Mukul G. Asher, Amarendu Nandy
Singapur es un interesante caso de estudio en cuanto a la respuesta a un rápido envejecimiento, a las crecientes desigualdades y a una importante pobreza relativa. Por oposición a otros países asiáticos de altos ingresos, Singapur se basó en un régimen de ahorros obligatorio de un solo pilar para financiar la jubilación, la vivienda, y en menor medida, los cuidados de salud. Para responder a las bajas tasas de fertilidad, se ha permitido que la parte representada por la población extranjera se triplique entre 1990 y 2005, hasta alcanzar casi un 30 por ciento. Esto está alterando sutilmente la dinámica sociopolítica de Singapur, ayudando al mismo tiempo a mantener el crecimiento y la competitividad. En este documento sostenemos que Singapur tiene las capacidades fiscales, institucionales y de organización necesarias para tener un régimen de seguridad social moderno compuesto por múltiples pilares. Singapur está, sin embargo, determinado a continuar con el régimen actual, inadecuado e injusto, y que exige que los individuos y sus familias corran con parte exagerada del riesgo en la financiación de la jubilación, de los cuidados de salud y del mantenimiento del ingreso a corto plazo. Esto es el reflejo de decisiones políticas deliberadas producto de una visión Darwinista de la sociedad, así como de la necesidad de mantener un control sociopolítico.
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