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La Plaza del Árbol

por JUAN MANUEL BONET

1
(Al modo de Alfonso deSilva)
«Como una niebla de silencio»,
en el silencio de lanoche,
en este rincón de Valencia,
«con el rigor de las mínimas
variaciones», lentamente
construir la luz de la luna
alta, entre las nubes que pasan.
Sobre la mesa, contemplar
el grabado, verde esmeralda.
El piano, casi entre los dedos.

2
Indiferente a las banderas,
mientras pergeñas estos versos
escuchas cerca las campanas,
su música de cuento antiguo en
la blanca mañana de invierno.
Como un vanguardista de antaño,
quisieras escribir «campanas»,
y que se alzaran en la página,
en lucha con este temblor
de una leve música ajada
que lleva a lejanos países.

3
Marchando, «in evening air»,
entre la noche provinciana
con pobres músicas dispersas,
ventanas muy iluminadas,
interiores abiertos, cielos
limpios junto a esos interiores,
te acuerdas de un cuadro pintado
en París por Max Beckmann, visto
hace poco en Zurich, dos horas
en línea recta de este Sur,
un gran cuadro sobre esta hora
de los interiores con luz,
un cuadro fijo en tu memoria.
(Y un poema un poco en desorden,
con formas fugaces y sueltas:
como página de diario.)

4
Los visillos: ciudad y Sur.
Los gatos en su breve ronda
irónica, sigilosos ellos
deslizándose por el barrio
solitario y ya oscuro. Torres
góticas: de noche, fantasmas.
Nubes que llegan de Mallorca.
Un delgado árbol ya tuyo
en la plaza recoleta, ocre.
Nostalgia sentir de todo.
Qué compañía las campanas.
Escribir: «Memoria del óxido».

5
Indiferente a las banderas,
el grabador, imagen misma
de la concentración, prosigue
su caminar hacia el espacio
de la memoria: otras campanas
oye, en su lejana ciudad,
entre la lluvia del otoño,
en un anochecer naranja.

6
Negra noche, y estos grabados
quedan ajenos a la luna
y a las nubes quevienen del
mar, y a las verbenas tristonas,
y al rumor de hélices en lo alto.
Memoria del óxido son,
espacios por donde escapar,
como se escapa ya este verso.
Lees: «Naval melancolía…».

7
«Fatiga incierta de un incierto piano»
Ramón López Velarde
«Con el rigor de las mínimas
variaciones», encontrar buscas
un espacio para esta música
provinciana de las campanas,
de estos años en su amistad
sonora, de este irse del tiempo
por estas callejas del barrio,
barrio de senderos que llevan
imperceptiblemente al alma
lejos: a «Via Labirinto»,
metáfora de la ciudad,
¿y no también de cualquier vida?

Escritor y crítico de arte