Baluarte de la educación antiautoritaria y progresista, la escuela fundada por Neill en 1921 ha escapado una vez más de un intento de cierre. Y es un equipo laborista quien ha llevado Summerhill al Tribunal Supremo de Londres, tras recibir un pésimo informe de su grupo de inspectores. Al final, un acuerdo entre el gobierno y la dirección del centro ha permitido que el internado mantenga sus puertas abiertas, sin renunciar a su ideario.
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