Aunque Sangüesa fue, particularmente desde finales del siglo XVI, un reconocido centro de actividad de organeros que irradiaban hacia toda Navarra, La Rioja, Álava, Aragón y las dos Castillas, lo cierto es que su patrimonio organístico sufrió un desmantelamiento casi total tras la desamortización de Mendizábal y las guerras civiles del siglo XIX. El estudio de algunas cajas de órganos barrocos que aún se conservan y de la abundante documentación que ha sobrevivido nos ayuda a reconstruir ahora no sôlo la historia de los organistas y organeros que actuaron en las diversas iglesias de Sangüesa en siglos pasados, sino también las características técnicas de sus diversos órganos antiguos.
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