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Revista latinoamericana de filosofía

versión On-line ISSN 1852-7353

Rev. latinoam. filos. v.35 n.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires mayo 2009

 

COMENTARIOS BIBLIOGRÁFICOS

Claudia Jáuregui, Sentido interno y subjetividad. Un análisis del problema del auto-conocimiento en la filosofía trascendental de I. Kant, Buenos Aires, Prometeo Libros, 2008, 174 pp.

El libro de Jáuregui propone un análisis del problema del auto-conocimiento en el marco de la filosofía kantiana. El primer capítulo está dedicado al análisis de la doctrina del sentido interno que se deriva de las tesis desarrolladas en la "Deducción trascendental de las categorías" correspondiente a la primera edición de la Crítica de la razón pura (1781). El análisis de la doctrina de la «triple síntesis» allí desarrollada conduce a la idea de que la experiencia, en tanto conocimiento objetivo, presupone una suerte de enlace no categorial de las representaciones que sería dado a nivel del sentido interno; la experiencia externa se derivaría así de la experiencia interna, que admitiría ser caracterizada entonces como una especie de precondición para la constitución de la objetividad. En lo que respecta puntualmente a la posibilidad del auto-conocimiento, si bien la aprehensión subjetiva de nuestros estados internos parece concebirse como el dato más originario –a partir de lo cual tendría lugar el conocimiento objetivo–, ella no alcanza a constituir una auténtica experiencia, ya que el enlace de las representaciones en el sentido interno no constituye una síntesis categorial en sentido estricto.
La distinción entre «juicios de percepción» y «juicios de experiencia» (Prolegómenos a toda metafísica futura que pueda presentar como ciencia, 1783) abordada en el segundo capítulo sugiere conclusiones análogas: el enlace subjetivo de las representaciones que es propio del «juicio de percepción» constituye una instancia previa a partir de la cual sería posible luego la síntesis categorial, constitutiva de la objetividad. Esto plantea importantes dificultades, pues la conciencia subjetiva característica de los «juicios de percepción» parece requerir una autonomía que resulta inexplicable a la luz de tesis fundamentales del idealismo crítico; sin embargo, señala la autora que esta dificultad resulta de la consideración de la experiencia interna como instancia originaria, anterior a la experiencia externa.
El análisis de la «doctrina de la auto-afección» y de la "Refutación del idealismo" (RI) –llevado a cabo en los capítulos tercero, cuarto y quinto– permite arribar a una concepción diversa de la relación entre sentido interno y sentido externo. La doctrina kantiana establece que la auto-conciencia empírica nos enfrenta con un yo que no ha de ser identificado con el yo trascendental, el cual, siendo la condición última de toda objetividad, no puede ser constituido él mismo como objeto de conocimiento. La auto-experiencia del yo sólo es posible, pues, a través del sentido interno (más precisamente, a través de un acto de auto-afección, al que Jáuregui caracteriza como un "acto de posición de la representación empírica de nosotros mismos en la conciencia subjetiva", p. 79). A la luz de la doctrina kantiana de la auto-afección y de la RI, el sentido interno parece asumir un carácter secundario: la experiencia es, ante todo, experiencia de un mundo externo: efectivamente, son los objetos espaciales los que proporcionan una marco de referencia permanente con respecto al cual es posible una sucesión de representaciones internas. Si esta nueva concepción de la relación entre sentido interno y sentido externo permite resolver aquellas dificultades que surgían como resultado de la concepción de la experiencia interna como precondición de la experiencia externa, se presenta ahora, sin embargo, una nueva dificultad: el argumento desarrollado en la RI sugiere que la ausencia de permanencia en el sentido interno obstaculiza la aplicación de ciertas categorías, "lo cual lleva a pensar que el modo en que se presenta la multiplicidad interna no se ajusta a las condiciones que, según Kant, hacen posible el conocimiento objetivo" (p. 117). El análisis de la doctrina de la auto-afección y de la RI pone, pues, en evidencia, el carácter problemático del auto-conocimiento en el marco de la gnoseología crítica: el carácter temporal de la experiencia interna parece impedir la aplicación de ciertas categorías a la multiplicidad dada en el sentido interno, de manera tal que el yo no puede constituirse como objeto de experiencia en sentido estricto (las críticas kantianas a la psicología racional –examinadas en el capítulo sexto– permiten corroborar esta conclusión: si la única posibilidad de auto-conocimiento remite al yo empírico, la multiplicidad intuitiva a través de la cual el yo se aparece ante sí mismo como fenómeno constituye un flujo de representaciones en el que nada permanece, razón por la cual el yo fenoménico no puede ser determinado como una sustancia, ni puede ser constituido entonces como objeto de experiencia). En la "Nota general sobre el sistema de los principios", analizada en el séptimo capítulo, Kant sugiere –en consonancia con las concusiones precedentes– que el carácter temporal del sentido interno no sólo impide la constitución del yo como objeto sustancial, sino que parece obstaculizar asimismo la subsunción de las representaciones internas bajo las categorías.
El análisis de las diversas temáticas específicas examinadas en el libro de Jáuregui parece conducir a conclusiones escépticas respecto de la posibilidad del auto-conocimiento en el marco del idealismo trascendental kantiano. Sin embargo, el último capitulo –dedicado al análisis de una serie de reflexiones que habrían sido redactadas entre 1788 y 1793– ensaya una solución alternativa, basada en la caracterización kantiana de la apercepción empírica como "apercepción cosmológica" (noción que sugiere que es la conciencia que el yo tiene de sí como parte integrante del mundo lo que hace posible la determinación del yo como fenómeno). La autora concluye que, lejos de adoptar una posición escéptica respecto del auto-conocimiento, la doctrina kantiana revela "los límites de la supuesta inmediatez con que accedemos a nosotros mismos a través del sentido interno. El auto-conocimiento es posible en tanto y en cuanto no olvidemos que el aparecer del yo en el mundo fenoménico tiene siempre e inevitablemente un carácter psicofísico. Sólo así puede ser pensado bajo todos los conceptos puros del entendimiento, y ser representado, por ende, de una manera estrictamente objetiva" (p. 166).
Este breve comentario acerca de las principales temáticas abordadas en el libro de Jáuregui permiten constatar que éste constituye un valioso aporte para el desarrollo de los estudios especializados sobre filosofía kantiana, por cuanto ofrece una solución novedosa y consistente a un problema sumamente complejo (cual es el del auto-conocimiento en el marco del idealismo trascendental), invitándonos a renovar la reflexión acerca de algunos tópicos fundamentales de la gnoseología crítica.

Ileana P. Beade
Universidad Nacional de Rosario

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