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Resumen de Aspectos epidemiológicos del uso de sustancias inhalables en la República Mexicana

María Elena Medina-Mora Icaza

  • La ingestión de sustancias que alteran el ánimo ha sido un hábito común en la mayor parte de las sociedades; el consumo de solventes no es la excepción. La preocupación a causa de la inhalación de sustancias con efectos psicotrópicos no sólo se debe a su extensión, sino también por el grupo de población que afecta, principalmente a los niños y a los jóvenes en etapa de desarrollo físico y emocional, y por los evidentes efectos físicos y psicológicos adversos que ésta produce. El propósito del presente trabajo es delinear el marco general del conocimiento que se tiene hasta la fecha sobre la inhalación de solventes en México. De acuerdo con los resultados de encuestas en hogares, la extensión del consumo de solventes entre la población de 14 años o más, es baja, pues las tasas de consumo oscilan entre el 0.01% y el 0.7%. La inhalación de solventes es común entre los jóvenes que se reúnen en grupos. La prevalencia del consumo de inhalables entre la población escolar de 14 a 18 años, en las ciudades de más de 100 000 habitantes, que en 1976 asistía a escuelas secundarias y preparatorias de la República Mexicana, es similar a la encontrada en las encuestas en hogares. La media nacional fue de 0.85% con poca variación en algunas regiones del país. Por lo que se refiere al consumo de inhalables entre la población escolar de 14 a 18 años, encontramos que aumentó significativamente el consumo experimental entre 1976 y 1978 (de 0.9% a 5.6%). El uso frecuente tendió a aumentar ligeramente pues en 1976, la prevalencia era del 0.60%, en tanto que en 1978, el porcentaje de jóvenes que inhalaban frecuentemente fue de 1.52%, sin embargo, este aumento no se considera significativo. Este año los inhalables fueron las drogas que más se usaron, mientras que en 1976 se usó más la mariguana. El porcentaje de jóvenes que manifestó haber usado los inhalables alguna vez en su vida, fue de 1.59% y el de los que los usaron en el último mes fue de 1.17% en 1980, las cifras de prevalencia no había disminuido ni aumentado significativamente; un 4.4% las había usado alguna vez en la vida y un 1.1% las había usado frecuentemente. En 1978, los estudiantes que asistían a escuelas localizadas en áreas de bajo nivel socioeconómico fueron los que más usaron los inhalables, mientras que en 1980, los estudiantes que asistían a escuelas ubicadas en zonas de todos los niveles socioeconómicos reportaron la misma tasa de prevalencia, habiéndolos usado experimentalmente un promedio de 4%. En 1986, Castro y cols. llevaron a cabo otro estudio nacional en el que emplearon la misma metodología que siguió en 1976, lo que permitió conocer las tendencias que prevalecían 10 años después. Se encontró que había aumentado significativamente el uso experimental (de 0.8% en 1976, a 4.4% en 1986) no así, el uso regular. En 1986 solamente el 0.9% de los estudiantes informó haber usado drogas el mes anterior al estudio. Nuevamente los solventes ocuparon el primer lugar en cuanto a la extensión del consumo, en comparación con otras drogas. Los registros de los sujetos tratados en los Centros de Integración Juvenil en la República Mexicana fue otra fuente de información. A partir de los datos obtenidos de los registros de 27 centros de tratamiento de la República Mexicana desde 1970 a 1976 (6 947 expedientes) se observó que del total de los usuarios atendidos por problemas relacionados con el consumo de drogas, el 20% informó haber inhalado solventes. En 1984 el porcentaje de pacientes atendidos por inhalación de solventes en 32 centros aumentó a 26.5%. La prevalencia del consumo de inhalables cambia de acuerdo con el grupo social de que se trate. Los estudios efectuados en la población penitenciaria indican que la inhalación de solventes es superior a la encontrada en las encuestas en hogares, con una proporción de 7 reos que inhalan por cada usuario de la población general. Por lo que se refiere a los menores infractores, observamos que en un lapso de 5 años (de 1974 a 1978), de 26 568 menores, entre los 7 y los 17 años de edad, a quienes se acusó de haber cometido algún delito, el 10.11% de los hombres y el 4.57% de las mujeres fueron acusados por haberse intoxicado. Los solventes son las drogas que usa más este grupo, en una proporción de 1.5 usuarios de solventes por cada usuario de mariguana. Esta práctica es más común entre los menores que trabajan en las calles (limpia-parabrisas, tragafuegos, boleros, vendedores ambulantes) que entre los que contestaron las encuestas en hogares y en escuelas. El dato más importante sobre el consumo de drogas en este grupo es que, excluyendo el alcohol y el tabaco, los inhalables ocupan el primer lugar; el 27% reportó haberlos usado alguna vez, y el 22%, usarlas diariamente. El 9% informó inhalar 4 o más veces diarias. La mariguana ocupó el segundo lugar; el 10.3% informó haberla usado alguna vez, y el 1.5% diariamente, lo cual no alcanza un nivel de consumo significativo. Sólo una persona informó haber tomado pastillas alguna vez, y ninguna haber usado drogas más fuertes. El número de jóvenes que manifestó haber tomado alcohol alguna vez en su vida es muy parecido al de los que han usado inhalables alguna vez (28%). La media de la edad en la que empezaron a usarlos fue de 8.4 años; el tiempo que llevaban usándolas fue de 0 a 6 años, con una media de 4.5 años. Los estudios realizados hasta ahora nos indican que el fenómeno no es tan grave entre la población general, sobre todo si se compara con lo que ocurre en otros países. Sin embargo, conviene tomar en cuenta que va en aumento el número de jóvenes que inhala de manera experimental, al menos entre los que asisten a la escuela; que desconocemos cuál es la tendencia de otros grupos; y que los niños y los adolescentes que no estudian y que sufren carencias económicas, inhalan de manera crónica. Se recomienda hacer estudios longitudinales que permitan conocer la manera cómo aumenta el uso de las drogas entre los menores que empiezan a trabajar en las calles a temprana edad, así como otras de sus conductas antisociales. Sería interesante poder contestar a interrogantes tales como ¿por qué la mayoría de los usuarios abandonan esta práctica al llegar a la adolescencia?


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