Elvira Sánchez Mateos, Aurèlia Mañé Estrada, Carmen de la Cámara Arilla, Laura Huici Sancho
El punto de partida de este texto es la aparición, tras el fin de la Unión Soviética, de nuevos Estados que nunca existieron como independientes en el pasado, y que surgen en un área heredera de conflictos e inestabilidades, en la periferia de potencias regionales en ascenso y en plena recomposición del orden regional e internacional. La ruptura de la supuesta unicidad de la región, la geometría variable y las relaciones multivectoriales afectarán a los equilibrios en Asia y a la futura área Índico-Pacífico.
En este sentido, explicamos cómo el fin del orden bipolar incide en la emergencia del área Índico-Pacífico, en la que Asia Central pudiera adquirir un nuevo papel debido a la necesidad de nuevas rutas para la conexión interasiática. A partir de ahí, planteamos distintas áreas en las que Asia Central se puede integrar, que denominamos áreas de sombra y que nos muestran que la «geografía» de Asia Central será variable en función de en cuál de estas áreas se integre. El dibujar estas zonas nos lleva a cuestionar la visión históricamente asentada de la «unidad de destino» de Asia Central y su función de área-tapón, que impide la colisión de intereses entre grandes potencias.
Finalmente, y a través del análisis de la geoestrategia, de la geopolítica subsiguiente y de la definición geográfica que conlleva, mostramos que es legítimo plantear la hipótesis de una región de Asia Central dividida.
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