En la actualidad, la producción de leche de oveja se ha intensificado como consecuencia, entre otros factores, de la introducción de razas lecheras especializadas, la menor disponibilidad de tierras de pastoreo y la mayor tecnificación de los sistemas de ordeño. Por esta razón, aún cuando los censos ovinos todavía se concentran en zonas de regadío y el pastoreo continúa siendo la principal fuente de alimentación, se ha observado un incremento del número de explotaciones en los que los animales permanecen estabulados de forma continua. Es así que el sector ovino depende cada vez más de fuentes energéticas y proteicas generalmente más costosas para cubrir las necesidades nutricionales de los animales en estabulación, especialmente durante la época de lactancia.
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