Francisco Patricio Pedraza, Lidia Lorenzo Medina
La ponencia-reflexión toma como punto de partida lo que se ha venido en llamar desregulación alimentaria;
esto es, la pérdida del mandato social sobre lo que es comida y lo que no lo es y la producción de un nuevo orden de incertidumbre en torno a lo que es bueno para comer y lo que es comida.
Incertidumbre sobre lo que es alimento que acaba transformando la identidad del propio sujeto, del propio comensal. El discurso gastronómico de los medios de comunicación (la norma alimentaria -el gastro/nómos-), en sus diversos soportes, vendría a constituirse como un intento de recrear el vínculo social de la gastro-anomía. La comida y el alimento, y el discurso alimentario de los medios, por tanto, se instituye como una dimensión más de la cohesión social.
El artículo toma la desregulación alimentaria como una dimensión más de la ruptura de los grandes pactos fundantes que venían garantizando, en la modernidad, las bases de la sociabilidad humana . La nueva cocina y el periodismo gastronómico -el discurso gastronómico de los medios, si se quiere-, de modo particular, vendrían a insertarse en este contexto de refundación de la identidad social. El auge de lo g astronómico podría pensarse, así, como una categoría estratégica que funciona como operador de paso de la naturaleza a la cultura y, en segundo lugar, el protagonismo social, mediático, económico, etc., de los nuevos cocineros (grandes chefs) y de la haute cuisine como los nuevos artífices y las nuevas figuras rituales, de ese nuevo espacio social y de la construcción de una nueva naturaleza humana.
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