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El Hipódromo de la Zarzuela de Madrid. Carlos Arniches, Martín Domínguez y Eduardo Torroja

  • Autores: Cristina Romero de la Torre
  • Localización: II Congreso Pioneros de la Arquitectura Moderna Española: Aprender de una obra: Actas digitales de las Comunicaciones aceptadas al Congreso / coord. por Teresa Couceiro Núñez, 2015, ISBN 978-84-606-7879-3, págs. 520-530
  • Idioma: español
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  • Resumen
    • Con los planes de ampliación y desarrollo de Madrid de los años treinta, el solar que se utilizaba para las carreras de caballos en el Paseo de la Castellana fue absorbido por el Plan Zuazo. La nueva ubicación sería la Zarzuela, en la Quinta de El Pardo, en terrenos cedidos por la República. Tras la convocatoria en 1934 de un concurso en el que se presentaron nueve proyectos, salió ganador el diseño novedoso realizado por Carlos Arniches, Martín Domínguez y el joven ingeniero Eduardo Torroja.

      Las obras comenzadas en 1935 se paralizaron en 1936 por la Guerra Civil española, y por la cercanía en la que se ubicó el frente, la estructura que estaba prácticamente terminada, quedó destruida. En 1941 se llevó a cabo la reconstrucción rápida por los militares, y con algunos cambios respecto al diseño original, pero supervisada por Torroja. El proyecto ejecutado, distaba en algunos aspectos del proyecto ganador presentado al concurso y a su vez fue modificado posteriormente por los autores, para mejorar la solución de la estructura, todo sin alterar el diseño y concepción funcional de los edificios originales.

      El proyecto del Hipódromo de la Zarzuela estaba concebido como un pueblo en fiestas, (los corrales, encierros, los balcones, los soportales y los jardines), con gente en constante movimiento, en el paseo, el recorrido, la conversación, etc. Arquitectura de muros encalados, plásticos y puros, en oposición a las marquesinas de siluetas ingrávidas. Espacios que se enlazan bajo la mirada de un gran voladizo dividido en tres módulos sobre la tribuna. Pistas, cuadras, tribuna y un depósito de agua conformaban el lugar.

      Sin embargo, es la tribuna la gran protagonista del conjunto, realizada con láminas de hormigón armado con una sección variable, desde el apoyo al extremo, soportando los esfuerzos y manteniendo el equilibrio sin refuerzos y solo gracias a unos tirantes posteriores. Con un esquema simple de módulos (dos laterales de doce y uno central de cinco) tienen sección en V con bordes curvos, un ancho de 5m que apoyan en un único pilar y un vuelo de casi 13m de longitud sobre la tribuna. Es la forma de ménsula la que da la estabilidad al conjunto, y fue objeto de numerosos cálculos, estudios, variaciones y modificaciones hasta adoptar la solución final que se decidió para la ejecución de la construcción.

      Una solución tan novedosa para la época, tanto por el cálculo como por la forma de ejecución, que dio lugar a la realización de un prototipo a escala real. Un modelo a modo de maqueta a escala 1/1. Era fundamental comprobar tanto resultados numéricos de comportamiento estructural como ensayar con los encofrados el sistema de montaje para obtener la forma mas adecuada. Una solución elegante que fue por tanto fruto de un exhaustivo análisis estructural, funcional y formal.

      Madrid tendría un nuevo hipódromo en terrenos cercanos a El Pardo, con un diseño, estética y estructura novedosa. Construido, testigo dañado por la guerra civil y reconstruido bajo la idea inicial. Premio Nacional de Arquitectura, en los años 80 fue declarado Monumento Histórico Artístico, y las cubiertas fueron declaradas Bien de Interés Cultural en 2009. Hasta la fecha es visitado por miles de expertos en arquitectura y edificación como ejemplo de solución única de conjunción perfecta entre función, estructura y estética.


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