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RESUMEN:

Los torneos de verano tuvieron su época dorada a mediados de los años 60 hasta casi los 80. Hoy conocidos como bolos de verano, de los que todavía se desmarcan los históricos Teresa Herrera de La Coruña y el Ramón de Carranza de Cádiz, eran torneos mucho más allá de la puesta a punto de un equipo. Los actuales preparadores físicos se llevarían las manos a la cabeza al pensar que en esos enfrentamientos el aficionado exigía a sus jugadores ya el máximo rendimiento cuando tan solamente llevaban una quincena de días de entrenamientos. Y es que los responsables de tales eventos invertían todos los esfuerzos, tanto económicos como organizativos, para completar un cartel digno de “pequeñas copas del mundo”.

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Aquellos torneos de verano (V)

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XIV Trofeo Ramón de Carranza: homenaje al fútbol español

La temporada 1967/68 había tenido una prolongación inusual y no todo por haberse disputado la fase final de la Copa de Europa de Naciones. La final de la Copa del Generalísimo acabó jugándose el 11 de julio. Aquella edición copera dio mucho que hablar, especialmente por el protagonismo que acabó adquiriendo el árbitro, Antonio Rigo. Si su actuación fue muy criticada en semifinales, cuando sus decisiones favorecieron al FC Barcelona frente al Atlético de Madrid, en la final, el Santiago Bernabeu terminó cubierto de miles de botellas que materializaban el descontento de los seguidores madridistas, que recriminaron su permisividad con la contundencia de la defensa barcelonista y la no señalización de una posible penalty.

Un mes después, casi a mediados de agosto, los grandes del fútbol español reiniciaron sus actividades, con las inevitables ilusiones ante la nueva temporada. El primero que inició los entrenamientos fue el Valencia CF que lo hizo el 3 de agosto. El Atlético de Madrid realizó su primera sesión el 6 y el Real Madrid el 7. El FC Barcelona esperó hasta el 11 para reunir a sus jugadores tras las vacaciones.

Y casi con lo puesto empezaron los partidos importantes: el Atlético fue a Amsterdam para caer ante el Ajax 2-0. El Real Madrid se estrenó en el Costa del Sol, donde perdió sus dos partidos, para luego ir a Norteamérica y disputar un par de amistosos. El FC Barcelona ganó el Joan Gamper tras derrotar en la final al CR Flamengo de Río de Janeiro por 5-4, mientras que el Valencia CF entre sus amistosos destacó el doble encuentro contra el Huracán e Buenos Aires, derrota el primero y victoria en el segundo.

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Y llegó el Carranza. Se había programado una edición especial en la que se rendía homenaje al fútbol español. Junto al Valencia CF, vigente campeón del torneo, entraban el Real Madrid como campeón de Liga y el CF Barcelona como campeón de Copa. Cerraba el cartel el Club Atlético de Madrid. Se adelantaron en llegar a Cádiz el CF Barcelona y Valencia CF. Mientras que Real Madrid y Atlético se desplazaron en el mismo tren un día después.

El sorteo había sido un tanto caprichoso. Emparejó al Valencia con el Atlético y permitió que los dos finalistas de la última Copa de España volviesen a enfrentarse. Con ello, las previsiones que colocaban en la final al Valencia CF, cuestionaban si los levantinos serían capaces de retener su título ante el ganador de la otra semifinal. Pero así rodó el balón:

ATLÉTICO MADRID – VALENCIA CF 3-1 31/08/1968

Árbitro: Bueno

Goles: 1-0 (23′) Gárate. 2-0 (45′) Collar. 2-1 (59′) Ansola. 3-1 (89′) Ufarte.

Atlético Madrid: Zubiarraín; Paquito, Griffa, Calleja; Irureta, Iglesias; Ufarte, Luis, Gárate (Cardona), Adelardo, Collar.

Valencia CF: Pesudo; Sol[44′], Jesús Martínez, Tatono; Roberto, Paquito; Machicha (Panchulo 44′), Claramunt, Ansola, Waldo, Ramón Martínez (Poli 44′).

Aunque el Valencia CF partía como favorito, a la hora de la verdad, no pudo hacer frente a la decisión y juego más rápido de los rojiblancos. Una de las reglas elementales del fútbol se cumplió: ante un centro de campo elaborador y un tanto parsimonioso se le contesta con velocidad y decisión. Eso fue lo que ocurrió. El Valencia contaba con Claramunt y Paquito para trenzar su juego en espera de servir balones a sus dos arietes Waldo y Ansola. Y una dinámica de juego previsible, máxime cuando sus dos extremos no acaban de entrar. Pero el Atlético, en vez de plantear la pugna por el centro del campo jugó a amarrar mejor a sus rivales y aprovechar su única ventaja: los lados. Ufarte y Collar. Fue el contragolpe rojiblanco el arma que decidió el partido. Posiblemente la fortuna se decantó por el Atlético cuando Gárate se anticipó en un rechace y logró el primer gol. Pero luego, el Valencia fue perdiendo confianza, especialmente en su defensa que no acertaba a tapar las salidas por la bandas rivales. La dureza con que Sol se empleó sobre Collar le llevó al vestuario antes del descanso. Mundo, aprovechándose del reglamento del torneo, introdujo dos modificaciones para recomponer sus líneas, pero… expulsión y seguidamente gol madrileño. Con el 2-0 en contra el Valencia mantuvo su empuje arriba. Llegó a acortar distancias, demostrando una preparación física superior, pero una nueva escapada, ahora de Ufarte, a poco del final, resolvió la primera semifinal.

CF BARCELONA – REAL MADRID 2-1 31/08/1968

Árbitro: Sánchez Ibáñez.

Goles: 1-0 (24′) Juanito. 1-1 (59′) Gento. 2-1 (87′) Zaldúa.

CF Barcelona: Sadurní; Torres, Gallego, Eladio; Zabalza, Fusté; Juanito, Zaldúa, Mendonça, Pereda, Rifé.

Real Madrid: Betancort; Sanchis, De Felipe, Zunzunegui; Pirri, Zoco; Miguel Pérez, Amancio, Grosso, Vidal (José Luis 44′), Gento.

Era el plato fuerte. Entre los dos equipos alineaban 18 (19 si contamos el cambio en el Real Madrid) protagonistas de la última final de Copa. Si los madrileños contaban con mayor apoyo en las gradas debido a los cuantiosos veraneantes, el Barça presentaba su reciente fichaje, el ídolo local, Juanito, conocido como el Niño de oro. Y fue el gaditano quien abrió el marcador, culminando así la mejor predisposición barcelonista. Juanito estaba siendo el hombre del partido y el Madrid no acertaba a responder. Además, la superioridad técnica de los azulgrana llegaba a asfixiar a su rival. Pero con 1-0 llegó el descanso y el Madrid se preparó para responder. No contó Miguel Muñoz con que José Luis se lesionaría a los 2 minutos de juego, relegándose a hombre de relleno sobre el campo (solo se podían hacer las sustituciones durante la primera parte). El Real Madrid adelantó líneas y chocó con la sólida defensa contraria. Sin embargo, en un fallo del portero, Gento estableció el empate y así aumentó la incertidumbre. En la recta final del choque el CF Barcelona volvió a tomar el mando. Fue desarbolando poco a poco al Madrid y según se acercaba el final también se acercaba el gol del triunfo. Llegó tras una buena jugada de Juanito, tras librarse de Zunzunegui, llegó hasta el palo y cedió el balón a Zaldúa, perfectamente colocado. No hubo revancha, el Barça, esta vez sí, superó con claridad y sin polémica al Real Madrid.

REAL MADRID – VALENCIA CF 3-0 01/09/1968

Árbitro: Sánchez Ibáñez.

Goles: 1-0 (23′) Pirri. 2-0 (53′) Miguel Pérez. 3-0 (85′) Pirri de p.

Real Madrid: Junquera; Miera, De Felipe, Zunzunegui; Pirri, Zoco; Miguel Pérez, Amancio, Grosso (Grande), Vidal, Bueno.

Valencia CF: Pesudo; Tatono, Jesús Martínez, Panchulo; Paquito (Catalá Benet), Roberto; Claramunt, Waldo, Ansola, Poli, Nolito.

El partido por el tercer puesto convocó a dos equipos resignados. Los cambios introducidos por ambos entrenadores tuvieron mayor influencia el Valencia ya que tuvo que reorganizar toda su línea de ataque.

El Real Madrid se mostró sólido y sin necesidad de apretar, pues el rival tampoco lo hacía, fue imponiéndose con claridad. Para rematar la situación, Catalá-Benet, que había entrado por Paquito con la intención darle más vida al juego valencianista, se lesionó quedando sobre el terreno como simple testigo del partido.

Estaba claro que tratar de eludir el cuarto puesto no era suficiente motivo para incentivar a los jugadores. Con todo, Grande y Vidal, por parte del Real Madrid, intentaron agradar a su entrenador y pusieron sobre el campo las mejores muestras de fútbol.

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ATLÉTICO MADRID – CF BARCELONA 1-0 01/09/1968

Árbitro: Medina Iglesias.

Gol: 1-0 (37′) Calleja.

Atlético Madrid: Zubiarraín; Paquito, Griffa, Calleja; Irureta, Iglesias; Ufarte[52′], Luis, Gárate, Adelardo, Collar.

CF Barcelona: Sadurní; Torres, Gallego[40′], Eladio; Zabalza, Fusté; Oliveros (Juanito), Juan Carlos, Mendonça, Palau (Pereda[52′]), Rexach.

Y por fin llegó la gran final, el homenaje al fútbol español. Y así fue, todo un homenaje al fútbol despreocupado, desenvuelto y descarado con que el Atlético de Madrid se presentó ante el CF Barcelona. También tenían ganas de revancha los rojiblancos, que no olvidaban las semifinales de la última Copa donde siempre acusarán al arbitraje de los dos partidos, el balear Antonio Rigo.

Si Artigas contaba con Balmanya a su lado, Miguel lo hacía con Villalonga. Si el Barcelona demostraba más recursos introduciendo algunos cambios en su alineación, el Atlético presentaba a los mismo hombres, sin especular con el posible cansancio.

Ambos conjuntos fueron fieles a sus tradiciones, esas que los han identificado a lo largo de la historia. El potencial de CF Barcelona siempre se ha basado en su lista interminable de jugadores, elegantes y técnicos. El Atlético siempre ha sido más directo: una sólida defensa, más bien dura, y una delantera resolutiva, casi autosuficiente.

Cuando el partido comenzó se pudo apreciar que la pareja Luis-Gárate, alimentada por Ufarte y Collar, junto con la presencia de Irureta, estaban dando demasiado trabajo a la defensa azulgrana, que sin opción de respuesta se iba metiendo en su área. El Barcelona no sabía transitar el balón hasta sus delanteros y cuando lo intentaban se encontraban con los expeditivos defensas rivales, que iban adelantando su posición según avanzaba el partido. Y así, para sorpresa del público, llegó el único gol. Un balón centrado es despejado de puños por Sadurní, llega a Calleja, que conecta un disparo que traspasa la muralla de jugadores que todavía había en el área. Se pudo escuchar el disparo de Calleja en todo el estadio porque el público no daba crédito a tan manifiesta superioridad atlética.

Perdió los nervios el Barcelona, los perdió Gallego que fue expulsado por una dura entrada a Gárate. Cada vez que llegaba el delantero rojiblanco Gallego vivía un problema. Y la tensión subió cuando Pereda y Ufarte también fueron expulsados. Pereda había retrasado su posición a lateral y se emparejó con Ufarte. Hubo un roce entre ellos y el árbitro, pensando que todo podría ir a más, cortó por lo sano, para algunos con demasiado rigor.

Y así hasta el final. Los dos equipos se dieron cuenta de que el empleo de la fuerza podría transformarse en nuevas expulsiones. Y entonces los dos equipos trastocaron sus tradiciones. El Barcelona peleó para contrarrestar su desventaja en el marcador y en el número de hombres. El Atlético, por el contrario, se ordenó y fue dejando que el tiempo corriese sin que hubiese ningún gol más.

Al final, el Atlético fue campeón del torneo homenaje al fútbol español. Un fútbol que entraba en sus mínimos internacionales, especialmente en las competiciones de clubs. Esa temporada, la Liga fue de nuevo para el Real Madrid, que barrió (perdió solo un partido, ante el Elche CF). El CF Barcelona quedó tercero, superado por la UD Las Palmas de Molowny, mientras que el Valencia CF, quinto, y el Atlético Madrid, sexto, vieron como el CD Sabadell de Pasieguito les arrebataba la cuarta posición.

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Publicado en: General