el fortalecimiento empresarial y una política laboral municipal abiertamente proempresarial. Esa década también evidenció otras prácticas antisindicales. Por primera vez apareció el favorecimiento a un sindicato espurio. La FTEC y el FUOJA lo denunciaron en su momento:

... tenemos conocimiento de que la CROC, en asqueroso contubernio con los patrones que regentean algunos centros de vicio en Ciudad Acuña pretenden obtener el registro de una supuesta organización de trabajadores meseros con el propósito de substraerse a cumplir con las disposiciones de la LFT, constituyendo un sindicato blanco en apoyo a nuestra afirmación podemos citar...los cabarets denominados "Uno y Ocho"...(en donde existen falsos trabajadores)...con el único propósito de contrarrestar la lucha del STHCCS, sección 42...en Coahuila no existe una sola organización de tipo "blanco" porque el Gobierno Revolucionario del Sr. Ramón Cepeda no lo ha permitido...confiamos en que impere este criterio del Ejecutivo... (Archivo Estatal de Coahuila, 1953).

La crisis sindical acuñense coincidió con una nueva reestructuración, que se realizaba "... con el propósito de reorganizar esta Federación estructurándola dentro de las normas establecidas por la Confederación de Trabajadores de México!" Pese a que el documento de reorganización de la FUOJA enunciaba sus preocupaciones regionales —apoyo a la política del gobernador estatal, cese del embate antisindical, respeto a sus posiciones políticas municipales, instalación de una Junta Municipal de Conciliación Permanente en Acuña, control de precios y rentas de casas-habitación— y mayor reconocimiento de la mujer trabajadora, era evidente que la reorganización representaba un mayor control sobre la federación acuñense, ahora denominada Federación Municipal de Trabajadores de Acuña (FMTA) (Archivo Estatal de Coahuila, 1953).

Con el surgimiento de la FMTA se iniciaba una etapa que propugnaba por la negociación conciliatoria entre patrones y trabajadores, no obstante, los avances serían escasos. Esta conciliación se buscó mediante la celebración de las llamadas Convenciones Obrero-Patronal para elegir representantes obreros y patronales ante la Junta Municipal de Conciliación. Los delegados serían los encargados de acordar las condiciones salariales y laborales. A pesar del interés de los obreros acuñenses por nombrar a sus representantes en cada periodo, pocos fueron sus logros; quizá el mayor lo constituyó el aumento salarial, lo que reavivó el embate empresarial, a principios de los años sesenta, el cuál había manifestado poca preocupación por los problemas laborales debido al control de que gozaba sobre ellos. En su protesta, los empresarios acuñenses expresaron:

Consideramos que el salario mínimo que deberá regir para los años de 1960-1961, de ninguna manera puede ser aumentado ...por la crisis económica provocada por la ausencia absoluta del turismo...que es la fuente de ingresos que sostiene los negocios establecidos. Distintos factores han hecho que el turismo no prefiera nuestra población, tal vez por el descuido de nuestras autoridades en el arreglo de las calles de la población, por la falta de garantías, por la carencia de atractivos...(además según estadísticas)...el salario mínimo de Acuña es el más elevado de toda la República, a excepción de Tijuana población en donde la vida doméstica del trabajador mexicano debe nivelarse con el salario del trabajador norteamericano para que pueda subsistir... (Archivo Estatal de Coahuila, 1959).

Aparte de estas razones, los empresarios argumentaron que no podían aumentar el salario porque los precios no habían aumentado, por el pago del seguro social de sus trabajadores, y, finalmente, porque el sector iba a participar en fecha próxima (1960) en la rehabilitación de la ciudad. Los argumentos empresariales esgrimidos presentaban fuertes contradicciones, por ejemplo, reconocían que Acuña dependía del turismo estadunidense, pero no aceptaba que sus trabajadores devengaran salarios fronterizos.

Ciertamente, Acuña recibía un salario ligeramente superior, pero éste era resultado de toda una lucha de reivindicaciones realizada durante la década de los cuarenta y parte de los cincuenta. Quizá por esa razón, a pesar de las presiones de la Canaco y la Asociación Ganadera, el gobierno coahuilense no modificó su decisión en torno a los salarios para 1960. Para el gobierno estatal, a principios de los años sesenta, la conflictiva situación laboral en Ciudad Acuña estaba solucionada. Por su parte, el sindicalismo acuñense, después de las derrotas, había reconfigurado su perfil, ahora se caracterizaba por un porcentaje laboral poco sindicalizado: en 1960 sólo estaban sindicalizados 790 trabajadores; entre ellos había una hegemonía cetemista (20 de 21 sindicatos eran cetemistas) y existía la ausencia de sindicalismo autónomo o independiente. Es decir, el sindicalismo acuñense había perdido su antigua fortaleza sindical; esta debilidad se acentuaría con la llegada de las maquiladoras.

 

Maquiladoras y ocaso sindical

La debilitación que habían sufrido los sindicatos de servicios durante los años cincuenta y parte de los sesenta condicionó la penetración de los sindicatos a la llegada de las maquiladoras. Reconstruir la historia sindical en estas plantas no es fácil, los datos son mínimos. Esta exposición sólo brinda un primer esbozo de esta historia. Los testimonios recopilados apuntan a que el surgimiento sindical no fue paralelo al establecimiento de las plantas. Los primeros sindicatos maquiladores emergieron hasta los años setenta. Siguiendo una tradición acuñense, estos sindicatos se formaron por rubro económico.

En 1972 se conformó, para las maquiladoras electrónicas, el Sindicato de Trabajadores de la Industria Electrónica, Similares y Conexos del Estado de Coahuila-CTM (STIESC). En 1973 surgió el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Costura, Manufacturera de Diversos Artículos de la Ropa, Similares y Conexos de Ciudad Acuña-CTM, para las maquilas textiles; más tarde surgirían otros sindicatos como, el Sindicato de Trabajadores de la Industria Manufacturera y Seleccionadora de Artículos de Papel, Cartón y Laminados de Ciudad Acuña-CTM, para maquilas seleccionadoras de cupones (Archivo Estatal de Coahuila, 1972-1976). El dominio de la CTM en las primeras organizaciones fue evidente.

Los sindicatos maquiladores, agrupaban, en promedio, de dos a tres empresas, por lo que su fortaleza era mínima. Su principal objetivo fueron los aumentos salariales, demanda por la que, incluso, recurrieron a la huelga (Archivo Estatal de Coahuila, 1976). No obstante, esta combatividad inicial fue frenada en los años ochenta, cuando la conformación de un grupo empresarial fuerte, integrado por promotores industriales y la Cámara de Comercio, impidió el ingreso de sindicatos en las nuevas maquiladoras.

Más aún, eliminaron a tres sindicatos independientes que habían logrado su registro (Arche, 1990) e impidieron, incluso, el crecimiento de las organizaciones cetemistas. Según algunos organizadores de trabajadores, "... la política de la maquiladora es evitar a toda costa que se organicen los trabajadores en sindicato o agrupaciones independientes. En caso de hacerlo existen represión, despidos y se les boletinan (a los participantes) para que no se les de trabajo" (Arche, 1990). Ante esta situación, el sindicalismo en las maquiladoras ha quedado reducido a su mínima expresión; actualmente sólo 7 por ciento de los trabajadores están sindicalizados. El único sindicato que sigue vigente es el STIESC; el dirigente de este sindicato es también el dirigente de la Federación de Trabajadores de Ciudad Acuña. La debilitación sindical ha conducido a que nuevos actores sociales se conviertan en los protagonistas de los cambios más importantes que está experimentando la ciudad, como expondremos a continuación.

 

Crecimiento industrial, organización empresarial y reconfiguración social

El crecimiento industrial reciente ha conducido a cambios económicos y sociales importantes que deben ser mencionados. La localidad no sólo muestra un dominio económico de la industria maquiladora, sino una alta dependencia de este sector en otros aspectos. Por ejemplo, los empresarios comentan que "... la industria maquiladora ha abatido el desempleo local además de que sus salarios fortalecen los servicios locales. Este grupo social está convencido de que la maquila ha contribuido a "... la dignificación de esta frontera, la ciudad dejó de ofrecer diversión a los soldados para transformarse en una población que ya está presente en el mercado internacional a través de la producción ..." de las maquiladoras (Chávez, 1998).

El crecimiento maquilador ha cambiado el perfil de la ciudad. De ser una localidad de pequeñas proporciones ha pasado a un rápido crecimiento, planteando la resolución de demandas difíciles de solventar en poco tiempo. Por ejemplo, la ciudad carece de representaciones de distintas instancias gubernamentales, como oficinas de Infonavit, Secofi, Secretaría del Trabajo, y las que tiene no están debidamente equipadas, como el IMSS;10 tampoco hay guarderías. Ante estas carencias, los empresarios, especialmente, demandan la solución de estos problemas. No obstante, las peticiones de Ciudad Acuña no son las únicas del estado, existen otros municipios coahuilenses con fuertes demandas, como el acentuado desempleo en la región carbonífera, lo que impide dar una pronta solución a sus problemas. No obstante, la no rápida solución ha llevado a que los empresarios coahuilenses piensen que "... los gobiernos federal y estatal, los considera como una ciudad de segunda, pese a su importancia industrial." A pesar de la importancia industrial que tienen a nivel estatal. En 1993, según el INEGI, Ciudad Acuña concentraba 26 por ciento de establecimientos, 39.8 por ciento de personal ocupado y 38.6 por ciento del valor agregado generado por las maquiladoras en el estado de Coahuila (INEGI, 1994: 300). La importancia de la localidad en este sector es evidente.

En la parte de servicios las carencias también se han incrementado. La migración constante de nuevos trabajadores no ha ido aparejada con la creación de nuevas viviendas; según las autoridades hay una gran demanda de vivienda no sufragada. Existen otros servicios que han intentado ser sufragados por el gobierno municipal. Por ejemplo, en 1998, se inició la construcción de una planta tratadora de aguas negras. La planta concesionaria del proyecto venderá el agua tratada —que será conducida por el río Bravo de Acuña a Piedras Negras— a la Comisión Federal de Electricidad y con eso se pagará la obra que tiene un costo de 150 millones de pesos. Esta construcción le solucionará a la localidad los problemas de agua y electricidad. En cuanto al drenaje, sólo 50 por ciento cuenta con este servicio, aunque se "... está tratando de ampliarlo 220 kilómetros más para ampliar su cobertura".

Finalmente, en el rubro educativo es importante mencionar que éste se ha configurado de acuerdo a las necesidades maquiladoras. Aparejado al crecimeinto industrial han surgido instancias educativas, como Cecyt, Cebetys, Conalep, Cecati, (Vela, 1994). Actualmente, las autoridades municipales trabajan en un proyecto de creación de un Instituto Tecnológico para satisfacer la demanda de recursos humanos de alto nivel, de los cuales se carece. Según los inversionistas, "... muchos (jóvenes) se van a estudiar a Monterrey, Guadalajara y otras ciudades, pero se quedan allá. Muy pocos regresan. Los profesionales técnicos y obreros que laboran (actualmente) en la maquila proceden de Torreón, Saltillo, Durango, Veracruz y Jalisco" (Chávez, 1998: 2-B). Es importante señalar la alta dependencia de la maquila no sólo en cuanto a obreros sino personal técnico de las localidades vecinas se refiere.

Por otro lado, habría que señalar el papel tan importante que ha adquirido la AMCA en el crecimiento maquilador y en la opinión que existe sobre la industria en la localidad. Asimismo, habría que apuntar cómo la empresa a reemplazado a los sindicatos como gestionadores de beneficios económicos. Según los empresarios, la industria maquiladora no sólo paga buenos salarios, sino que ofrece otras prestaciones importantes, transporte gratuito, premio por asistencia y puntualidad, bono de la producción, fondo de ahorro, ayuda para dispensa, bono de cafetería, etc. (Vela, 1994: 3). En síntesis, parecería ser que la maquila ha sido la panacea para todos los problemas acuñenses.

No obstante, la exposición realizada parece cuestionar el panorama tan prometedor que anuncian empresarios y gobernantes. Las características industriales de la maquila acuñense descritas parecen apuntar más bien hacia una solución transitoria de la problemática económica de Ciudad Acuña, pero no definitiva. Si los gobiernos estatal y nacional desean una solución total, deberían implementar, en conjunción con los actores regionales, programas mediante los cuales aprovechen esta expansión económica estimulando otros sectores económicos, no tan dependientes de maquila, y sobre todo tratando de que este supuesto desarrollo alcance otros niveles, como el social, cultural, etc, de esta ciudad fronteriza, lo que hasta el momento no ha acontecido.

 

Bibliografía

ARCHE, Emma, 1990, "Haciendo una breve historia", en Encuentro regional de obreros de la industria maquiladora de la zona noroeste.         [ Links ]

ARCHIVO ESTATAL DE COAHUILA, Revisión sistemática de 1909-1960.         [ Links ]

BARAJAS, Rocío, 1989, "Complejos industriales en el sur de los Estados Unidos y su relación con la distribuición espacial y el crecimiento de los centros maquiladores en el norte de México", en Bernardo González y Rocío Barajas (comp.), Las maquiladoras: ajuste estructural y desarrollo regional, Colef/Fundación Friedrich Ebert, México.         [ Links ]

CLARK, Charles et al., 1964, "Border of Texas Industrialization", in Area Economic Survey no. 21, Bureau of Business Research, The University of Texas, Austin.         [ Links ]

CUELLAR Valdés, Pablo, 1979, Historia del estado de Coahuila, ed. UAC, vol. 1, Saltillo, Coahuila.         [ Links ]

CHÁVEZ, Héctor Miguel, 1998, "Las maquiladoras del norte, 30 años después, Ciudad Acuña", en El Bravo, diario matamorense, 21 de abril.         [ Links ]

DÁVILA Flores, Mario (coord), 1987, La economía, la cultura política y los movimientos sociales de Coahuila, UAC, Departamento de investigación económica.         [ Links ]

GOBIERNO del ESTADO de COAHUILA/SECRETARÍA de PROGRAMACIÓN y DESARROLLO/SISTEMA ESTATAL de PLANEACIÓN, s/f, Acuña, información básica municipal, colección Promoción y Desarrollo.         [ Links ]

INSTITUTO NACIONAL de ESTADÍSTICA, GEOGRAFÍA e INFORMÁTICA, 1990, Anuario estadístico de Coahuila, XI Censo de Población y Vivienda.         [ Links ]

INSTITUTO NACIONAL de ESTADÍSTICA, GEOGRAFÍA e INFORMÁTICA, 1990, Industria maquiladora de exportación, 1979-1989, México.         [ Links ]

INSTITUTO NACIONAL de ESTADÍSTICA, GEOGRAFÍA e INFORMÁTICA, 1998, Industria maquiladora de exportación, estadísticas económicas, abril.         [ Links ]

KEARNEY, Milo y Antonhy Knopp, 1995, Border cuates. A history of the U.S. Mexican Twin Cities, Eakin Press, Austin, Texas.         [ Links ]

LAURELLI, Elsa, 1986, "El sistema de poder en la producción del espacio urbano-rural: el caso de la microregión de Río Escondido", en Jorge Padua y Alain Vanneph (coord), Poder local, poder regional, Colmex.         [ Links ]

MESSMACHER, Miguel, 1990, La interdependencia en la frontera norte, col. Regiones, Conaculta, México.         [ Links ]

QUINTERO, Cirila, 1990, La sindicalización en las maquiladoras tijuanenses, col. Regiones, CONACUA.         [ Links ]

SECRETARÍA de COMERCIO y FOMENTO INDUSTRIAL, 1998, Directorio de la industria maquiladora de Piedras Negras y Ciudad Acuña.         [ Links ]

SECRETARÍA de PROGRAMACIÓN y PRESUPUESTO, 1982, X Censo de Población y Vivienda, 1980, estado de Coahuila, México.         [ Links ]

VELA, Leonor, 1994, Historia de la industria maquiladora en Ciudad Acuña, Canacintra-Ciudad Acuña.         [ Links ]

VIDAURRÁZAGA, René, 1996, "Análisis económico de la región fronteriza de Coahuila", en Memorias del II Simposium de Estudios Fronterizos, municipio de Piedras Negras/Colef/Itpn, Piedras Negras.         [ Links ]

 

Notas

1 En este corredor está Houston, San Antonio y Austin, ciudades sedes de la petroquímica y electrónica estadunidense. Para Barajas (1989), esta región es uno de los espacios con más futuro industrial. Pertenece a este corredor un conjunto de ciudades gemelas a lo largo de la frontera norte-sur: Ciudad Acuña-Del Rio, Eagle Pass-Piedras Negras, Laredo-Nuevo Laredo, McAllen-Reynosa y Brownsville-Matamoros. Según la autora, la localización de una de las divisiones de la siderurgica Altos Hornos de México en Monclova y la cuenca carbonífera en Sabinas, Nueva Rosita, Río Escondido y Ciudad Nava, Coahuila, le conferían una relevancia espacial (Barajas, 1989: 81-85). Aunque la reestructuración industrial mexicana habría de cuestionar en parte esta apreciación.

2 En donde se contemplan ciudades como Kansas, San Luis Missouri, Forth Worth y Dallas, en donde se encuentran importantes industrias de metal, equipo de transporte, productos eléctricos y electrónicos, prendas de vestir y cuero, (Barajas, 1989: 80-81).

3 Algunas fuentes locales mencionan que Richard W. Riley, primer administrador de Standard Componentes de México, no sólo se encargó del buen funcionamiento de esta compañía, sino de alentar empresas nuevas, organizarlas y trabajar para muchas otras. En 1998 se convirtió en presidente de la Asociación de Maquiladoras de Ciudad Acuña (AMCA), y junto con Roberto Rodríguez, director de la AMCA, "se han propuesto mantener a la ciudad en el primer lugar del estado en cuanto a empleo de la industria, apoyando el trabajo que hacen los promotores industriales, exaltando el excelente ambiente laboral y social, la tranquilidad y la dedicación al trabajo que existe en la localidad" (Chávez, 1998).

4 El triunfo en las elecciones municipales de partidos de izquierda en estos años agudizaron la situación de incertidumbre.

5 Actualmente, según datos empresariales, 50 por ciento del personal de las maquiladoras provienen del estado, vienen de La Laguna, el Centro y la región carbonífera.

6 Para una mayor contrastación con el caso tijuanense (Quintero, 1990).

7 El gobierno de Rodríguez Triana es un periodo central para la reconstrucción de la historia sindical cohauilense y nacional. Entre su correspondencia se encuentran infinidad de comunicados obreros locales, nacionales e incluso internacionales, que brindan datos novedosos para el entendimiento del sindicalismo regional. Por ejemplo, en 1939, la Confederación de Trabajadores Mexicanos en Norteamérica, miembro de la CTM, le giró una invitación para asistir a su 2o. Congreso de Unificación, que se celebraría en San Antonio, Texas (Archivo, Estatal de Cohauila, 1939).

8 Los archivos cohauilenses hacen referencia a la Federación Sindical Autónoma de Trabajadores de Acuña, que parece haber estado desvinculada de la filiación cetemista. Sin embargo, su historia está por escribirse (Archivo Estatal de Cohauila, 1940).

9 En noviembre de 1950, después de un conflicto de casi dos meses en donde estaba involucrado el Sindicato de Músicos de Acuña, se mostró que el presidente de la JACA "había recibido una dádiva de la parte patronal", lesionando grandemente "los intereses de los trabajadores organizados de este municipio". Los trabajadores acuñenses exigieron la renuncia.

10 El problema del IMSS-Piedras Negras es crítico. Según los empresarios, a pear de pagar un millón y medio de doláres por mes, el IMSS no atiende debidamente a los 34 000 asegurados ni les provee de guarderías. Además, el director del IMSS (Genaro Borrego), dicen los empresarios, "no se para ni por esta frontera, ni por equivocación", para plantearle los descontentos (Chávez, 1998).

 

Información sobre la autora

Cirila Quintero Ramírez. Doctora en Sociología por El Colegio de México (1992), Maestra en Estudios Regionales por el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora ( 1988) y Licenciada en Historia por la Universidad Autónoma Metropolitana (1985). Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte, Dirección Regional de Matamoros. Actualmente, realiza una estancia sabática en The Center for Research of Latin American and the Caribbean de la Universidad de York, en Toronto, Canadá. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (nivel 1) y es autora de los libros La sindicalización en las maquiladoras tijuanenses ( 1990) y Reestructuración sindical en la frontera norte. El caso de la industria maquiladora (1997). Algunos de sus artículos publicados son: "Algunos antecedentes de los sindicatos agrícolas, Río Bravo, 1993; La conformación de los caciquismos sindicales tamaulipecos", Frontera Norte, 1994, "Argumentos para un reencuentro entre Sociología e Historia", Relaciones, El Colegio de Michoacán, 1996, "Sindicalismo en las maquiladoras fronterizas. Balance y perspectivas", Estudios Sociológicos, 1998 y "Variantes sindicales en la Frontera Norte", Frontera Norte, 1999. Correo electrónico: quintero@yorku.cay cquintero@infosel.net.mx.

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons