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Historia (Santiago)

versión On-line ISSN 0717-7194

Historia (Santiago) v.38 n.1 Santiago jun. 2005

http://dx.doi.org/10.4067/S0717-71942005000100010 

 

RESEÑAS

MARCELLO CARMAGNANI, El otro occidente. América Latina desde la invasión europea hasta la globalización, Fondo de Cultura Económica, Fideicomiso Historia de las Américas, Serie Ensayos, México, 2004, 408 págs.

El estudio de la civilización occidental y del occidentalismo desde la teoría literaria y los estudios culturales, y en parte influidos por autores como Edward Said, Homi Bahbha y Gayatri Spivak, ha emergido en estos últimos decenios al amparo de los llamados estudios postcoloniales y subalternos1. Hasta ahora, prácticamente, no se había advertido una investigación de tales tópicos que ofreciera una perspectiva desde la historiografía. El texto de Marcello Carmagnani El otro occidente. América Latina desde la invasión europea hasta la globalización, conforma al respecto una excepción.

Abordar la historia de la occidentalización de América Latina abarcando un amplio espectro temporal y geográfico, posee la particularidad de ofrecer nuevas dimensiones analíticas. En primer lugar, permite matizar las historias nacionales. Mucho se ha criticado cómo tales historias no pocas veces han tendido a cerrarse sobre sí mismas, acentuando ciertos elementos como si fuesen solo locales, desvinculándose de otros espacios e historias. Carmagnani, al respecto, se sitúa más allá de lo local, entretejiendo las historias nacionales de los países latinoamericanos entre sí. En segundo lugar, la idea escribir la historia del proceso histórico de occidentalización del Nuevo Mundo pone a América Latina en su vinculación con Europa, reconociendo que, más allá de influencias o copia de modelos, América Latina debe su existencia _ya desde la posibilidad misma de pensarse a sí misma_ al Viejo Mundo. En este sentido Carmagnani redescubre los puentes culturales que enlazan ambos espacios, revalorando aquellos elementos que han conformado la historia de dos mundos desarrollados de manera interdependiente.

Tal como lo expresa su título, el presente libro trata de la occidentalización de América Latina. En tal cometido analiza aquellos procesos que han favorecido o por el contrario entrabado la convergencia entre las áreas latinoamericanas y europeas y entre estas y los demás continentes, en un espectro temporal que va desde 1492 hasta nuestros días. Su objetivo central radica en mostrar y subrayar las interacciones económicas, sociales, políticas y culturales entre ambos mundos puesto que, según Carmagnani, fueron justamente dichas interacciones las que instaron a los latinoamericanos a (...) elegir determinadas opciones colectivas y convertirse en sujetos activos en el proceso de occidentalización (p. 9).

Al abordar un conjunto de naciones y ámbitos (económico, social, cultural, etc.), Carmagnani opta por una historia global antes que estudiar realidades históricas particulares. A partir de tales posiciones, el autor intenta ir más allá de lo eurocéntrico, destacando la presencia ejercida por el mundo latinoamericano, en la medida que este ha influido "...positivamente en la evolución del mundo occidental" (p. 9). El texto se divide en cinco capítulos. El primero trata de la inserción latinoamericana a partir de la llegada europea al Nuevo Mundo, destacando la convergencia de las áreas americanas en el contexto ibérico.

El segundo capítulo se concentra en el mundo ibérico, incluida la América Hispana, describiendo los componentes de dicho espacio geocultural (mestizaje, transformaciones económicas, sociales y culturales, nuevas cotidianidades, etc.).

El tercer capítulo titulado "La reactivación", aborda el panorama de los siglos XVIII al XIX tanto en España como en América: la inserción mundial del mundo ibérico, la independencia de los países americanos, el surgimiento de un nuevo orden económico, político y social.

El cuarto capítulo analiza el "mundo euroamericano"a partir del estudio de América Latina _ya independiente_ en el concierto internacional: su participación en el comercio internacional y el orden político liberal y republicano que lo caracterizó.

El último capítulo se titula "La occidentalización". Aquí Carmagnani aborda la "evolución" del mundo latinoamericano desde el segundo tercio del siglo XX, destacando el análisis de sus múltiples oscilaciones entre, por una parte, su proyección internacional y, por otra, sus períodos de aislamiento, los que la llevaron incluso hasta a negar "su matriz occidental" (p. 274).

Llama la atención el hecho que el autor a lo largo de todo el texto nunca defina lo que él entiende por occidentalización. En gran medida el libro gira en torno a los "procesos de occidentalización" por los cuales América Latina ha atravesado en su historia, sin embargo no queda claramente establecido qué significa aquello: ¿Corresponde el occidentalizarse la adscripción de la América Hispana al proyecto Iluminista europeo? ¿O se trata más bien de la participación del subcontinente en la economía-mundo? Si hubiese que extraer una definición implícita en el texto esta correspondería a lo último: ¿Es que la occidentalización de América Latina se reduce solo a su matriz economicista? ¿Qué sucede en la esfera del pensamiento, de las ideas? ¿Cómo asumieron los propios latinoamericanos en su reflexión su incorporación al mundo occidental? ¿Por qué el autor no incluyó sus cuestionamientos y críticas?

En otro aspecto, y a pesar de que el autor niega que este proceso de occidentalización latinoamericano tenga algo de teleológico (p. 119), queda la sensación de que tal premisa juega un rol en su texto. Una parte importante del libro gira en torno a los "obstáculos" o "dificultades" por las cuales pasó el subcontinente en su proceso de occidentalización. En la medida en que América Latina se adscriba a una "política común con Europa" (p. 133) o que asuma un orden constitucional basado en la "soberanía nacional" y "unidad interna" (ídem), se acerca al modelo occidental. Aquí, según mi parecer, Europa no solo conforma un punto de referencia para el autor, sino también un punto de arribo.

Finalmente cabe destacar que un elemento que rescata Carmagnani es cierta "matriz" cultural que vincula a América Latina con el mundo occidental. El hecho de que el subcontinente participe del mundo cristiano le otorga ciertas ventajas, mismas que no poseen o gozan los musulmanes, los animistas africanos o hindúes. (p. 133). ¿Esto quiere decir que aquellos elementos no católicos o europeos son un impedimento a la occidentalización de América Latina? ¿Dónde incluir aquí a los otros grupos, como los amerindios, afroamericanos, mestizos? ¿Qué decir de las posiciones antioccidente de aquellos grupos, representados en parte en el siglo XX por Rigoberta Menchú o el movimiento de los Zapatistas? Carmagnani afirma que la "...occidentalización de las áreas latinoamericanas se configura (...) como el producto de la participación de todos los actores que generan fuerzas dinámicas, ya sea de aquellos que desde Europa se proyectan hacia el contexto latinoamericano, ya sea de los que se vuelcan a la escena internacional desde el subcontinente" (p. 119). Habría que asumir que entre estos actores que "generan fuerzas dinámicas" no se incluye a los grupos antes mencionados. La occidentalización, en este sentido, correspondería a un esfuerzo de las élites criollas, más que al conjunto de la sociedad. Son estos actores quienes poseen la "matriz" adecuada y los que en definitiva logran insertarse, vía comercio internacional y apropiación de ideas, en el mundo occidental. Carmagnani concentra su estudio prácticamente solo en aquel grupo, de ahí que no advierta las dificultades, rechazos o críticas de aquellos que no hacían parte de tal matriz u horizontes culturales.

CARLOS SANHUEZA
Pontificia Universidad Católica de Chile

1 Edward Said, Orientalism. Western conceptions of the Orient, New York: Phanteon Books, 1978; Homi Bhabha, The Location of Culture, London: Routledge, 1994; Gayatri Spivak, "Can the Subaltern speak?. En: Patrick Williams/Laura Chrisman, Colonial Discourse and Post-Colonial Theory: A Reader, New York: Columbia Universty Press, 1994.