Esta diputada por Biarritz, que ha dirigido las carteras clave del Estado galo en la última década, desde la de Exteriores hasta la de Justicia, pasando por Interior y Defensa, es un peso pesado de la política francesa. Dimitió como jefa de la diplomacia hace un año, pero esta líder de la formación Lê Chene, la agrupación más importante del partido presidencial, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), sigue siendo un referente de lo que queda del "gaullismo". En su despacho de la Asamblea Nacional, expone a El Siglo su confianza en que Nicolas Sarkozy salga reelegido este año, y señala que la iniciativa de reforma europea que Francia y Alemania han defendido en 2011 responde a una crisis de la que no se puede salir sin la austeridad.
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