La escalada en la exigencia de responsabilidades se convirtió en el telón de fondo de la sociedad española durante los años siguientes al Desastre de Annual. La lógica necesidad de dar una explicación a lo que sucedió, se convirtió en un arma política y social que se lanzaron unos a otros hasta la llegada al poder de Primo de Rivera. Se dijo entonces y se mantiene hoy en día que una de las raíces que provocó el Desastre era la degradación moral de bastantes de los mandos del Ejército. Entre otras manifestaciones de ese mal afición al juego, desfalcos, prostitución, se anotaba la cantidad de suicidios que había. Evidentemente, esos tópicos no surgieron de la nada, tenían su fundamento. Pero la insistencia en ellos y el paso del tiempo los convirtieron en mitos que han permanecido indiscutidos a lo largo de los años, a pesar de que, en el caso de los suicidios, las conjeturas no se ajusten a la realidad.
Increasing demands for accountability became the background discourse of Spanish society in the years following the Annual debacle. The need to give an explanation to those events became a political weapon hurled from one side to the other until Primo de Rivera’s rise to power.
It has been said that the loss of morale due to the ethical degradation of many in the upper echelons of the Army was at the root of the debacle. Above other signs of this breakdown, such as embezzlement and extensive gambling, the high rate of suicides has been singled out as a major symptom of declining morale.
Although there is some factual basis to these hypotheses, the stress given to punctual data has turned them into unchallenged myths, even if, as it is the case with suicide rates, the accepted opinion does not survive the check of the actual facts.
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