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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. XVII, núm. 427 (3), 20 de enero de 2013
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]

 

EL PUEBLO GITANO: UNA IDENTIDAD GLOBAL SIN TERRITORIO

Teresa Sordé
Depto. de Sociologia- GEDIME – Universitat Autònoma de Barcelona
Teresa.Sorde@uab.cat

Ramón Flecha
Facultad de Economía y Empresa – Universidad de Barcelona
Ramon.Flecha@ub.edu

Teodor Mircea Alexiu
Dep. of Social Work – University of West of Timisoara
tmalexiu@socio.uvt.ro

Recibido: 28 de marzo de 2011. Devuelto para correcciones: 9 de junio de 2011. Aceptado: 23 de julio de 2012.

El pueblo gitano: una identidad global sin territorio (Resumen)

Los Estados-nación han reforzado la vinculación entre identidad y territorio delimitado por fronteras. En los últimos años, la comunidad gitana, con su definición como un pueblo que ni tiene ni quiere un territorio, ha iniciado un proceso que está transformando la relación entre territorio e identidad tanto en la Unión Europea como en la teoría social. El parlamento europeo recogió y aprobó por unanimidad la principal conclusión del precedente de INCLUD-ED, el proyecto RTD WORKALÓ, del V Programa Marco de Investigación: el reconocimiento del pueblo gitano. Esa investigación aportó el análisis de la identidad transterritorial gitana, uno de los mejores ejemplos reales de que disponemos como modelo de la globalización. El impacto de esa nueva concepción no sólo ha llegado a la política, sino también a las ciencias sociales, en las cuales autores como Beck, Habermas o Touraine han criticado el nacionalismo metodológico para analizar los actuales fenómenos sociales.  

Palabras clave: pueblo gitano, identidad, transterritorialidad, transnacionalidad, proyecto WORKALÓ.

The Roma People. A global identity without territory (Abstract)

The Nation States have reinforced the connection between identity and territory demarcated by borders. Over the last years, the Roma community, defined as a people that do not have nor want a territory, have started a process that is transforming the relationships between territory and identity both in the European Union as well as in the social theory. The European parliament gathered and approved by unanimity the main conclusion of INCLUD-ED's background project, the RTD Project WORKALÓ, from the V Framework Programme of Research: the recognition of the Roma People. This research provided the analysis of the Roma transterritorial identity, one of the best real example as a model of the globalization. The impact of this new conception not only has influenced politics but also the social sciences, in which authors such as Beck, Habermas or Touraine have criticized the methodological nationalism to analyze current social phenomena.

Key words: Roma, identity, transnationality, transterritoriality, WORKALÓ project.


Los episodios protagonizados por el gobierno francés y el italiano en la historia del pueblo gitano europeo, no fueron presenciados por un pueblo gitano dividido, disperso o mudo. Muy al contrario, desde los primeros indicios, miles de personas y organizaciones gitanas, y muchas no gitanas en solidaridad con ellas, se movilizaron por las calles de Barcelona, Bucarest, Bruselas o París, entre muchas otras ciudades, para reivindicar el respeto a los derechos humanos. La Europa del siglo XXI se convertía, así, en escenario de una identidad gitana que va más allá de todo territorio.

Las aportaciones teóricas sobre las identidades se han realizado tradicionalmente desde la perspectiva de los Estados-nación. Estas teorías han ignorado ejemplos como el gitano. Entre las mayores reivindicaciones de otros pueblos y grupos culturales se encuentra la de tener un Estado propio. Es el caso, por ejemplo, del pueblo judío con el Estado de Israel que es fruto de una reivindicación histórica de esta comunidad. El pueblo gitano, en cambio, ha demostrado a través de su historia que es posible mantener una identidad que no tiene una vinculación territorial. Como señalaron sus representantes en la Conferencia Mundial contra el Racismo, celebrada en agosto de 2001 en Durban[1], su esfuerzo se centra en que la sociedad les contemple y les acepte como un solo pueblo. En Durban se definieron a sí mismos, los gitanos y gitanas del mundo, como portadores de una historia con orígenes comunes y con una cultura que es idéntica en lo relativo a los valores fundamentales. Por esta razón, ni entonces ni ahora, no centran su reivindicación en obtener un estado gitano sino, como declararon en Durban, en su deseo común de aparecer ante las instituciones políticas y la sociedad en general, como un pueblo que habla con una sola voz y que se mantiene unido para superar la desigualdad histórica que sufre.

WORKALÓ[2] fue el primer proyecto de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico (RTD, Research and Technological Development) de todos los programas marco de la Comisión Europea, centrado en analizar la situación de la población gitana europea y aportar una dimensión no territorial a la concepción de identidad. WORKALÓ fue el antecedente de INCLUD-ED[3], el proyecto de mayor rango científico y con más recursos de los Programas Marco de la Comisión Europea dedicado a la educación escolar. Los proyectos RTD como WORKALÓ son un mecanismo para la promoción de investigaciones de gran calidad, que se evidencia a través de sus contribuciones para resolver problemas sociales, económicos y tecnológicos de la sociedad europea. En WORKALÓ participaron investigadores e investigadoras de cuatro centros de investigación europeos, y colaboraron representantes de la comunidad gitana en Europa. Coordinado desde el CREA, el Centro de Investigación en Teorías y Prácticas Superadoras de Desigualdades de la Universidad de Barcelona, el equipo estaba formado por miembros de la Universidad de Surrey en Reino Unido, de la Universidad de West Timisoara en Rumania, y del Instituto Superior de Servicio Social de Lisboa en Portugal. Parte de los resultados del proyecto que generaron un importante impacto político y científico, son analizados a continuación.

El artículo se ha dividido en cuatro apartados. El primero se centra en la contextualización y análisis socio-histórico del pueblo en la Europa del siglo XXI, e incluye también un recorrido diacrónico sobre la perspectiva transterritorial que nos ofrece la experiencia gitana desde su éxodo del Norte de la India. En segundo lugar, el apartado de metodología aporta información relevante sobre el proyecto europeo WORKALÓ[4] y la metodología comunicativa, las técnicas de recogida de la información utilizadas y los perfiles seleccionados. Los resultados obtenidos en este proyecto se exponen en el tercer apartado en el que se aporta la contribución del presente artículo. Así, en los resultados se analizan los conceptos de transnacionalidad, identidad y transterritorialidad y se presentan las consecuencias políticas y científicas de una identidad gitana transterritorial que, a la vez que es compartida por los gitanos y gitanas, contempla la diversidad existente entre ellos. Esta contribución se refleja en los testimonios recogidos en la investigación y presentados en este apartado. A nivel político, destaca el reconocimiento del pueblo gitano en la Unión Europea[5] y en el Congreso de los Diputados[6], como una de las minorías transterritoriales existentes. A nivel científico, el concepto de identidad transterritorial encaja con la necesidad reivindicada por autores como Beck, Habermas o Touraine, de superar el nacionalismo metodológico para analizar los fenómenos sociales actuales. El artículo finaliza con unas conclusiones que incluyen las propuestas surgidas del proyecto WORKALÓ y que sitúan la aportación del concepto de transterritorialidad gitana en el debate actual en ciencias sociales.


El contexto social e histórico del pueblo gitano

El pueblo gitano es la minoría étnica no inmigrante mayoritaria en Europa. A diferencia de otras comunidades, en los documentos del propio movimiento asociativo gitano y en la literatura científica, está ausente la reivindicación de un Estado o un territorio propio. En uno de los artículos publicados y destacados por la Unión Romaní, Agustín Vega Cortés[7] escribía estas palabras:

Pueden existir pueblos que no tengan territorio, que no tengan ni siquiera la pretensión de tenerlo, pero sí mantienen su cultura, su "sentirse pueblo", pueden existir durante siglos. El mundo está lleno de ejemplos que nos demuestran hasta qué punto eso es así; los gitanos somos uno de esos pueblos; no somos más, pero tampoco menos. 

El deseo del pueblo gitano es vivir como un colectivo de personas unidas por una cultura común en diferentes países del mundo. Ejemplo de ello es su reivindicación de que se les denomine como un único pueblo y con un solo nombre, “Romà”, en todas las partes del mundo[8]. En la ya mencionada Conferencia Mundial contra el Racismo de Durban, las personas representantes de las organizaciones gitanas criticaron a quienes escriben sobre ellas y utilizan múltiples denominaciones para referirse a sus miembros. Consideran que así se refuerza todavía más la imagen estereotipada que la sociedad mayoritaria tiene sobre las personas gitanas. De acuerdo con ello, sus representantes reivindicaron su derecho a que su pueblo sea reconocido, y a elegir la denominación que debe emplearse para referirse a las personas gitanas de todo el mundo:

Cuando se habla de nosotros se hace referencia al pueblo gitano, romà, romanies, gypsy, sinti o nómadas como si se tratara de pueblos diferentes unidos por unos mismos problemas. Desde nuestra organización reclamamos que se respete el único nombre por el que los gitanos de todo el mundo queremos ser conocidos e identificados, que es el término “ROMÀ”, con acento tónico en la “a” como palabra aguda. ROMÀ es el plural del nominativo “ROM” y quiere decir sencillamente “GITANOS”. Nosotros somos los “ROMÀ”, es decir “LOS GITANOS”. Los gitanos de todo el mundo estamos haciendo un gran esfuerzo para que la sociedad nos vea y nos acepte como un solo pueblo, integrado por más de doce millones de personas que vivimos fundamentalmente en Europa (10 millones) y en América (2 millones y medio). Somos portadores de una historia común en sus orígenes y de una cultura idéntica en lo fundamental. El empecinamiento de los redactores de los documentos en referirse a nosotros con múltiples denominaciones contribuye a distorsionar aún más la imagen que de nosotros se tiene en la sociedad mayoritaria, así como a hacer más difícil nuestro deseo de aparecer ante los poderes públicos como un pueblo que habla con una sola voz y que permanece unido en la formulación de sus justas reivindicaciones[9].

Esta declaración lleva la voz de las personas gitanas de todo el mundo y refleja su voluntad de ser denominados Romà. Asimismo refleja su deseo de manifestar su unidad como pueblo que habla una sola voz. De ahí la reivindicación por parte del movimiento asociativo gitano en España que se ha pronunciado a favor de esta declaración y que desde entonces se pronuncia como “pueblo gitano” y prefiere que se haga referencia a su comunidad utilizando ese mismo término. Siguiendo esa misma declaración, el presenta artículo utiliza el término “pueblo gitano” para referirnos a toda la comunidad de personas que lo forman Además de ser reivindicado por las organizaciones gitanas, está reconocido a nivel institucional por la Generalitat de Catalunya[10], por el Congreso de los Diputados[11] y por el Parlamento Europeo[12]. De ahí que a lo largo de este artículo se haya optado por usar este término.

Actualmente, se estima que viven unos 12 millones de personas gitanas en países de Europa, América y algunas áreas de Asia y Oceanía. Según el Consejo de Europa, se estima que la mayoría de Roma y personas itinerantes (travellers) se encuentran en Europa[13]. Antes de la ampliación a los países del Este, España era el país miembro con mayor número de población gitana. Las cifras varían según la fuente, de modo que la media estimada del Council of Europe Roma and Travellers Division es de 725.000 gitanos y gitanas[14], mientras que la encuesta FOESSA 2008[15] estima un número superior de 970.000. A España le seguirían Francia, con 400.000 personas gitanas, e Italia con 140.000. Pero hoy es en el conjunto de los países de Europa Central y del Este donde vive la mayor parte de las personas gitanas europeas. En Rumanía habría entre 1.800.000 y 2.500.000 personas gitanas, entre 700.000 y 800.000 en Bulgaria, y de 400.000 a 1.000.000 en Hungría[16]. En la misma línea, el World Bank estima que los países de la Europa central con mayor número de población gitana son Rumania (8,3%-11,5%), Bulgaria (9%-10,4%) y Macedonia (10,7%-12,7%), con una población gitana que estaría entre el 8% y el 12%[17].

Entre las estimaciones sobre la distribución territorial de la población gitana en Europa central, publicadas por organismos internacionales como el World Bank, la United Nations Development Programme (UNDP) o el Roma Education Fund (REF) destacan, además de los ya mencionados, los siguientes países: Croacia (0,7%-0,9%), Bosnia y Herzegovina (1%-1,3%) y Kosovo (1,8%-2%) no llegan al 2% de gitanos y gitanas dentro de sus poblaciones totales; la República Checa (1,6%-3%), Albania (2,9%-3,2%) y Montenegro (3,2%) son países con menos de un 4% de población gitana, mientras que Eslovaquia (6%-7%), Hungría (5,3%-5,8%) y Serbia (6%-6,7%) tendrían entre un 4% y un 8%[18]. Finalmente, tampoco podemos obviar el dato de Turquía que, según el Consejo de Europa, es el país donde vive la mayoría de personas gitanas, para el que estima una media aproximada de 2.750.000[19].

Pero la presencia del pueblo gitano no termina en el territorio del continente europeo. Hay estudios que estiman entre 800.000 y 1.000.000 de personas gitanas en Brasil; más de 300.000 en Argentina; entre 15.000 y 20.000 en Chile; 8.000 en Colombia; 5.000 en Ecuador y la misma cifra en Uruguay[20]. En Australia se estima que viven más de 22.000 personas gitanas[21]. También se encuentran gitanos en los Estados Unidos, pero el censo no contiene cifras sobre ellos. Sin embargo, Ian Hancock, lingüista gitano profesor de la Universidad de Texas, ya aseguraba hace años que había más de un millón de gitanos y gitanas en los Estados Unidos, de forma que constituiría un grupo mayor a la minoría Amish[22]. Pero en cualquier caso, en ninguno de estos contextos el pueblo gitano supone la mayoría de la población sino que en todos los países constituye una minoría[23].

El proyecto Ethnic Monitoring and Data Protection[24] desarrolló un estudio comparativo de las disposiciones legales que existen en ocho países europeos, en referencia a la recolección y protección de datos étnicos. El estudio mostraba cómo, en la mayoría de países, el motivo principal que lleva a no recoger este tipo de información es la falta de voluntad política y no las incompatibilidades legales, concluyendo que ambos derechos no son incompatibles. Por el contrario, se urge a los países a recopilar datos sobre sus minorías étnicas para implementar disposiciones anti-discriminación. En este estudio también se destaca que existen reticencias por parte de algunas personas gitanas a identificarse como tales. A causa de los estereotipos y prejuicios existentes hacia esta minoría, algunas personas gitanas esconden su identidad por miedo a las consecuencias que ello les acarrea, tales como el despido laboral o el rechazo social.

El estudio sobre población gitana del Research Institute for Quality of Life[25] consideraba que cada vez más, las estadísticas oficiales sobre la población gitana irían incrementándose y acercándose a la realidad, siendo cada vez más las personas gitanas que se identifiquen como tales sin miedo a revelar su identidad. Aun así, nos queda todavía un largo camino por recorrer. Es evidente que una de las mayores limitaciones que se presenta en la investigación científica dedicada a la comunidad gitana es la ausencia de cualquier tipo de información. Otras, la escasez de datos procedentes de fuentes secundarias que, en la mayoría de los casos, son sólo estimaciones realizadas a través de fuentes informales, a nivel local y nacional.

Una de las reivindicaciones más controvertidas es poder disponer de estadísticas de su distribución territorial. Las personas gitanas manifiestan, a través de sus organizaciones, aceptar el argumento de la peligrosidad de esos datos, teniendo en cuenta lo que ha ocurrido en el pasado, por ejemplo, durante el exterminio nazi, en la guerra de Bosnia o en episodios más recientes de la historia europea, como las expulsiones de familias gitanas en Italia o Francia. Pero algunos consideran que la razón real de no poder disponer de sus datos étnicos proviene del intento de ocultar las enormes desigualdades que sufren, sumada a la negativa a reconocer su identidad como pueblo. Esta identidad tiene a la transterritorialidad como una de sus principales características. Como veremos a continuación, la historia del pueblo gitano ha marcado este carácter. Pero también ha venido condicionado por el racismo, generando una situación de exclusión social que hoy es común a una parte importante de los gitanos y gitanas de todo el mundo.


Historia, intercambios culturales y unidad identitaria

El origen del pueblo gitano ha sido un tema muy controvertido en el debate científico internacional. Han sido varias las personas que a lo largo de los tiempos se han interesado por averiguar dónde se encuentra el origen de este pueblo, caracterizado por su gran movilidad sobre el territorio. Sin embargo, el importante vacío de pruebas documentales que evidencien los diferentes caminos que han seguido las personas gitanas, ha dificultado en grado sumo el trabajo de las personas que tratan este tema.

Algunos estudios han explicado la llegada a Europa del pueblo gitano como resultado de la huida ante la propagación del Islam en Asia. Otros han situado su origen en Egipto, lo que explicaría la raíz de la palabra gitano[26]. Sin embargo, las pruebas más contundentes e indiscutibles proceden de los estudios de lingüística. Desde 1780, los lingüistas alemanes Grellmann y Rudiger, y el británico Jacob Bryant, demostraron científicamente cómo el Romanó, la lengua de los gitanos, tenía sus raíces en el idioma sánscrito[27]. Desde entonces existe una amplia aceptación, por parte de la comunidad científica internacional y del propio pueblo gitano, de la certeza de que sus orígenes se encuentran en el Punjab y el Sinth, zonas situadas al noroeste de la India. Algunos fijan la fecha de su salida hacia el 1000 – 1100 dC y otros incluso antes del siglo X[28]. Se cree que durante las invasiones islámicas que se produjeron durante el siglo IX en zonas del norte de la India, varios de sus moradores decidieron emprender una huida (el éxodo) que les llevó primero hacia la zona occidental de Asia (Oriente Medio) y más tarde, en sucesivas migraciones, hacia el continente europeo. Esos movimientos se vieron más tarde reforzados por las migraciones que volvieron a producirse en la India a raíz de las invasiones de los mongoles durante el siglo XIII.

De acuerdo con Kenrick[29], los inmigrantes indios siguieron la ruta de Persia, donde se les comenzó a denominar pueblo Dom o Rom, y de ahí se desplazaron hacia Europa a través del Mediterráneo. Según varios autores, el primer territorio europeo que las personas gitanas atravesaron fue Corfú, a principios del siglo XIV[30]. Desde entonces, la gran familia del pueblo Rom ha ido siguiendo diferentes caminos por Europa, dando lugar a grandes grupos como son los kalé, lovari, sinti, kalderach y manouche. En los distintos lugares donde se han establecido, estos grupos han adoptado la lengua y han desarrollado tradiciones y variantes del Romanó, fruto de la interacción e intercambios culturales. Pero dentro de la diversidad que les caracteriza, cada uno de estos grupos ha mantenido la unidad como pueblo a través de la fuerte vinculación que proporciona la identidad gitana. Esta identidad une a sus miembros en todo el mundo indistintamente del país de residencia porque ha sido forjada junto a una historia de huidas permanentes. A menudo, los gitanos y gitanas continúan siendo un pueblo itinerante a causa del racismo y la xenofobia. A finales de los años ochenta del siglo XX, aproximadamente más de 1.200.000 personas emigraron de los países del Este y, posteriormente, huyeron del conflicto de los Balcanes hacia los países del Oeste, Canadá y Estados Unidos. Así por ejemplo, de los 140.000 inmigrantes procedentes de Rumanía que llegaron a Alemania (RFA) entre 1989 y 1991, 21.000 eran gitanos, y en 1991, de los 40.054 rumanos que llegaron pidiendo asilo político, dos tercios eran gitanos[31].

Por su imagen fundamentalmente errante y un estilo de vida diferente al de las poblaciones que habitaban los lugares por los que pasaban, desde su llegada a Europa hasta la actualidad, el pueblo gitano se ha encontrado en situaciones discriminatorias que han condenado a sus miembros a permanecer en los márgenes de la sociedad europea. Un ejemplo de ello es el recogido por San Román[32] y María Helena Sánchez Ortega[33] del documento Diario de un burgués de París, una crónica que describe su llegada a esa ciudad el 12 de agosto de 1427. El documento dice que muchos iban a verlos y ellos, de aspecto extraño y miserable, adivinaban el futuro leyendo la palma de la mano y que así y con lo que sacaban de pequeños robos se ganaban el pan. La crónica también explica que el Obispo de París fue a verlos para ordenarles que se marcharan ese mismo septiembre. Esta crónica ya contiene los estereotipos que se han reproducido hasta nuestros días[34]. A lo largo de la historia, los gitanos y gitanas han sido víctimas de la esclavitud, expulsados, perseguidos y criminalizados en la mayoría de países europeos. Varias generaciones gitanas itinerantes han hecho frente a las persecuciones y a fuertes discriminaciones sufridas. Así han ido forjando una cultura a lo largo de la historia, con normas propias para mantener la organización de la comunidad. La unidad identitaria del pueblo gitano constituye un elemento clave en la resistencia al contexto histórico-político discriminatorio en el que ha convivido con las comunidades no gitanas. Tradicionalmente, su movilidad histórica y sus interacciones con miembros de otras culturas mayoritarias han recibido como respuesta un rechazo a lo diferente. Al mismo tiempo, los intercambios culturales protagonizados por la comunidad gitana han sido tan importantes como su unidad identitaria. Varias generaciones de gitanos y gitanas han acabado creando una cultura que ha perdurado a través de la historia, sobreviviendo a los constantes ataques que ha sufrido este pueblo ancestral.

La creación de los Estados modernos no representó el fin de estas políticas sino que, muy al contrario, el siglo XX marcó la historia romaní con el Porrajmos. Este término, que en romanó significa “la absorción” o “la devoración”, es el nombre que recibe el genocidio del pueblo gitano en manos de los nazis y de sus colaboradores[35]. Durante la Segunda Guerra Mundial fueron asesinados entre un cuarto de millón y más de medio millón de gitanos en los campos de exterminio nazis[36]. El reconocimiento público y la indemnización a las víctimas gitanas de este genocidio es todavía una asignatura pendiente en una Europa que se esfuerza para mirar al futuro desde la cohesión social. Algunos intelectuales como Noam Chomsky[37] ya han alzado sus voces para denunciar este silencio histórico. Pero a pesar de la dispersión geográfica y de las atrocidades históricas padecidas, el pueblo gitano ha logrado mantener su identidad, adaptándola al mismo tiempo a cada contexto. A pesar de este fuerte sentimiento de cohesión social del que goza la cultura gitana, la exclusión que han sufrido y sufren sus miembros ha imposibilitado el conocimiento y la difusión de su cultura e identidad. Se pierde, así, un importante potencial desde el punto de vista de la integración de territorios, en una Europa que se encuentra en un  momento especialmente difícil para su proceso de consolidación, tanto en términos políticos y económicos, como sociales e identitarios. Además, tal desconocimiento ha favorecido que se generen más prejuicios, estereotipos y tipificaciones exclusoras. Para lograr una convivencia intercultural y cohesión social es necesario conocer cómo son las culturas, sus saberes, sus valores y sus formas de vida. Superando el desconocimiento de la cultura e identidad gitanas se daría el primer paso hacia ello.  


Pobreza y discriminación más allá de los territorios

La exclusión social está conectada a la especificidad del contexto geográfico, social e incluso histórico. Para definir las situaciones de pobreza y de marginación, son de gran utilidad los análisis de autores como el economista y premio Nobel Amartya Sen[38], y el uso que de ellos hacen instituciones supranacionales como la Comisión Europea[39]. Esos análisis entienden el fenómeno de la pobreza considerando sus múltiples dimensiones y facetas. El índice de riesgo de pobreza, la privación de recursos materiales y hogares con indicadores de trabajo de intensidad muy baja, son los principales elementos que toma la Comisión Europea para definirla. De este modo incluyen, además del paro, otros elementos que van más allá de los puramente económicos. Pero también consideran el mayor riesgo que tienen de sufrir pobreza y marginación determinados grupos vulnerables como los estudiados en INCLUD-ED[40]. En comparación con otros colectivos en esos grupos se perpetúan situaciones de fuerte marginalidad y en mayor grado.

Diversos estudios han señalado la marginación que vive el colectivo gitano en España, sus dificultades históricas por conseguir una equidad real y la incorporación de sus miembros en el sistema productivo y en la legalidad jurídica[41]. Los gitanos han realizado los peores trabajos, los rechazados por los no gitanos (payos), los que tienen peores condiciones (explotación), recurriendo a menudo a la economía sumergida. Tal marginación va unida a las prácticas y actitudes discriminatorias que se manifiestan en el ámbito laboral, por ejemplo cuando las personas gitanas son despedidas bajo pretextos diversos, especialmente, cuando se conoce su identidad[42]. En la actualidad esta situación de vulnerabilidad se repite entre personas gitanas y también en determinados grupos migrantes. En general, la falta de acceso a la vivienda, la extrema precariedad laboral o el fracaso escolar son situaciones que no pueden desvincularse del racismo, cuya influencia dificulta una integración que permita el mantenimiento de la propia cultura[43].

En el año 2010, año Europeo para combatir la pobreza y la exclusión social, se destacó a los gitanos y gitanas como uno de los grupos con mayor riesgo de sufrir pobreza en relación al resto de población europea. Sufren marginación en el ámbito de la educación (especialmente segregación), de la vivienda (desalojos, viviendas en malas condiciones o guetización), del empleo (con índices de paro muy altos) y también se encuentran marginados de los procesos de participación política. Además, es el colectivo que más segregación y rechazo padece por parte de la sociedad mayoritaria, como se observa en la encuesta realizada por la European Union Agency for Fundamental Rights[44].

En los años 70, algunos estudios[45] ponían de manifiesto una realidad sobre la que predominaban fuertes estereotipos y prejuicios. Profundizaron en la situación de marginación de los gitanos españoles aportando descripciones de cuestiones tan relevantes como la distribución urbana de esta minoría cultural, la vivienda, sus ocupaciones y nivel socioeconómico, entre otros. San Román y su equipo incorporaron sugerencias para agentes políticos, destacando la planificación urbana, la vivienda, la educación y la capacitación profesional como aspectos clave para la mejora de las condiciones de la población gitana. A principios del siglo XXI encontramos algunos estudios que aportan datos empíricos sobre cómo transformar estas realidades de exclusión. En España, proyectos I+D como Brudila Callí: Las mujeres gitanas contra la exclusión[46] o Callí Butipen: Mujer Gitana y Mercado Laboral[47], además de evidenciar la situación específica de exclusión de la mujer gitana en los ámbitos educativo y laboral, han identificado sus competencias, habilidades, así como las estrategias de éxito en el acceso al mercado laboral y para la superación del fracaso escolar. A nivel internacional, el Center for Comparative Research de la Universidad de Yale[48], analizó los niveles de vida de la comunidad gitana en Hungría, Bulgaria y Rumanía. Este estudio, la primera encuesta realizada que toma como unidad el hogar, demuestra que existe una correlación positiva entre pertenecer a la etnia gitana y el nivel de vida al que sus miembros pueden acceder, independientemente de su nivel educativo y ocupación[49]. Utilizando la base de datos del Minorities at Risk Project[50] Jonathan Fox[51] observaba ciertos patrones de discriminación cultural, económica y política en contra del pueblo gitano. Fox señalaba cómo las personas gitanas tienen que hacer frente a muchas más barreras discriminatorias en términos económicos que las no gitanas. Otro estudio, financiado por el World Bank[52], denunciaba que los niveles de pobreza que se encuentran entre la comunidad gitana son mucho mayores que en el resto de la población. Así por ejemplo, en algunas zonas de Europa Central y del Este el porcentaje de pobreza llega a ser 10 veces superior al habido entre la población no gitana.

La educación y el mercado laboral son dos ámbitos donde los gitanos y gitanas padecen más segregación y rechazo. Según los datos de la UNESCO, un 50% de los niños y niñas gitanas no completan la educación primaria. En los países en cuyos centros educativos hay presencia de alumnado gitano sus resultados educativos están muy por debajo de la media nacional[53]. A su vez, su acceso a la educación superior sigue siendo hoy un reto, ya que los porcentajes bajan desmesuradamente cuando analizamos la presencia de alumnado gitano en las universidades. El fracaso y la segregación escolar son comunes en países de la Europa Central, del Este y del Oeste. Según los datos aportados por la Comisión Europea[54] el 75% de niñas y niños gitanos van a centros de educación especial. En la República Checa los gitanos y gitanas son enviados a centros educativos para alumnado con discapacidad mental leve o a centros escolares específicos para gitanos y gitanas, donde se da una educación de nivel inferior a la de otros centros educativos[55]. Según un informe del European Roma Rights Centre[56], en Francia, donde no existen datos disponibles oficiales actualizados, la situación educativa de los niños y niñas gitanas es incluso peor comparada con otros países. Vargas y Gómez[57] inciden en que la segregación educativa de los gitanos y gitanas está basada en prejuicios y actitudes racistas. Esto se evidencia, por ejemplo, cuando se identifica el fracaso escolar o el poco interés por el aprendizaje como algo propio de la cultura gitana, cuando se vincula el hecho de ser gitano/a con el conflicto y los problemas de aprendizaje, o cuando se hacen comentarios despectivos sobre el alumnado gitano y su cultura.

El informe elaborado por Cahn y Guiad[58] destaca que los gitanos y gitanas de países del Este que han emigrado a Canadá o Reino Unido alegan como uno de los principales motivos de la migración, que allí sus hijos e hijas no son discriminados ni humillados en la escuela como lo son en sus países de origen. A su vez, conciben este hecho como uno de los principales motivos para no regresar. Efectivamente, la discriminación que sufren desde la educación primaria tiene como consecuencia un desnivel educativo en la secundaria y, en muchos casos, el abandono escolar y la imposibilidad de acceder a la educación superior. De acuerdo con la Estrategia Europa 2020, la formación es una de las claves para reducir la pobreza y la exclusión social. En consecuencia, la falta de esta formación está incidiendo negativamente en la inserción laboral de las personas gitanas pero, además, el acceso al mercado laboral es uno de los ámbitos donde se hace más evidente la exclusión social de los gitanos y gitanas. Según el Alto Comisario de las Minorías Nacionales de la OSCE (Organization for Security and Co-operation in Europe), hay muchas áreas en Europa donde la tasa de desempleo llega al 100% de la población gitana[59]. Por ejemplo, se estima que el 70% de los gitanos de Hungría están en situación de paro, que en Eslovaquia este porcentaje puede llegar al 100% y que en Macedonia se duplica la media nacional en el caso de la comunidad gitana, pasando del 36% al 76,4%.

En España, las tasas de subempleo o empleo sumergido son mayores entre la comunidad gitana que entre el resto de la población. A finales de los años 90, la mayoría de las personas gitanas que trabajaban lo hacían en profesiones tradicionales (generalmente ejercidas por cuenta propia): entre el 50 y el 80% en venta ambulante, recogida de residuos sólidos urbanos o temporerismo, y entre el 5 y el 15% trabajaba como anticuario, comerciante o desarrollaba profesiones relacionadas con el mundo de las artes. En cambio, tan sólo entre el 10 y el 15% de la población gitana ocupada desarrollaba profesiones nuevas (para la población gitana) en el sector de la construcción, las obras públicas o el funcionariado no cualificado, entre otros[60]. Más recientemente, en el año 2004, según los datos recogidos en el estudio sobre población gitana y empleo[61], el 14% de la población gitana se encontraba desempleada. Aun así, más de un tercio de las personas ocupadas se dedicaban a la venta ambulante y a empleos relacionados con la construcción (albañil, encofrador, peón, pintor). Las mujeres gitanas se empleaban en el sector servicios, realizando trabajos de baja cualificación como la limpieza u otros, y sólo el 6% de las personas gitanas estaban empleadas en sectores que requieren alta cualificación.

Junto a esta situación, la mayor parte de las investigaciones que se han desarrollado hasta el momento sobre el pueblo gitano parten de una visión etnocéntrica que ha obviado las contribuciones realizadas por este pueblo a lo largo de su historia y experiencia. El estudio de la discriminación del pueblo gitano en las diferentes esferas sociales requiere mucha más atención de la que ha recibido, especialmente en lo que se refiere al proceso de construcción de su identidad. En una sociedad tan diversa como la actual, donde la búsqueda de consensos y valores compartidos está a la orden del día, adquiere gran valor conocer el desarrollo de una cultura que ha conseguido transmitir los mismos valores a todos sus miembros sin importar en qué parte del mundo se encuentren. En línea con esta necesidad, en el siguiente apartado se presenta el proyecto RTD del Programa Marco europeo, WORKALÓ, y la metodología comunicativa utilizada en el mismo, que constituye uno de sus principales resultados como metodología de investigación para avanzar tanto en el conocimiento científico de grupos culturales, entre ellos el gitano, como para superar su exclusión. 


Metodología

Durante las últimas décadas, estudios realizados desde la etnografía, la historia oral y la producción visual han incluido las voces gitanas en el desarrollo del trabajo de campo, desplazándose hasta la comunidad para recoger los relatos de las personas gitanas estudiadas[62]. Algunos de estos trabajos han combinado técnicas de recogida de información cuantitativas y cualitativas y, con la finalidad de ser socialmente útiles, han incorporado las expectativas de las personas gitanas y los factores de cambio social en un contexto urbano, tomando como variables principales el hábitat, el trabajo y la educación[63]. Aun así, es imprescindible trabajar para superar la visión etnocéntrica de la investigación social sobre el pueblo gitano. El proyecto RTD europeo WORKALÓ. The creation of new occupational patterns for cultural minorities: The Gypsy case[64] ha dado algunas respuestas para abordar esta necesidad.

WORKALÓ tenía como objetivo principal definir estrategias innovadoras de desarrollo económico y social orientadas hacia la cohesión social, teniendo presente que los grupos culturales y el pueblo gitano en particular, tienen mucho que aportar al refuerzo de la cohesión social europea. Este artículo toma algunos de los muchos resultados obtenidos durante los cuatro años de investigación que nos han llevado a definir la transterritorialidad como característica del pueblo gitano y a enlazarla con los intentos de crear una identidad europea en el contexto actual. A modo de ejemplo, y con la finalidad de contribuir a la mejor comprensión del concepto, más adelante, en el siguiente apartado, se presentan referencias a los relatos comunicativos de vida cotidiana y grupos de discusión realizados con personas gitanas en diferentes países europeos durante dicha investigación. Las citas seleccionadas aportan información sobre la cuestión de la transterritorialidad gitana. Todas ellas fueron expresadas por personas gitanas de diferentes países europeos, participantes en la investigación WORKALÓ, cuyos perfiles se enmarcan dentro de las variables y características definidas en el cuadro 1.

De acuerdo con la orientación metodológica comunicativa[65] el proyecto WORKALÓ combinaba técnicas cualitativas de recogida de datos incluyendo revisión de literatura científica, análisis de políticas europeas y análisis de perfiles profesionales. Se realizaron 62 entrevistas en profundidad, 13 grupos de discusión comunicativos, 42 relatos comunicativos de vida cotidiana y 5 observaciones comunicativas, donde participaron personas gitanas, trabajadores, empresarios y formadores de cinco países europeos distintos: Francia, Rumania, Portugal, Reino Unido y España.

Durante el proyecto se entrevistó a formadores, trabajadores y empresarios que habían tenido como empleados a trabajadores gitanos. Las preguntas que se realizaron a los empresarios y trabajadores iban enfocadas a detectar qué tipo de competencias se estaban exigiendo para la contratación de personal, las políticas de formación desarrolladas por las empresas y las actuaciones dirigidas a las minorías étnicas y a las personas gitanas. Los perfiles, tanto de empresarios como de trabajadores, se concretaban en diferentes sectores: hostelería, industria, construcción, tecnologías y ocio. Entre los empresarios destacan propietarios de restaurantes, de agencias de viajes o de empresas de tecnologías, así como responsables de empresas de distribución y del ámbito de la construcción. En los diferentes países participantes también se entrevistó a trabajadores no cualificados, empleados en los diferentes sectores ya definidos, entre los que destacan obreros de la construcción, cocineros o vendedores por internet. Los perfiles de los formadores seleccionados se realizaron en el ámbito de la inserción laboral y la formación ocupacional, incidiendo en las políticas y acciones formativas destinadas a personas gitanas, a mujeres excluidas y también las dirigidas a sectores de población más amplios.

En el trabajo de campo realizado con las propias personas gitanas, las temáticas y preguntas planteadas estaban relacionadas con la identificación de aquellas barreras que las personas de esta cultura encuentran para acceder al mercado de trabajo y también en el sistema educativo. Paralelamente, también buscaban identificar aquellos elementos que desde el propio pueblo gitano están permitiendo superar estas barreras y que la metodología comunicativa define como componentes transformadores. El uso de ambos componentes exclusores y transformadores en el análisis de los datos es propio de la metodología comunicativa y se dirige no sólo a identificar aquello que excluye sino también aquello que supera las desigualdades.

Se realizaron, por un lado, relatos comunicativos de vida cotidiana con las personas gitanas y, por otro, grupos de discusión comunicativos. Aquí es relevante destacar la especificidad de ambas técnicas. El relato comunicativo se centra en el momento actual y en las interpretaciones que la persona hace de su vida, no en aspectos biográficos. Recoge pensamientos, reflexiones y formas de actuar con las que la persona resuelve situaciones concretas en el día a día y debe desarrollarse en el contexto habitual de la persona entrevistada, para evitar efectos perlocucionarios que afecten de forma negativa la calidad y relevancia de la información aportada. El grupo de discusión comunicativo está formado por personas que tienen nexos en común. Se trata de un grupo natural que elabora una interpretación colectiva de la realidad a través de un diálogo igualitario. La persona investigadora interviene en el diálogo aportando sus visiones y conocimientos en un plano de igualdad, donde lo que prevalece son los mejores argumentos. La interacción y la comunicación entre todas las personas que forman el grupo pueden llevar a conclusiones consensuadas y directamente relacionadas con elementos de la vida cotidiana.

Los criterios de selección de las personas gitanas participantes en los relatos y en los grupos de discusión respondían a una serie de variables socio-económicas concretas, entre las que se incluían: el sector de actividad, la relación con la actividad económica, la situación profesional, el tipo de contrato, la edad (edades comprendidas mayoritariamente entre los 25 y 54 años y, en algún caso, mayores de 55 años), el nivel educativo (desde personas sin formación hasta otras con estudios universitarios, pasando por personas con estudios primarios, secundarios o formación técnico-profesional) y el género (mujeres y hombres). Así, se definieron las variables y características resumidas en el cuadro 1:

 

Cuadro 1.
Perfiles para la realización de los relatos comunicativos de vida cotidiana
y los grupos de discusión comunicativos

Variable

Características

Sector de actividad

Agrario, industrial, informacional, servicios, construcción.

Relación con la actividad económica

Persona parada, persona ocupada.

Situación profesional

Trabajadora por cuenta propia, empleado, empresarios sin asalariados o trabajadores independientes, miembros de cooperativas.

Tipo de contrato

Asalariado con contrato indefinido, asalariado con contrato temporal.

Edad

16 - 19; 20 - 25; 25 - 54; + de 55

Nivel educativo

Analfabetos, sin estudios, primarios, secundarios o medios (excepto técnico-profesionales), técnico- profesionales (grados medio y superior), universitarios y otros.

Género

Mujer u hombre

Fuente: elaboración propia.

 

Finalmente, también las observaciones se llevaron a cabo de acuerdo a los presupuestos de la metodología comunicativa, en espacios de interacción de personas gitanas. Destacan, por ejemplo, las realizadas en el “mercadillo” cuyo objetivo fue analizar conjuntamente con las personas observadas su interpretación de las acciones de la vida cotidiana, desde las actitudes frente a diferentes situaciones, hasta los conocimientos y habilidades que se desarrollaban en aquel espacio de interacción. En esta técnica la persona investigadora y la que es sujeto de la observación comunicativa comparten en un plano de igualdad las significaciones e interpretaciones, con lo que la interpretación recae en ambas. El diálogo con las personas observadas se lleva a cabo antes y después de la aplicación de la técnica, y también durante la misma, siempre y cuando no interfiera en la actividad observada. La persona investigadora hace un listado de aspectos que quiere analizar sobre las acciones que realiza la persona observada y hace la observación en los contextos más apropiados, anotando todo lo necesario para cubrir el listado de elementos a analizar. La interpretación final de la observación siempre se realiza conjuntamente con la persona observada.

El uso de la metodología comunicativa en el proyecto WORKALÓ es muy relevante. Que una parte de la población viva por debajo del umbral de pobreza, con recursos limitados y sin posibilidad de permitirse condiciones de vida básicas, tales como tener calefacción o comprar alimentos necesarios, ha llevado a instituciones como la Unión Europea y a los gobiernos de sus Estados miembro a fomentar una investigación científica y tecnológica con utilidad social, que sirva para ofrecer soluciones a problemas sociales tales como la exclusión social y la pobreza. La metodología comunicativa de investigación es una herramienta científica para cumplir con ese objetivo. Por esta razón, una de las conclusiones de la conferencia titulada “Ciencia contra la Pobreza”, organizada en 2010 bajo la presidencia española de la Unión Europea[66] fue la recomendación de implementar la metodología comunicativa en la investigación europea para la superación del problema de la pobreza. Así mismo, el reconocimiento de la metodología comunicativa como enfoque de trabajo con grupos minoritarios, tales como el pueblo gitano, fue el resultado más sobresaliente del proyecto WORKALÓ.

La metodología comunicativa recoge las aportaciones realizadas por otras metodologías utilizadas en investigación social: cuantitativa basada en la experimentación y la observación sistemática; cualitativa, basada en la interpretación y la hermenéutica; y socio crítica que incorpora la dialéctica y la praxología[67]. La metodología comunicativa incorpora aspectos de las metodologías anteriores y, a su vez, da mayor relevancia al diálogo igualitario como eje estructurador de las relaciones entre persona investigadora e investigada. Establece un espacio de trabajo igualitario que tiene como intención epistemológica, no sólo la de conocer la realidad de lo que se está investigando sino también detectar y potenciar los elementos que sirven para transformarla. Esta metodología se aplica justamente en situaciones en las que se ha detectado algún elemento de exclusión, como fuera el caso del acceso de las personas gitanas al mercado de trabajo.

A través de la metodología comunicativa, el proyecto WORKALÓ estaba orientado a la transformación social, por eso sus resultados ofrecen orientaciones para superar la exclusión de los grupos más vulnerables. Actualmente, parte del equipo europeo de dicho proyecto continua la línea de investigación iniciada basada en la metodología comunicativa, a través de su participación en el proyecto integrado INCLUD-ED del Sexto Programa Marco europeo. WORKALÓ no tan sólo sirvió de base para sistematizar la metodología comunicativa, considerada por la Comisión Europea como una de las más adecuadas para realizar investigaciones con minorías étnicas, sino también para incorporar la minoría gitana en las agendas política y de investigación europeas. Así, en INCLUD-ED se han definido cinco grupos vulnerables, es decir, en riesgo de exclusión social. Uno de ellos son las minorías culturales en general y, en concreto, la gitana. Esta investigación ha identificado las actuaciones de éxito que permiten a estos grupos superar la exclusión, a menudo unida a pobreza y marginación.

La exclusión gitana también se ha producido históricamente en la investigación científica sobre su situación de desigualdad. WORKALÓ e INCLUD-ED han procedido de forma contraria a esa tendencia exclusora. En ambos proyectos se han incluido las voces de las personas investigadas durante el desarrollo de ambos proyectos, y esto ha permitido identificar las estrategias que han usado quienes han superado con éxito la exclusión social[68]. En el caso de WORKALÓ la inclusión gitana en la investigación se logra, entre otros mecanismos, gracias a la organización comunicativa, formando consejos asesores constituidos por personas gitanas que tienen un conocimiento significativo de la realidad que se está investigando[69]. Todos los documentos que resultan de la investigación pasan antes por dichos consejos, para ser aprobados antes de su publicación. Las estrategias que se identifican se difunden para transformar la situación de exclusión de todo el colectivo. La organización comunicativa de la investigación asegura la validación por parte de las voces gitanas de los resultados obtenidos, gracias a la existencia de espacios que garantizan su participación activa y en un plano de igualdad con las personas investigadoras[70]. Este enfoque reduce el riesgo de caer en actuaciones que favorezcan el etnocentrismo, por la participación igualitaria de las personas objeto de la investigación en el propio proceso de trabajo de indagación. De este modo, la organización comunicativa del proyecto permite desarrollar conocimiento nuevo. Éste se crea al contrastar y consensuar el conocimiento derivado de las interpretaciones de las personas gitanas con el conocimiento científico que aportan las personas investigadoras. Éste último tiene su base en las contribuciones de la comunidad científica internacional. El diálogo permanente con las propias personas gitanas conduce a una mejor identificación sobre cuáles son sus necesidades prioritarias, así como sus propias propuestas para atender esas necesidades con éxito. De acuerdo con los presupuestos de la metodología comunicativa, en WORKALÓ tales propuestas fueron contrastadas con el conocimiento científico acumulado sobre superación de desigualdades. De ese contraste emergieron avances para el conocimiento existente sobre el pueblo gitano, en alguno de los cuales profundiza este artículo.


Resultados

Uno de los principales resultados de este proyecto RTD europeo WORKALÓ fue el reconocimiento europeo de la idoneidad de la metodología comunicativa para investigar con grupos vulnerables como el pueblo gitano. Entre otros, esto permitió visibilizar la demanda creciente de personas gitanas que esperan que la investigación científica sobre su comunidad se haga de acuerdo al reconocimiento cultural y al diálogo con ellas[71]. Además, en el análisis de los datos recogidos durante los cuatro años que duró la investigación emergieron elementos que clarificaban dos cuestiones clave. Por un lado, el conocimiento científico de las situaciones que las personas gitanas tienen que afrontar cuando buscan trabajo y qué estrategias suelen usar para integrarse en el mercado laboral. Por otro, las sugerencias de mejora en ámbitos como el educativo, que han sido plasmadas en varios decretos aprobados en el Parlamento de Catalunya, en el Parlamento Europeo y en el Congreso de los Diputados.

El cuadro 2 resume dichos resultados, los más relevantes de la investigación WORKALÓ, junto a las propuestas que de ellos se derivan y algunas de las cuales se han materializado como el reconocimiento institucional del pueblo gitano[72]. Después, y tomando estos elementos como punto de partida, profundizamos en el conocimiento de la identidad transterritorial gitana y en la relevancia política y científica de tal característica para la sociedad europea.

 

Cuadro 2.
Principales resultados científicos y propuestas del proyecto RTD europeo WORKALÓ

Resultado científico

Propuesta de acción

Para conseguir una Europa cohesionada, en la que las diferentes culturas sean respetadas y donde haya una convivencia igualitaria es necesario un marco normativo que reconozca todas las culturas, entre ellas la gitana. 

Reconocimiento institucional del pueblo gitano y su cultura por parte de las instituciones europeas y de los diferentes países.

Las organizaciones gitanas están reclamando que se creen bases de datos estadísticas donde la variable etnia esté presente. De esta forma se podrán visibilizar en mayor medida las desigualdades sociales por etnias. 

Recogida de datos estadísticos que tengan en cuenta la etnia para realizar políticas sociales eficaces que potencien la cohesión social.

El pueblo gitano ve necesario denunciar las actuaciones discriminatorias hacia la cultura gitana en el ámbito educativo. Es importante la implicación del profesorado para evitar reproducir este tipo de actuaciones.

Eliminar la segregación étnica de los centros educativos europeos.

Una de las necesidades del pueblo gitano en el ámbito educativo es el reconocimiento de su cultura en los materiales educativos y que se promueva la inclusión de docentes gitanos en los centros escolares para dinamizar y mejorar el aprendizaje de todos los niños y niñas.

Educación igual para todos respetando las especificidades culturales, ni asimilacionista, ni una educación diferente.

Las personas gitanas piden que se diseñen políticas de acción afirmativa que faciliten el acceso de personas gitanas al sistema universitario y al mercado laboral. También se considera importante que existan medidas que incidan en el apoyo para el no abandono de los estudios de primaria y secundaria.

Acción afirmativa como política europea para potenciar la cohesión social y la inclusión laboral de las minorías culturales.

Las iniciativas dedicadas a la inserción laboral de las personas gitanas tienen que partir de los propios intereses y necesidades de su comunidad. En este sentido, resulta positivo fomentar el acceso a la educación superior después de obtener un empleo. 

Las acciones y programas de empleo que se trabajan sólo desde el ámbito técnico deben recoger los intereses y motivaciones de las minorías culturales y colaborar directa y activamente con ellas.

El reconocimiento de aquellas habilidades que a lo largo de la vida han desarrollado las personas gitanas es un mecanismo que permite favorecer su acceso a determinados aprendizajes y perfiles profesionales.

Abrir las puertas del mercado laboral en la sociedad del conocimiento a las minorías culturales, a través del reconocimiento de sus capacidades e identidades y potenciando los nuevos yacimientos de empleo.

La comunidad gitana pide que se reconozcan las habilidades que han desarrollado a lo largo de su vida y, paralelamente, adquirir las académicas para acceder con garantías al mercado laboral. De ahí la importancia de promover las políticas de acreditación de la experiencia previa que ya existen en algunos países de la Unión Europea.

Crear directrices europeas que acrediten la experiencia previa y las habilidades desarrolladas para que las personas gitanas no sólo tengan la posibilidad de obtener un empleo sino también de acceder a la universidad.

El trabajo en red es una de las características del pueblo gitano. En la sociedad del conocimiento se están generando propuestas innovadoras caracterizadas por una organización empresarial basada en este tipo de valores. Se trata de las franquicias que pueden convertirse en una alternativa al empleo muy apropiada para este colectivo.

Generar programas que permitan crear franquicias gitanas, así como tener un papel activo y de responsabilidad, incluyendo los nuevos yacimientos de empleo de la actual sociedad del conocimiento.

La transterritorialidad es una característica de la identidad gitana.

Debe promoverse el reconocimiento del pueblo gitano, reconociendo así mismo la dimensión transterritorial de la identidad gitana.

Para facilitar el acceso al mercado de trabajo y al sector TIC, resulta primordial promover políticas que faciliten que las personas gitanas accedan a las nuevas tecnologías y a empleos relacionados con este sector. Ello también puede ser un puente para el acceso a la universidad.

Facilitar la presencia gitana en el sector TIC.

Se ha constatado que las mujeres gitanas son el pilar para la mejora de la situación de su pueblo. Es importante reconocer y fortalecer sus capacidades de acción y organización, para facilitar su acceso al mercado de trabajo.

Potenciar la presencia de las mujeres gitanas en el mercado laboral, dado que son un motor de transformación para su comunidad.

La conciliación de la vida familiar con la laboral es uno de los elementos que caracteriza al pueblo gitano pero también una de las mayores preocupaciones de la sociedad mayoritaria. Esto la convierte en una aportación que este colectivo puede hacer.

Hacer compatibles trabajo y familia, una de las aportaciones gitanas a la sociedad del conocimiento.

Fuente: elaboración propia a partir del documento de propuestas para la inclusión del pueblo gitano en Europa, realizado durante el proyecto WORKALÓ (CREA, 2004).

 

El conocimiento científico de la realidad e identidad gitanas

En el caso gitano, al igual que con otras minorías culturales, la exclusión social ha marcado su experiencia y construcción identitarias. De ahí, la importancia que muchas de las personas gitanas entrevistadas en diferentes países dan al hecho de conseguir un acceso igualitario en las distintas esferas de la sociedad, desde la educación hasta el mercado laboral o la vivienda, sin verse forzadas a renunciar a su cultura o identidad. Así, al mismo tiempo que defienden su derecho a ser culturalmente diferentes, las personas gitanas exigen ser valoradas en un plano de igualdad con las demás culturas en sus lugares de residencia.

En contra de muchos de los estereotipos existentes hacia los gitanos y gitanas, la investigación científica pone de relieve que la inclusión es el objetivo de muchas personas gitanas. Ahora bien, esta inclusión no se entiende como la pérdida de la propia cultura y la asimilación de costumbres de la cultura dominante, sino como la presencia y el acceso de las personas gitanas en todos los ámbitos sociales y laborales, desde su identidad y teniendo las mismas oportunidades y resultados. Las formas de igualdad desarrolladas por el pueblo gitano están unidas al respeto de la diferencia. El testimonio de este hombre gitano español ilustra un deseo que es compartido por otros gitanos y gitanas de diferentes países y territorios, a saber, que las personas gitanas tengan acceso a ocupaciones socialmente valoradas, a puestos y cargos de prestigio:

(…) que estemos integrados totalmente, o sea que te encuentres un gitano en la oficina, que te lo encuentres en la tele, que te lo encuentres en el gobierno, que sea político, o sea en todos lados, sentirnos como en casa. (José)

Esta igualdad en la diversidad es reivindicada por las personas gitanas entrevistadas en WORKALÓ. Ambas dimensiones, la igualdad social y la inclusión de la diferencia, forman parte de una identidad gitana basada en el igual derecho de todas las personas a vivir de forma diferente. De acuerdo al análisis realizado, podemos definir la identidad gitana como aquella que debe permitir conservar la propia cultura y, al mismo tiempo, transformarla cuando y si sus miembros lo desean, evitando quedar en situación de desventaja social. A diferencia de otras identidades, la gitana tiene una fuerte base en el respeto a la diversidad cultural y una gran capacidad de adaptación. La historia de este pueblo ha llevado a sus miembros a convivir con otras culturas, a menudo mayoritarias y que han ejercido una fuerte dominación sobre la especificidad gitana. Aun así, durante siglos los gitanos han logrado mantener características propias, valores y formas de vida que, en tanto que elementos identitarios, todavía hoy permanecen y se transmiten generación tras generación. Los gitanos no quieren renunciar a su identidad para estar integrados en la sociedad mayoritaria. La siguiente aportación realizada por una mujer gitana, participante en un grupo de discusión en Huesca con otras personas gitanas empleadas en el sector servicios, ilustra la fortaleza y coherencia identitaria del pueblo gitano:

Mientras yo viva con una persona, no les importa, no les importa cómo me case, no les importa cuándo me case, con quién hable, con quién deje de hablar, cómo me vista, qué música me gusta... y lo que quieren muchos de ellos es que porque vivamos con ellos dejemos todo esto, y esto no lo vamos a hacer nunca por mucho que quieran. Yo viviré como ellos viven, con sus normas que tengo que acatar, pero cambiar mi forma de ser y mi forma de vivir no la cambiaré. (Rocío)

Como vemos, las personas gitanas que se implicaron en el proyecto WORKALÓ reivindicaban el derecho a que su cultura y estilo de vida fueran respetados, fuera cual fuera su país o zona de residencia. A su vez, exigían igualdad en el trato y en el acceso a las mismas oportunidades sociales que el resto de personas y grupos. Esta reivindicación exige un gran respeto a la diversidad, que solamente puede obtenerse dentro de un marco suficientemente igualitario en los distintos ámbitos de la sociedad, ya sea político, social o cultural. En las entrevistas realizadas a los gitanos y gitanas de los diferentes países europeos, en los que se llevó a cabo el trabajo de campo de la investigación, aparecía reiteradamente la necesidad de ir más allá de la igualdad de oportunidades y del acceso a ámbitos sociales diversos. De este modo su reivindicación identitaria queda unida a una igualdad de diferencias, que incluye una igualdad de resultados, especialmente educativos, que permita a las personas gitanas mayores posibilidades de elegir su proyecto de vida y profesional, sin renunciar a su especificidad cultural. Así lo manifestaba, por ejemplo, este gitano francés con el que se llevó a cabo uno de los relatos comunicativos de vida cotidiana:

Bueno, las necesidades a nivel del empleo, la gente quiere una cierta libertad, no se trata de quedarse detrás de una mesa en despachos para imponernos como animales. No estamos acostumbrados a hacer esto. Lo nuestro es ir de puerta en puerta, estar en nuestros mercados, y no la falta de información de los políticos de que no queremos integrarnos en la sociedad. No rechazamos integrarnos en la sociedad, lo nuestro es que nuestros hijos hoy en día vayan a la escuela, y que hagan como los demás niños, pero lo que pasa es que queremos mantener nuestras reglas de convivencia. (Michel)

Vivir bajo unas estructuras sociales como los Estados-nación, donde históricamente se han priorizado los valores de las culturas mayoritarias y dominantes ha hecho la tarea más difícil a los gitanos y gitanas. Aun así, sus características específicas tales como las formas de organización familiar y comunitaria, las redes de cooperación que establecen entre ellos, el diálogo y el valor de la palabra o la solidaridad, hacen posible el mantenimiento de una identidad que ya está siendo reconocida por aquellas mismas estructuras. La historia de prohibiciones, como la de la lengua Romanó, es un legado que ha marcado intensamente a la minoría gitana. En países de Europa del Este como Rumanía, el Romanó se ha mantenido entre sus miembros. En España, en cambio, la lengua fue perseguida hasta ser prácticamente asimilada por la gramática castellana, aunque todavía queda su variante, el caló. Una de las personas gitanas entrevistadas, un hombre español empleado en la administración pública, explicaba las dificultades sufridas como pueblo y definía su identidad en base a unos valores muy claros, la solidaridad y el respeto. Son estos valores, a través de los que se definen gitanos como Miguel, los que explican la especificidad de la identidad gitana:

De que en este caso sobre todo en lo que es la península Ibérica, que hemos perdido nuestro idioma, porque estuvo prohibido, de que no somos apátridas, como incluso en otros países aun lo son; pero que hemos pagado un precio muy alto, hemos perdido nuestro idioma; hacerle ver y enseñar desde primaria a los pequeños que teníamos nuestro propio idioma, de que a pesar de eso seguimos siendo gitanos porque nos hemos mantenido unidos, con cosas muy básicas pero muy arraigadas, como es el valor a la familia, el respeto a los ancianos, el respeto hacia los demás, que la sociedad mayoritaria no lo ve así, sólo ve al gitano incívico, que da la lata, pero el valor a los demás, cuando te encuentras a tu vecino a gente en la calle, eso a mí me lo han enseñado en mi casa y en la mayoría de familias gitanas eso se ha enseñado. (Miguel) 

La cita anterior muestra como la lengua Romanó (o sus variantes) sigue siendo un rasgo de identidad para los gitanos. Simboliza la unidad de su pueblo y les  vincula a través de unos valores y características culturales comunes. En la misma línea se encuentra la cita siguiente, un testimonio que transmite otro de los valores destacados continuamente por las personas gitanas entrevistadas: la ayuda que se da entre los miembros de la familia y de la comunidad. Este valor también va unido a la historia de persecuciones y discriminaciones hacia los gitanos. Sin embargo, la identidad gitana ha incorporado la solidaridad como forma de reacción ante dichas agresiones, un valor que se ha fomentado a lo largo de generaciones y en diferentes territorios y contextos nacionales. Como expresa Peter, un gitano de Inglaterra, el resultado es que hoy toda persona gitana sabe que ante una agresión siempre tendrá el apoyo de sus mayores y familiares:

Entre los hermanos siempre nos hemos protegido mucho, siempre estábamos muy atentos a los más pequeños, sobre todo en contextos donde había peligro de ser golpeados o agredidos, cuando pasó, los cuidamos mucho. Este apoyo lo sabes que lo tienes toda la vida, que todavía continúa hoy en día, los niños mayores cuidan a los más jóvenes y viceversa (Peter).

El mantenimiento de unos determinados patrones culturales y familiares forma parte de la identidad gitana, del mismo modo que otros definen otras identidades. Los resultados del proyecto WORKALÓ ponen de manifiesto los paralelismos que existen con las redes no-jerárquicas de cooperación a través de las cuales las personas gitanas se han organizado a lo largo de su historia. La constituye, así, un rasgo cultural fundamental del pueblo gitano que, como tal, sus miembros transmiten en todos los ámbitos en los que participan. La organización del pueblo gitano se expresa a través, por ejemplo, de las interacciones familiares y las relaciones de solidaridad que establecen con toda su comunidad. La siguiente cita de Lucía, una gitana española, muestra el valor que tiene la familia y el apoyo incondicional entre los gitanos y gitanas:

Para nosotros el trabajo es muy bueno, pero si algún día alguien se encuentra en el hospital, paran de trabajar. Para los gitanos la familia va antes que nada. Por ejemplo, si estoy de luto, no puedo decir que me voy porque tengo que trabajar. Que la familia vaya después del trabajo es algo muy duro. (Lucía)

En este proceso es necesario hacer referencia al papel que la mujer gitana está ejerciendo como agente cohesionador entre diferentes comunidades gitanas. Como explicaba la presidenta de una de las asociaciones gitanas de mujeres más activas y reconocidas en la actualidad, la Asociación Drom Kotar Mestipen (Camino de Libertad), el trabajo conjunto de  mujeres gitanas de diferentes países se está perfilando como un elemento clave en el estudio del carácter transterritorial de la cultura gitana[73]. Es a través del desarrollo de espacios de diálogo comunes entre mujeres gitanas, tanto autóctonas como inmigrantes, que éstas descubren elementos y valores culturales compartidos. Y es precisamente a partir de los lazos de solidaridad, que mujeres gitanas de toda Europa están recreando y reforzando esta identidad común. El análisis de experiencias como ésta han sido recogidas en el proyecto INCLUD-ED[74], dando lugar a nuevas orientaciones en la consideración y superación de distintos ejes de desigualdad que actúan a la vez.

Ligado a la ayuda y a la solidaridad que definen la identidad gitana, el diálogo es otro rasgo que destaca en el trabajo de campo y que caracteriza las relaciones sociales de los gitanos y gitanas europeos. Este es un elemento cada día más necesario en las sociedades actuales,  especialmente en la búsqueda de consensos sobre cuáles deben ser las normas de convivencia y los principios que garantizan el igual respeto a la creciente diversidad. Las relaciones de ayuda que establecen las personas gitanas entrevistadas, así como sus reflexiones en torno al diálogo, tienen un gran potencial teórico y práctico, sobre todo ante la fuerte crisis económica y social que viven las sociedades europeas. Su utilidad reside, así, en la definición de unas bases identitarias más abiertas, igualitarias e inclusoras de la diversidad, que favorezcan el desarrollo de condiciones para el diálogo y el consenso en una Europa plural y multicultural. El pueblo gitano ha conseguido incorporar el diálogo entre los valores que definen su identidad y ésta, como tal, condiciona las formas de relacionarse que tienen sus miembros. Testimonios como los que siguen, Alex y Jean Pierre, dos hombres gitanos de países europeos, destacan la necesidad creciente de diálogo en toda la sociedad. A su vez, muestran que éste es un elemento con gran presencia y muy arraigado en las relaciones que establecen sus familias:  

Nosotros hablamos mucho en la familia, y esto es muy importante; se encuentra a faltar esto en la sociedad en general, la falta de comunicación. (Alex)

Yo pienso que hay que dialogar con la gente, el diálogo para cambiar la situación, hay que hablar con la gente, hemos hecho una manifestación en París. (Jean Pierre)

La influencia de los valores identitarios que hemos ido definiendo hasta ahora son los que tienen mayor influencia en las personas gitanas, en su comportamiento, relaciones y formas de entender el mundo, más que su origen nacional, y a diferencia de otros colectivos que otorgan mayor importancia a la dimensión territorial y la reivindican como elemento clave de su identidad. Con todo, esta construcción de las normas y valores a través del diálogo debe enfrentarse, según las diferentes personas gitanas participantes en WORKALÓ, a los prejuicios y estereotipos negativos que existen en contra de su comunidad. Para contrarrestar dichos procesos desintegradores, las personas gitanas destacan la necesidad de incorporar las voces de su comunidad en la definición de normas sociales. Quieren que sean reconocidas la heterogeneidad de su cultura y la riqueza que conlleva, y que se potencien espacios de convivencia intercultural positiva en los distintos territorios donde viven. La lucha por la inclusión y la cohesión intercultural que llevan a cabo es uno de los componentes que hace posible la superación de la desigualdad que todavía hoy sufren. La base de la reivindicación de este pueblo sin territorio es el diálogo igualitario e intercultural, como camino hacia el reconocimiento de minorías étnicas como la suya. En las entrevistas, varias voces gitanas expresaban esta necesidad como punto de partida para avanzar hacia la inclusión social real. El testimonio de Luis, un hombre español, gitano de respeto para su comunidad, refleja de nuevo el fuerte sentimiento de unión con los demás gitanos y gitanas y su deseo de superar la fuerte marginación que sufren como grupo. Como vemos a continuación, Luis vincula la superación de dicha exclusión a un reconocimiento institucional, que define en términos de unidad del pueblo gitano pero sin ligarlo a un territorio:

Espero de verdad que se consiga en el siglo XXI el reconocimiento del pueblo gitano, porque en la medida que al pueblo gitano podamos llamarlo jurídicamente y legalmente como unidad gitana o pueblo gitano, yo estoy convencido de que entonces se removerán todos los obstáculos que hasta ahora nos están impidiendo salir de esta situación de exclusión y de marginación, de identidad… (Luis).

Cuando unimos estos rasgos (igualdad, respeto a la diferencia, cooperación, solidaridad, diálogo) al alcance transterritorial de la identidad gitana, nos encontramos ante una alternativa identitaria de gran potencial en el mundo globalizado en el que vivimos. El proyecto WORKALÓ apunta hacia la posibilidad de conseguir un diálogo intercultural alejado de posiciones de poder. Hoy, este escenario se convierte en una de las mayores necesidades de las sociedades globalizadas, cuyos territorios son compartidos por personas y grupos cada vez más diversos.

Lejos de dejar de lado las propias características culturales para adoptar las de la cultura mayoritaria u otra con mucho más poder, la clave del desarrollo de la identidad gitana se encuentra en la idea de unidad en la diversidad. La capacidad de interaccionar, valorar y si así se decide, incorporar los aspectos positivos de la cultura con la que convive es la forma de contribuir al enriquecimiento sociocultural sin tener que renunciar a la propia identidad. Así lo expresaba uno de los gitanos catalanes, con graduado escolar y empleado en el sector servicios, que participó en uno de los relatos de vida realizados en WORKALÓ:

Que una cultura sea mayoritaria no quiere decir que sea lo correcto, y una minoritaria tampoco quiere decir que sea lo correcto, pero respetando algunos hobbies y algunas cosas entre culturas, la interculturalidad, que tanto se habla actualmente, pues esto es lo ideal, no es ideal que yo me pase al otro bando ni que los otros se pasen al mío, sí que unos mínimos yo tengo que permitir, tengo que coger lo bueno de aquella cultura, pero no tengo por qué cambiar si no quiero cambiar (Josep).

De acuerdo con este análisis, existe una aportación gitana a las sociedades multiculturales actuales que éstas pueden aprovechar para favorecer la cohesión social, tan necesaria en un contexto de crisis como el que vive hoy Europa. Los vínculos y lealtades que unen a los gitanos y gitanas entrevistados no se definen en términos territoriales sino por otros elementos como el respeto, la cooperación o el diálogo. Esta aportación gitana, inherente a su identidad cultural, resulta especialmente relevante en el análisis de la identidad europea porque, de acuerdo con Habermas[75], proporciona un ejemplo de cómo se puede compaginar una identidad cultural determinada con la pertenencia a distintas realidades estatales o nacionales. El pueblo gitano, históricamente itinerante, ha mantenido su identidad cultural sin necesidad de tener un territorio propio. El proceso de este pueblo supone una aportación de gran valor para la superación del concepto exclusivo de identidad vinculada a un territorio. Lo relevante se encuentra en las posibilidades de integración en una comunidad europea donde sea posible la aceptación de unos principios comunes de convivencia, respetando al mismo tiempo las diferencias entre los colectivos y las personas.

Ampliar el conocimiento sobre la diversidad cultural de cualquier zona o territorio y reconocer su igualdad de derechos es un paso hacia una mayor democratización. Como veremos en el siguiente apartado, en su lucha por la inclusión el pueblo gitano es uno de los grupos culturales abanderados de este proceso.


El reconocimiento político y científico del pueblo gitano: una identidad transterritorial

Una de las ideas que surgía reiteradamente en los distintos países donde se realizó el trabajo de campo de WORKALÓ era el avance del pueblo gitano, en Europa y en el mundo, hacia un progresivo reconocimiento como un pueblo sin territorio. Los gitanos, después de siglos residiendo en diferentes territorios, quieren seguir viviendo en la diversidad de culturas, lenguas y países en que actualmente lo hacen, pero consideran que tienen un proyecto común que les permite ser gitanos catalanes o españoles, franceses, ingleses, portugueses o rumanos, pero gitanos en todas partes. Las luchas por el territorio han sido origen de graves y violentos conflictos dentro del continente europeo desde el siglo XIX hasta nuestros días. En este sentido, el pueblo gitano es un caso excepcional siendo un pueblo que no ha iniciado nunca una guerra ni por conseguir un territorio propio ni por otro motivo. Este rasgo, la transterritorialidad gitana, supone una alternativa a los conceptos nacionalistas de identidad que hemos heredado en Europa, resultado de una fuerte identificación entre nación, cultura y territorio. Asimismo, supone una relevante aportación para los clásicos debates que profundizaban sobre las mejores vías para la inclusión social y que, hasta el momento, se ceñían a lo local.

Hoy las dimensiones local y global quedan unidas, lo que implica no la desaparición del Estado-nación, pero sí su transformación. En cuanto a las limitaciones del Estado-Nación, también Beck[76] critica el nacionalismo metodológico que determina la observación científica a partir de una perspectiva exclusivamente nacional, llevando a cabo una nueva reconceptualización para dar respuesta a esta imbricación entre lo local y lo global. Este autor explora las implicaciones de una globalización que no es tan sólo económica sino que afecta tanto a las relaciones en economía, política o derecho como a las culturas. Además, señala que se han difuminando las fronteras de los Estados nacionales en lo que llama cosmopolitismo, entendido como un sentido del mundo de la ausencia de fronteras que subyace a las nuevas realidades y formas de vida transnacionales[77]. Como Beck, diversos autores han teorizado desde diferentes perspectivas para cuestionar y rebatir la validez del nacionalismo metodológico. En la actualidad, las sociedades, las regiones, los Estados y las personas establecen nuevos lazos entre sí que se definen por su carácter transnacional. En este sentido, el propio concepto de transnacionalismo profundiza en el origen y sentido de las relaciones que van más allá de fronteras geográficas, culturales y políticas. Desde la antropología social, Basch, Glick Schiller y Blanc-Szanton[78] definen así dichas relaciones:

(…) los procesos en que los inmigrantes forman y mantienen múltiples relaciones sociales que los vinculan con sus sociedades de origen y de establecimiento. Nosotros llamamos a estos procesos transnacionalismo para enfatizar que hoy en día muchos inmigrantes construyen ámbitos sociales que van más allá de fronteras geográficas, culturales y políticas... Un elemento necesario es la multiplicidad de implicaciones que los transmigrantes mantienen tanto en las sociedades receptoras como en las emisoras.

En el campo de la investigación sobre migraciones, otros autores particularmente interesados en el modo cómo la transnacionalidad desafía al nacionalismo metodológico, han ahondado sobre el funcionamiento transnacional ampliando el foco de mira para abarcar la multiplicidad de espacios en los que se desarrolla el fenómeno migratorio[79]. La transnacionalidad está unida al cambio de paradigma que se da actualmente y según el cual los parámetros de espacio y tiempo se ven alterados. En ciencias sociales este hecho va acompañado del debate vigente sobre la reconceptualización del Estado-nación y la desterritorialización que conlleva el proceso de globalización. Aunque los inicios del concepto de transnacionalidad se remontan ya a principios del siglo XX de la mano de Bourne[80], no es hasta la década de los 70 cuando se profundiza científicamente sobre el fenómeno transnacional. En aquel momento, el análisis de Keohane[81] enmarcado en el ámbito de las relaciones internacionales proporcionó a la comunidad científica una primera definición de las relaciones y organizaciones transnacionales entendidas como aquellos contactos y alianzas que escapan al control de los gobiernos políticos estatales. Destaca la  transformación acaecida sobre los Estados-nación, sobre su capacidad de control y la importancia de actores (individuales o colectivos), la capacidad de acción de los cuales sobrepasa las fronteras de dichos Estados-nación. Estas interacciones globales hacen referencia a los movimientos de información, de objetos, financieros y de población. Un aspecto destacado en el análisis mencionado[82] es la transformación mayor que conlleva este cambio en las relaciones, cuyos efectos abarcan numerosos ámbitos.

Portes[83] afirma en sus trabajos que desde los años noventa del siglo pasado hasta la actualidad, los grandes movimientos de personas han dado lugar a una nueva redefinición del concepto de transnacionalidad. Las personas que se mueven para buscar nuevas oportunidades de vida se encuentran en la situación de tener que rehacer sus vidas en nuevos territorios, donde se encuentran con otras culturas. La identidad es una de las claves de los estudios sobre movimientos de población, que siempre se han producido entre países. Sus procesos de formación están profundamente marcados por los contactos entre culturas y por ello, en sociedades multiculturales el concepto de identidad adquiere especial relevancia. De acuerdo con Sen[84], el origen, la historia compartida y el sentido de filiación que de ella se deriva, forman parte las múltiples variables que definen las identidades, pero no son las únicas. Según este autor,

(…) la historia y el origen no son la única forma de vernos a nosotros mismos y a los grupos a los que pertenecemos. Existe una gran variedad de categorías a las que pertenecemos simultáneamente (…). En primer lugar, el reconocimiento de que las identidades son plurales y de que la importancia de una identidad no necesariamente debe borrar la importancia de las demás. En segundo lugar, que una persona debe decidir –explícita o implícitamente- la importancia relativa que dará, en un contexto particular, a las lealtades divergentes que compiten por ser prioritarias[85].

Como hemos visto, una identidad sin territorio supone una contribución inestimable que abre nuevas vías para la integración de personas procedentes de diversas culturas en las sociedades actuales. Este artículo aporta la transterritorialidad como una de las características que definen la identidad gitana, superando el de transnacionalidad anclado en los imperativos del Estado-nación. El concepto gitano de transterritorialidad no centra la identidad sobre un territorio ni la adscribe a sus fronteras. El pueblo gitano es transterritorial porqué ni tiene ni quiere tener un territorio en exclusiva, sino compartir convivencia con todos los pueblos en todos los territorios. Dado que la contribución más relevante del presente artículo se centra en este concepto, a continuación se define la transterritorialidad resaltando la relevancia política y científica que ésta tiene para el pueblo gitano y para la Europa multicultural.

La democracia entre diferentes colectivos o grupos culturales requiere la existencia de una identidad que una a todos estos grupos en el respeto a una normativa común, a lo que apela Habermas[86] a través de una sociedad civil mundial. El pueblo gitano puede aportar mucho a este proceso de deliberación previo, aunque en el camino se encuentre con obstáculos políticos y sociales en forma de prejuicios, discriminación y racismo. Ejemplo de ello es la repatriación de personas gitanas rumanas y búlgaras llevada a cabo por Francia desde el verano de 2010. Estos hechos han provocado un gran debate en el seno de la sociedad europea. El racismo que justifica estas acciones frena el reconocimiento de la identidad gitana que traspasa las fronteras. Aunque en los últimos años se haya reconocido al pueblo gitano en Europa, las políticas de repatriación lideradas por países europeos como Francia están vulnerando sus derechos como pueblo[87]. Los países europeos que impiden la inclusión de la minoría étnica gitana están desarrollando un potente freno para el avance de una identidad que aporta conocimiento, habilidades, bagaje cultural universal y que no está  arraigada a un territorio, sino a unos valores, tanto culturales como sociales. Además, Europa no podrá mantener una sociedad segura y pacífica si no mantiene la riqueza de su pluralismo en lugar de rechazarlo. Naranjo[88], tras su análisis de cómo se recrean las identidades de aquellas personas que deben desplazarse de su territorio a la fuerza, muestra cómo esta identidad no desaparece al trasladarse. Al contrario, las experiencias que se viven como ataques al valor de su propia comunidad se constituyen como el motor de su lucha colectiva para obtener el reconocimiento.

El reconocimiento institucional del pueblo gitano ha de fundarse en la reivindicación del derecho de ser respetado, tener acceso a las mismas oportunidades y, por lo tanto, a vivir sin discriminaciones, libre de exclusión social desde la propia diferencia. Que una institución declare que existen personas gitanas en su territorio es también una forma de reconocer el principio de unidad en la diversidad, que existe un colectivo cuyos miembros comparten unos rasgos identitarios aunque a la vez sean muy diversos entre ellos. Esta forma de reconocimiento debe ir de la mano de los procesos de aplicación de medidas concretas y eficaces que eviten la discriminación, asegurando los procesos de diálogo y la inclusión de las voces de las personas gitanas. En los lugares donde tiene más fuerza y está más organizado, el pueblo gitano está dando pasos significativos hacia el objetivo de la inclusión y el reconocimiento en los diversos territorios en los que reside. El reconocimiento oficial de la presencia y la diferencia cultural de este pueblo es un gran avance. Pocos meses después de la Conferencia de Durban, el 21 de noviembre de 2001, el Parlamento de Catalunya aprobaba por unanimidad la siguiente resolución 1046/VI:

El Parlamento de Catalunya: (1). Reconoce la identidad del pueblo gitano y el valor de su cultura como salvaguarda de la realidad histórica de este pueblo. (2). Insta al Gobierno a hacer las gestiones pertinentes para contribuir a difundir el reconocimiento de la cultura gitana y el valor de ésta para la sociedad catalana[89].

Este reconocimiento fue el preludio del actual Plan integral del Pueblo Gitano de Catalunya, un despliegue político pionero en el mundo por haber implicado de forma transversal a todos los departamentos del gobierno de la Generalitat de Catalunya, por contar con una dotación presupuestaria y, desde sus inicios, con una fuerte implicación de la sociedad civil gitana. Paralelamente, en los últimos años se ha dado un giro en la comunidad científica internacional hacia un mayor reconocimiento de la experiencia gitana, en los estudios y en la creación de equipos de investigación que cuentan con la participación de personas gitanas.

El análisis de WORKALÓ permite explicar estos cambios como el resultado de un doble proceso. Por un lado, la necesidad manifestada por el pueblo gitano de desarrollar estudios e investigaciones sobre su comunidad desde una nueva perspectiva. Las personas gitanas denuncian que hasta ahora las investigaciones han hablado y escrito sobre ellas sin escucharles, más guiadas por estereotipos que por la observación y la argumentación científica. La mayoría simplemente rechaza dejarse entrevistar, pero también hay un número creciente que dice cualquier cosa o lo que creen que los payos esperamos oír. Por otro lado, se da una apertura cada vez más inevitable de los procesos científicos que, para seguir las pautas de rigor científico, deben adoptar criterios cada vez más inclusores y basados en el diálogo. Para las personas gitanas, las investigaciones que no están adaptándose a estos cambios son equiparables a los estudios sobre mujeres en la época en que sólo eran hechos por hombres y no tenían en cuenta las voces de aquéllas; o a los estudios sobre afroamericanos en la época que los hacían sólo investigadores blancos sin tener en cuenta las voces de los propios afroamericanos. La crisis de la sociedad de expertos de la que habla Beck queda muy patente en este caso[90]. Los gitanólogos son tan rechazados entre los gitanos como lo podrían ser hoy unos hombres que se atribuyeran el rol de mujerólogos.

Incorporar estos cambios de funcionamiento como sucede con el uso de la metodología comunicativa, consigue maximizar el impacto de las investigaciones realizadas con el pueblo gitano. Así por ejemplo, a raíz del seminario sobre resultados y conclusiones del proyecto WORKALÓ que tuvo lugar en abril de 2004 en el Parlamento Europeo, se presentó en esa misma cámara una resolución sobre la situación del pueblo gitano en el territorio de la Unión Europea que recogía las conclusiones y orientaciones de este proyecto[91]. De esta forma, las necesidades del pueblo gitano identificadas a través de WORKALÓ obtenían un impacto político de alcance europeo. Los resultados de este trabajo alcanzaron asimismo las Cortes españolas cuando, en septiembre de 2005, se presentó una propuesta relativa al reconocimiento de los derechos del pueblo gitano. Ésta estuvo promovida por un parlamentario que asistió a la presentación de los resultados del proyecto WORKALÓ en Bruselas[92]. Además, tales procesos han dado lugar a la creación de órganos que recogen la voz gitana para poder consultar cualquier medida a implantar que afecte a este pueblo. En el caso español, por ejemplo, se creó el Consejo Estatal del Pueblo Gitano.

Otros organismos internacionales que aglutinan diferentes Estados-nación han impulsado medidas de reconocimiento que contemplan la igualdad de las diferencias y al mismo tiempo la unidad en la diversidad. La OSCE fue pionera en abordar la problemática que afectaba a la población gitana e incluso creó una unidad específica (Contact Point on Roma and Sinti Issues), dirigida por una persona gitana, encargada de coordinar todos los esfuerzos realizados para mejorar la situación de esta población. El Consejo de Europa se ha hecho eco también de estas necesidades, explicitando su actuación con y para la comunidad gitana europea[93]. Además, bajo el objetivo de animar a sus miembros a tomar una perspectiva comprehensiva en lo que al tema gitano se refiere, este organismo ha establecido como principales prioridades la protección de las minorías, la lucha contra el racismo, el antigitanismo, la intolerancia y la prevención de la exclusión social. Para ello, el Consejo de Europa considera indispensable contar con la participación de las comunidades implicadas a través de los propios miembros del pueblo gitano, sus asociaciones y representantes.

La orientación tomada por el Consejo de Europa está en la línea de otros actores internacionales como la Comisión Europea, que está incorporando en sus políticas del pueblo gitano las aportaciones realizadas por la comunidad científica internacional. De este modo se avanza hacia un mayor reconocimiento de un pueblo cuya identidad une a sus miembros más allá de sus lugares de nacimiento o residencia. El vínculo transterritorial que conlleva la identidad gitana ha contribuido al mantenimiento de fuertes lealtades internas a lo largo de la historia del pueblo gitano. Ello ha permitido a sus miembros hacer frente a grandes dificultades y, a su vez, transmitir valores como la cooperación, la ayuda, el diálogo o el respeto, que son básicos para mantener la cohesión que hoy existe entre gitanos de diferentes nacionalidades.

El reconocimiento del pueblo gitano va unido a esta conceptualización transterritorial de la identidad, que no sólo contribuye al debate actual en ciencias sociales sobre la necesidad de superar el nacionalismo metodológico sino que también da lugar al desarrollo de futuras y diferentes investigaciones que profundicen en ella. El reconocimiento del pueblo gitano por parte del Parlamento de Catalunya dio lugar a que la misma cámara encargara un estudio sobre la población gitana de Catalunya a un miembro del equipo investigador del proyecto WORKALÓ. Hasta entonces, los estudios llevados a cabo evidenciaban la separación entre la comunidad gitana considerada catalana por su presencia histórica y la comunidad gitana castellana, llegada al territorio catalán con la inmigración de los años 50, 60 y 70[94]. En 2001 se llevaba a cabo por primera vez un estudio que analizaba la situación de la población gitana de Catalunya como tal, identificando los elementos compartidos (valores, costumbres, tradiciones) dentro de su diversidad como pueblo, independientemente de su región de origen[95]. Este estudio aglutinó a unos y otros desmontando barreras que dificultaban la acción conjunta en el territorio catalán. Este trabajo se suma a las evidencias científicas sobre los elementos culturales e identitarios de la comunidad gitana, que se mantienen independientemente de la vinculación territorial de sus miembros. Durante el estudio se generaron espacios de diálogo y transformaciones en las relaciones entre la población gitana, por ejemplo, se incorporaron gitanos del Este y alguna entidad que los representaba. Con el esfuerzo común y a través de los espacios de diálogo igualitario se superaron los miedos a la inmigración que se habían manifestado previamente.

Hoy, con motivo de la reciente inmigración gitana procedente de países del Este, una serie de investigaciones estudian  cómo se articula la relación entre la población gitana inmigrante y la población gitana autóctona desde la perspectiva de su identidad transterritorial. Las similitudes entre gitanos españoles y gitanos inmigrantes han sido analizadas por Sordé[96] a partir de testimonios de ambos colectivos. Si bien inicialmente existieron ciertas reticencias, éstas pronto se dirigieron a construir puentes comunes que reivindican mejoras para los dos colectivos. Uno de los aspectos más destacados es la creación de sentido que se da en la realización de pertenecer a un mismo grupo, compartir unos valores y una identidad. El valor de la palabra y el respeto mutuo son ejemplos de valores básicos, constitutivos de la identidad gitana independientemente del país de origen. Al respeto hacia el otro se unen el respeto a las personas mayores y a las tradiciones, valores centrales del pueblo gitano que se manifiestan de distintas formas pero cuyo origen es común. De forma parecida, Prieto y Sordé[97] señalan que el pentecostalismo contribuye a conferir a personas gitanas una identidad común, que estos autores denominan panetnicidad y que se caracteriza por unir al pueblo gitano más allá de las fronteras nacionales. Según este análisis, la identidad gitana encuentra en la religión un factor clave a través del cual transmitir costumbres y valores culturales compartidos.  

La superación por parte de la comunidad gitana de las fronteras manteniendo sus valores culturales ha ocurrido mucho antes de que autores como Alain Touraine[98] analizaran cómo los movimientos culturales desbordan el nivel nacional y reclaman la protección de las minorías. También a Jürgen Habermas, en un seminario que realizó en la Universidad de Barcelona[99], le sorprendió descubrir que la comunidad gitana se considera a sí misma un pueblo sin territorio y le resultó de gran valor práctico y teórico conocer tal característica. En esta línea, a lo largo del debate que siguió a la conferencia de Habermas se relacionaron conceptos teóricos que, incorporando las aportaciones del pueblo gitano en relación a la integración, podían orientar el proceso de construcción europea.

Hoy las instituciones se ven debilitadas por no dar respuesta a las realidades actuales y es en este contexto que los actores cobran mayor protagonismo. En las sociedades globalizadas la construcción de la propia biografía toma un papel cada vez más relevante[100], pero siguen siendo necesarios los sentimientos de pertenencia y las identidades que nos definen como personas y como miembros de uno o varios grupos y colectivos. El caso de la identidad transterritorial gitana es un ejemplo de gran utilidad a nivel teórico, ya que demuestra que es posible que personas de distintos países se sientan unidas y vinculadas a otras a través de unos principios comunes que van más allá de los límites territoriales que les separan. El pueblo gitano está realizando una importante contribución científica a la definición de las identidades, abriendo más posibilidades para los diferentes grupos culturales y otros colectivos que conviven en el mismo territorio.


Conclusiones

Entre las propuestas para la mejora de la situación de exclusión del pueblo gitano definidas en los cuatro años de desarrollo del proyecto WORKALÓ, cabe subrayar la metodología comunicativa como contribución clave para la investigación social sobre grupos culturales como el gitano. Este proyecto mostraba que cada vez más, las personas de la comunidad gitana exigen que los estudios sobre su pueblo se hagan reconociendo su cultura y en diálogo con ellas. Quieren participar no sólo como informantes de encuestas, entrevistas o historias de vida, sino también a lo largo del proceso investigador, en la definición de sus objetivos y en la interpretación de las informaciones.

Esta demanda se tradujo en el proyecto WORKALÓ en el uso de la metodología comunicativa de investigación, que incorporó la voz de las personas gitanas en diálogo con la de las y los investigadores. La transformación de la experiencia exclusora de las personas gitanas en la investigación y el impacto socio-político de una investigación llevada a cabo en ese diálogo incluso condujo al pueblo gitano de Europa a reclamar que toda la investigación sobre su comunidad se llevase a cabo con ese tipo de metodología. Después de su participación en WORKALÓ, hoy, la comunidad gitana tiene evidencias de que participando directamente en la investigación no limitan el desarrollo de la ciencia sino que, al contrario, la mejoran. Tienen diversidad de contactos con la universidad y la comunidad científica, y han escuchado directamente de autores como Beck y Habermas avalar y agradecer sus explicaciones sobre la necesidad de un mayor reconocimiento.

El impacto socio-político de WORKALÓ, como consecuencia del uso de la metodología comunicativa fue especialmente significativo. El trabajo con el pueblo gitano y agentes sociales clave en el desarrollo de políticas para esta comunidad condujo a la propuesta del reconocimiento institucional del pueblo gitano, propuesta que se hizo efectiva a nivel estatal y a escala europea. Más allá de la importancia simbólica de tal reconocimiento, esas acciones han servido como base para el desarrollo de planes de acción para la superación de la exclusión del pueblo gitano, en los que se ha enfatizado la inclusión de sus voces, en la línea de la metodología comunicativa.

Las áreas de educación, empleo y género también surgieron como centrales para la inclusión de la comunidad gitana en Europa, con propuestas concretas de acción para cada una de ellas. En el ámbito educativo el énfasis se ponía en fomentar los aprendizajes de calidad y de máximos para el alumnado gitano y en la implementación de políticas de acción afirmativa que faciliten su acceso a la educación superior. En el ámbito laboral se concretaron unas propuestas que hacían referencia al reconocimiento de las habilidades y la experiencia previa que la cultura gitana ha adquirido a lo largo de su vida en el mercado de trabajo y que responden a las necesidades del mercado laboral de la sociedad de la información. Otras propuestas se centraban en la creación de alternativas empresariales desde la propia comunidad, tales como las franquicias gitanas. Además, WORKALÓ elaboraba propuestas específicas para fomentar la presencia y la promoción de la mujer gitana en el mercado de trabajo. Por un lado, tener en cuenta la fuerte actividad que la mujer gitana está desarrollando en el ámbito asociativo; por otro lado, visibilizar la contribución de la mujer gitana en la conciliación de las obligaciones laborales y familiares.

WORKALÓ también ha supuesto avances muy importantes en la comprensión de la identidad gitana. Primero, ha identificado una serie de elementos que son compartidos por personas gitanas viviendo en diferentes territorios europeos, concretamente, los valores de igualdad en la diversidad, la lengua Romanó, la ayuda entre los miembros de la familia y de la comunidad, el mantenimiento de ciertos patrones culturales y familiares, la red de solidaridad, el rol influyente de la mujer gitana, el diálogo como herramienta de entendimiento y la unidad en la diversidad de comunidades gitanas en Europa. Segundo, y lo que ha sido una conclusión clave de WORKALÓ, es que lo que caracteriza a la identidad gitana es compartir todos esos elementos identitarios más allá de los límites territoriales. Esos elementos son de alcance transterritorial. Las y los gitanos son un pueblo sin territorio que mantiene su identidad gracias a mantener esos elementos más allá de las fronteras de los Estados-nación.

La relevancia de este resultado es práctica y teórica. La transterritorialidad se observa como un aspecto específico de la identidad gitana que en el contexto europeo actual se convierte en una cuestión especialmente relevante en la cual profundizar, ya que la diversidad de identidades culturales es creciente en Europa y el propio fenómeno de la inmigración plantea a muchas de esas identidades el reto de mantenerse a nivel transnacional. Por otra parte, las teorías sobre las identidades, a menudo enmarcadas en la tradición del Estado-nación, no han tenido en cuenta la dimensión transterritorial desarrollada en diversos colectivos. Como se ha argumentado a lo largo del artículo, el pueblo gitano aporta un nuevo elemento al debate. El análisis de la experiencia gitana nos indica, no tan sólo la posibilidad de desarrollar una identidad común que vaya más allá del territorio del Estado-nación, sino también la condición de no tener ni incluir en sus reivindicaciones un territorio propio. De este modo, la identidad gitana se desvincula de la reivindicación de un territorio concreto o de referencia y pone el énfasis en otros aspectos que comparten todos los gitanos y gitanas, compatibles con su propia diversidad intragrupal.

Esta realidad cuestiona el papel tradicional asignado a los Estados-nación, que surgieron de la necesidad de crear un sistema integrador que aglutinara el poder sobre la ciudadanía y organizara las relaciones entre los pueblos. De este modo, las identidades colectivas se han definido tradicionalmente a partir de determinadas fronteras territoriales. En este contexto socio-político, las ciencias sociales han ceñido sus análisis tradicionalmente a lo que se ha llamado nacionalismo metodológico, a través del cual los estudios y trabajos de investigación se enmarcaban dentro de un contexto nacional determinado invisibilizando, por ejemplo, fenómenos tan relevantes como la transnacionalidad. Las transformaciones sociales recientes, tales como los movimientos migratorios internacionales o la gestión de la crisis financiera global, han evidenciado las limitaciones de los Estados-nación de abordar correctamente estos fenómenos y la necesidad de recurrir a instituciones supraestatales. De hecho, las teorías y las investigaciones sociales ya habían denunciado con antelación la necesidad de ir más allá de ese marco, para aproximarse a una realidad social creciente que desde hace décadas los ha superado. En este sentido, el proyecto RTD europeo WORKALÓ mostraba que existen unos valores, competencias y habilidades compartidos por las personas gitanas a lo largo del territorio europeo. Lo que une a las personas gitanas no es lo que hay dentro de unas fronteras, sino esos valores y normas comunes que las traspasan. Así mismo, estas tradiciones, cultura y valores se han mantenido, a la vez que se compartían con otros valores y costumbres de los diferentes territorios nacionales donde se ha ubicado la comunidad gitana. La comunidad gitana española, por ejemplo, tiene una larga historia de conexiones transfronterizas, de movilidad y de matrimonios mixtos que en la actualidad pervive mantenida por las redes familiares, tanto con Francia como con Portugal.

Todo esto nos informa de la necesidad de incluir la contribución gitana en los debates científicos actuales con el objetivo de definir el concepto de identidad transterritorial que, a diferencia de la transnacionalidad, supera el marco de los Estados-nación. Aunque el Estado es concebido por los ciudadanos libres como ordenación y garantía de los derechos y libertades de éstos[101], en el caso del pueblo gitano las limitaciones que esta forma de organización social y política ha desarrollado han supuesto una barrera para su reconocimiento. Sin embargo, la investigación social sobre grupos culturales ha tomado como marco de referencia para sus análisis a los Estados-nación, actores políticos por excelencia en los que, hasta la actualidad, se ha concentrado el poder de las relaciones internacionales.

Pero el contexto actual caracterizado por las relaciones globales requiere, cada vez más, análisis que superen y vayan más allá de las fronteras nacionales. Del mismo modo que el Estado-nación respondía a la necesidad de integración social surgida al iniciarse la decadencia de la primera modernidad, en la actualidad globalizada nos encontramos con fenómenos y problemas sociales de difícil respuesta. El nacionalismo metodológico en ciencias sociales se ha quedado obsoleto a la hora de proponer instrumentos de análisis de los fenómenos globales actuales como las migraciones o las relaciones transnacionales. Este paradigma se ve limitado a las fronteras políticas, territoriales y administrativas del Estado-nación y por ello tampoco puede, en la sociedad de la información globalizada, explicar la identidad colectiva y global del pueblo gitano.

Por no tener en cuenta realidades transterritoriales como la gitana, los análisis que toman como referencia el nacionalismo metodológico han contribuido a invisibilizar la situación de desigualdad de la minoría étnica no inmigrante mayoritaria en Europa. El caso de la comunidad gitana deviene especialmente relevante para el análisis de la definición identitaria de los grupos culturales minoritarios en sociedades globalizadas. El surgimiento de investigaciones en el campo de la transnacionalidad ha arrojado luz sobre el funcionamiento de estas redes y relaciones analizadas en diferentes ámbitos. Sin embargo, es justo destacar que previamente al surgimiento siquiera del concepto de transnacionalidad, del que aprendiéramos sobre las ventajas de las redes e interacciones transfronterizas, la cultura gitana ya funcionaba bajo los patrones descritos a través de aquellas investigaciones.

El caso del pueblo gitano posee un gran valor para el análisis social. El caso de la comunidad gitana viene a demostrar que existe otra manera de establecer y mantener relaciones intra e interculturales, basando el sentimiento de pertenencia en torno a unos principios comunes de convivencia entre gentes con diferentes orígenes, lenguas y culturas. A lo largo de este artículo se han identificado características que son compartidas por gitanos y gitanas que residen en distintos territorios europeos. Por un lado, el respeto a la diversidad cultural y la capacidad de adaptación de la identidad gitana a otras culturas son algunos de los aspectos que definen la identidad gitana. Éstos se unen a valores fundamentales para esta comunidad tales como el diálogo, el respeto, la cooperación, el valor de la palabra o la solidaridad. Por otro lado, la vivencia común de una historia de persecuciones y prohibiciones contra los gitanos en los diferentes territorios donde han residido, hace de su lengua común y del reconocimiento institucional de su especificidad cultural, aspectos clave para dar visibilidad a una identidad que se ha forjado más allá del territorio y que hoy une a los gitanos y gitanas más allá de sus lugares de residencia. El pueblo gitano ha sido capaz de combinar características clave para el mundo de hoy, compartir unos rasgos identitarios y al mismo tiempo desarrollar otros muy heterogéneos. Su historia está unida al desarrollo permanente de redes de cooperación, un valor que ha quedado integrado hoy en su noción de identidad. Estas redes se basan en una solidaridad que existe en las relaciones familiares de las personas gitanas, pero también con toda su comunidad. Esta forma de organización constituye, por tanto, una alternativa a las redes jerárquicas que han primado en las relaciones de miembros de otras culturas y en los distintos ámbitos sociales.

En definitiva, el concepto de identidad transterritorial, presentado en este artículo a través del caso gitano, contribuye a iluminar otros procesos y situaciones con rasgos parecidos. En diferentes lugares del mundo surgen movimientos sociales y culturales que superan la idea de ciudadanía basada en una patria ligada a un territorio o la pertenencia a una sociedad en base a una única lengua, origen y cultura concreta. Por esa razón, en el cada vez más complejo contexto actual, resulta de gran valor esta aportación del pueblo gitano. La identidad transterritorial gitana ha sido forjada a lo largo de una historia común. La crítica al nacionalismo metodológico formulada desde las teorías de la transnacionalidad o del cosmopolitismo necesita ir más allá. El caso gitano puede servir de ejemplo de cómo las personas podemos crear y mantener identidades múltiples y transterritoriales, sin dar por supuesto que nuestra libertad se verá limitada a un vínculo necesariamente territorial. Las investigaciones a las que ha dado lugar esta cuestión ya están aportando nuevos resultados que demuestran cómo el pueblo gitano, un pueblo sin territorio, contribuye al avance de la teoría social hacia nuevos conceptos que permiten captar y analizar de forma más adecuada la riqueza y la complejidad existente en el contexto actual. En la práctica, el caso que hemos analizado plantea la necesidad de avanzar en el desarrollo de una Europa donde sea posible la aceptación de unos principios comunes de convivencia, respetando al mismo tiempo las diferencias entre los colectivos y las personas.

 

Notas

[1] IRU, 2001, en http://www.unionromani.org/notis/2001/new2001-09-03.htm

[2] CREA, 2001-2004.

[3] CREA, 2006-2011.

[4] Las citas que aparecen a lo largo del artículo fueron realizadas por las personas gitanas participantes en el proyecto RTD WORKALÓ (CREA, 2001-2004).

[5] European Parliament, 2005.

[6] Congreso de los Diputados, 2005.

[7] Cortés, 1997, en http://www.unionromani.org/histo.htm.

[8] IRU, 2001, en http://www.unionromani.org/notis/2001/new2001-09-03.htm.

[9] IRU, 2001, traducción propia de http://www.unionromani.org/notis/2001/new2001-09-03.htm.

[10] BOPC, 2001.

[11] Congreso de los Diputados, 2005.

[12] European Parliament, 2005.

[13] Council of Europe, 2009

[14] Council of Europe, 2009.

[15] Fundación FOESSA, 2008.

[16] Council of Europe, 2009.

[17] The World Bank, 2010.

[18] The World Bank, 2010.

[19] Council of Europe, 2009.

[20] Bernal, 2003.

[21] Morrow, 2000.

[22] King, 1999.

[23] Courthiade, 2000; De Gila Kochanowsky, 1992.

[24] Krizsán, 2001.

[25] Krizsán, 2001.

[26] Kenrick, 2000.

[27] Fraser, 1995.

[28] San Román, 1998.

[29] Kenrick, 2000.

[30] Unión Romaní, 2010.

[31] De Bresson, 1993.

[32] San Román, 1998.

[33] Sánchez Ortega, 1994.

[34] Sánchez Ortega, 1994; San Román, 1998.

[35] Kenrick y Puxon, 1972.

[36] Fraser, 1995.

[37] Chomsky, 1995.

[38] Sen, 1979 y 1999.

[39] European Commission, 2010.

[40] Council of the European Union, 2011.

[41] San Román, 1998; GIEMS, 1976.

[42] Molina, Prieto y Santa Cruz, 2004.

[43] Sánchez Aroca, 2005.

[44] European Union Agency for Fundamental Rights, 2009.

[45] GIEMS, 1976.

[46] CREA, 2000-2003.

[47] CREA, 2003-2004.

[48] Para más información consultar la página web: http://www.yale.edu/ccr/

[49] Revenga, Ringold y MartinTracy, 2002.

[50] Esta base de datos contiene información de 275 minorías étnicas, incluida la gitana, que han sido consideradas en situación de riesgo social, debido a discriminación sufrida en el pasado o en el presente. Para más información sobre este proyecto, se puede consultar su página web: http://www.cidcm.umd.edu/inscr/mar/home.htm.

[51] Fox, 2001.

[52] Ringold, Orenstein y Wilkens, 2003.

[53] UNESCO, 2010.

[54] European Commission, 2004.

[55] Amnesty International, 2009.

[56] ERRC, 2005.

[57] Vargas y Gómez, 2003.

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© Copyright Teresa Sordé, Ramón Flecha y Teodor Mircea Alexiu, 2013. 
© Copyright Scripta Nova, 2013.

 

Ficha bibliográfica:

SORDÉ, Teresa; Ramón FLECHA; y Teodor MIRCEA ALEXIU. El pueblo gitano: una identidad global sin territorio. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 20 de enero de 2013, vol. XVII, nº 427 (3). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-427/sn-427-3.htm>. [ISSN: 1138-9788].

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