Menú principal

Índice de Scripta Nova

Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. XVI, núm. 418 (40), 1 de noviembre de 2012
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]

 

EL DISCURSO DEL DESARROLLO Y SUS EFECTOS AMBIENTALES EN CHILE: PRÁCTICAS ESPACIALES Y TRANSFORMACIONES TERRITORIALES EN EL ÁREA METROPOLITANA DE CONCEPCIÓN, 1950-2010

Enrique Aliste
Depto. de Geografía – Universidad de Chile
ealiste@uchile.cl

El discurso del desarrollo y sus efectos ambientales en Chile: prácticas espaciales y transformaciones territoriales en el área metropolitana de Concepción, 1950-2010 (Resumen)

Pensar el territorio desde el discurso del desarrollo, colabora en la comprensión de los procesos que espacialmente han configurado la morfología urbana actual y sus atributos y consecuencias tanto ambientales como económicas, sociales, culturales y políticas. El área metropolitana de Concepción en Chile, ciudad ícono del discurso desarrollista de mediados del siglo XX, es un ejemplo de gran interés para seguir el derrotero que los discursos del desarrollo han tenido en el devenir ambiental y territorial en ciudades latinoamericanas y en el develamiento de las huellas que quedan contenidas en la historia viva y espacial de la ciudad. El caso analizado busca poner en evidencia los testimonios de estas transformaciones y desde allí, inferir el peso y consecuencia que el discurso del desarrollo ha tenido en Chile. Este trabajo se ha realizado gracias al financiamiento de CONICYT a través de los proyectos FONDECYT 1090248 y 1120306.

Palabras clave: geografía social, territorio, sustentabilidad, historia ambiental.

Development discourses and environmental effects in Chile: spatial practices and territorial changes in the metropolitan area of Concepción (Chile), 1950-2010 (Abstract)

Thinking the territory from the development discourse, helps in the understanding of the processes that have shaped spatially present urban morphology and its attributes and consequences environmental and economic, social, cultural and political. The metropolitan area of Concepción in Chile, icon of development discourse of mid-twentieth century, is an example of great interest to follow the course that the discourses of development have had on the environmental and territorial evolution in Latin American cities and the unveiling of the traces that are contained in the living history and space of the city. The present case aims to highlight the evidence of these transformations and thence infer the weight and consequence that the discourse of development has been in Chile. This work was carried out with funding from CONICYT through FONDECYT projects 1090248 and 1120306.

Key words: social geography, territory, sustainability, environmental history.


Hablar del desarrollo en Chile es aproximarse a una dimensión de gran amplitud no sólo conceptual sino sobre todo política. Desde los inicios de los años ’40 del siglo XX, la idea de progreso contenida en los discursos propios de los escenarios post gran crisis de los años ’30 y los nuevos órdenes geopolíticos en curso a propósito de la II Guerra Mundial y especialmente con posterioridad a ella, comienza a generar un gran procesos que en la línea del gran proyecto civilizatorio occidental, comienza a gestar las bases de un nuevo orden mundial[1].

Estos procesos socio y geopolíticos en plena fase de expansión, comenzaron a portar un discurso de carácter hegemónico que era un fruto concreto de las ideas propias de la sociedad moderna: el progreso de la sociedad humana[2]. Esta noción de progreso, en esencia, implicaba una serie de aspectos que en escenarios postguerra comienzan a articular ejes que aunque contradictorios en sus estrategias, eran concordantes en el fondo y se referían a la necesidad de que la sociedad adoptara una forma de progreso basada en un modelo de producción masiva de bienes y servicios fuertemente anclados en el desarrollo industrial.

Este discurso en América Latina adquiere eco mediante algunas acciones concretas ejercidas desde diferentes bloques de gobierno que, aunque aparentemente discrepantes en sus fundamentos ideológicos, eran concordantes en la necesidad de industrializar para el progreso económico y social de las naciones. En Chile en particular, en 1938 tanto el candidato conservador Gustavo Ross como el candidato del Frente Popular y electo Presidente de la República Pedro Aguirre Cerda, concordaban en la necesidad de impulsar desde el Estado un plan de acción concreto para estimular la industria en el país[3]. Junto con ello, la ocurrencia del terremoto de enero de 1939 en la zona de Chillán en el centro sur de Chile, agilizaron las gestiones para la creación de una corporación encargada de estimular y gestar las iniciativas industriales en el país, de modo de ayudar no sólo a la reconstrucción post terremoto, sino también para disminuir la vulnerabilidad del país por dependencia de manufacturas exteriores[4]. Nace así de manera incipiente el modelo de industrialización por sustitución de importaciones (ISI) con la creación de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) en 1939[5]. Con ello, se da un decisivo impulso a la creación de industrias mediante la ejecución de estudios y análisis que permitieron instalar una serie de industrias consideradas de carácter estratégico para el país[6]. Una ellas, fue la industria siderúrgica creada en la ciudad de Talcahuano con el nombre de Siderúrgica Huachipato de la Compañía de Aceros del Pacífico, CAP.

¿Qué significado tiene este hecho tradicionalmente mirado por la economía como paso clave para cambiar el rostro de Chile y la región donde se ubica en torno a las capacidades productivas del país? Sin duda alguna se trata de un paso importantísimo en el ámbito de lo económico. Sin embrago, esta acción de carácter concreta y de decisiva intervención sobre el territorio, está acompañada de una serie de aspectos y elementos que en el plano discursivo, permiten mirar el peso que estos van a ocupar en el devenir territorial de una ciudad que comienza a adquirir sentido y forma a partir de esta decisiva acción. Con ello, las transformaciones del espacio y sus consecuencias territoriales hoy pueden ser vistas a través de las huellas que los discursos del desarrollo han ido dejando como marcas indelebles en este territorio y que puede seguirse a partir de las dinámicas de este espacio en mutación, en donde las transformaciones ambientales son un grueso testimonio de esta forma de concebir el futuro[7].


Discursos del desarrollo, actores y prácticas espaciales: lo fáctico a través de las huellas territoriales y la emergencia de los imaginarios del desarrollo

Muchos actores juegan un rol relevante en la puesta en práctica de los discursos del desarrollo; entre ellos, CORFO ha sido sin lugar a dudas el más relevante en tanto es el organismo que desde la acción del Estado comienza a comandar las directrices que le dan forma y estructura a los discursos desarrollistas[8]. Del mismo modo, con posterioridad al terremoto de 1960, el Plan Regulador Intercomunal de 1963 juega al mismo tiempo un destacado papel. Así, instituciones e instrumentos comienzan a desplegar una importante acción en los destinos territoriales de la zona. La distancia entre discurso y visión espacial comienza a hacerse evidente de una manera poco notoria pero visible: la coherencia entre lo planificado y lo ejecutado comienza a mostrar grados importantes de discordancia en el tiempo. Allí es en donde emerge la relevancia de considerar las prácticas espaciales como elemento clave dentro de los discursos fácticos del desarrollo. Esto es, considerar que en el modo de actuar e intervenir en el territorio, se plasma un discurso a través de las prácticas espaciales. Así, las prácticas espaciales se propone entenderlas como el discurso fáctico del desarrollo.

 

Figura 1. Área de estudio.
Fuente: Muñoz, 2011.

 

Lo que queda a la vista en este cruce, es la disociación entre una ciudad contenida en sus instrumentos, en los documentos que la definen, la describen, la imaginan y la planifican, respecto de aquella que se vive por sus habitantes y que se hace materialmente tangible en sus diferentes formas de ocupación.

Las consecuencias del desarrollo, por una parte, fueron sus aportes e incrementos demográficos, crecimiento del PIB, diversificación de actividades, etc., como así también notables condiciones de deterioro ambiental particularmente en las décadas del ’80 y ’90. Pero por otra parte, también surgen nuevos conocimientos que crean condiciones de revaloración del entorno, estableciendo un nuevo contexto territorial que suma elementos de complejidad en la dinámica del territorio, en tanto las representaciones construidas constituyen mutaciones ya no sólo en su dimensión físico natural, sino también en su plano conceptual.

 

Figura 2. Variación intercensal de la población en el Gran Concepción, 1907 - 1992.
Fuente: Aliste & Almendras, 2010.

 

Pero inicialmente, el llamado proceso de industrialización, junto con promover la creación de un polo de crecimiento en la zona, trajo como consecuencia relevantes incrementos migratorios que se plasman en un crecimiento de más de 5.000 hectáreas de superficie de suelo urbano en medio siglo[9], lo que representa durante los años 60 y 70 incrementos porcentuales de la superficie urbana que incluso fue muy mayor al experimentado por la ciudad de Santiago (ver Cuadro 1).

 

Cuadro 1.
Porcentaje de crecimiento de la superficie urbana en las ciudades de Santiago y Gran Concepción

Período (decenio)

Santiago (%)

Gran Concepción (%)

50-60

14,72

6,22

60-70

12,38

22,5

70-80

18,7

7,61

80-90

32,22

32,45

Fuentes: Aliste & Almendras, 2010; Hidalgo & Arenas, 2003.

 

La dinámica de este territorio que emerge como consecuencia de la puesta en práctica de un discurso orientado a la estimulación de nuevas formas y modos de producción, es la dinámica propia de un modo de concebir a la sociedad de la época, con una relevante impronta económica como era común a mediados del siglo XX[10].

De este modo, los discursos del conocimiento formal y de las maneras de pensar las intervenciones en favor del progreso, lo hacen desde diversas expresiones, una de ellas, es a través de las prácticas espaciales.

Un gran detalle sin embargo se debe agregar a este dato del crecimiento y de las prácticas espaciales en la ciudad; se trata en efecto, de un crecimiento que ocurre en llanuras y terrazas fluviales emplazadas en el margen interno de una fosa de origen tectónico[11], es decir, un lugar en donde las condiciones de fragilidad permiten definir una parte importante de las zonas de crecimiento de la ciudad como zonas vulnerables ante riesgos de origen natural[12], hecho que por lo demás ha quedado en evidencia con el terremoto y maremoto de febrero de 2010 y en múltiples episodios de inundaciones severas donde el último de gran importancia fue el ocurrido en 2006.

Sin embargo, ¿son estas características del espacio geográfico un dato relevante o considerado en el proceso de llevar adelante la puesta en práctica de los discursos del desarrollo? Si se sigue el derrotero de los instrumentos de planificación del territorio, que pueden ser considerados como los discursos oficiales que reflejan las ideas del desarrollo, lo que se aprecia es una discordancia entre lo obrado y lo propuesto. Es decir, el discurso formal del desarrollo no logra encontrar un correlato con el discurso fáctico del desarrollo, que es el que se traduce en las prácticas espaciales, tal como se puede apreciar en la siguiente figura.

 

comparacion_expansion_urbana_gran_conce_1960-2003

Figura 3. Comparación entre planificación y áreas de crecimiento real en el Gran Concepción, 1963-1980.
Fuente: Muñoz, 2011.

 

De esta forma, las huellas que van marcando la ciudad son silenciosos registros que actúan como una memoria del espacio vivido[13], aunque cada cierto tiempo, despiertan para hacerse sentir. ¿Cómo se producen estos despertares y reacciones que vuelven a hacer visibles estas silenciosas huellas? Hay cuando menos dos formas que han sido muy patentes en este sentido. Una de ellas han sido los eventos catastróficos de origen natural, como los terremotos, maremotos e inundaciones. La otra, ha sido a propósito de la contaminación ambiental. En ambos casos, conviene mirar que hay actores de diversa índole y que su rol será diferente desde su posición y formas de acción.

Mientras por una parte la emergencia del sujeto “naturaleza” comienza a posicionarse en el plano de sus maneras de actuar contra la obra occidentalizadora del desarrollo provocando su retraso[14], por otra parte, emerge el “demonio moderno” [15]de la contaminación y del deterioro ambiental.

En cuanto a la naturaleza como sujeto, las catástrofes han sido su forma de acción y visibilización. Durante la segunda mitad del siglo XX, más de 38 inundaciones relevantes entre 1960 y 1990 son identificadas por Mardones & Vidal (2001), a lo que se suman los terremotos de 1953, 1960, 1962, 1974, 1975, 1985 y 2010[16]. Pese a lo anterior, los instrumentos de planificación territorial poco espacio ofrecen al tema de los riesgos y en algunos casos incluso son omitidos.

Por otra parte, la contaminación industrial y los signos de deterioro ambiental del entorno comienzan a despertar la necesidad de enfrentar de un modo diferente la relación con el medio ambiente local. A la tradicional acción propia de las instituciones del Estado y agentes privados, se suman ahora los sectores que desde la academia comienzan a jugar un papel relevante en materia de conocimiento y valoración ambiental.

De esta forma, la emergencia del tema del desarrollo sustentable comienza a cobrar relevancia y va a ocupar un nuevo dominio discursivo, el que sin embargo, se ha visto que dista bastante de ofrecer una mirada que se levante como alternativa a los enfoques basados en el crecimiento económico[17]. Si bien hay discursos que muestran cierto grado de disidencia con los discursos clásicos del crecimiento económico sostenido esencialmente por el empresariado local, las instituciones de gobierno y algunas autoridades de representación política, también es cierto que en los sectores ciudadanos en teoría más fieles a posturas contestatarias al modelo de desarrollo imperante, se puede percibir un discurso que finalmente también subyace y reconoce la necesidad de crecimiento económico como la única posibilidad para alcanzar el desarrollo[18].

En el sentido de lo planteado en el párrafo anterior, es interesante corroborar que la potencia del discurso del desarrollo parece radicar en su capacidad de seducción transversal (políticamente hablando) y en articularse aún como un discurso con una fuerte hegemonía. Esto guarda concordancia con investigaciones tales como el Informe para Chile del PNUD 1998, 2000 y 2002, que exponen que el modelo de desarrollo en Chile redunda en la generación de una sociedad de mercado, con la existencia de una discordancia entre los objetivos políticos vigentes y las aspiraciones de los ciudadanos, lo que se observa mediante el malestar subjetivo, la desconfianza generalizada y la demanda de los sujetos para que los beneficios de la modernización sean distribuidos.

Desde una perspectiva convencional de las ciencias sociales, resulta curioso que cuando se investiga la relación entre sociedad y medioambiente, surjan temáticas de orden normativo. Esto revela la profunda imbricación entre estos conceptos que, aunque tradicionalmente se les ha tratado como ámbitos de estudio separados, en la realidad insisten en aparecer vinculados. En este sentido, es de total pertinencia tratar a la realidad como una realidad de carácter socio-ambiental[19].

Uno de los aspectos que interesa reflexionar por lo mismo, es el de reforzar la necesidad de miradas interdisciplinarias para aproximarse a las realidades territoriales y ambientales. Uno de los objetivos buscados en este tipo de análisis, es precisamente complementar las miradas morfológicas, económicas o demográficas con aquellas contenidas en el campo de los discursos y desde allí, la aproximación a la dimensión imaginaria del territorio.

Hay supuestos que intentan explicar que el territorio es una construcción social, que los discursos del desarrollo son a-espaciales y que, por lo tanto, la territorialización de los imaginarios del desarrollo es producto de un complejo proceso de dar forma y contenido espacial a aquellos discursos que carecen de dicho contenido[20].

Los imaginarios que emergen de los distintos niveles territoriales (nacional, regional y comunal), han corrido por cauces paralelos, con objetivos diferentes, que convergen, difieren y se nutren para producir imágenes del desarrollo en relación a un futuro territorial deseado[21]. Por otra parte, dar cuenta de la relación entre discursos locales y sus contextos tanto a nivel nacional como global permite dibujar un esquicio de las configuraciones imaginarias de territorios diferentes aunque se encuentren situados en un mismo espacio[22]. Vemos que las imágenes de recurso natural y deterioro ambiental poseen una relación directa y continua con los procesos político-económicos ocurridos en Chile durante los últimos 40 años al menos. Nada nuevo si tenemos en cuenta que dichos discursos regionales y comunales se producen desde una esfera política que se entrama y relaciona con la toma de decisiones a nivel nacional. No obstante, es relevante resaltar que dichos procesos políticos no se condicen con los discursos globales, evidenciando ritmos más lentos y disímiles de transformación[23].

Pareciera ser que los instrumentos de planificación del desarrollo del Gran Concepción, se han cargado de imaginarios, de nociones de futuro territorial que poco o nada rescatan de las trayectorias y memorias territoriales[24]. Este aspecto se considera clave a la hora de pensar en la idea y propósito de las nociones de planificación y/u ordenación del territorio, pues se puede observar una suerte de negación histórica de los procesos socio-ambientales en curso en el territorio. Esto es, si se considera el territorio como una construcción social y los discursos del desarrollo como discursos a-espaciales que, sin embargo, se territorializan al instalarse en la dimensión política en sus ámbitos de aplicación, esto ocurriría más bien en una dimensión imaginaria que no encuentra un correlato en el plano de las prácticas espaciales, en tanto estas más bien actúan al margen o con distancia de lo declarado discursivamente.

Claro ejemplo de lo anterior serían los recientes procesos de ocupación e intervención, por ejemplo, en los humedales del Gran Concepción, que pese a las declaraciones y sugerencias indicativas de protección y valoración ambiental, siguen interviniéndose hasta hoy y más aún, estas nuevas valoraciones son rescatadas para convertirlas en nuevos sujetos de mercado que aceleran estas ocupaciones[25]. Lo anterior se ha visto agravado profundamente con ocasión del terremoto y maremoto de febrero de 2010, que curiosamente parece afectar a una ciudad que ha negado su memoria histórica de frecuencia de eventos de esta naturaleza[26] pese a la existencia de antecedentes recientes que dan cuenta de un conocimiento institucional que sin embargo, no va a conformar parte de la información espacial en las decisiones de ordenamiento territorial.


Las cicatrices vivas del discurso del desarrollo: el deterioro ambiental

Las sombras aparecidas sobre las ideas relativas al progreso, comienzan paulatinamente a sentirse en la ciudad que Concepción. Esta ciudad que acogía al desarrollo mediante su impulso a la industria, comienza a sentir poco a poco el peso del desarrollo; se comienza a sentir en la calidad de su aire, en el color y calidad de sus aguas y en los desechos sólidos que se comienzan a acumular sistemáticamente en sectores como Carriel Norte o Cosmito en el sector del humedal Rocuant - Andalién.

A partir de los años ’80, el malestar del progreso se manifiesta en el ambiente, pero en un extraño silencio: es el mudo y silenciosamente asumido “precio del desarrollo”. Estudios realizados por la Universidad de Concepción en el ámbito de la limnología y estudios relativos a la ecología de sistemas acuáticos, muestran sistemáticamente el deterioro de los ecosistemas presentes en el área. De estos estudios y de la puesta en marcha del Centro EULA[27], se comienza a dar cuenta de las menoscabadas condiciones del suelo, el aire y el agua en la zona, llegando incluso a concluir que se estaría en presencia de una de las zonas más contaminadas del planeta[28].

Cabe destacar por otra parte que es sólo en el año 1994 que Chile promulga su Ley de Bases Generales del Medio Ambiente[29]. Esta ley se propone como una concordancia de las leyes ya existentes y que poseen alguna connotación de carácter ambiental. Su promulgación se basa en la existencia de un estudio previo llamado “Repertorio de la Legislación de Relevancia Ambiental Vigente en Chile”, documento publicado en 1992 y actualizado en 1993, que detectó la existencia de 782 textos legales de relevancia ambiental de diversas jerarquías y que permitió comprobar la gran dispersión, incoherencia y falta de organicidad de la legislación sectorial vigente y sus múltiples modificaciones. En esta ley se busca dar soporte para garantizar el derecho constitucional de vivir en un medio ambiente limpio y libre de contaminación, tal como se establece en el artículo 19, inciso 8º de la Constitución Política de La República de Chile de 1980.

Testimonios diversos de habitantes en la zona son lapidarios. Un habitante de Talcahuano señalaba en 2010 “nos dábamos cuenta del progreso económico en el olor de nuestras ropas: olíamos a harina de pescado y cada vez que íbamos a realizar trámites a Concepción, sabían que éramos de Talcahuano, sólo por el olor[30]”. El arribo de la industria pesquera en efecto, al mismo tiempo que incrementaba el aporte de la región al PIB nacional[31], aportaba con índices de contaminación en la Bahía de Concepción y el Canal El Morro que llegaron a niveles alarmantes, justificando luego en el año 1994 la creación del Programa de Recuperación Ambiental de Talcahuano (PRAT), el que tuvo por objetivo diagnosticar y definir acciones para la descontaminación de la comuna[32].

Poco a poco, los discursos que sostienen la idea del desarrollo comienzan a tensionarse con las experiencias de la vida cotidiana de sus habitantes. Sin embargo, desde las instancias formales que sostenían el desarrollo como discurso hegemonizador, la idea persiste en diversas instancias que no encuentran contrapeso ni alternativa: tanto desde los sectores conservadores como desde los sectores progresistas, la idea de desarrollo queda anclada en el incremento indiscutible de las actividades productivas y fuertemente centradas en la noción del crecimiento. De hecho, los principales logros de los gobiernos post dictadura en Chile, se centran en reconocer los aportes al crecimiento de la economía. Es también materia relevante y de gran presencia en todos los programas de gobierno de la Concertación de Partidos por la Democracia[33]. En efecto, la propuesta de manejo económico de los gobiernos de este conglomerado apuntaba a fortalecer y basarse en los pilares del modelo económico impuesto por la dictadura durante los años ’80. Las cifras promedio de crecimiento de la economía en torno al 6%, se basaron en la prudencia fiscal, en la economía abierta, en el crecimiento de las exportaciones y en un activo rol del sector privado que justificó el modelo del “crecimiento con equidad”.

El programa de gobierno del Presidente Ricardo Lagos señalaba en efecto en sus primeras páginas:

“Un gobierno que adopta las medidas para retomar el crecimiento económico, porque si Chile se estanca, si pierde su voluntad de trabajar y crecer, si no ahorra y no invierte, si no eleva su capacidad de competir en el mundo, entonces no habrá condiciones reales para cerrar las brechas de la desigualdad”[34].

En el caso de estudio, exploradas las visiones de diversos actores mediante entrevistas en profundidad, se pudo comprobar que estas no son capaces de captar los desafíos emergentes en torno a la democracia social, los desequilibrios ecosistémicos, la diversidad cultural y la necesidad de generar una reconceptualización del significado de la calidad de vida a nivel objetivo y subjetivo[35]. Pese a ello, la paradoja está en que el malestar persiste, pese a que en los últimos años del pasado siglo se percibían mejoras en las condiciones de la calidad ambiental particularmente en la industrial ciudad de Talcahuano. De hecho, en 1999 el 64% de los habitantes percibía una mejoría en las condiciones ambientales de la comuna, según una encuesta aplicada en febrero del mismo año por la Facultad de Economía de la Universidad de Talca. Un 74% de la población de Talcahuano estimaba que el ambiente tiene máxima importancia y un 62% dijo que, incluso, estaría dispuesto a aportar económicamente para contribuir a mejorar la calidad del ambiente en su ciudad[36].

Cabe destacar que las visiones más antagónicas en lo político, como la que sostienen los empresarios de la zona, respecto de la que sostienen las organizaciones no gubernamentales de base, que se reconocen mutuamente distantes, desembocan en algunos elementos en común muy relevantes desde el punto de vista de la potencia del discurso del desarrollo. En el caso de los empresarios, por ejemplo, hay una fuerte idea que se centra en la producción industrial como único eje que mediante el incremento de los ingresos, podrá desembocar en mejoras ambientales; en el caso de la organización no gubernamental de tipo ambientalista en tanto, el objetivo de la protección sería la posibilidad de desarrollar actividades turísticas que mejoren las posibilidades de crecimiento económico[37]. Pese a la eventual radicalidad de los discursos ambientalistas, que al menos se suele acusar, no habría en cambio grandes diferencias en la esencia discursiva de las autoridades ni empresarios.

 

 

 

Figura 4. Imágenes del humedal Ricuant – Andalién (Carriel Sur), en proceso de urbanización.
Fuente: Fotografías del autor.

 

Lo anterior desde el punto de vista territorial, tendría consecuencias relevantes en las formas de ocupación del espacio. Hay en efecto un impacto indirecto pero de gran relevancia que dice relación con el modo en que se comienza a valorar la naturaleza. Las zonas de humedales, por ejemplo, comienzan a tener un mayor valor social y por lo mismo, se comienzan a convertir en lugares en donde la población con mayores recursos y con “conciencia ambiental” desea estar más próxima. La respuesta del mercado ha sido la propuesta de proyectos inmobiliarios en las zonas de humedales de Talcahuano-Concepción o en las proximidades a las lagunas de San Pedro de La Paz en donde uno de sus principales argumentos es la proximidad a la naturaleza, la calidad de vida vinculada a los valores ambientales y en síntesis, una argumentación que se sostiene en el discurso del desarrollo sustentable.


Conclusiones

Las transformaciones detectadas desde el punto de vista espacial, permiten identificar un proceso evolutivo claramente articulado a partir del impulso industrializador en Chile en general y en el Gran Concepción en particular. Aquí, lo interesante es verificar que las prácticas discursivas han sido no sólo relevantes sino quizá determinantes en la estructuración de la ciudad.

El Plan Regulador Intercomunal de Concepción de 1963, fue el primer esfuerzo concreto de pensar la ciudad[38], y en donde se puede detectar la presencia de un discurso racionalista, orientado a ir satisfaciendo las necesidades que emanan desde la realidad socioeconómica y política de la región. Visto sin embargo desde una perspectiva que considere atributos ambientales, éstos no formaban parte esencial de sus contenidos en términos discursivos, sino hasta los planes posteriores a la década del ’90[39], cuando emerge y se hace visible la crisis ambiental a causa de la profunda contaminación de la zona industrial de Talcahuano (tanto en el aire como en sus aguas y suelos). Las primeras consecuencias que ambientalmente parecen relevantes, comienzan a acusarse en la década de los años ’80 en la zona de humedales principalmente, con acento en Lenga y Rocuant – Andalién. En el período comprendido entre 1955 y 1980 tal como se ha señalado, se pierde una superficie de poco más de 1.100 hectáreas de humedales, principalmente por uso residencial formal e informal[40]. En este sentido, la fragmentación de áreas con alta calidad ambiental en la zona de los humedales de Rocuant - Andalién, representa una importante pérdida ambiental en áreas valoradas por su contribución a la biodiversidad[41].

Lo interesante de verificar acá es una dinámica territorial que tiene atributos espaciales, pero también y por sobretodo atributos ideológicos en el sentido amplio del término[42]. La emergencia de los intereses ambientales como un tema de sensibilidad sociopolítica, permite llevar adelante acciones relevantes en pro del rescate ambiental de la ciudad. Ello, sin lugar a dudas, moviliza una parte de los discursos de la época, que quedan no sólo en el plano retórico sino sobretodo, en los discursos con propósitos instrumentales. Planes de Desarrollo Regional, Planes Regionales de Desarrollo Urbano, Planes de Desarrollo Comunal y Planes Reguladores, además de la Estrategia Regional de Desarrollo y los esfuerzos de Ordenamiento Territorial en diversos frentes, son el mejor testimonio en este sentido.

Pero las prácticas espaciales no acompañan del todo a los discursos en un mismo nivel de sintonía. Mientras por una parte los instrumentos se plagan de palabras como “sustentabilidad”, “medio ambiente”, “equilibrio ecológico”, “biodiversidad”, “protección”, etc., el desarrollo inmobiliario prosigue ocupando las zonas de valor ecosistémico ahora transformando los atributos ambientales en objetos de mercado que le otorgan valor agregado a sus proyectos.

La máxima en todos los casos es la misma: la necesidad de progresar económicamente primero, para alcanzar al desarrollo después. Este discurso, se difunde ampliamente en todos los sectores políticos y ciudadanos, sea a nivel institucional en el ámbito de las decisiones, sea a nivel empresarial, e incluso en el ámbito de las organizaciones sociales. El discurso del desarrollo ha calado lo suficiente como para no ser cuestionado[43], ser un concepto aglutinador[44] y desde allí, ejercer una presión ideológica que repercute en seguida en el plano espacial[45]. En este sentido, se rescatan los principios en torno a un orden del discurso que a partir de detectar una discontinuidad entre lo que se propone y lo que se hace[46], permite interpretar un sentido práctico que ejerce por la vía de las prácticas espaciales. Lo relevante, por lo tanto, es proponer interpretaciones y desde el plano hermenéutico articular algunas hipótesis respecto de las implicancias ambientales o el nivel de incidencia que estas dinámicas pueden ofrecer en el campo de la sustentabilidad[47] de la ciudad, conforme con los cambios detectados.

En el caso de la ciudad industrial, la mayor parte de las apologías a su contribución al desarrollo, son al mismo tiempo las principales contribuciones a su deterioro y radical transformación de manera definitiva. Conviene en este sentido señalar que lo que interesa acá, es estimular una reflexión en torno al peso y sentido que se le otorga al discurso del desarrollo, su capacidad de mutar hoy para proponer, por ejemplo, desde el discurso del desarrollo sustentable, el mantener un sentido de hegemonía que permite sostener la estructura y vigencia del discurso de los años 60 del pasado siglo hasta hoy, con mutaciones propias de la época pero que en esencia, se sostienen en la misma vocación ideológica. Un discurso que por lo demás, carece en esencia de una visión de territorio en su sentido amplio. La ciudad construida a partir de la segunda mitad del siglo XX sería en consecuencia, la ciudad para el desarrollo, un desarrollo sin embargo, carente de territorio.

 

Notas

[1] Coquery-Vidrovitch, Hemery, & Piel, 1988.

[2] Escobar, 1996.

[3] Echeñique & Rodríguez, 1990.

[4] Aliste, 2011a

[5] La CORFO se crea mediante la Ley 6.634 del 29 de abril de 1939, que crea las Corporaciones de Reconstrucción y Auxilio (actual Oficina Nacional de Emergencia, ONEMI) y la Corporación de Fomento a la Producción.

[6] CORFO, 1962.

[7] Aliste, 2011b.

[8] Aliste, 2011a.

[9] Aliste & Almendras, 2010.

[10] Góngora, 1981.

[11] Mardones & Vidal, 2001.

[12] Ilabaca, 1993.

[13] Aliste, 2011a.

[14] Muchas crónicas, columnas de opinión y artículos periodísticos hacen hincapié en esta tesis: las pérdidas en torno a los 30 mil millones de dólares estimadas por el gobierno del Presidente Sebastián Piñera, han retrasado la posibilidad de que Chile pueda alcanzar el nivel de país desarrollado en 2015, estimándose que el PIB per cápita cercano a los 20 mil dólares, puede ser posible en los años 2018 o 2020. Ver en <http://www.eclac.cl/cgi-bin/getProd.asp?xml=/dds/noticias/paginas/4/10674/P10674.xml&xsl=/dds/tpl/p18f.xsl&base=/tpl/top-bottom.xsl> <http://www.gob.cl/especiales/agenda-chile-pais-desarrollado/>

[15] Bernhardt & Massard-Guilbaud, 2002.

[16] Terremotos en el siglo XX: <http://www2.udec.cl/gema/Terr_sigloXX.html> [ 7 de abril de 2012].

[17] Rabi, 2011.

[18] Rabi, 2011.

[19] Irwin, 2002.

[20] Aliste, 2011b.

[21] Díaz, 2010.

[22] Aliste, 2011b.

[23] Rabi, 2011.

[24] Aliste, 2011a.

[25] Beltrán, 2011.

[26] Mazzei de Gracia & Pacheco, 1985; Musset, 2010.

[27] Centro de investigación de la Universidad de Concepción creado a inicios de los años ’90 con apoyo de la Unión Europea y el Gobierno Italiano.

[28] Aliste & Almendras, 2010.

[29] Ley 19.300 de Bases Generales del Medio Ambiente. Promulgada el 9 de marzo de 1994 por el Presidente Patricio Aylwin.

[30] Testimonio de habitante de Caleta El Morro, entrevista realizada en junio de 2010.

[31] ASIPES, 2010.

[32] Valenzuela, 2002; Ruiz, 1999.

[33] Muñoz & Stefoni, 2002.

[34] Lagos R., 1999.

[35] Rabi, 2011.

[36] BCN, 1999.

[37] Rabi, 2011.

[38] Pérez & Fuentes, 2010.

[39] GORE, 2006; 2005.

[40] Aliste & Almendras, 2010.

[41] Smith & Romero, 2009.

[42] Di Méo & Buléon, 2005; Di Méo, 1998; 1999.

[43] Rist, 2007.

[44] Di Filippo, 2007.

[45] Lindón & Hiernaux, 2010.

[46] Foucault, 1971.

[47] Leff, 2002.

 

Bibliografía

ALISTE, E. Territorio y ciencias sociales: trayectorias espaciales y ambientales en debate. In E. Aliste, & A. Urquiza. Medio ambiente y sociedad. Conceptos, metodologías y experiencias desde las ciencias sociales y humanas.. Santiago: RiL Editores, 2010, p. 55-76.

ALISTE, E. Territorio y huellas territoriales: una memoria del espacio vivido en el Gran Concepción, Chile. Desenvolvimento e Meio Ambiente, n. 23, jan./jun, UFPR, 2011a p. 25-38.

ALISTE, E. Imaginarios del desarrollo en la dinámica del territorio del Gran Concepción, Chile: huellas de una transformación en la geografía social de la ciudad. Revista Geográfica de América Central, 2011b, nº especial EGAL, p 1-14.

ALISTE, E., & ALMENDRAS, A. Trayectoria territorial de la conurbación Concepción-Talcahuano: industria, asentamientos humanos y expresión espacial del desarrollo, 1950-2000. In L. Pérez, & R. Hidalgo. Concepción Metropolitano. Evolución y desafíos. Concepción: Universidad de Concepción -Serie GEO-Libros (PUC), 2010, p. 123-149.

ASIPES. Inicios de la industria pesquera. Los 80 y el boom pesquero. 2010. <http://www.asipes.cl/QuienesSomos.aspx?Me_Id=4>. [10 de marzo de 2010].

BCN. Medio Ambiente y Calidad de Vida. Santiago: Biblioteca del Congreso Nacional de Chile. Departamento de Extensión y Publicaciones, 1999.

BELTRÁN, M. Transformaciones espaciales y valoración social del Humedal Rocuant-Andalién: una dinámica socio-ecológica de medio siglo. Informe de práctica profesional (realizada en el marco del Proyecto FONDECYT 1090248). Santiago: FAU-Universidad de Chile, 2011.

BERNHARDT, C., & MASSARD-GUILBAUD, G. Le démon moderne. La pollution dans les sociétés urbaines et industrielles d'Europe. Clermont-Ferrand: Presses Universitaires Blaise-Pascal, 2002.

COQUERY-VIDROVITCH, C., HEMERY, D., & PIEL, J. Pour une histoire du développement. États, sociétés, développement. Paris: L'Harmattan, 1988.

CORFO. 20 años de labor. 1939 - 1959. Santiago: CORFO, 1962.

DI FILIPPO, A. La Escuela Latinoamericana del Desarrollo: tensiones epistemológicas de un movimiento fundacional. Cinta de Moebio, 2007, nº 29, p. 124-154.

DI MEO, G. Géographie sociale et territoires. Paris: Nathan Université, 1998.

DI MEO, G. Géographies tranquilles du quotidien. Une analyse de la contribution des sciences sociales et de la géographie à l’étude des pratiques spatiales. Cahiers de géographie du Québec, 1999, vol. 43, nº 118, p. 75-93.

DI MEO, G., & BULEON, P. L'espace social. Lecture géographique des sociétés. Paris: Armand Colin, 2005.

DÍAZ, A. Transformaciones territoriales: los imaginarios del desarrollo territorial en Concepción-Talcahuano, 1960-2010 (realizada en el marco del Proyecto FONDECYT 1090248). Tesis de magíster dirigida por Enrique Aliste. Santiago: FACSO, Universidad de Chile (inédita), 2010.

ECHEÑIQUE, A., & RODRÍGUEZ, C. Historia de la Compañía de Aceros del Pacífico S.A. Huachipato: consolidación del proceso siderúrgico chileno 1905-1950. Santiago: CAP S.A. de Inversiones, 1990.

ESCOBAR, A. La invención del tercer mundo. Construcción y deconstrucción del desarrollo. Barcelona: Grupo Editorial Norma, 1996.

FOUCAULT, M.. L'ordre du discours. Paris: Gallimard, 1971.

GIDDENS, A. The consequences of modernity. Stanford University Press, 1991.

GÓNGORA, M. Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y XX. Santiago: La Ciudad, 1981.

GORE. Zonificación del Borde Costero. Memoria Explicativa. Concepción: Gobierno Regional del Bío Bío, 2006.

GORE Bio-Bío. Atlas de los territorios de planificación de la región del Bio-Bío. Concepción: Observatorio Territorial GORE (Gobierno Regional), 2005.

HIDALGO, R., & ARENAS, F. Las políticas de vivienda social y la construcción del espacio urbano en Santiago en las últimas décadas. In F. Arenas, R. Hidalgo, & J. Coll. Los nuevos modos de gestión de la metropolización. Santiago: Ediciones Pontificia Universidad Católica de Chile, Instituto de Geografía. Serie Geolibros, 2003, p. 69-84.

ILABACA, P. El riesgo de anegamiento en la llanura litoral de Concepción - Talcahuano. Proposición metodológica. Rev. Geográfica de Chile Terra Australis, 1993, nº 38, p. 65-72.

ILABACA, P. Condiciones naturales y crecimiento urbano: caso comuna de Talcahuano. Revista Geográfica de Chile Terra Australis, 1995, nº 40, p. 7-29.

INE. Población de los Centros Poblados de Chile 1875-1992. Santiago: INE, 1992.

IRWIN, A. Riesgo, medio ambiente y conocimientos medioambientales. In Redclift y Woodgate (coord.). Sociología del medio ambiente. Madrid: McGraw Hill, 2002, p. 223-233.

LAGOS, P. Transformaciones y apropiaciones socioculturales del territorio desde mediados del siglo XX a la actualidad: el caso de la Población Santa Clara, Talcahuano (realizada en el marco del Proyecto FONDECYT 1090248). Tesis para optar al título de antropólogo dirigida por Nicolas Guisi. Concepción: Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Concepción, 2010.

LAGOS, R. Primer Gobierno del Siglo XXI. Programa de Gobierno: Para Crecer con Igualdad. 1999.

LEFF, E. Saber ambiental. Sustentabilidad, racionalidad, complejidad, poder. México: Siglo XXI, 2002.

LINDON, A., & HIERNAUX, D. Los giros de la geografía humana. Desafíos y horizontes. México: Anthropos, 2010.

MARDONES, M., & VIDAL, C. La zonificación y evaluación de los riesgos naturales de tipo geomorfológico: un instrumento para la planificación urbana en la ciudad de Concepción. EURE (Santiago), 2011, vol. 27, nº 81, p. 97-122.

MASSARD-GUILBAUD, G. Histoire de la pollution industrielle. France, 1789-1914. Paris: Éditions EHESS, 2010.

MAZZEI, L., & PACHECO, A. Historia del traslado de la ciudad de Concepción. Concepción: Ediciones de la Universidad de Concepción, 1985.

MUÑOZ, F. Instrumentos de planificación territorial del Área Metropolitana de Concepción (AMC) y su relación con los modelos de desarrollo, 1960-2010 (realizada en el marco del Proyecto FONDECYT 1090248). Tesis para optar al título profesional de Geógrafo dirigida por Miguel Contreras. Santiago: FAU - Universidad de Chile (inédita), 2011.

MUÑOZ, O., & STEFONI, C. El período del Presidente Frei Ruiz-Tagle. Santiago: Ed. Universitaria, 2002.

MUSSET, A. Vulnerabilidad social, justicia espacial y resiliencia. Concepción, Chile, entre dos terremotos (1751-1835). In A. Musset. Ciudad, sociedad, justicia: un enfoque espacial y cultural. Mar del Plata: Eudem, Universidad Nacional de Mar del Plata, 2010, p. 31-64.

PACHECO, A. Historia de Concepción. Siglo XX. Concepción: Cuadernos del Bio-Bío (Universidad de Concepción - I. Municipalidad de Concepción), 1997.

PÉREZ, L., & FUENTES, P. El Plan Regulador Intercomunal de 1963 (PRIC). Inicios de la planificación metropolitana. In L. Pérez, & R. Hidalgo. Concepción Metropolitano. Evolución y desafíos. Concepción: Universidad de Concepción - Serie GEO-Libros (PUC), 2010, p. 45-58.

PÉREZ, L., & HIDALGO, R. Concepción Metropolitano. Evolución y desafíos. Concepción: Universidad de Concepción - Serie GEO-Libros (PUC), 2010.

PÉREZ, L., & SALINAS, E. Crecimiento urbano y globalización: transformaciones del Área Metropolitana de Concepción, Chile, 1992-2002. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de noviembre de 2007, vol. 11, nº. 251. <http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-251.htm>.

RABI, V. Hacia una sociología del medioambiente: un estudio de las representaciones del desarrollo en actores del Gran Concepción (realizada en el marco del Proyecto FONDECYT 1090248). Tesis para optar al título profesional de Socióloga dirigida por Enrique Aliste. Santiago: FACSO - Universidad de Chile (inédita), 2011.

RIST, G. Le développement: histoire d'une croyance occidentale. Paris: Presses de la Fondation Nationale des Sciences Politiques (Sciences Po), 2007.

RUIZ, B. La experiencia del Programa de Recuperación Ambiental de Talcahuano. Ambiente y Desarrollo - Ed. Especial Actas del 6to Encuentro Científicio del Medio Ambiente. , may/jun 1999, vol. 15, nº 1 y 2.

SMITH, P., & ROMERO, H. Efectos del crecimiento urbano del Área Metropolitana de Concepción sobre los humedales de Rocuant-Andalien, Los Batros y Lenga. Revista de Geografía Norte Grande, 2009, nº.43, p. 81-93.

VALENZUELA, J. Estudio de caso GWP: Recuperación Ambiental Integral de la Comuna de Talcahuano. Global Water Partnership (GWP), Integrated Water Resources Management, 2002.

 

© Copyright Enrique Aliste, 2012.
© Copyright Scripta Nova, 2012.

 

Ficha bibliográfica:

ALISTE, Enrique. El discurso del desarrollo y sus efectos ambientales en Chile: prácticas espaciales y transformaciones territoriales en el área metropolitana de Concepción, 1950-2010. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de noviembre de 2012, vol. XVI, nº 418 (40). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-418/sn-418-40.htm>. [ISSN: 1138-9788].

Índice del nº 418
Índice de Scripta Nova