Los olores –los buenos y los malos– fueron una constante de la vida en los calurosos entornos de la antigua América central. ¿Cómo pueden tener acceso los arqueólogos a los olores intensos pero efímeros del pasado? Este artículo recurre a las representaciones artísticas del periodo Clásico y a las descripciones lingüísticas del periodo colonial, para reconstruir los olores placenteros y desagradables que saturaron el antiguo mundo maya.
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