Miguel Ángel Sanjuán Barbudo, A. Piñeiro, O. Rodríguez
Recientemente se ha incorporado un valor del coeficiente de eficacia K para la escoria de horno alto en la norma europea EN 206-1:2000. Los valores propuestos en los grupos de trabajo eran muy diversos ya que en algunos casos sólo consideraban la resistencia mecánica para su determinación mientras que en otros se remarcaba la importancia de tener en cuenta, además, aspectos relativos a la durabilidad del hormigón con dicha adición.
En el presente artículo se discuten las ventajas y desventajas de proponer unos valores del coeficiente de eficacia K más o menos conservadores. La conclusión final se resume con la propuesta de una recomendación lógica que consiste en trasladar a cada país la elección del coeficiente K para que pueda aplicarse a los hormigones empleados en su territorio; tales valores de K deberán ser seleccionados de acuerdo con la experiencia de cada uno de los países.
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