En la civilización faraónica los animales tuvieron un significado multicontextual que no encontramos en ninguna otra cultura de la Antigüedad. El prisma de la zoología es un atractivo enunciado que amplía información sobre lo sagrado, la vida y su continuidad eterna en el más allá. La egiptóloga Salima Ikram nos habla del rico y omnipresente bestiario egipcio, fuente inagotable de inspiración artística, cuya representación contiene un amplio discurso religioso, simbólico o político basado en una observación minuciosa e incansable de la naturaleza.
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