"El hombre es una caña, la más débil de la naturaleza" -sospechó Pascal- pero es una caña que piensa". Esta combinación de debilidad y pensamiento está en la base del desarrollo de las culturas humanas. El ser humano se sintió animal amenazado y su cerebro -aún en proceso de desarrollo- le dijo que podría tratar de protegerse fabricando algo con lo que defenderse de sus amenazas. Había nacido el "homo faber".
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