Enfatiza en que la primera víctima en la guerra es la verdad, especialmente ahora, en sociedades mediatizadas. La lógica de la producción de noticias y los "intereses nacionales" que han primado en la información sobre conflictos bélicos de las últimas décadas -además del rol que en éstos juegan las empresas de relaciones públicas, contratadas ad hoc, han generado imágenes de países y fuerzas en guerra acordes a determinados intereses. Los medios son responsables por omisión o comisión, pero la imagen sobre los "enemigos" se la construye no solo durante un conflicto, a base de estereotipos, se lo hace también antes y después. Esta situación puede ser revertida hacia la generación de una cultura de paz en la que los medios tienen la palabra.
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