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Historia (Santiago)

versión On-line ISSN 0717-7194

Historia (Santiago) v.38 n.1 Santiago jun. 2005

http://dx.doi.org/10.4067/S0717-71942005000100025 

 

RESEÑAS

LUZ MARÍA MÉNDEZ BELTRÁN, La exportación minera en Chile 1800-1840. Un estudio de historia económica y social en la transición de la Colonia a la República, Chile, Editorial Universitaria, 2004

Presentamos una nueva investigación sobre el comercio de exportación chileno en la transición de la colonia al periodo independiente. Mismo que se une a los estudios que se han realizado en los últimos años. Cabe resaltar la importancia que adquiere este tipo de investigaciones de historia económica y social, por varios aspectos que empezaremos a enumerar. Uno es el referido al tema de la relación comercial entre la terminación de los estados coloniales y la formación de los nacionales, importante sin duda, cada vez se hace más necesario explicarnos la formación del mercado nacional en el Estado moderno en América Latina; afortunadamente estudios como este mantienen abierta esa vertiente de investigación. Por otro lado, es indispensable empezar a darle un nuevo tratamiento a ese momento de transición, entre el cambio, la continuidad y las nuevas formas que van adquiriendo las reorganizaciones económicas en esos espacios nacionales.

Otro asunto que no debemos descuidar, como lo señala la autora, es que empecemos a analizar los diversos ciclos de comportamiento de cada sector económico que se aborden. La incorporación de nuevos datos y series estadísticas que nos permitan tener mayores elementos de análisis para dar una explicación más acabada al problema. Y la necesaria vinculación de aspectos cuantitativos con elementos cualitativos que den más sustento a la investigación. Evidentemente, sin perder de vista los impactos que se generan por esa actividad, lo cual nos acercaría cada vez más a una historia total en el mejor sentido del término vilariano.

Estas cualidades empiezan a reflejarse en este tipo de trabajos, que afortunadamente en el caso chileno son constantes, sin ser los únicos, pero sí es ineludible festejarlos para invitar a los alumnos a continuar por esta vertiente de investigación histórica, hoy que, al parecer, la hora de la historia cultural ha extendido sus reales.

El asunto que se aborda, en el libro en cuestión, es sobre la actividad exportadora minera de Chile entre 1800 y 1840. Aquí hay que señalar dos asuntos que se conjugan, uno es el recuperar la tradición minera, y el otro, es el referido a la actividad de exportación marítima, ambas prácticas desarrolladas desde tiempo atrás en ese espacio.

El periodo no ha sido descuidado por los historiadores y, así, queda demostrado en el capítulo que le dedica a presentar el estado de la cuestión. Necesario para los lectores que no cuentan con toda la información para entender el asunto tratado. En el cual reseña, sin mayor discusión, el momento historiográfico en que se encuentra la investigación y cuáles son las hipótesis sobre las que se ha avanzado. A partir de ahí Méndez marca una distinción entre los estudios que señalaban la idea proteccionista, la que fue establecida por los distintos gobiernos independientes, lo que provocó un comercio controlado y regulado. Pero, según la autora, sucedió lo contrario, la legislación marítima y comercial demuestra que fue, más bien, una apertura al mercado mundial, Chile necesitaba del comercio y el mundo de los productos locales. Actividad que se llevó en un primera instancia con algunos países del Oriente, pero, posteriormente, ubicó sus exportaciones hacia las potencias del momento, lo cual cambió radicalmente las medidas y condiciones de esta actividad mercantil.

Así, el libro inicia por marcar las hipótesis que se esgrimieron para plantear la idea del proteccionismo, las que solo quedan señaladas, pero nos hubiera interesado una discusión más acabada de ese problema. Pero, además, empieza una presentación, un tanto insistente, de la aportación que ha hecho como autora en ese proceso de construcción de la historia del comercio de exportación, vía marítima, asunto que, además, no deja completamente claro y definido. En ese sentido el capítulo mencionado se presenta como general y más parece una bibliografía comentada. Se pudo haber obtenido mayor contundencia y resaltar la investigación a partir de esa labor inicial, sin caer inevitablemente en el señalamiento constante a su trabajo, pero no fue así.

A partir de lo anterior, la división del trabajo es cabal y organizada, de tal manera que busca presentar los aportes del largo proceso de recuperación estadística y su elaboración, que llevaron a cabo el equipo de investigación, donde la autora participó, todo ello en conjunción con la división regional y los actores que participaron en el proceso. Pero veamos por partes el trabajo.

El capítulo significativo que da sustento al resto es el que elaboraron a partir de las nuevas series estadísticas oficiales que localizaron, con las cuales lograron establecer nuevos cálculos y cifras de la exportación minera en el periodo. Pero, además, les permite ubicarla en cada uno de los diferentes puertos de exportación con que se contaba en ese momento. Desde ahí se empieza a resaltar asuntos importantes, que en algunos estudios se empezaban a mencionar, pero que no se había distinguido su aporte. La presencia del puerto de Valparaíso queda demostrada, no hay duda de eso; pero lo novedoso no es que se llame la atención por la presencia de otros puertos de exportación, sino por la cantidad de mineral exportado por ellos. Así, el gran norte chileno adquiere una dimensión mayor con estos nuevos datos. Los minerales en sus distintas variedades van a estar presentes en ese espacio, que hasta antes se consideraba marginal. Los resultados demuestran que por el contrario, incluso hay puertos que adquieren una presencia significativa conforme se descubren nuevos centros mineros y se benefician los productos.

Una discusión interesante es reubicar la importancia del puerto de Valparaíso a la luz de estos datos estadísticos, que lo sitúan en un contexto de centro de intercambio fundamental con la capital, con los puertos del norte y con regiones más lejanas. Las mercancías son variadas y abundantes, se ve claro lo señalado ya en otros estudios, la oferta y demanda fue una constante desde momentos anteriores.

Es distinto el caso de los puertos del norte, ahí la característica va a estar determinada por la misma exportación de minerales, la cual se vio incrementada por los descubrimientos mineros realizados, pero sobre todo por la misma actividad; las cantidades expedidas rebasaron con mucho las remesas del puerto tradicional. La variedad de minerales es otro dato que no hay que soslayar, así vemos la salida clásica de cobre, pero la plata y el oro tienen su propia dimensión.

Cuando la autora empieza a dar los datos sobre esta actividad, se aprecia claramente la importancia del cobre de la región norteña, la cantidad es significativa, mayor que los otros minerales. En cambio la plata y el oro, más el último, salen en menores cantidades, sin embargo, el valor es mucho mayor, asunto que es obvio, debido a las características de esos metales preciosos. Un dato más es el que nos proporciona por la variedad de los metales preciosos, su exportación se daba en piña, moneda y barras. Por otro lado, se puede observar que la exportación no es constante, el periodo que se indica tiene registros para algunos años, pero no para todos, a eso hay que aumentarle el problema de los periodos de guerra y cambios de gobierno, que afectaron esa actividad.

Aquí es necesario hacer un par de comentarios, la presentación de los números, en términos absolutos, relativos, o bien, a partir de lo exportado es una parte importante de la explicación. Para ello es necesario dar los elementos completos de la serie y su duración. En este caso quedan algunas dudas en términos de la falta de cifras, algunas explicadas por los acontecimientos que afectaron a Chile en el periodo. Pero otros no quedan del todo claro. Nos preguntamos si la falta de datos en ciertos periodos tiene que ver con la falta de registros; con la "vida" y capacidad de la veta principal de los centros mineros, para el caso de la plata y el oro; la aparición de algunos de ellos en el proceso evidentemente impactan la serie, falta más explicación; aunque partimos del hecho que le interesa la exportación, no hay una explicación más acabada del problema del contrabando, que el Estado era tan fuerte y legítimo para no padecer de estas condiciones; la explicación del mantenimiento de la vieja estructura fiscal colonial no es suficiente, tampoco el cambio que empieza a gestarse.

No hay una distinción entre lo que significa el valor y la cantidad, dos variables importantes y que dan resultados distintos. En uno el oro y la plata es fundamental, pero si vemos lo segundo, entonces el cobre tiene su papel primordial. Pero en algunos centros mineros la plata dejó de extraerse, sin duda por las condiciones y costos, pero no hay una mención que nos oriente. Por otro lado es necesario ubicar la exportación con la extracción, así los años de mayor registro estarán determinados en parte por esta variable, que junto con las mencionadas en el texto, hacen más completa la explicación.

En los siguientes capítulos se hace una presentación en términos particulares de cada puerto, por región y su importancia, ahí podemos ver cómo espacios que aparecían en otros estudios de manera relativa, adquieren su dimensión real, Coquimbo, Copiapó, Huasco, por mencionar a los principales. Los datos hacen aparecer la actividad minera en su extensión. No deja de señalar el asunto de la exportación vía terrestre, pero el objetivo es la expedición marítima. Junto con el capítulo sobre las casas comerciales que se dedicaron a esta actividad, nos da un panorama completo del cómo y quiénes exportaban los minerales. Destaca la presencia de los exportadores extranjeros, algunos con cargos oficiales de sus respectivos países, junto con los comerciantes chilenos, algunos con presencia hasta hoy día.

Esta presentación hace más completo el estudio, podemos ver la cantidad y calidad del mineral, los puertos de salida y las casas exportadoras. Una observación es que la presentación se hace un poco difícil por la separación de las variables, asunto que se hubiera podido mejorar, pero es una observación menor.

Más adelante se muestran las relaciones sociales y de parentesco que establecieron los dueños de las casas exportadoras. Asunto que da dimensión al problema, los vínculos estaban presentes en cada una de ellas. Pero es necesario hacer distinciones, en términos de la actividad no es todavía del todo clara, o sea, que estos personajes aun a pesar de estar insertos en las nuevas relaciones comerciales, continúan con varias actividades al mismo tiempo; mantienen los viejos vínculos sociales que dan sustento social; las relaciones de parentesco están presentes entre ellos. Asuntos comunes en casi todos los países.

Con lo anterior nos da una geografía de exportación con base en varios elementos, origen, casa comercial, puerto y/o región, personajes y productos minerales. Lo que empieza a demostrar la concentración de ciertos metales por algunos de ellos, a partir de las características propias, así las variables valor y cantidad son importantes, las casas más ricas concentran la exportación de oro y plata, junto con el cobre, otras la plata y cobre y, las demás, solo el cobre. Los valores determinan mucho la presentación de la autora, pero no hay que descuidar las cantidades de mineral exportado. Así, podemos ver en esas variables los cambios entre el oro y/o plata con respecto al cobre.

Al final hace una serie de observaciones sobre las que basó su investigación, la lectura y discusión amplia de varias actividades relacionadas con este comercio, a saber: política comercial y minera que le permiten dilucidar varios problemas. Sin embargo, podemos ver la falta de discusión en términos de la actividad minera en el texto; no sabemos, al final, si la extracción minera tuvo que ver con la falta de registros, exportación, contrabando en los años en que no hay datos, o son escasos. Respecto a la discusión sobre la política arancelaria, nos quedan aún dudas sobre el cambio y la transformación sobre que se basó la exportación y dicha política; es evidente a través de los documentos, pero no está presente la discusión del momento y las medidas quedan señaladas solo a partir del mismo.

La parte cuantitativa es loable y necesario indicar su validez, pero se queda solo en señalar los datos en general y no vemos un intento de mayor análisis detallado, sabemos de antemano que el armar una serie numérica es laborioso y complicado, al final obtenemos los cuadros, pero esa es solo la primera parte del razonamiento, la interpretación con base en la estadística nos ayuda a darle una mayor disquisición, esa parte nos hace falta en el capítulo segundo.

Los datos nos arrojan información sustantiva, por ejemplo la exportación de oro y plata, más la primera, como parte de la actividad minera y comercial es sustantiva. En términos de valor ocupó el 80% de total, la incidencia de la plata llama la atención, aunque esta haya sido utilizada en la actividad comercial interior, como medio de pago. Y, obviamente, el cobre que es, en términos de cantidad, el mineral que más se exportó. Todo ello aunado a la formación de grupos comerciales que vieron en esa actividad una posibilidad de acción y que en el periodo reformista de fines del siglo XVIII se conformaron, para dar paso a las nuevas formas de organización mercantil de la época. Las casas comerciales fueron una instancia sustancial de ese proceso. Con lo cual vemos que esta actividad se llevó a cabo en el mundo como parte del desarrollo comercial gestado a la caída del Imperio español. América era un mercado necesario para Europa, pero más para los Estados Unidos y de ahí las posibilidades de esos comerciantes locales que, unidos o no con comerciantes extranjeros, establecieron las condiciones básicas para llevar a cabo esa práctica.

Por último quiero llamar la atención al fenómeno que se repite en casi todos los casos americanos, la unión con los medios y mecanismos indispensables para llevar a cabo la exportación en los países recién liberados y, sobre todo, la inicial y, casi permanente, salida de materias primas e insumos que demandaba un mercado mundial en plena expansión. El trabajo es interesante y aporta nuevos elementos en la construcción de esa actividad comercial y, sin duda, se convertirá en lectura obligada de los especialistas en historia económica de Chile.

JORGE SILVA RIQUER
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey
Campus Ciudad de México