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Cómo volverse "blanco" en Estados Unidos

  • Autores: Sarah Kendzior
  • Localización: Política exterior, ISSN 0213-6856, Vol. 30, Nº 174, 2016, págs. 64-73
  • Idioma: español
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  • Resumen
    • La raza ha vuelto a ser utilizada como arma política. En algunos momentos de la campaña electoral, EEUU parecía retroceder casi 200 años. ¿Qué consecuencias tendrá la reciente manipulación del concepto "blancura" en una sociedad caracterizada por la diversidad? Desde 1790, Estados Unidos elabora un censo que divide a los ciudadanos en categorías raciales. Estas categorías se han transformado radicalmente a lo largo de los últimos 220 años, conforme se transformaba la demografía del país. En 1790, las categorías eran tres: "blancos libres", "otras personas libres" y "esclavos". En los dos siglos siguientes, se fueron añadiendo nuevos grupos, que se identificaban con categorías raciales amplias ("asiáticos") o subcategorías más específicas ("coreanos", por ejemplo, apareció en 1920, se retiró en 1950, volvió a aparecer en 1970 y quedó asimilada a la denominación de "asiáticos" en 2000).

      El censo más reciente, realizado en 2010, divide a los estadounidenses en: "blancos", "negros o afroestadounidenses", "nativos americanos o de Alaska", "asiáticos", "hawaianos o de otras islas del Pacífico" y "otras razas". En 1980, debido al enorme incremento en la población de origen "hispano", se añadió esta subcategoría (a sus miembros en inglés se les prefiere denominar "latinos"), con una nota al margen para indicar que se trata de un grupo étnico y no de una raza.

      Raza y etnia siempre han estado separadas por una línea poco nítida en EEUU, y la manipulación política de los distintos grupos raciales - especialmente visible en la reciente campaña electoral - ha encendido el debate sobre a qué personas engloban exactamente cada una de esas categorías. En 1997, la American Anthropological Association (AAA) advertía de los peligros que entrañaba dividir a los estadounidenses según razas: "A lo largo de los últimos 50 años, se ha demostrado científicamente que la "raza" no es un fenómeno real y natural", escribían. "Ciertas categorías más específicas y de tipo social, como el "grupo étnico", son más relevantes a efectos científicos y acarrean menos connotaciones negativas en torno a las cuales se desarrolló el concepto de raza". Las recomendaciones de la AAA no se aplicaron en la práctica y a los estadounidenses de hoy se les enseña que pertenecen a categorías raciales: son blancos, negros o asiáticos. Dentro de cada categoría, no obstante, existen diversos grupos étnicos con evidentes diferencias culturales que, además, llegaron a América en momentos distintos y por vías diferentes. Los negros que emigraron voluntariamente desde África o el Caribe, por ejemplo, mantienen con EEUU una relación distinta a la de los descendientes de los esclavos llevados por la fuerza (aunque ambos grupos siguen sufriendo el racismo aún hoy).

      Los hispano-americanos son una población igualmente diversa. En la actualidad el mayor grupo étnico en EEUU después de los blancos no hispanos, los hispano-americanos han vivido en EEUU más tiempo que ningún otro grupo excepto los nativos americanos, con asentamientos que se remontan al siglo XVI en Florida. Hoy la categoría de "hispano" incluye una amplia variedad de personas, desde los descendientes de los colonos españoles a los mestizos nacidos de padres españoles y nativos americanos, residentes de Puerto Rico y también nuevas y viejas llegadas de población de España, el Caribe, Centroamérica y Suramérica. "Hispano" no se considera una raza por la razón de que, lógicamente, millones de personas procedentes de todo el mundo no se parecen entre sí físicamente. En la actualidad, los hispano-americanos se identifican a sí mismos como blanco, negro, native y, a menudo, como "mixto". Lo que los une como una categoría étnica es que comparten su ascendencia de población hispano-hablante, una distinción suficientemente significativa como para que el censo los clasifique como una categoría específica.

      Pero pese a que "hispano" es oficialmente una categoría étnica, a menudo se trata como categoría racial, lo que sitúa a los hispanos frente a la discriminación en función de una cierta distancia de la "blancura". En 1935, por ejemplo, un juez federal dictaminó que tres inmigrantes mexicanos no eran elegibles para la nacionalidad ya que no eran blancos, según lo requería la ley federal. Cuando México protestó, el presidente Franklin D. Roosevelt - que en ese momento trataba de mantener buenas relaciones con México - decretó que todas las agencias estatales, incluyendo el censo, clasificarían a partir de ese momento a los mexicanos como blancos, independientemente de su color de piel real. "Blanco" era una categoría que denotaba privilegios y derechos y, a mediados del siglo XX, los grupos cívicos hispanos como la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos adoptaron esa definición.

      Pero a medida que el tiempo pasó y aumentó el número de inmigrantes hispanos de Centroamérica y Suramérica - sobre todo en las últimas dos décadas - la percepción de los mexicanos y otros grupos étnicos hispanos como blancos ha cambiado, debido tanto al modo en que ellos eligen identificarse (a menudo haciendo gala de su ascendencia no blanca) como al aumento de la intolerancia contra los hispanos. Entre 2000 y 2007, el número de hispanos aumentó un 28,7%, y hoy suponen más del 16% de la población de EEUU. Según las previsiones, podrían ser el 30% en 2050. Este rápido cambio demográfico ha convertido en particular a los mexicanos en chivo expiatorio para muchos que los culpan de la crisis económica. En junio de 2015, Donald Trump lanzó su campaña proclamando que los mexicanos eran "violadores" y "asesinos", que roban puestos de trabajo y cometen delitos. Los partidarios de Trump han llegado incluso a negar que la demonización de los mexicanos por parte del candidato republicano sea racista, alegando que "mexicano" no es una raza. Intentan borrar la difamación con una cuestión técnica, pero el hecho es que las palabras dirigidas a los hispanos se asemejan a las difamaciones racistas dirigidas a los negros. Incluso los hispanos identificados como blancos son objeto de discriminación en razón de sus apellidos o el uso del español como lengua.


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