Pioneras, discursos y prácticas en torno a la educación de las mujeres

• Autores: María Poveda Sanz
• Localización: La Constitución de Cádiz. Genealogía y desarrollo del sistema educativo liberal: XVII Coloquio Nacional de Historia de la Educación. Cádiz, 9-11 de julio de 2013 / M. Gloria Espigado Tocino (dir. congr.), Juan Gómez Fernández (ed. lit.), María José de la Pascua Sánchez (ed. lit.), Juan Luis Sánchez Villanueva (ed. lit.), Carmen Vázquez Domínguez (ed. lit.), 2013, ISBN 978-84-9828-437-9, págs. 715-726
• Idioma: español
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• Resumen
  • español

    El discurso político liberal del siglo XIX, concibe la educación como herramienta necesaria para superar los problemas económicos y políticos del siglo anterior. En un régimen en donde priman los principios de libertad e igualdad, se va a proyectar un sistema de educación formal público con influencias de teóricos y de políticas educativas nacionales e internacionales. Sin embargo, en este nuevo régimen que se pone en marcha en esos años, se olvidan de la acción política abierta que habían llevado las mujeres en defensa de sus ideales, no otorgándoles ningún derecho como ciudadanas y manteniendo así su dependencia familiar (del padre, marido o tutor responsable).

    En esta comunicación se analiza desde una perspectiva de género tanto los discursos oficiales que propiciaron los textos y normativa legal en materia educativa, como el papel al que se ven reducidas las mujeres en esa nueva sociedad que se esperaba construir, y algunos ejemplos de cómo sortearon las trabas sociales y políticas impuestas. En última instancia, se incide en el valor de la alfabetización como medio para difundir los deseos de defensores y detractores de la educación formal de las mujeres. Esto nos lleva a hablar de una paradoja, de la participación activa desde la esfera privada en las que se veían socialmente relegadas: las tertulias culturales y políticas dirigidas por mujeres en Cádiz (marquesa de Pontejos, Margarita López de Morla o Frasquita Larrea), la participación como escritoras o traductoras en diversas publicaciones (de las que en algunos casos se conoce la autoría de las mismas de manera explícita, como la marquesa de Astorga, o bajo pseudónimos, como Frasquita Larrea, y, en otros, finalmente, se han perdido bajo el anonimato); o las iniciativas educativas y sociales auspiciadas desde las Juntas de Damas de las Sociedades Económicas Matritenses de Amigos del País, de las que disfrutaron algunas de las que más tarde iban a formar parte de los cimientos de la profesionalización de la función docente femenina (como es el caso de Ramona Aparicio Rodríguez, que se convertiría en la directora de la Escuela Normal de Maestras de Madrid). ¿Su condición de mujer, junto a los rasgos y roles que le eran atribuidos a su sexo, se ha de unir indisolublemente a su posición social? ¿Podemos hablar de conquistas o se trata más bien de concesiones ante el creciente número de voces que se van haciendo oír a favor de las demandas de una instrucción formal para las mujeres?

  • English

    The liberal political discourse of the nineteenth century sees education as a necessary tool to overcome the economic and political problems of the previous century. In a regime in which dominated by the principle of freedom and equality, they projected a formal public education system influenced by theorists and national and international educational policies. However, in this new regime put in place in those years, it is forgotten the open political action that had led women to defend their ideals, not giving them any rights as citizens and thus maintaining their dependence on the family unit (father, husband or guardian responsible).

    In this paper it is analyzed from a gender perspective both the official discourse that led to legal and regulatory texts in education as the role that women are reduced in the new society expected to be built and some examples of how the social and political constraints imposed were avoided. Ultimately, the document insists on the value of literacy as a way to spread the wishes of supporters and opponents of formal education of women. This leads us to speak of a paradox, about the active participation inside the private sphere of the women socially neglected: the cultural and political gatherings led by women in Cádiz (Marquise of Pontejos, Margarita Lopez of Morla or Frasquita Larrea), the participation as writers or translators in various publications (of which in some cases the authorship is known explicitly, as the Marquise of Astorga, or under pseudonyms, as Frasquita Larrea, and in others, finally, we have lost on condition of anonymity), or educational and social initiatives sponsored from the Boards of Ladies of the Matritenses Economic Societies of Friends of the Country of which enjoyed some of which later were to form part of the foundation of the professionalization of the female teaching function (such as Ramona Rodriguez Aparicio, who became director of the Normal School of teachers Madrid). Does their womanhood, with the features and roles that were attributed to sex, be joined inseparably to their social position? Can we talk about gains or more about concessions because of the increasing number of voices making themselves heard in favor of the demands of formal education for women?