África, Asia y, desde ahora, Europa: el Fondo Monetario Internacional (FMI) condiciona imperturbablemente sus préstamos a un programa de privatizaciones y de austeridad. Sin embargo, se dice que el FMI habría cambiado. Bajo la dirección de Strauss-Kahn habría basculado hacia el servicio de los pueblos. Esta campaña de comunicación ilustra la personalización creciente de los desafíos políticos. Una tendencia de doble filo...
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