La aceleración del desarrollo de la economía mundial y la reciente crisis, entre otros factores, están provocando la necesidad de cambios en los modelos sociales, económicos y políticos a escala mundial. Europa ha diseñado, de cara al 2020, su propio camino de transformación y exige a los países, a las regiones y, por supuesto, a las ciudades, repensar sus modelos de desarrollo y sus prioridades, tendiendo hacia una especialización inteligente de los territorios y hacia unas estrategias integradas de desarrollo sostenible urbano. La ciudad de Málaga se presenta como un ejemplo de metrópoli que ha sabido diseñar su crecimiento en función de un proceso constante de observación, reflexión, diálogo y búsqueda de compromisos de todos los agentes importantes de su territorio, impulsando aquellas estrategias y proyectos clave para transformar su espacio metropolitano de forma cualitativa.
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