Tradicionalmente, el grabado en metal se asoció con ácidos fuertes como el nítrico y el clorhídrico y, por lo tanto, con un riesgo importante para la salud del artista. Sin embargo, en las últimas décadas se desarrollaron nuevos métodos de grabado no tóxico o sin ácido usando sales inorgánicas en vez de los ácidos.Además, el grabador contemporáneo tiene una conciencia ecológica y busca sustancias menos nocivas para su trabajo; por ejemplo, el aceite de cocina para limpiar y adelgazar tintas, en vez de los derivados del petróleo, y el barniz se prepara sin asfalto o con una dosis reducida de esta sustancia.Las nuevas tecnologías incluyen el grabado electrolítico y el grabado electroquímico. Ambos reproducen resultados de aguafuerte y aguatinta, como la técnica tradicional, pero, sin el riesgo para la salud.
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