La actividad profesional del informador alcanzará su real dimensión si sigue a una toma de decisiones prudente; porque solo a través de la prudencia el informador puede medir correctamente la realidad para informarla. Partiendo de esta premisa, se desarrolla en esta investigación el reconocimiento de la persona como uno de los requisitos indispensables para poder hablar de la prudencia en la información. De este modo, se revisa temas como la pertinencia en la publicación, el respeto y promoción de la intimidad, la valoración personal del público, el deber de formación de los periodistas para poder educar al público, y la relación entre integridad moral del profesional de la información y la credibilidad.
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