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RLA. Revista de lingüística teórica y aplicada

versión On-line ISSN 0718-4883

RLA vol.51 no.2 Concepción  2013

http://dx.doi.org/10.4067/S0718-48832013000200007 

RLA, Revista de Lingüística Teórica y Aplicada, 51 (2), II Sem. 2013, pp. 127-149

 

ARTICULOS / ARTICLES

 

La Fono(des)cortesía: Marcas prosódicas (des)corteses en español hablado. Su estudio a través de corpus orales*

The Phono(im)politeness: (Dis)courtesy prosodic marks in Spanish spoken. Their study via oral corpus

 

ANTONIO HIDALGO NAVARRO
Universidad de Valencia. Valencia, España. 
Antonio.Hidalgo@uv.es


RESUMEN

En este artículo se intenta mostrar la relevancia de los mecanismos fónicos, y particularmente de la entonación, para la expresión de cortesía o descortesía verbales. La descripción de tal relación se lleva a cabo a partir de una selección de fragmentos de habla que han servido para fundamentar nuestra hipótesis de partida y que proceden de un corpus diverso: por un lado, de conversaciones coloquiales (Briz y Grupo Val.Es.Co, 2002); por otro, de dos series de TV emitidas por la cadena Antena 3 (Manos a la obra, capítulo: "¡Cómo está el patio!" y Doctor Mateo, capítulo: "De cómo Mateo comprende que eso que siente son celos y no indigestión") y, finalmente, otros son ejemplos derivados de investigaciones previas (publicidad radiofónica o televisiva, análisis de corpus orales específicos, etc.). Así pues, en los ejemplos seleccionados se reconocen diferentes efectos pragmáticos de atenuación (cortés) e intensificación (cortés o descortés) realzados o generados por la presencia de algún rasgo de índole entonativa. De este modo, de la coincidencia de recursos fono-corteses y fonodescorteses observados en distintas formas de discurso oral, cabe derivar la propuesta de que la descripción del componente fonocortés (o fonodescortés), aplicando un método comparativo de triangulación, podría constituirse como punto de partida de una investigación más amplia orientada al estudio de las implicaciones del componente fónico en la generación de otros efectos pragmáticos (la ironía o el humor, u otros) en el ámbito del discurso oral.

Palabras clave: Pragmática, entonación, conversación, (des)cortesía, lingüística de corpus.


ABSTRACT

This article attempts to show the relevance of phonic mechanisms, particularly in intonation, for the expression of politeness or impoliteness. The description of such relationship is conducted from a selection of excerpts from talks that have served to support our hypothesis and come from a diverse corpus: first, colloquial conversations (Briz y Grupo Val.Es.Co, 2002); other, two TV series issued by Antena 3 (Manos a la obra, chapter: "How's the yard!", and Doctor Mateo, chapter: "Of how Mateo" understands that feeling is jealousy and not indigestion") and finally others are examples from previous research (radio or television advertising, specific oral corpus analysis, etc.). So in the examples selected are recognized different pragmatic effects of attenuation (polite) and intensification (polite or impolite) enhanced or generated by the presence of some intonational feature. Thus, from the identity of resources observed in various forms of oral discourse, it is proposed to derive that the description of phonopoliteness (or phonoimpoliteness) using a comparative method of triangulation could serve as a starting point of a larger research oriented study of the implications of phonic component in the generation of other pragmatic effects (irony or humor, or other) in the field of oral discourse.

Keywords: Pragmatic, intonation, conversation, (im)politeness, linguistics of corpus.


 

1. MARCO TEÓRICO DE REFERENCIA

1.1. El componente fónico del lenguaje

La descripción aquí planteada no puede sustentarse en meras opiniones del analista, sino que necesita fundamentarse en un marco teórico que evite dar "palos de ciego" en el proceso de análisis de los denominados fenómenos fónicos fono(des)corteses.

Se parte por ello de una visión pragmática del plano fónico o lo que es lo mismo, se postula la existencia y productividad de un ámbito de investigación (o análisis) del componente fónico que tenga en cuenta sus implicaciones pragmáticas, por lo que se defiende el desarrollo de una disciplina que puede llamarse fonopragmática. Evidentemente, los hechos fonocorteses (o fonodescorteses) son una de las manifestaciones posibles dentro de esa fonopragmática.

Antes de definir los límites de la disciplina se ha de precisar su vinculación inequívoca con el componente fónico del habla, dentro del cual distinguimos tres ámbitos fundamentales (tal como suele hacerse en la investigación fonética y fonológica): el segmental, el suprasegmental y el paralingüístico.

En el ámbito fónico segmental se integran los fenómenos propios de la fonación segmental, esto es, fonemas alófonos, en el modo en que se entienden habitualmente tanto en Fonética como en Fonología.

En el ámbito suprasegmental se considera aquellos fenómenos fónicos que no afectan a un único segmento (sonido o fonema), sino que recubren unidades superiores como la sílaba, la palabra, el sintagma, la oración, etc. En este ámbito se sitúan el acento y la entonación.

Finalmente, en el ámbito paralingüístico consideramos un conjunto heterogéneo de recursos fónicos menos rigurosamente codificados (al menos desde un punto de vista "convencional"). Se trata, pues, de variaciones vocales no segmentales (pero distintas también de las suprasegmentales), motivadas por alteraciones fisiológicas voluntarias en las cavidades oral, nasal y faríngea. Tales rasgos no presentan contrastes tan nítidos como los de los rasgos suprasegmentales (imaginemos por ejemplo un silbido con propósito admirativo); en todo caso, su estudio, hoy por hoy, se halla en su fase inicial y son todavía escasos los trabajos monográficos o específicos relativos al español1.

La cuestión es que entre los usos habituales del discurso espontáneo se reflejan numerosos recursos fónicos (segmentales, suprasegmentales o paralingüísticos) que, o bien se derivan de una intencionalidad específica por parte del hablante, o bien son provocados por la situación discursiva en sí misma.

1.1.1. Ámbito fónico segmental

En este ámbito son frecuentes, por ejemplo, los alargamientos fónicos, las vacilaciones fonéticas o los fenómenos de relajación articulatoria. En este último sentido, una de las características fonéticas inherentes al lenguaje hablado espontáneo es la rapidez de elocución, lo que ocasiona frecuentes relajaciones articulatorias de los sonidos. Esto puede provocar, p.e., la pérdida de consonantes oclusivas sonoras en posición intervocálica (algo prácticamente sistemático en el caso de los finales en -ado, procedentes o no de participio)2:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1.1.2. Ámbito fónico suprasegmental

Es en este ámbito, particularmente en lo que respecta al funcionamiento del acento y de la entonación (y asociada a ésta, la pausa) donde los mecanismos fónicos desarrollan mayor número de funciones vinculadas al componente pragmático (Hidalgo, 1997a, 1997b, 1998a, 1998b, 1998c, 1999, 2002, 2006). Así ocurre en los casos de "pronunciación marcada", generalmente asociada al llamado foco acentual4, esto es, a la realización enfática de una o más sílabas del enunciado por causas de índole pragmalingüística.

Por otro lado, el efecto acentual que tradicionalmente se ha denominado acento oracional, acento de grupo, prominencia acento de énfasis, desarrolla comportamientos complejos que permiten articular el enunciado:

a)  estableciendo el punto de partida del centro entonativo (en su seno tienen lugar los desvíos tonales que permiten distinguir, por ejemplo, entre significados aseverativos o interrogativos).

b)  organizando los contenidos informativos, al incorporar generalmente la parte informativamente novedosa del enunciado.

c)  señalando elementos que el hablante realza conscientemente, según condiciones subjetivas o pragmático-comunicativas.

Precisamente, esta última función reseñada en c) guarda muy estrecha relación con la indicada por el concepto de "pronunciación marcada" (o foco acentual) antes mencionado.

La entonación, por su parte, constituye un efecto prosódico complejo, derivado de la participación conjunta de diferentes rasgos suprasegmentales (Gili Gaya, 1978: 54; Matluck, 1965):

a)  Tono (altura musical de un sonido). Rasgo suprasegmental que permite considerar la estructura melódica del enunciado como sucesión de niveles tonales (Artemov, 1961; Alcina y Blecua, 1980; Gili Gaya, 1978: 54).

b)  Tonema/ Juntura. Dirección adquirida por el nivel tonal a partir de la última sílaba tónica del grupo de entonación. Cuando el tonema va seguido de pausa hablamos de juntura terminal, esto es, un "fenómeno transicional" que los hablantes identifican como lugar de pausa, y que implica un retardamiento en la velocidad y un efecto sobre la altura del tono musical: ascenso o descenso brusco del tono inmediatamente anterior a la pausa, o bien mantenimiento de la dirección .

c)   Acento oracional. La naturaleza gradual del acento implica la existencia, para toda secuencia bien construida, de un acento principal fonéticamente muy fuerte(acento oracional o acento de frase) que determina el límite (o el comienzo del límite) de dicha secuencia.

d)  Ritmo. A nivel discursivo, el rasgo de duración (cantidad) se entiende como ritmo o tempo de habla. Considerar este rasgo prosódico como recurso organizativo de la estructura del discurso implica asumir también la posibilidad de variaciones del tempo elocutivo según el registro de habla. El problema es que en los registros informales las variaciones suprasegmentales cuantitativas son difícilmente sistematizables, máxime cuando muchas veces obedecen a simples vacilaciones (éste es el caso, p.e., de muchos de los alargamientos vocálicos propios del habla espontánea).

Así pues, teniendo en cuanto su naturaleza compleja, la diversidad funcional de la entonación se manifiesta, por un lado, en el eje sintagmático, conformando mensajes lingüísticos coherentes, y haciendo valer sus funciones Demarcativa (establece unidades ordenadas jerárquicamente) e Integradora (organiza estructuralmente las distintas secuencias de acuerdo con su estructura informativa); en todo caso, en el habla espontánea se presentan continuamente casos en que el realce prosódico (presentación de elementos semánticamente nuevos) no se explica sólo informativamente, sino que la situación y los interlocutores juegan un papel determinante (Hidalgo, 1997a). Asimismo, la relevancia del contexto para la comprensión del enunciado nos obliga a superar el marco oracional, pasando así a un ámbito discursivo-conversacional; es preciso, pues, segmentar el flujo de habla (cabe hablar en consecuencia de una función Discursiva de la entonación, que permite el paso de un turno a otro y, por tanto, el progreso o desarrollo del discurso).

Pero la entonación desarrolla también su capacidad funcional en el eje paradigmático (Función Distintiva): afecta a unidades enunciativas mínimas, enunciados únicos, y los opone entre sí según sus significados objetivos (Función Modal Primaria) o expresivo-subjetivos (Función Modal Secundaria).

No obstante, debe advertirse que la entonación constituye un aspecto lingüístico oral de difícil sistematización, puesto que, por un lado, existen múltiples funciones vinculadas al elemento melódico (segmentación de enunciados, expresión de los estados de ánimo del hablante o del valor comunicativo que se quiere representar, ya sea aseveración, interrogación, volición, etc.) y, por el otro, todas estas funciones actúan simultáneamente, lo que nos enfrenta al problema de delimitar cuál de ellas es prioritaria en cada circunstancia concreta (Quilis, 1981).

Junto con la entonación, la pausa desarrolla aparentemente un papel organizativo fundamental en el discurso coloquial; de hecho puede constituirse como el criterio prosódico demarcativo más evidente (Hidalgo, 1997a: 49). Conviene analizar, pues, su funcionamiento como elemento demarcativo correlativo con otros fenómenos prosódicos: los ascensos y descensos entonativos, las variaciones de intensidad, la posición de los acentos, etc.

1.1.3. Ámbito fónico paralingüístico

En este ámbito se sitúan los llamados elementos paralingüísticos, identificados como

las cualidades no verbales de la voz y sus modificaciones y las emisiones independientes cuasiléxicas, producidas o condicionadas en las zonas comprendidas en las cavidades supraglóticas (desde los labios y orificios nasales hasta la faringe), la cavidad laríngea y las cavidades infraglóticas (pulmones y esófago) hasta los músculos abdominales, así como los silencios momentáneos, que utilizamos consciente o inconscientemente para apoyar o contradecir los signos verbales, kinésicos, pro-xémicos, químicos, dérmicos y térmicos, simultáneamente o alternando con ellos, tanto en la interacción como en la no-interacción (Poyatos, 1994: 28).

Esta visión del fenómeno paralingüístico contempla la posibilidad de asumir entre sus componentes efectos de naturaleza fónica diversa: segmental(p.e., vocalizaciones como [pst] para reclamar la atención de alguien), suprasegmental (voz de falsete, p.e., cuando un hombre imita burlonamente la voz femenina) o, incluso, extralingüística (p.e., determinados tipos de tos con movimiento entonativo ascendente-descendente utilizada para advertir a alguien de algo)5.

1.2. Estudio de la interfaz fono/pragmática: el componente fónico y sus implicaciones en el análisis pragmático de la (des)cortesía verbal

Establecidos los límites de acción de la fonopragmática, debemos presentar la base categorial sobre la que incide dicha disciplina, esto es, se hace necesario un mínimo ensayo de categorización, cuando menos, de los fenómenos pragmáticos a que pueda vincularse el uso pragmático del componente vocal. En este sentido, consideramos que dicha constelación de recursos debe proyectarse en un marco general que combine la reflexión sobre el producto (enunciado) y sobre el proceso de producción y recepción (Bustos, 1997: 39; Briz, 1998: 105):

Sobre tales "categorías" actúa el realce de alguno de los elementos que intervienen en el proceso comunicativo, esto es, el hablante, el oyente, elmensaje, el contexto, etc. (véase Calvo, 1989). Briz (1998: 107) ha propuesto en este sentido tres categorías pragmáticas fundamentales:

a)  intensificación, cuando el realce es ejercido sobre el emisor.

b)  atenuación, cuando el realce es ejercido sobre el receptor.

c)  conexión, cuando el realce afecta a la relación entre enunciados y, por extensión, a la construcción misma del discurso, ya sea en el interior de un único turno, ya sea a lo largo de más de un turno (de uno o de varios interlocutores).

De las anteriores categorías pragmáticas las dos primeras se vinculan de forma obvia con el fenómeno más amplio de la (des)cortesía que hemos desbrozado antes al fijar nuestro objeto de estudio. Así, la intensificación es una de las funciones pragmalingüísticas más ampliamente tratadas, a través de diversos procedimientos lingüísticos que reciben genéricamente la denominación de elementos de realce (Vigara Tauste, 1992: 143-186),procedimientos de intensificación-ponderación (Herrero, 1991), o simplemente procedimientos de relieve (Beinhauer, 1985). La intensificación, pues, se halla al servicio del proceso conversacional, ya sea como mecanismo argumentativo (de refuerzo de la perspectiva del YO), capaz de transgredir ciertas máximas (especialmente las de cualidad pertinencia) o como mecanismo de regulación interactiva, esto es, como intensificación dialógica del acuerdo o del desacuerdo (Briz, 1998: 114-115 y 135-138). Como veremos los recursos fónicos desempeñan no pocas veces esta función pragmalingüística de modo eficaz.

La atenuación, por su parte, es un recurso minimizador del YO, y debe agruparse en el ámbito pragmático de la cortesía (Beinhauer, 1985; Steel, 1985; Haverkate, 1994; Escandell, 1996: 138-153; Briz, 1998: 143; etc.). Sin embargo, encierra tras de sí un propósito interactivo último de eficacia comunicativa, esto es, de intencionalidad de superar los posibles conflictos conversacionales. En este sentido el concepto atenuación debe entenderse en un sentido gradual: el YO puede mitigar su presencia de diversas formas (evitando así que se vea amenazada su imagen pública, en términos de Brown y Levinson, 1987). Así pues, la construcción del discurso por parte del hablante en función de su interlocutor, obedece al manejo de la atenuación como estrategia de persuasión al servicio de los intereses mismos del emisor, quien se vale para ello de ciertas "precauciones oratorias" (Vigara Tauste, 1992: 392). Con la atenuación el hablante pretende matizar la expresión del significado para atenuar los efectos del sentido, a fin de conseguir una mejor aceptación por el/los oyente/s de lo dicho. Como veremos, pues, los elementos fónicos son capaces de desarrollar adecuadamente esta función pragmalingüística de atenuación.

En cuanto a las formas fónicas de descortesía descubierta o directa son muchas y muy diversas. En determinadas circunstancias el timbre, el tono o la entonación aportan matices definitivos a la consideración pragmática de un mensaje en un sentido descortés. Pensemos por ejemplo en un medio de comunicación como la radio, o incluso la televisión, y tomemos como circunstancia cualquiera de esos programas en que importa más que los radioyentes o telespectadores se mantengan al otro lado del aparato que lo desagradable que puedan sonar las palabras que se articulen. No representa entonces un obstáculo que los participantes en dichos programas, si se trata de tertulias, debates, etc., se roben los turnos indiscriminadamente, y la descortesía actúe como forma de violación del principio de cooperación; se emplean para ello de forma sistemática la elevación ostensible del tono de voz y, por supuesto, de la intensidad, lo que muchas veces puede derivar en griteríos incontrolables.

Otras situaciones atinentes a la (des)cortesía en que se ve involucrada la fono-pragmática son aquellas en que se generan efectos humorísticos o irónicos (ironía o sarcasmo) en el discurso oral.

2. DE LA FONOPRAGMÁTICA A LA FONO(DES)CORTESÍA

La investigación de lo que se puede llamar Fono(des)cortesía es un ámbito de estudio relativamente novedoso, tanto por lo que respecta al ámbito de los estudios fónicos (segmentales, suprasegmentales o paralingüísticos), como por lo que respecta al ámbito de los estudios relacionados con la (des)cortesía. No obstante esto, cabe reconocer una línea de trabajo en torno a la cual se han abierto algunas vías de sistematización.

En Hidalgo (2009) se proponía un esbozo de clasificación de fenómenos fonocorteses, en el ámbito de la prosodia, clasificación ya prefijada en otros trabajos anteriores (Hidalgo, 2006; Hidalgo, 2007). Así, en el marco de la llamada Función Modal Secundaria de la entonación (Hidalgo, 1998a, 2001, 2002 ó 2006) cabe reconocer recursos entonativos atenuantes como la transposición de patrones melódicos, el empleo de patrones convencionales atenuantes (pretonema cortés) o el uso de tonemas circunflejos.

Como se verá después (véase 2.4.), a estos recursos se añaden algunos más, como se deriva de la bibliografía más reciente.

2.1. Transposición de patrones melódicos

Respecto de este procesoQuilis (1993: 445) aludía a la transposición funcional de contornos entonativos como recurso atenuador o de cortesía, concretamente cuando se emplean expresiones interrogativas pronominales (asociadas a una interpretación cortés) y se articulan con los esquemas melódicos propios de la interrogación absoluta (con tonema ascendente). En tal caso, el uso de la forma interrogativa para la cortesía podría fundamentarse en razones psicofisiológicas universales: en la mayoría de las lenguas se realiza un descenso del fundamental o de la melodía en los enunciados declarativos, en las órdenes, etc. (Quilis, 1981: 396). El fundamental, en cambio, suele ser ascendente en las frases implicativas, interrogativas, etc., que son enunciados no finitos.

2.2. Patrones convencionales atenuantes

Álvarez y Blondet (2003) por su parte han realizado un trabajo muy interesante donde postulan la existencia de patrones melódicos atenuantes, por lo que defienden la existencia del pretonema cortés6De este modo, la frase o expresión cortés no estaría determinada únicamente por la presencia de un tonema ascendente de base interrogativa, sino que concurren en su manifestación diversas estrategias prosódicas como las modulaciones de la F0 (lo que podemos entender como variabilidad entonativa), la elevación de la altura tonal7 y la variabilidad de la duración silábica8En esta misma línea, el trabajo de Orozco (2008), metodológicamente impecable, destaca en sus conclusiones que en las peticiones corteses (frente a las neutras o no corteses), el tono de juntura inicial suele ser H% y la amplitud de los movimientos es mayor que en la petición neutra o no cortés9. De este modo se indica que la prosodia sí incide en la realización cortés de las peticiones, sin importar si se trata de peticiones directas, indirectas o convencionalmente indirectas.

Un trabajo de diferente orientación metodológica al de Orozco (2008), pero con afinidades en cuanto a los objetivos de investigación, es el de Roldán (2000), autora interesada en el análisis de las características acústicas de actos de habla atenuados articulados en situaciones en las que se trata con temas conflictivos, peticiones, críticas, órdenes o consejos. Su trabajo se refiere al habla de Concepción (Chile). En su análisis se mide la prominencia o el límite que marca el término de la rama inicial y el inicio del cuerpo, se describe el movimiento de la rama inicial, se determina el rango de entonación de cada enunciado y la frecuencia de la primera sílaba prominente; se miden además las variaciones de tono importantes y los segmentos que registran estas variaciones, sobre todo cuando se trata de elevaciones de tono; se cuantifica la duración de cada enunciado y de las sílabas que se perciben alargadas, se calcula el tempo de elocución de cada enunciado; se miden las variaciones de tono que presenta la curva melódica en el cuerpo y, finalmente, se describe el movimiento de la juntura terminal a partir de la última sílaba tónica.

De su análisis se extraen algunas generalidades poco precisas pero que pueden orientar la investigación de la atenuación prosódica; la totalidad de los enunciados atenuados analizados presentan características fonéticas comunes que los identifican: alargamientos, prominencias o elevaciones de tono muy marcadas, coincidencia entre las sílabas alargadas y las prominencias, patrón melódico sinuoso en el cuerpo, curva tonal que sobrepasa e interrumpe las líneas de declinación, juntura terminal predominantemente descendente, rango de entonación amplio...

Más recientemente, en el ámbito de estudio de la atenuación, destacan algunos trabajos sobre corpus conversacional del español de Valencia realizados por A. Devís. Así, Devís (2011) analiza un corpus de conversaciones coloquiales, a modo de cala empírica, donde detecta una serie de constantes prosódicas en el marcaje de efectos atenuantes10, entre los que destacan:

-    presencia de inflexión final suspendida, en lugar de la esperable (descendente) en expresiones aseverativas

-    presencia de inflexiones internas como claves acústicas relevantes para distinguir un enunciado cortés de uno neutro, como manifestaciones de énfasis de foco ancho recurrentes

-    presencia de inflexión final circunfleja (ascendente-descendente), a manera de reducción de responsabilidad con respecto al enunciado emitido

-    presencia de énfasis de foco ancho sobre vocales átonas a lo largo de la emisión

-    presencia de énfasis de palabra con inflexión circunfleja interna descendente-ascendente

-    presencia de valores de F0 bajos a lo largo de la emisión como rasgo de foco ancho para reducir la impresión de polémica.

Algunos de estos recursos prosódicos atenuantes pueden reconocerse en otros tipos de discurso oral como por ejemplo en series televisivas de ficción que, al menos en apariencia, imitan la forma discursiva conversacional11. Veamos algunos ejemplos.

(6) Manos a la obra

(7) Manos a la obra

(8) Doctor Mateo

(9) Manos a la obra

(10) Manos a la obra

(11) Doctor Mateo

(12) Doctor Mateo

En otro sentido, al margen del habla conversacional o el discurso dialogado (real o ficticio) existen también algunos trabajos que abordan el uso de recursos prosódicos tendentes a configurar contornos melódicos atenuantes en otros ámbitos discursivos orales. En este sentido, es destacable la incursión en el estudio de los marcadores fónicos de cortesía de Alcoba y Poch (2006), a partir de un corpus de cuñas radiofónicas publicitarias. En su propuesta observan que en la publicidad suelen utilizarse recursos gramaticales que representan acciones de amenaza de la imagen que son contrarrestados precisamente por los recursos fónicos, empleados así con fines claramente persuasivos. Entre los recursos fónicos atenuantes más habituales se recogen los siguientes:

- variaciones en la duración de los sonidos: el contraste de duración serviría para atenuar determinados pasajes enfáticos ("descorteses"), articulados con mayor duración (hiperarticulación), mediante la reducción en la duración de los sonidos siguientes (hipoarticulación); ello favorecería un efecto final atenuante respecto de las secuencias hiperarticuladas. 

- variaciones en la curva entonativa: una curva entonativa puede contrarrestar el efecto descortés que pueda tener un determinado mensaje; un recurso frecuente en este sentido es el empleo de picos más agudos de los que serían normales en el habla; crean en el oyente una sensación de que el acto no amenaza la imagen sino que constituye más bien una forma de "amable convencimiento" (39).

- las cualidades de la voz: es evidente que los oyentes se crean una determinada imagen a través del tipo de voz del hablante, aunque en este ámbito tropezamos con parámetros de índole subjetiva difícilmente objetivables, al menos en el estado actual de la cuestión.

2.3. Sobre la inflexión circunfleja

Para Waltereit (2005) la inflexión circunfleja española es una forma de "cita prosódica" del baby-talk, de uso frecuente siempre que los hablantes, con intención atenuante-cortés, quieren distanciarse de lo dicho y reducir su responsabilidad comunicativa. Esto puede ocurrir al enunciar preguntas potencialmente descorteses o en casos de incertidumbre en la aserción (cuando el hablante no está seguro sobre un nombre o término específicos, por ejemplo), cuando se busca el acuerdo con el oyente. En realidad, en los casos mencionados, como cuando los adultos hablan a los niños, el emisor no se hace plenamente responsable de sus actos de habla12, de ahí la consideración de estas formas melódicas como "cita prosódica" delbaby-talk.

2.4. Otros recursos prosódicos frecuentes en la expresión de atenuación o intensificación pragmáticas

Ocasionalmente se recurre al empleo de una F0 disminuida (nivel tonal grave) para la expresión de un efecto atenuador (Hidalgo y Folch, 2011); dicha F0 disminuida puede ir asociada a un tonema descendente marcado seguido de pausa prolongada como ocurre en (13):

(13)
B: ha- hablando de belleza / ¿en tu clase hay tías buenas?
D: hombree hay chicas guapas
B: ¿chicas guapas? / en la nuestraa [estamos=]
D:                                            [todos sois tíos]
B: = estamos al lado de biológicas y vem- las vemos pasar// no/ no es que seamos todos tíos es que (( ))
D: ¿no hay chicas?

B: las- las pocas que hay↓ (4") puff13 Juan ya tarda ehh
D: yy la (( )) con la que está sentada Peral / ¿cómo es?
(VALESCO 144A, 16-56/17-18).

En la cuarta intervención de B, el uso de una fórmula paralingüística con valor modal propio (de descontento), aparece contrarrestado por la pausa previa. Al no expresar abiertamente su opinión, las inferencias que pueda realizar el hablante D son fácilmente cancelables.

También la entonación suspendida en interior de frase puede contribuir a crear efectos atenuantes, como en (14):

(14)
J: entonces fue cuando yo le dije que si quería venirse a mi casaa que mis padres no iba a estaar↓ lo que pasa es que estarían mi hermanaa/ mis primas§
A:                                              § no era plan/ tío [más que nada por estar solo con ella]

J: [yy ya hombre] eso es lo que me dijo/ hombre/ yo es lo que le dijee- digoo ¡joder! nos metemos en el cuarto/ y dice ¿cómo nos vamos a meter en el cuarto y los demás fuera?/ digoo ¡coño! ¡que no vamos a hacer nada!§ 
A:                                                                               § ¡bueno!/ ¡pues podemos ir
todos al cuarto si quieres!§
J: § (RISAS) que ella ya↑ ella ya iba en plan → predestinaoo nano↑/ para mí// en
plan salidorra/ y eso/ y dicee no/ no/ yo eso yo no/ porque si fuera en el chalé/ aún/ que es distinto/ hombre/ eso↓ está claro también/ ¿sabes? (VALESCO 153A, 08-26/08-56).

En este ejemplo, con la suspensión tonal después de "plan®" el hablante parece estar buscando la mejor calificación para la actitud de la chica. Primero, emplea el término predestinao (hay que advertir que con un alargamiento también); después no vacila en señalar que su novia iba "en plan salidorra", lo que es sumamente descortés (no tanto hacia su interlocutor, como hacia su novia, que quedaría calificada en este caso como "chica fácil"). La suspensión previa "en plan®", pues, parece ejercer cierto efecto anticipado de atenuación sobre el valor peyorativo del término "salidorra".

Otro recurso no estrictamente entonativo, pero sí prosódico-paralingüístico, empleado con propósito atenuador, puede ser una amplitud global disminuida (Hidalgo, 2002), como en (15):

(15)
B: pues yo qué sée (( )) debe ser así estoo es que cuando a un enfermo lo van a operar lo depilan // imagínate (el papá cuando lo depilen)
D: ¡OS[TII! ¡espero que=]
B:        [¡y encima! ¡escuchaa!]

D: = le duerman
B: °(el papá posiblemente lo van a dormir )° 
D: ¿para depilarlo no lo duermen?

B: °(¡qué vaa! le ponen como es laa-como la barba↑(( )) )° 
D: ¡pero claro! no- no lo depilan con cera so14 animal
B: no

D: no le van a depilar las ingles y todo↑[con cera↑]
B:                       [no le tienen que dejar ni un pelito] (VALESCO 144A, 21-05/21-32).

En este caso, la atenuación se logra mediante la reducción de la amplitud global de la voz hasta el susurro (intervenciones 3ª y 4ª de B), con lo que se pretende minorar la carga negativa de las intervenciones de B, dada la proximidad espacial del individuo afectado por la burla, en este caso su propio padre.

Por otro lado, en el ámbito de la llamada cortesía valorizante, determinados usos prosódicos en el eje sintagmático pueden ser catalogados como intensificadores.Es el caso de la función demarcativa de la entonación, que puede favorecer interpretaciones pragmáticas intensificadoras: si aceptamos que la demarcación prosódica de los enunciados responde a una regla universal de organización coincidente: ↑ (primer grupo entonativo) y ↓ (segundo grupo entonativo), observaremos que esta estructura /↓ no siempre se hace explícita: la propia situación comunicativa (y el fondo común de conocimientos compartidos por hablante y oyente) deja abierta la posibilidad de aparición de estructuras "truncadas" (sin el segundo miembro distensivo), pero tales construcciones "suspendidas" resultan completas desde una perspectiva pragmática. La construcción, pues, genera en el oyente un proceso interpretativo que podemos considerar como forma de intensificación del carácter cooperativo de la comunicación, como en el caso de (16):

(16)
A: y mi marido en se(gu)ida dice... OIGA si es bueno↑y vale la pena arreglarlo
dice hombre/ cuando ustedes lo compraron↑ sí que lo sabrían [RB37B1:85-86]

Otros trabajos se han interesado en el análisis del énfasis prosódico en la publicidad, situación que pragmáticamente podemos asimilar a la intensificación, entendida como expresión de cortesía valorizante; así Machuca y De la Mota (2006) registran diversas recurrencias fónicas empleadas para enfatizar determinados pasajes que, además, suelen utilizarse de manera combinada; tales recursos son preferentemente variaciones tonales, alargamientos de sílabas e incrementos de intensidad. Se observan asimismo modificaciones segmentales como el refuerzo de algunos sonidos consonánticos (frecuente en formas verbales imperativas y asociado a variaciones de tono, duración e intensidad) y variaciones de cualidad de la voz, como la voz susurrada o la voz quebrada (creaky voice), especialmente al pronunciar la marca del producto o en la parte final de la apelación. Asimismo, la pausa puede utilizarse como mecanismo estratégico de énfasis: tal ocurre cuando la pausa sirve para captar la atención del oyente o enfatizar la palabra siguiente.

También Font y Machuca (2011) abordan el estudio del énfasis en eslóganes publicitarios. Su trabajo analiza los enunciados que presentan énfasis en la parte inicial del eslogan, donde se observa un desplazamiento del pico inicial hacia la derecha o hacia la izquierda, pero siempre hacia las sílabas átonas; también se puede presentar en la sílaba tónica, pero con un ascenso superior al 40%. En el cuerpo aparecen los tipos de énfasis propios de esta parte de la unidad melódica, excepto el de palabra descendente y el ascendente-descendente. El más frecuente es el énfasis de palabra; este énfasis suele asociarse a la marca del producto que se está anunciando. Por último, en la inflexión final el patrón más utilizado es el denominado "descendente".

Otra forma, en fin, de intensificar el carácter cooperativo del diálogo es el recurso a la ironía, y en ese ámbito lo prosódico tiene bastante que decir, como demuestra la última intervención de A en (17):

(17)
J: y yo me (( )) a su padre pensando ↑ ¡hostia!/ no/ y Lucía así pa15 quedar bien y eso/ ¡ay! que se venga no sé qué / pero lo típico/ yo también digoo no/ si no pasa nada/ que se venga [si quiere] 
A:               [si vamos] si vamos a ver el fútbol ↑ vamos a ver el Levante-Gramanet16

J: por cierto/ el Levante no lo vi/ nano/ y me jodió/ porque estuve a punto de decirlee va/ vamos a ponerlo ya/ tal/ no sé qué / ¿sabes?/ lo que pasa es que estábamos oyendo música§
A:              § seguro que te jodió mucho no ver el Levante17 (VALESCO 153A, 10-46/11-06).

En las intervenciones de A de (17) se advierte el empleo de un tono irónico. La entonación ascendente que se observa detrás del término fútbol(primera intervención de A) y el hecho de que sus intervenciones estén articuladas entre risas, permiten que interpretemos el fragmento en esta dirección. El empleo del tono irónico hace evidente que la intención última de J ha sido mutuamente reconocida. Ahora bien, al manifestarse de forma velada, se aminora la carga negativa que conlleva el mensaje.

Como antes en el caso de los efectos atenuantes, también es posible reconocer el empleo de recursos prosódicos intensificadores en corpus discursivos procedentes de series televisivas de ficción. Véanse al respecto los casos de los ejemplos (18) al (21):

(18) Manos a la obra

(19) Manos a la obra

(20) Manos a la obra

(21) Manos a la obra

III. CONCLUSIONES PRELIMINARES

En líneas generales, pues, a pesar de la escasez de trabajos realizados hasta el momento sobre el objeto de estudio, lo que se ha venido haciendo en torno a la fonocortesía parece iniciado con buen pie, al menos desde el punto de vista metodológico. Falta, eso sí, un intenso corpus de investigación que contribuya a allanar el terreno para dar paso a futuros estudios más globales o más específicos, según los casos.

Hay que advertir, no obstante que, en general, se ha prestado más atención al estudio de la cortesía mitigadora que al de la valorizante, y más al componente prosódico que al segmental o al paralingüístico, por lo que habrá que procurar en el futuro un mayor equilibrio entre las diversas áreas de estudio.

Por otro lado, parece factible valerse de un corpus diverso a la hora de reconocer los efectos (des)corteses derivados del empleo de marcas prosódicas (o fonoprosódicas); se ha comprobado así que muchos de los recursos se repiten en la conversación, en la publicidad oral o, incluso, en series televisivas de ficción. En realidad, dadas las coincidencias empíricas, comenzar a trabajar intensivamente con corpus no totalmente espontáneos podría permitirnos una descripción "controlada" de los rasgos fónicos de (des)cortesía para, a posteriori, y con un corpus de investigación lo suficientemente amplio, comprobar su grado de aparición en el habla espontánea.

NOTAS

1 Cabría excluir de esta tendencia general los trabajos de Poyatos (1994) o Alonso-Cortés (1998), por citar dos casos concretos.

2 En los ejemplos sucesivos cada fragmento de conversación se identifica con la clave correspondiente dentro del corpus oral de Val.Es.Co. (Briz y Grupo Val.Es.Co., 2002). En negrita aparece realzado además el caso concreto al que hace referencia el ejemplo reseñado. Todos los ejemplos que se analizan en este artículo, con su numeración respectiva, pueden ser escuchados directamente a través del vínculo electrónico https://www.dropbox.com/sh/jlyec2xd3l86xyj/EcL2fvOS6V.

3 Deformación fonética, posiblemente de la palabra atraco.

4 En todo caso, es necesario diferenciar este rasgo de lo que en otro lugar hemos denominado amplitud global (Hidalgo, 2002), que parece más adecuado adscribir al ámbito fónico paralingüístico. El acento focalizado (pronunciación marcada) constituye un efecto localizado sobre una sílaba (o un grupo de sílabas), y no sobre todo un enunciado o período discursivo. En cambio, lo que consideramos amplitud global representa la elevación (o disminución) del esfuerzo de intensidad a lo largo de tramos amplios de habla (enunciados, o trechos de extensión superior).

5 Sobre la posibilidad de integrar algunas de estas emisiones "paralingüísticas" como actos de habla independientes, esto es, como auténticos "enunciados" con fuerza ilocutiva y valor modal propio, véase Alonso-Cortés (1998: 21).

6 Estos resultados han sido obtenidos a partir del habla de Mérida (Venezuela).

7 La frase interrogativa cortés presenta un tono global más agudo que la pregunta neutra, desde el inicio del acto y mantenido a lo largo de éste.

8 Ciertos cambios temporales pueden entenderse como claves de contextualización pragmática; las sílabas de las expresiones corteses tienden a desarrollar una mayor duración que en las expresiones no corteses.

9 Este trabajo se circunscribe al habla de la ciudad de Guadalajara (México). 

10 Lo interesante de su propuesta es que la autora somete la validez de sus observaciones a tests de percepción por parte de diversos informantes.

11 Los ejemplos que aparecen a continuación (6 al 12 y 18 al 21) proceden de un análisis de un corpus reducido que hemos realizado a partir de enunciados extraídos de dos capítulos de las series de TV Manos a la obra Doctor Mateo, donde se reflejan, a ojos del analista, intenciones corteses evidentes (atenuantes o mitigadoras e intensificadoras o valorizantes). La ventaja de trabajar con este corpus es la nitidez acústica de los ejemplos, lo que nos puede permitir una descripción rigurosa de los rasgos fónicos de (des)cortesía para, a posteriori, y con un corpus de investigación lo suficientemente amplio, comprobar su aparición en el habla espontánea.

12 El uso de esta inflexión circunfleja ya había sido advertido por Navarro Tomás (1944: 160): "(la inflexión circunfleja) se manifiesta [...] cuando se habla con simpatía de un asunto, o se desea atraer la confianza de los oyentes, o se interviene en una conversación mostrando una disposición de ánimo condescendiente, o se trata de calmar o estimular [...] al interlocutor aconsejándole o reprendiéndole con benévolo y persuasivo interés".

13 Sonido que emite el participante B. Guía la inferencia de su interlocutora: sí, hay chicas, pero no son muy agraciadas.

14 Es un modo de dirigirse a alguien en el habla coloquial de modo despectivo, en este caso el participante D se dirige al B diciéndole que es muy animal.

15 Acortamiento de para. Uso común en un registro coloquial.

16 Entre risas.

17 Entre risas.

 

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Recibido: 24/09/2012. Aceptado: 19/08/2013.

* El presente estudio se halla integrado en el proyecto de investigación "Fonocortesía: el componente fónico en la expresión de cortesía y descortesía verbales en español coloquial" que cuenta con la subvención del Ministerio de Ciencia e Innovación (FFI2009-07034, subprograma FILO).

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