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La Vegetación de la comarca burgalesa de Espinosa de los Monteros

  • Autores: Javier José Loidi Arregui, José Antonio Fernández Prieto, Mercedes Herrera Gallastegui, Álvaro Bueno Sánchez
  • Localización: Guineana, ISSN 1135-7924, Vol. 20, 2014, págs. 1-139
  • Idioma: español
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  • Resumen
    • español

      La Cornisa Cantábrica, en el norte de España, es una estrecha franja de territorio montañoso que se extiende a lo largo de cerca de 600 km entre los Pirineos en Navarra y el ángulo noroccidental de la Península Ibérica (Galicia). Su clima es templado (lluvioso en verano) y biogeográficamente está relacionado con la Europa atlántica y central (Región Eurosiberiana). Esto se debe a la fuerte influencia del Océano Atlántico y las repetidas invasiones de sistemas frontales asociados a bajas presiones que se originan en el Atlántico Norte. No obstante, la larga frontera ibérica con la vecina Región Mediterránea se deja sentir en la flora y los ecosistemas de este original territorio.

      Esta monografía trata de las comunidades de plantas vasculares del área de Espinosa de los Monteros, localizada en el extremo norte de la provincia de Burgos, en contacto con la Comunidad Autónoma de Cantabria. Comprende un área de unos 300 km2 en la que el centro de población humana más importante es Espinosa de los Monteros. Como el resto de los territorios cantábricos, se trata de una zona montañosa en la que se destacan dos alineaciones principales que la cruzan de este a oeste y dejan en medio un amplio valle. La alineación norte es la más alta (cumbre de Castro Valnera 1.710 m s.n.m.) y es casi enteramente silícea (areniscas), mientras que la sur es calcárea y alcanza elevaciones más modestas (cumbre Mte. Bedón 1.088 m s.n.m.). Esta última es, además, frontera con la Región Mediterránea, lo que permite que numerosas plantas y comunidades de este origen penetren hacia el norte favorecidas por los sustratos calizos. Entre estas dos cadenas montañosas, el amplio valle de Espinosa permite una próspera agricultura y ganadería, concentrando a la mayoría de los asentamientos humanos.

      Debido a la topografía y a la litología, hay dos subunidades principales a reconocer: 1. La norte, silícea, con cumbres más altas en las que se encuentran algunos residuos de flora subalpina, y muy húmeda gracias a que recoge abundantes precipitaciones orográficas provenientes del norte y del noroeste. Esto permite la existencia de cervunales de Nardus, por ejemplo. 2. La sur, calcárea, menos húmeda (sombra de lluvias) y de menor altitud, lo que propicia la existencia de una rica flora y vegetación submediterráneas, prácticamente ausentes en el sector norte.

      El trabajo de campo ocupó varias campañas estivales y se realizaron un conjunto de inventarios, de los que 299 se muestran en las 36 tablas que se presentan en el trabajo. Con ellos hemos reconocido 45 tipos de comunidades a nivel de asociación que se agrupan en 20 clases fitosociológicas.

      Si atendemos a la estructura de las comunidades vegetales, hay tres tipos principales de vegetación en este territorio que resultan especialmente relevantes: bosques, brezales y prados. Los bosques son deciduos en su inmensa mayoría, verdes en verano, típicos de la Europa templada, y abarcan una notable variabilidad. Los árboles dominantes son: Alnus glutinosa (riparios), Fagus sylvatica, Quercus faginea, Quercus pyrenaica y Quercus petraea. Los bosques de esta última especie señalan una cierta originalidad de este territorio en el contexto del ámbito cantábrico, ya que no son un tipo de bosque frecuente. Los brezales se desarrollan principalmente en la parte silícea y cubren extensas áreas. Debido al elevado régimen de precipitaciones, estos brezales son ricos en elementos hidrófilos, como Erica tetralix y viven en gran parte sobre sustratos turbosos. Los prados cubren también extensas superficies y son mantenidos mediante manejo por parte del hombre. Hay dos tipos básicos de manejo. Uno es mediante siega y recogida de la hierba para hacer heno. Son prados que no se pastan prácticamente y que pertenecen a la asociación Malvo-Arrhenatheretum (Arrhenatherion). Se concentran en las zonas bajas, alrededor de los asentamientos humanos permanentes, y se tienen para proveer alimento invernal para el ganado. El segundo tipo es el de prados de diente, o siega y diente, de Merendero-Cynosuretum (Cynosurion) cuyo destino es alimentar al ganado vacuno en verano mediante pastoreo directo. Alcanzan grandes extensiones en las laderas de las montañas de la parte norte en un amplio intervalo altitudinal. Esto determina que, a lo largo de la estación de crecimiento, se establezca una típica trashumancia local que es tradicional en los ganaderos locales (pasiegos), la cual comienza explotando los prados más bajos al inicio, continúa con los intermedios y acaba en los más altos al final de la estación.

    • English

      The Cantabrian Fringe, in northern Spain, is a narrow strip of mountainous territory stretching along approximately 600 km from the Pyrenees in Navarre to the northwestern corner of the Iberian Peninsula (Galicia). It has a temperate climate (with summer rainfall) and biogeographically it is related to the Atlantic and Central Europe (Eurosiberian Region). This is due to the strong influence of the Atlantic Ocean and the repeated invasions of frontal systems associated to low pressures originating in the North Atlantic area. Nevertheless, the long Iberian border with the neighbouring Mediterranean Region influences the flora and ecosystems of this unique territory.

      This monograph focuses on the vascular plant communities of the area around Espinosa de los Monteros, located in the northernmost sector of the Burgos province, bordering with the Autonomous Community of Cantabria. It comprises an area of ca. 300 km2 in which the main human settlement is the town of Espinosa de los Monteros. Like the rest of the Cantabrian Area, it is an abrupt territory, with two main mountain ranges crossing it in an east-west direction, leaving a wide valley in between. The northern range is the highest (summit Castro Valnera 1,710 m a.s. l.) and it is almost entirely siliceous (sandstone), while the southern range is calcareous and reaches lower elevations (summit Mt. Bedón 1,088 m a.s. l.). The latter is also the frontier with the Mediterranean Region and many Mediterranean plants and communities move northwards favoured by the limestone substrates. Between these two ranges, the wide valley of Espinosa allows a prosperous agriculture and husbandry and concentrates the majority of the human settlements.

      Two main subunits can be recognized according to the topography and lithology: 1. The northern one, siliceous, with higher summits where some remnants of subalpine flora can be found, and very moist due to abundant orographic precipitation collected from the North and Northwest. This allows the presence of Nardus meadows and mires for example. 2. The southern one is calcareous, less humid (rain shadow) and lower in altitude, which favours the existence of a rich sub-Mediterranean flora and ecosystems practically absent in the northern sector.

      The field survey was carried out along several summer campaigns during which a number of releves were collected, 299 of which are shown in the 36 tables presented in the text. Upon these we have recognised 45 community types at association level, grouped into 20 phytosociological classes.

      Looking at the structure of plant communities, there are three main types of vegetation which are particularly relevant in this area: forests, heathlands and meadows. The majority of the forests are summergreen, deciduous, typical of the temperate Europe, and they encompass a high variability. The dominating tree species are: Alnus glutinosa (riverine), Fagus sylvatica, Quercus faginea, Quercus pyrenaica and Quercus petraea. The forests dominated by the latter species represent an original and remarkable feature of this area in the context of the Cantabrian territories, as they are not a common type of forest. The heathlands are mostly found in the siliceous part and cover large areas. Due to the high rainfall values in the mountains, these heathlands are rich in hygrophilic elements, such as Erica tetralix, and are sustained largely on peat substrates. Meadows also cover large surfaces and are maintained by human management. There are two basic types of management. One is through harvesting and collecting grass for hay. These meadows are seldom grazed and belong to the Malvo-Arrhenatheretum association (Arrhenatherion). They are concentrated in the lower altitudes, surrounding the permanent human dwellings, and they are used to provide winter forage for cattle. The second type are the grazing meadows of Merendero-Cynosuretum (Cynosurion) and are dedicated to cattle grazing during summer. They cover large areas in the slopes of the northern mountains along a wide altitude range. This determines that, throughout the growing season, a typical local transhumance is practised by the local cattle owners (Pasiego people), which starts grazing the lower altitude meadows, continues with the intermediate ones, and ends in the highest ones at the end of the growing season.


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