SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.8 issue3Conceptualizations of Forgiveness: a Latin America-Western Europe ComparisonCivilian Population and Constructive Transformation of an Internal Armed Conflict: an Application to the Colombian Case author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Universitas Psychologica

Print version ISSN 1657-9267

Univ. Psychol. vol.8 no.3 Bogotá Sept./Dec. 2009

 

Prácticas culturales de paz en jóvenes adscritos y no adscritos a la Red de Jóvenes por la Paz*

Cultural Practices of High-School Students Ascribed and not Ascribed to a Peace Network

 

BLANCA PATRICIA BALLESTEROS DE VALDERRAMA**
Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia

MONICA MARÍA NOVOA-GÓMEZ***
Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia

STELLA SACIPA-RODRÍGUEZ****
Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia

* Artículo de investigación. Las autoras agradecen a Luis Manuel Silva, Gerardo Rey, Ma. Cristina Pinto, Raul Vidales y demás colegas que trabajaron en la ejecución del proyecto 000258 financiado por la Pontificia Universidad Javeriana

** Facultad de Psicología, Cra. 5 # 39-00 piso 1, oficina 103. Correo electrónico: blanca.ballesteros@javeriana.edu.co

*** Facultad de Psicología, Cra. 5 # 39-00 piso 2, oficina 207. Correo electrónico: mmnovoa@javeriana.edu.co

*** Facultad de Psicología. Correo electrónico: ssacipa@javeriana.edu.co

Recibido: enero 28 de 2009 | Revisado: marzo 10 de 2009 | Aceptado: abril 14 de 2009


RESUMEN

El artículo presenta el análisis de las prácticas culturales de paz en jóvenes de colegios públicos y privados adscritos y no adscritos a la Red de Jóvenes por la Paz. La metodología incluyó el análisis funcional a partir de la información multifuente (12 jóvenes, profesores, miembros de diferentes ONG) y multimétodo (entrevistas, diarios de campo, cineforo). Los resultados se presentan siguiendo la modalidad de análisis y diagramación de prácticas culturales planteada por Mattaini (1996, 2001a), en las que se detallan las contingencias relacionadas con las prácticas de los jóvenes. Estos análisis permiten establecer que las conductas de paz no variaron según el género de las y los jóvenes, si bien se presentaron diferencias en las condiciones motivacionales, y discute cómo iniciativas que se nombran a sí mismas como espacios de Paz, deben abordar este tema de forma intencional en toda su complejidad, reconociendo a los jóvenes como actores de su conceptualización y de su acción.

Palabras clave autores Prácticas culturales, análisis funcional, macrocontingencias, prácticas juveniles.

Palabras clave descriptores Adultos jóvenes, cultura de paz, análisis funcional.


ABSTRACT

The article presents the cultural practices analysis of a group of private and public schools students, some of them ascribed to the Red de Jóvenes por la Paz (Youth for Peace Network) and their pairs not ascribed to the Red. Methodology included the functional analysis based on the multisource information (from 12 students, some of their teachers, and some NGOs members), and multimethod evaluation (interviews, field diaries, and cine forum). Results are presented through the diagrams and cultural practices analysis proposed Mattaini (1996, 2001a), where contingencies related to youth practices are detailed. The analysis permitted to conclude that peace behaviors were similar in female and male, with some differences related to motivational conditions; the way how some initiatives identified and named as Peace spaces is discussed, in terms of how they should intentionally focus and aboard the issue, with its complexity, and recognizing youth as its conceptualizing and acting-out actors.

Key words authors Cultural Practices, Functional Analysis, Macrocontingencies, Youth Practices.

Key words plus Young Adults, Culture Of Peace, Functional Analysis.


Introducción

Desde 1998, la UNESCO planteaba como objetivo la preparación de los niños y jóvenes del mundo, para las responsabilidades ante la situación de guerra del momento, señalando cómo las estrategias de educación institucional tradicionales no eran suficientemente efectivas, de cara a las exigentes condiciones del naciente siglo XXI. Además, el período 2001-2010 fue elegido como la Década Internacional de la Cultura de Paz y la No Violencia para los niños del mundo, por parte de la UNESCO1. En esa dirección, se ha promovido la participación de los jóvenes en organizaciones no gubernamentales y en movimientos con implicaciones en el diseño y análisis de políticas públicas, procurando implicarlos de manera personal en la creación de culturas de paz. En Colombia, desde 1995 se documentan iniciativas de formación para la paz; la mayoría de ellas en términos de acciones adelantadas por las instituciones educativas dirigidas al manejo del conflicto escolar y la resolución equitativa de los problemas en torno al tema de la equidad y los derechos humanos (Mandato Ciudadano por la Paz, la Vida y la Libertad2, Proyecto Colombia Aprende y Colombia Innova3, Alianza para la Construcción de la Cultura de Paz4, Saliendo del Callejón5), algunos resultados pueden encontrarse en Alvarado (2006).

En instituciones universitarias, el estudio de Henao-Escovar, Ocampo-Talero, Robledo-Gómez y Lozano-Ardila (2008) concluye que los jóvenes pueden constituirse en actores políticos al organizarse como colectivos, partiendo de vínculos de amistad y compartiendo cartas de navegación que permiten definir sus propósitos comunes, formas organizativas y métodos de acción colectiva, a través de procesos deliberativos, y recomienda a las universidades apoyar los procesos organizativos juveniles, propiciar encuentros entre los grupos y desarrollar proyectos de formación política y ciudadana para fortalecerlos como actores políticos.

Como fuera señalado por López (2008), uno de los retos de los analistas de la conducta humana es la conducta pacífica y no violenta. Existen innumerables estudios que han detallado modelos complejos de comprensión de conducta violenta que, de forma cada vez más precisa, entregan información diferenciada sobre el peso que tienen variables de crianza, de pobreza, de restricción en la vida política y otras muchas más; modelos que han permitido mejorar el diseño de los sistemas de intervención y que también han evidenciado las limitaciones de muchos de estos sistemas por la complejidad del fenómeno. No obstante, la proporción de investigación y conceptualización de lo que implica comportamientos de paz es ciertamente mucho más escaso.

Asumir que la paz es mucho más que ausencia de guerra, presupone un conjunto de prácticas conductuales que son costosas y difíciles de lograr. Algunas características de dichas prácticas han sido recogidas por Mataini (2002) e incluyen el énfasis en el no refuerzo (extinción), el refuerzo negativo y el castigo del comportamiento o las prácticas agresivas o coercitivas. Los miembros de los grupos oprimidos no violentos suelen experimentar tasas altas de amenaza y castigo por participar en comportamientos no deseables para aquellos con mayor poder coercitivo. El abandono explícito de algunas formas de poder coercitivo (p. ej. violencia física e irrespeto verbal) sin importar las acciones del otro. La acción efectiva no violenta suele describirse como un hecho que requiere un compromiso de no reciprocar lo aversivo, de tratar los oponentes con respeto y amor sin importar como es uno tratado (Ballesteros, 2002; Ballesteros, Novoa & López, 2003). El refuerzo inmediato de las prácticas deseadas, para virar inmediatamente cuando las acciones del otro lado cambian y el refuerzo social, entre otras. Puede haber poca duda de que los reforzadores sociales son una variable muy potente en el mantenimiento de la solidaridad grupal, mostrando ser fundamentales en situaciones que de otra forma llevarían al escape o la extinción. En este sentido, Mattaini (2002) ha señalado que es común en los movimientos no violentos el moldeamiento colectivo de nuevos valores y las interpretaciones de eventos, prácticas y consecuencias, y cómo ellos suelen involucrar cambios mediados socialmente vía relacional y de constitución o modificación de las reglas.

En este artículo se presentan los resultados del análisis de las prácticas culturales de jóvenes de colegios que participan en la Red de Jóvenes por la Paz, en la ciudad de Bogotá, parte de una investigación más amplia que incluyó también el análisis de los significados de la paz, además del de las prácticas de paz en jóvenes vinculados y no vinculados con una de las propuestas, denominada Red de Jóvenes por la Paz, en la ciudad de Bogotá. El análisis de las prácticas se plantea en la línea del análisis conductual aplicado a los temas sociales, con el concepto central de prácticas culturales, entendidas como el conjunto de comportamientos compartidos en interacciones entre personas e incluye rituales, normas o reglas y lenguaje, en función de las condiciones contextuales y ecológicas en las cuales suceden tales interacciones (Ballesteros, 2002; Ballesteros, López & Novoa, 2003; Lamal, 1991). Un aporte de esta perspectiva es el análisis de las contingencias relacionadas con las prácticas, que permite establecer las diferencias conductuales entre ellas. En el tema de la paz, algunas de las prácticas incluyen comportamientos de reciprocidad positiva, de cooperación y solidaridad, de justicia y equidad, reconocimientos de logros del otro y reconocer la relación entre conducta y resultado (Ballesteros, 2002, Mattaini, 2001a; Skinner, 1990) y su análisis permite acceder a las maneras como los individuos explican e interpretan sus experiencias sociales a lo largo de su historia (Mattaini, 1996).

Las investigaciones adelantadas en torno al análisis comprensivo de las percepciones de jóvenes, han señalado que las prácticas culturales de paz varían en diversas zonas de conflictos en el mundo (Brett & McCallin, 1996; Cohn & Goodwin-Gill, 1994; Polkinghorn & Byrne, 2001; Mattaini, 2001a). La investigación de Polkinghorn y Byrne (2001) con 384 estudiantes universitarios en Sur África, Israel, Bosnia-Herzegovina e Irlanda del Norte, encontró diferencias en función de la filiación religiosa y del género. En Colombia, las investigaciones sobre el tema de juventud y paz se han centrado principalmente en la caracterización de los significados de paz (Rojas, 2003; Sacipa, 2003; Sacipa, Ballesteros, Cardozo, Novoa & Tovar, 2003). Por esta razón, en esta investigación se incluye el análisis de las prácticas, con el objetivo de establecer si existen diferencias en las prácticas culturales de jóvenes adscritos y no adscritos a proyectos organizados en instituciones educativas, a través de la Red de Jóvenes por la Paz en Bogotá, Colombia.

Método

Se utilizó una metodología multimétodo, con 12 muestras seleccionadas intencionalmente. La metodología incluyó análisis funcionales de la información multifuente (jóvenes, profesores, miembros de varias ONG) y multimétodo (entrevistas, diarios de campo, cineforo). Se siguió un diseño transversal de comparación de grupos equivalentes en función de la institución educativa y el grado escolar (10°), teniendo como variable de inclusión el hecho de estar adscrito o no a la Red de Jóvenes por la Paz. Las comparaciones se hicieron en función de esta variable de inclusión, del género y de los tipos de institución educativa (pública o privada). En la Tabla 1 se presenta el diseño.

La caracterización de las prácticas culturales de paz se muestra siguiendo la propuesta de Mattaini (1996) y Mattaini (2001b) para el análisis funcional de dichas prácticas.

Instrumentos

Se realizaron diarios de campo que registraron dos ocasiones de interacción para cada institución educativa, considerando la participación tanto del joven adscrito y no adscrito a la Red. Se asumieron criterios de observación de las ocasiones en la cuales se anotaron las interacciones, los actores y las dimensiones de estas interacciones en relación con las categorías descritas para el análisis de las prácticas culturales.

Entrevistas semiestructuradas en tres formatos: uno para estudiantes, otro para profesores y uno final para representantes de las ONG. Las entrevistas fueron estructuradas teniendo en cuenta las categorías de prácticas de paz, en un formato de preguntas abiertas y cerradas en las dimensiones de interés; fueron validadas por el juicio de expertos.

Como una ocasión de interacción entre los jóvenes adscritos y no adscritos de los colegios públicos y privados se diseñó un cine foro, para convocar las dinámicas de interacción; la película seleccionada fue Ciudad de Dios del realizador Fernando Meireilles. La información de esta actividad se integra en los diagramas de análisis de prácticas culturales de paz que se describen más adelante.

Participantes

Participaron jóvenes escolarizados en educación media, en el grado 10, de 6 instituciones educativas de Bogotá adscritas a la Red de Jóvenes por la Paz. El número total de jóvenes participantes fue de 12, contando con dos por cada institución educativa (un joven adscrito y un par no adscrito). También participó un profesor a cargo del seguimiento de los jóvenes estudiantes en cada institución educativa, así como 2 representantes de las ONG (Campaña Colombiana contra Minas Antipersona y Naciones Unidas) que lideran proyectos en torno a la paz, la convivencia y la ecología.

De los 12 jóvenes participantes en la investigación (6 jóvenes de colegios públicos y 6 de colegios privados), por género se contó con 6 mujeres y 6 hombres. De jóvenes adscritos hubo 4 mujeres y 2 hombres en tanto que en los jóvenes no adscritos fueron 4 hombres y 2 mujeres.

Procedimiento

En primer lugar, se estableció contacto con los directivos de la Red de Jóvenes por la Paz y representantes de las ONG relacionados; en segundo lugar, se solicitó la autorización de cada uno de los colegios seleccionados de la lista de la Red, a través de la firma de un consentimiento informado institucional. Las entrevistas y observaciones fueron realizadas por el equipo investigador, así como la trascripción y análisis de los resultados. Cada estudiante participó voluntariamente y firmó un consentimiento informado, con énfasis en el carácter confidencial y anónimo de la información. Cada joven adscrito a la Red señaló al par no adscrito que podía participar en la investigación, que en todos los casos fue un joven del mismo curso. Se realizaron en promedio cuatro visitas por institución. La actividad del cine foro se realizó en uno de los salones de la Pontificia Universidad Javeriana; incluyó una guía de preguntas que permitieran conducir el foro en torno a los intereses de la investigación; fue registrado en video, para facilitar el análisis de las reflexiones construidas en torno al material observado y las interacciones entre los participantes.

Resultados

Los resultados de prácticas culturales se presentan con la diagramación de las mismas, planteada por Mattaini (1996, 2001b), para facilitar el análisis funcional. Vale recordar que las condiciones bajo las cuales se desarrolla una práctica cultural están influenciadas, según Mattaini (1996) y Ballesteros, López y Novoa (2003), por: las ocasiones, referidas a las circunstancias bajo las cuales una consecuencia particular sigue una conducta; los antecedentes estructurales, o condiciones de la persona o la situación que posibilitan la ocurrencia de una práctica determinada; las operaciones establecedoras de condiciones motivacionales, referidas a eventos que alteran momentáneamente la ocurrencia de la práctica, con base en la sensibilidad a la consecuencia; la imitación de modelos que representan algún tipo de autoridad respecto del manejo de las contingencias, fenómeno importante en el aprendizaje social; y, las reglas que gobiernan la conducta, las cuales incluyen las contingencias de reforzamiento o castigo, aún sin ser reconocidas por las personas. Este análisis funcional especifica las contingencias relacionadas con las prácticas de los jóvenes y permiten establecer las diferencias conductuales entre joven adscrito y no adscrito, según institución pública y privada.

A continuación se presentan las figuras correspondientes a los diagramas. En la Figura 1, se resume el análisis de las prácticas comunes de los jóvenes adscritos a la Red, en colegios públicos; en la Figura 2, las prácticas de los jóvenes no adscritos, en el mismo tipo de institución. La Figura 3 resume el análisis de las prácticas de jóvenes adscritos a la Red, en colegios privados; finalmente, en la Figura 4, se resume el análisis de las prácticas de jóvenes no adscritos, en este mismo tipo de colegio.

Análisis de las prácticas culturales por género

En el grupo de jóvenes adscritos, no se muestran diferencias en las categorías de reglas, ni en la de modelos, ni en la de ocasiones, ni para la de resultados a nivel cultural. En la categoría de condiciones motivacionales, se encuentra como condición específica de una de las jóvenes de los colegios públicos, la implicación en actividades de interés social como una oportunidad para acceder a subsidios y becas y de conocer nueva gente. Para la categoría de resultados a nivel operante, esta misma joven señala los subsidios mensuales para estudio y transporte como refuerzo material de la práctica, y otra joven, adscrita de colegio privado, señala el establecimiento de nuevas redes sociales como reforzador de estas acciones. En la categoría de prácticas de paz, se encuentra igualmente analogía, excepto para una de las jóvenes de un colegio privado, en relación con la venta de productos para apoyar iniciativas de solidaridad.

Análisis de prácticas de paz por tipo de colegio: público y privado

Las prácticas de los jóvenes de los colegios públicos se caracterizan por desarrollar acciones de mediación y resolución de conflictos entre estudiantes y profesores y entre pares, así como por la evitación del conflicto, al igual que por la implicación de la mayoría de los jóvenes en acciones de la localidad o del contexto escolar. Por las condiciones particulares de su contexto, estos jóvenes están expuestos a desigualdad social y tienen mejor conocimiento de las difíciles situaciones de la comunidad y motivan sus acciones por el beneficio de su grupo de referencia más que para el beneficio del país o de un contexto más amplio. En relación con las reglas que gobiernan la conducta, la mayoría de los muchachos de los colegios públicos señalan que la juventud, como etapa del ciclo vital, tiene una responsabilidad en adelantar acciones que mejoren las condiciones de vida de la población, aspecto en el que coinciden con sus profesores, al identificar que en estas localidades gran parte de las acciones comunitarias, ecológicas y políticas son desarrolladas por jóvenes. Aún así, es importante resaltar el señalamiento de algunos de los jóvenes de colegios públicos en relación con la restricción que impone la situación de violencia y amenazas a la vida, que se realiza en sus comunidades, cuando tratan de adelantar acciones de convivencia o reconciliación (p.ej. barras bravas). En estos jóvenes, los modelos fueron inespecíficos y se asociaron a grupos juveniles y tribus urbanas de los microcontextos a los que pertenecen.

A pesar de lo anterior, es importante señalar que ninguno de los jóvenes describe resultados en el ámbito cultural o microcultural de las prácticas de paz, aunque uno de sus profesores sí lo señala, al referir la importancia que tienen las agrupaciones de los jóvenes en las comunidades, tal y como se mencionó en el párrafo anterior.

Las prácticas culturales de paz de los jóvenes de los colegios privados se caracterizan por acciones de tipo asistencialista con comunidades o poblaciones vulnerables, especialmente niños y adultos mayores, de bajos estratos socioeconómicos. La falta de contacto directo o el alejamiento que tienen de otros grupos poblacionales deprimidos educativa, económica y socialmente, es una variable importante señalada por la mayoría de ellos, para explicar su ocasional participación en acciones de paz; estando ellas, en la casi totalidad de los casos, restringidas al servicio social establecido por el programa curricular de sus colegios. En aquellos casos en los cuales los jóvenes reseñaron acciones de participación activa, las ocasiones y condiciones motivacionales asociadas a ellas están implicando variables de tipo familiar o de sensibilidad social. En relación con las reglas que gobiernan las prácticas de este grupo, se encuentra comunalidad en aquella que indica la responsabilidad de los grupos socioeconómicos altos a los que pertenecen, en interesarse por ayudar a los demás (los estratos socioeconómicos bajos), ya sea a través de su opción profesional o por la vía de la participación política.

Como muestran las gráficas, es decisiva la función que ejercen los colegios en la vinculación de los jóvenes en proyectos sociales, pues es el contexto educativo en este grupo el que ofrece las ocasiones de implicación en prácticas de paz. Esta diferencia se observa en las ocasiones, las prácticas y las condiciones motivacionales de dos de los colegios privados.

A diferencia de lo destacado en el grupo de jóvenes de colegios públicos, los resultados a nivel operante, para los jóvenes de colegios privados, se relacionan en su mayoría con el refuerzo social, proveniente de los beneficiarios de las actividades y la satisfacción personal que trae percibir que se ayuda a otros. Es de anotar que en la categoría de resultados en el plano cultural o microcultural, de forma análoga a como sucede con los jóvenes de los colegios públicos, la mayoría no identifica resultados de sus acciones; sin embargo, algunos de los jóvenes de este grupo si suponen que su acción, así sea individual, genera efectos positivos en otros y que esto se constituye en una cadena que tiene la facultad de modificar prácticas culturales a mediano y largo plazo. Este aspecto está mediado, en gran parte, por la identificación de modelos de su grupo de referencia que inició este tipo de acciones en la Red de Jóvenes y que han tenido efectos de permanencia de la actividad.

Finalmente, los jóvenes de este grupo tienen mayor conocimiento del contexto nacional e internacional, y se involucran en acciones de debate y análisis crítico con pares y profesores sobre estos temas.

Análisis de prácticas de paz según adscritos o no adscritos a la Red de Jóvenes por la Paz

Es importante señalar que categorizar como adscrito o no a un joven a la Red de Jóvenes por la Paz, solamente implica para esta investigación el haber asistido o no a una reunión de convocatoria (Ronda de Proyectos) realizada por uno de los colegios privados y haber estado interesado en alguno de los proyectos presentados por las ONG, independientemente de que éstos se hubieran desarrollado y/o permanecido en el tiempo.

Prácticas de paz en jóvenes adscritos

Los resultados muestran mayor implicación en actividades relacionadas con el gobierno escolar (personería, contralorías y juntas o comités estudiantiles), el liderazgo de actividades de interés social, la mediación en conflictos entre pares y entre estudiantes y profesores, y la intervención activa en diversas situaciones analizando o debatiendo sobre problemas sociopolíticos de carácter local (colegios públicos), nacional o internacional. En este sentido, los profesores coinciden en señalar que estos jóvenes se muestran más críticos, responsables y maduros en la manera de asumir las diversas situaciones. Es también de señalar que los jóvenes adscritos muestran algunos comportamientos tendientes a acciones de interés social o por lo menos al mantenimiento o la continuidad de los proyectos iniciados. De acuerdo con los profesores, los jóvenes adscritos a la Red sirven de modelo de las conductas de mediación y responsabilidad a sus pares; aun así, los jóvenes no adscritos no reproducen estos estilos de interacción. Respecto de las reglas que gobiernan la conducta de los jóvenes adscritos, se encontró comunalidad en la regla que describe como necesario el conocimiento de las condiciones de privación y de conflicto social, para movilizar la acción de los jóvenes, aunque conocer no es suficiente para comprometerse y que tales acciones se produzcan. En este sentido, las condiciones motivacionales de este grupo se relacionan con la motivación derivada de la sensibilidad social y el interés por mejorar las condiciones de la población en un futuro mediato y a largo plazo. Los adscritos a diferencia de los no adscritos asumen los costos conductuales implicados en el mantenimiento de la práctica, tales como tiempos extracurriculares, desplazamientos, etc., cumpliendo una función de refuerzo la satisfacción personal por la ayuda a otros y la adquisición de conocimientos del contexto, habilidades de interacción con grupos y pares externos al colegio o a su clase/estrato social.

Prácticas de paz en jóvenes no adscritos

Las prácticas de este grupo se caracterizan igualmente por la evitación de las ocasiones de conflicto y las acciones asistencialistas promovidas por el servicio social o las dinámicas propias del colegio. En este grupo, se identifica la extinción de las prácticas sociales por la censura del grupo de referencia o de sus familias derivada del estereotipo que indica que adelantar trabajo social implica una postura política de izquierda, revolucionaria o comunista, siendo más sensibles a este castigo social que los adscritos. Es también de anotar que este grupo de jóvenes percibe que las acciones de interés social conllevan riesgos para la seguridad personal. Respecto de las reglas que gobiernan la conducta de los jóvenes no adscritos, es notable aquella que establece que la acción individual es inefectiva y no genera impacto social y que por ello no se involucran en acciones estables. El comportamiento de este grupo está determinado por la retroalimentación inmediata y, en virtud de ello, consideran que los proyectos de las ONG o las acciones de interés social no son efectivos y que además la manera en que tales proyectos son presentados a la juventud, no resulta atrayente para ellos.

Este grupo, análogo a lo encontrado en los adscritos no identifica modelos concretos para seguir, excepto dos jóvenes de colegios públicos que señalan al Che Guevara y a Fidel Castro. Los modelos fueron inespecíficos y se asociaron a profesores o miembros de los microcontextos a los cuales pertenecen.

Finalmente, en relación con los resultados de la práctica en el campo cultural o microcultural, se encuentra que solamente los jóvenes adscritos identifican efectos potenciales en su microcontexto, relacionados con la capacidad de concienciar a pares cercanos y los efectos en cadena que esto tendrá en el futuro. En contraste, se observa que por el refuerzo social de las prácticas individualistas y el castigo de participar en el trabajo social, se mantiene en los jóvenes no adscritos el alejamiento de los proyectos de interés social.

Análisis de los diarios de campo

En cada uno de los colegios visitados se realizaron observaciones no participantes donde se pretendía establecer el tipo de prácticas que presentaban los participantes adscritos y no adscritos, dentro de su contexto escolar y en la interacción con sus compañeros. En total se realizaron 6 diarios de campo, 5 en los colegios públicos y 1 en un colegio privado.

Con respecto a las prácticas de paz, se reafirman algunos datos que aparecen en las entrevistas posteriores, específicamente lo relacionado con su participación a través de mecanismos diseñados por el colegio y por las ONG y la importancia de la guía de estas instancias para preservar la continuidad de la práctica. Igualmente se nota una demanda unánime de reconocimiento de las condiciones de la juventud con respecto al interés por los temas sociales y políticos, y a la necesidad de hacer un contacto respetuoso y parejo con la audiencia juvenil. Desafortunadamente, el diario de campo no permite profundizar en esta información ni da mayores luces sobre el tema de prácticas de paz.

También es importante mencionar que las descripciones de las actitudes de los estudiantes reflejan actitudes de exclusión (fruncir el ceño, dar la espalda, formar pequeños grupos en los cuales hay conductas de "secreteo") y de irrespeto por el discurso ajeno (varias veces ocurren interrupciones durante las presentaciones de los grupos, que tienen que ser atendidas por la profesora levantando la mano o emitiendo verbalizaciones para silenciar a las personas que interrumpen).

Discusión

Los resultados se enfocan principalmente en comportamientos de paz que involucran a la juventud. De vez en cuando, sin embargo, se extiende la discusión a los adultos. Esta discusión propone, como faceta inicial, una revisión de la Red de Jóvenes de Paz como muestra de las múltiples alternativas de convocatoria y participación que están llevándose a cabo actualmente por diversos grupos e instituciones del país. Posteriormente, se discuten las implicaciones de estos análisis para la prevención y esfuerzos de la intervención. El análisis discute las prácticas de los jóvenes en función de la pertenencia o no la Red de Jóvenes por la Paz, las diferencias por género y por tipo de institución educativa y a la luz de la literatura especializada acerca de la paz, de sus prácticas y de sus significados.

Lo central del análisis reposa en la comprensión de que una práctica cultural involucra el comportamiento de dos o más individuos interactuando, que establecen relaciones funcionales que forman parte del ámbito cultural. Es por ello que el análisis de las prácticas diferenciales por tipo de institución educativa, así como las diferenciales por género y por pertenencia o no a la Red, debe entenderse bajo la consideración de que ellas se derivan de la consistencia en el comportamiento de los jóvenes que participaron en el estudio y que además son una muestra del estilo de otros individuos a través del tiempo. En este sentido, vale recordar que las prácticas culturales incluyen patrones de intercambio social, lenguaje, acción política y otras formas complejas de condiciones y eventos sociales que se mantienen por contingencias de reforzamiento social (Glenn, 1988; Mattaini, 1996; Skinner, 1990).

Las diferencias en el análisis de las prácticas entre las y los estudiantes pertenecientes o no a la Red de Jóvenes por la Paz, conduce a debatir, en primer lugar, la dinámica de la Red, al igual que las condiciones que motivan la participación de los jóvenes en ella y, en segundo lugar, la relación entre ella y las prácticas de paz.

Definir la red social como "un sistema abierto que a través de un intercambio dinámico entre sus integrantes y con integrantes de otros grupos sociales posibilita la potenciazación de los recursos que poseen (...) los diversos aprendizajes que una persona realiza se potencian cuando son socialmente compartidos en procura de solucionar un problema común" (Dabas, 1998, p. 21) resalta la característica de la red social como un proceso individual y colectivo de construcción permanente.

Desde este marco, es notable el contraste entre la ausencia de sistematicidad en los encuentros de los miembros de la Red que permitieran adoptar una lógica de proceso e hicieran posible la construcción conjunta y la concepción de la Red como potenciador de soluciones a problemas comunes, como fue puntualizado por una estudiante que asistió a la ONG de Naciones Unidas: "yo aprendí. Uno está acostumbrado a vivir en su realidad; acá las niñas del norte van sólo a ciertos sitiosy uno no tiene la posibilidad de conocer otras realidades diferentes de Bogotá... Creo que como todos hacíamos un mismo proyecto aunque fuéramos diferentes, a la final todos pensábamos muy parecido. uno ya se preocupa por lo que le rodea... Yo desde ahí empecé a ver los Derechos Humanos y en los casos en los que no se están cumpliendo". Sin embargo, en varios proyectos esta dinámica no ocurrió, más bien se observó distancia entre los convocantes y los estudiantes: "ha habido falta de comunicación, nosotros no sabemos dónde vamos a ir a buscarlos ni qué hacer. nadie como que le mete ganas a eso". Otro estudiante cuenta: "lo de ecología también me pareció, de hecho me metí pero nunca nos llamaron," y una tercera afirma: "Yo la verdad, me cansé de llamar y no nos dieron información". Es claro que, dada la falta de espacios conversacionales y la carencia de encuentros en estos proyectos, los y las jóvenes estudiantes que se inscribieron, no contaron con la opción de movilizar condiciones comunes alrededor de la paz, por lo que sus prácticas mostraron poca variabilidad en relación con las ya constituidas en los ámbitos escolares y familiares. En este sentido, se resalta la postura de Malott (1995) acerca de la magnitud de la mediación verbal, de las reglas involucradas en la conducta de la gente, que se refieren a lo inmediato en lugar de a las consecuencias de largo plazo. La conclusiones de los participantes asociadas al mantenimiento de la conducta vía extinción a la alterna asociada a la práctica de paz por la falta de responsividad de los promotores de los proyectos asociados a ella, permite señalar que difícilmente se producirá alguna movilidad cultural en ausencia de estabilidad en la promoción por el grupo, o que ella se movilizará de forma lenta e incluso podrá permanecer invariante a pesar del tiempo.

Al respecto, el análisis de las prácticas de los jóvenes en función de la pertenencia o no a la Red, permite entender cómo otros factores asociados a la vida de los jóvenes y la dinámica de la Red se constituyen en condiciones facilitadoras o interferentes de dicha movilización. De hecho, nosotros sugerimos que el déficit en los repertorios se debe, en principio, a la sensibilidad frente a las consecuencias distantes e inciertas.

Como muestran las gráficas de las prácticas, las condiciones motivacionales y los resultados a nivel operante, se establecen en un ciclo de retroa-limentación que ayuda a entender las diferencias en el nivel de compromiso de los jóvenes con la paz. Se evidencia así, tal y como fuera también señalado por Krauskopf (2000), que el desarrollo juvenil se da en una delicada interacción con los entes sociales del entorno y tiene como referente no sólo la biografía individual, sino también la historia y el presente de su sociedad. Es interesante conocer ejemplos de movilización de prácticas de paz y de reglas y significados asociados, a través de la modificación de los entes sociales, tal y como se caracteriza en la propuesta planteada por Mattaini (2001b) en torno al diseño cultural, la cual responde a una ingeniería de conducta que establece con claridad las condiciones contingen-ciales que permitirán mantener el tipo de práctica cultural deseada, basada en el empoderamiento de los jóvenes de una comunidad.

La paz, los caminos y los obstáculos para su construcción política y cotidiana, es un tema que nos atañe a todas y todos los ciudadanos. Una red, como lo plantean Durán, Arévalo y Medina (2006), se constituye en uno de los posibles contextos de definición de los "problemas", y brinda la posibilidad de revalorar las vivencias mediante la interacción de los participantes. Sin embargo, al examinar la forma de vinculación de los estudiantes a la Red de Jóvenes, encontramos que varios profesores encargados desde los colegios de su vinculación a los programas, partieron de un principio excluyente, al predeterminar la participación del estudiante en función de su buen rendimiento académico y disciplinario; es probable, entonces, que otros estudiantes interesados o que pudieran interesarse en los asuntos de la paz, pero que no sobresalen en las dimensiones privilegiadas por los profesores, no contarán con posibilidades de participación, dada la forma de selección empleada por los docentes, tal como lo narraron ellos mismos y los estudiantes, y como se observa en las gráficas de análisis funcional en las categorías de condiciones motivacionales y de ocasiones.

La consideración de la paz como evitación de la violencia actúa como regla que orienta el tipo de comportamiento de los jóvenes ante situaciones de confrontación o conflicto, de manera que las prácticas más comunes fueron la evitación o el escape como estrategia para hacer la paz.

Los resultados permiten ver que efectivamente las prácticas de participación de los jóvenes adscritos se caracterizan por sus relaciones funcionales con algunos factores diferentes a los de los no adscritos. En estos factores se destacan las condiciones motivacionales, relacionados con el contexto familiar y el escolar, los cuales marcan diferencias importantes. Estos resultados son consistentes con los estudios donde se evidencia que en Colombia es significativa la influencia de ambos contextos, y ésta puede ser tanto favorable como desfavorable a la participación activa de los jóvenes en proyectos y programas de interés social (Escobar et al., 2004).

En cuanto a la participación en organizaciones juveniles, si aceptamos la definición de Escobar y Mendoza (2003) que exige un componente de acción social (dimensión de lo público) y unos niveles de formalización, sea en el marco legal o al margen del mismo, los resultados llevan a concluir que son pocos los jóvenes con prácticas públicas de participación mantenidas en el tiempo. Por otra parte, las funciones de las organizaciones juveniles descritas por estos autores son similares a las de la Red mencionadas anteriormente; la noción de culturas organizativas juveniles de los autores sería equivalente a la de prácticas culturales de participación, y se reafirman las diferencias ya descritas en función de las condiciones motivacionales y los resultados a nivel operante y microcontextual, más que en función de los significados de paz.

Se puede concluir que estos resultados van en la línea de lo que los mismos autores describen sobre las identidades en las culturas organizativas, marcadas por las lecturas compartidas de las necesidades del entorno y las acciones para darles solución, lo cual las diferencia de otras agrupaciones juveniles como los parches o los raperos. Para estos autores, la lógica de la participación en las organizaciones juveniles es más próxima a la de la institucionalidad democrática, en contraste con otras formas de expresión sobre lo político, más cercanas a la emocionalidad, la estética o lo artístico. Desde la perspectiva de este estudio, y como se analizó en los resultados, especialmente en las condiciones motivacionales, parece innecesaria la explicación de las diferencias en las prácticas a partir de la escisión de la persona en lo emocional, lo racional, cognitivo, etc.

Relacionado con esa lectura compartida de necesidades del entorno y las acciones para solucionarlas, los jóvenes entrevistados reconocen los estigmas sociales hacia los grupos juveniles de bajos ingresos y que habitan en determinadas zonas de la ciudad y, según Sandoval (2000), esta predisposición negativa se agudiza cuando la inseguridad ciudadana se vuelve una aprehensión muy influyente en la opinión pública, como es el caso de la sociedad colombiana. Como se observa en los resultados, los jóvenes adscritos de estas zonas manifiestan su interés por transformar estos estigmas y participan en actividades con este propósito, aunque con escaso efecto a nivel macro.

Finalmente, es muy importante anotar que si la Red se nombra a sí misma como espacio de paz, debe abordar este tema de forma intencional en toda su complejidad, reconociendo a los jóvenes como actores en su conceptualización, de manera que al trabajar en forma interactiva el concepto de paz, los jóvenes logren establecer la correspondencia entre las reglas que definen conductas de paz con las conductas en si mismas, con las ejecutadas por ellos como actores centrales del proceso. En este sentido, los impulsores de la Red requieren tener en cuenta la consideración de la misma, como guía, tal y como lo proponen los teóricos de la red social (Sluzki, 1998; Dabas, 1998) y promover intencionalmente en los espacios de encuentro y conversación, el reconocimiento que hace la UNESCO (1999) acerca de que la paz requiere un proceso positivo, dinámico y participativo en el cual se promueva el diálogo y se solucionen los conflictos en un espíritu de entendimiento y cooperación mutuos. Es decir, la Red ha de propiciar las condiciones y las oportunidades para que los significados y las prácticas de paz sean congruentes con la construcción de culturas de paz, en los términos de la UNESCO y la mayoría de autores que proclaman y abogan por ellas. Las recomendaciones de este estudio con estudiantes de colegio van en la línea de las realizadas por Henao-Escovar, et al. (2008) en cuanto la responsabilidad social de las instituciones educativas de propiciar y apoyar las diversas modalidades de agrupaciones juveniles capaces de constituirse en actores de proyectos de culturas de paz, reconociendo en su interacción cotidiana las prácticas propias de éstas.

Respecto a la relación entre las expresiones e instrucciones y las prácticas observadas y reportadas, es importante señalar que mientras las primeras corresponden a la concepción política de la paz que reproduce los discursos en el micro y macro contexto, las prácticas se refieren a la cotidianidad de los jóvenes participantes. Los resultados registran con claridad que no existe una correspondencia biunívoca entre instrucciones verbales y prácticas, aspecto que se ha asumido como natural en la psicología popular. El análisis del comportamiento cultural explica tal divergencia indicando que las prácticas, si bien mantienen una relación de dependencia con las reglas y los valores personales, están altamente influenciadas por factores de macrocontexto como las condiciones estructurales y de microcontexto tales como los factores motivacionales y los resultados a nivel operante. Estos resultados están en sintonía con los hallazgos de la investigación sobre los significados de paz que señalaron la incongruencia entre el pensar, el decir y el hacer (Sacipa, Novoa, Ballesteros, Cardozo & Tovar, 2003).

Resulta interesante complementar el análisis de las diferencias entre los jóvenes participantes, considerando las diferencias por género. En el estudio participaron igual número de hombres y mujeres, estando además balanceada la distribución en función de ser estudiantes de colegios públicos o privados. Este balanceo fue producto del azar. El análisis de prácticas no comprobó diferencias en las acciones especificas de la categoría de conductas de paz, a pesar de que sí se identificaron en las condiciones asociadas a la ejecución de la práctica para hombres y para mujeres, especialmente en las categorías de condiciones motivacionales y de resultados a nivel operante.

Los estudios previos han mostrado diferencias de género en relación con las significaciones asociadas a la paz. En el estudio de Sacipa et al. (2003) se señala que las diferencias se relacionan con el ámbito público o privado y el espacio de actividad. Es así como las mujeres significan la paz en términos de armonía, tolerancia y amor en el hogar y lo comunitario, mientras que los hombres tienden mayormente a denotar la paz en el espacio de lo público y hacia las condiciones estructurales relacionadas con estabilidad económica, educación y salud. Estos reportes no encontraron diferencias en relación con los espacios laborales y con la paz asociada al ejercicio de la autoridad con justicia. Es importante entonces señalar el contraste de los estudios previos y el actual respecto de los hallazgos diferenciales por género, y observar que estos pueden deberse a la incidencia del factor generacional, pues en los estudios referenciados se analizaron significaciones de adultos y jóvenes, siendo más evidentes las diferencias en los adultos.

Sacipa (2005) señala, en este sentido, como los jóvenes se distancian de la significación de la paz referida al ámbito público al construirla también desde lo cotidiano del hogar. En este sentido Fiças (1998), en la línea de Groff y Smoker (1996), al hablar de la historia del concepto de paz, anota cómo la perspectiva feminista de la paz ha incluido el análisis de lo micro, es decir el reconocimiento de la diferencia, de las relaciones humanas inclusivas y de la cooperación. Al respecto, los y las jóvenes participantes en el estudio tienden a visualizar la paz desde una perspectiva integral que contempla las dimensiones estructurales y locales.

De otro lado, las diferencias en la categoría de la paz como solidaridad en dos de las jóvenes enfatizan en la cooperación como elemento fundamental para construir una cultura de paz donde los seres humanos convivan sin necesidad de destruirse, una cultura de paz en la que la realidad sea vista desde diferentes matices y, en ese orden de ideas, pueda existir una salida a la violencia. En este sentido, Fiças (1987) considera que la paz es "el deseo de cooperación en las personas para objetivos sociales y personales, y la ausencia de violencia" (p. 13) que en términos de solidaridad implica una convicción de la necesidad de cambio y expresan su motivación en el compromiso para trabajar a favor de la paz y de la erradicación o reducción de las diferentes violencias existentes en nuestro mundo. Al respecto, el discurso de algunos de los jóvenes sobre las deficiencias del Estado, en las entrevistas y en el cineforo, corresponden con lo señalado por Sarmiento Anzola (2004) sobre la debilidad del Estado para generar equidad y justicia social a través de políticas sociales de redistribución del ingreso y superación de la pobreza.

La variabilidad de respuestas que describen las características de los jóvenes puede discutirse a la luz de los modelos culturales (Bajoit & Franssen, 1995) y las hipótesis de Sandoval (2000) sobre la situación de transición de los jóvenes entre el modelo de la razón social y el de la autorrealización autónoma, las cuales coinciden con la Segunda Encuesta Nacional de Juventud realizada por el Instituto de la Juventud de Chile e igualmente son, en alguna medida, congruentes con estos resultados y se relacionan con el nuevo paradigma de participación juvenil descrito por Rodríguez (2004). Al respecto, se encuentra convergencia con algunas de las conclusiones de Sandoval y de Rodríguez, pero divergencia con otras. En el primer caso, se reafirma que al hablar de "los jóvenes" se hace referencia a grupos diversos, no a un grupo homogéneo; la diversidad se relaciona con la clase social de origen, que a su vez define en gran parte el lugar de residencia y el tipo de institución educativa, pero no las características familiares. De igual manera, hay coincidencia con la relación que hacen algunos jóvenes entre la política y el modelo económico capitalista vigente en nuestra sociedad, así como con la preocupación de muchos por mejorar sus condiciones de vida por medios legítimos de integración. También hay consistencia en que los contenidos de reivindicación actualmente se relacionan más con el ejercicio de derechos. En el segundo caso, referido a las divergencias, los resultados no muestran de una forma clara la adopción general del nuevo paradigma de participación juvenil descrito por Rodríguez (2004), de manera que la afirmación de este autor ha de matizarse para el caso de los jóvenes de esta investigación, incluida la diferencia que hace entre las dimensiones materiales (las que guían los movimientos de trabajadores y las mujeres) y las simbólicas (las que guían a los jóvenes). Es decir, no todos nuestros jóvenes se orientan solamente por las dimensiones clasificadas como simbólicas, sobre todo cuando confluyen factores de condiciones de vida que restringen el acceso a recursos materiales y sociales altamente valorados.

Finalmente, el análisis de los resultados en sintonía con las políticas de educación permite coincidir con el informe de Juventud de la CEPAL (2004) y el de otros autores consultados, respecto de que los procesos educativos en América Latina no están en sintonía con las características de las sociedades actuales -el modelo tradicional de educación cívica, por ejemplo, es insuficiente para abarcar los diversos ejercicios contemporáneos de ciudadanía para los cuales niños y jóvenes deben estar preparándose en el contexto educativo-. Se afirma que la evolución hacia una sociedad de información y gestión ha transformado los significados y constructos fundamentales que sustentan las culturas humanas y que el sistema educativo no está respondiendo. Concretamente en la educación para la paz, el informe de la CEPAL (2004) dice que ya no es una cuestión de cultura modelada por la educación, sino de educación interpelada por la cultura; los contextos educativos deben promover, por ejemplo, la convivencia en la diferencia. A partir de las entrevistas se confirma que ni las instituciones políticas, ni sus actores, ni sus actividades se perciben como representativos de las necesidades de la juventud. Los jóvenes entrevistados contemplan el contexto político como espacio de desarrollo de sus propios intereses siempre y cuando se hagan ajustes en dicho espacio, porque su estructura rígida impide la consecución de sus ideales.

Las prácticas de paz están inextricablemente ligadas a las nuevas concepciones de sociedad y de ciudadanía -a formas novedosas de ser y hacer en el mundo-; la iniciativa de la Red de Jóvenes por la Paz se relaciona entonces, necesariamente, con la posibilidad de educar a los jóvenes participantes para que desarrollen prácticas que respondan a esas nuevas construcciones culturales.

De acuerdo con la CEPAL (2004) los jóvenes valoran altamente la asociatividad y la participación como mecanismo de autorrealización y consecución de logros, aunque estadísticamente hablando su participación en movimientos estudiantiles, sindicatos, organizaciones comunitarias y partidos políticos, es muy baja. Igualmente el compromiso con esta participación es de corto plazo y gira alrededor de actividades puntuales y no de un proyecto completo; estas opiniones son muy similares a las expresadas por los jóvenes entrevistados en este estudio. Más aún, como se pudo ver en los relatos de algunos de los jóvenes entrevistados, existe una preocupación por los temas emergentes, entre ellos la paz, pero la participación en estos casos es también muy limitada.

Queda entonces descrito con los resultados de este estudio, la perentoria acción estatal, pero muy especialmente la del ámbito educativo, encargada de concretar en acciones los lineamientos derivados del gobierno, dirigida a la planeación de estrategias en términos de programas que especifiquen los pasos y mantengan las acciones con una retroalimentación constante sobre la manera en que se realizan. Pero, es más urgente aún que exista una coherencia entre las formulaciones de participación juvenil en torno a una convivencia para la paz y el conjunto de acciones realizadas por el gobierno, pues la discrepancia existente entre discurso político y acciones de guerra, fortalece la perspectiva general de considerar la guerra como un camino a la paz.


1 United Nations Education Scientific and Cultural Organization (UNESCO).

2 Promovido por Redepaz, País Libre, Redepaz y UNESCO. Desde 1997 lidera la cátedra para la paz.

3 Ministerio de Educación Nacional.

4 Promovido por numerosas instituciones: Banco Mundial, Convenio Andrés Bello, Corporación Escuela Galán para el desarrollo de la Democracia, UNICEF, MEN, PUND, Secretaría de Educación de Medellín, Secretaria de Educación para la Cultura de Antioquia, OEI, OJM.

5 saliendodelcallejón.PNUD.org.co/banco_bpracticas.shtml


Referencias

Alvarado, S. V. (2006). Transformación de actitudes frente a la equidad en niños y niñas de sectores de alta conflictividad social, en un proceso de socialización política y educación para la paz. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 4(1), 217-250.        [ Links ]

Bajoit, G. & Franssen, A. (1995). Les Jeunes dans la Competition Culturelle. Sociologie d'aujourd'hui. París: PUF.        [ Links ]

Ballesteros, B. (2002). La realidad Colombiana desde el análisis del comportamiento: paz, resultados de prácticas culturales. Universitas Psychologica, 1(1), 67-80.        [ Links ]

Ballesteros De Valderrama, B. IP, López, W. & Novoa, M. M. (2003). El análisis del comportamiento en los temas sociales: una propuesta para una cultura de paz. Revista Latinoamericana de Psicología, 35(3), 299-316.        [ Links ]

Brett, L. & McCallin, M. (1996). Children: The invisible soldiers. Vaxjo, Suecia: Radda.        [ Links ]

Cohn, I. & Goodwin-Gill, G. (1994). Child soldiers: The role of children in armed conflict. Oxford: Oxford University Press.        [ Links ]

Comisión Económica para América Latina y el Caribe/ Organización Iberoamericana de Juventud (2004). La juventud en Iberoamérica: tendencias y urgencias (LC/L.2180 - P/E). Santiago de Chile, octubre: publicación de las Naciones Unidas.        [ Links ]

Dabas, E. (1998). Redes sociales, familias y escuela. Buenos Aires: Paidós.        [ Links ]

Durán, A., Arévalo, A. & Medina, A. (2006). Fortaleciendo y trascendiendo la familia como red de apoyo emocional. En H. Escobar (Ed.), Saber, sujeto y sociedad (pp. 267-285). Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana.        [ Links ]

Escobar, M. R., Quintero, F., Arango, A. M., Hoyos, D. G., García, C. I., Pulido, M. et al. (2004). Estado del arte del conocimiento producido sobre jóvenes 1985 - 2003. Bogotá: Diuc-Universidad Central, Programa Presidencial Colombia Jóvenes, UNICEF.        [ Links ]

Escobar, M. & Mendoza, N. (2003). Itinerario por las organizaciones juveniles. En ¿De Jóvenes? Una mirada a las organizaciones juveniles y a las vivencias de género en la escuela (pp. 24-149). Bogotá: Fundación Antonio Restrepo Barco-Círculo de Lectura Alternativa.        [ Links ]

Fiças, V. (1987). Introducción al estudio de la paz y de los conflictos. Barcelona: Lerna.        [ Links ]

Fiças, V. (1998). El sexo de la violencia: género y cultura de la violencia. Barcelona: Icaria.        [ Links ]

Glenn, S. S. (1988). Contingencies and metacontingencies: Toward a synthesis of behavior analysis and cultural materialism. Journal of Applied Behavior Analysis, 11, 161-179.        [ Links ]

Groff, L. & Smoker, P. (1996). Creating global/local cultures of peace. From a culture of violence to a culture of peace. Peace and Conflict Studies, 3(1), 103-128.        [ Links ]

Henao-Escovar, J. M., Ocampo-Talero, A. M., Robledo- Gómez, A. M. & Lozano-Ardila, M. C. (2008). Los grupos juveniles universitarios y la formación ciudadana. Universitas Psychologica, 7(3), 613- 954.        [ Links ]

Krauskopf, D. (2000). Dimensiones críticas en la participación social de las juventudes. En S. Balardini (Comp.), La participación social y política de los jóvenes en el horizonte del nuevo siglo (pp. 119-134). Fondo de Población de Naciones Unidas en San José, Costa Rica. Buenos Aires: CLACSO.        [ Links ]

Lamal, P A. (1991). Behavioral Analysis of Societies and Cultural Practices. N. Y.: Hemisphere Publishing Corporation.        [ Links ]

López López, W. (2008). La Década de la Conducta: Un Decenio de Promoción de Culturas de Paz y no Violencia de la Humanidad. Recuperado el 15 de abril de 2008, de http://www.abacolombia.org.co/postnuke/modules.php?op=modload&name=News& file=article&sid=360&mode=nested&order=0&thold=0        [ Links ]

Malott, R. (1995). Principles of Behavior. New Jersey: Prentice Hall.        [ Links ]

Mattaini, M. A. (1996). Public issues, human behavior, and cultural design. En M. A. Mattaini & B. A. Thyer (Eds.), Finding solutions to social problems: Behavioral strategies for change (pp. 13-40). Was-hington, D.C.: American Psychological Association Books.        [ Links ]

Mattaini, M. A. (with the PEACE POWER Working Group). (2001a). PEACE POWER for Adolescents: Strategies for a culture of nonviolence. Washington, DC: NASW Press.        [ Links ]

Mattaini, M. A. (2001b). Constructing cultures of non-violence: The PEACE POWER! strategy. Education & Treatment of Children, 24 (4), 430-477.        [ Links ]

Mattaini, M. A. (2002). The science of nonviolence [Editorial]. Behavior and Social Issues, 11(2), 100104.        [ Links ]

Polkinghorn, B. & Byrne, S. (2001). Between war and peace: An examination of conflict management styles in four conflict zones. The International Journal of Conflict Management, 12(1), 23-46.        [ Links ]

Rodríguez, E. (2004). Construcción de políticas públicas de juventud. Análisis y perspectivas. Bogotá: CINDE, Unicef, GTZ, Programa Presidencial Colombia Joven.        [ Links ]

Rojas, S. (2003). Construcción de subjetividad e inter-subjetividad en jóvenes en condición de desplazamiento forzado a partir del Barrio en Altos de Cazucá. Trabajo de Grado para optar al título de Psicóloga, Facultad de Psicología, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia.        [ Links ]

Sacipa, S. (2003). Lectura de los significados en historias del desplazamiento y de una organización comunitaria por la paz. Universitas Psychologica, 2(1), 49-56.        [ Links ]

Sacipa, S. (2005). Las y los ciudadanos de Bogotá significan la paz. Universitas Psychologica, 4(1), 97-106.        [ Links ]

Sacipa, S., Novoa, M. M., Ballesteros, B. P., Cardozo, J. & Tovar, C. (2003). Lectura de los significados de la paz. Fase 1. Informe de Investigación. Bogotá: Facultad de Psicología. Pontificia Universidad Javeriana.        [ Links ]

Sandoval, M. (2000). La relación entre los cambios culturales de fines de siglo y la participación social y política de los jóvenes. En S. Balardini (Comp.), La participación social y política de los jóvenes en el horizonte del nuevo siglo (pp. 17-164). Buenos Aires: CLACSO.        [ Links ]

Sarmiento Anzola, L. (2004). Política pública de juventud en Colombia. Logros, dificultades y perspectivas. En, Programa Presidencial Colombia joven -Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud CINDE - U. de Manizales - GTZ- UNICEF (Eds.), Construcción de Políticas de Juventud: Análisis y Perspectiva (pp. 117-193). Bogotá: Gente Nueva.        [ Links ]

Skinner, B. F. (1990). The non-punitive society. Japanese Journal of Behavior Analysis, 5, 98-106.        [ Links ]

Sluzki, C. (1998). La red social: frontera de la práctica sistémica. Barcelona: Gedisa.        [ Links ]

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License