efdeportes.com
Las perspectivas de la investigación en la educación física,
recreación y deporte en el escenario actual. Una mirada
desde la teoría de la acción comunicativa

   
Grupo "Acción motriz y mundos simbólicos"
Profesor Universidad de Caldas
 
 
Napoleón Murcia Peña
napomu@epm.net.co
(Colombia)
 

 

 

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 58 - Marzo de 2003

1 / 1

    La propuesta de la Teoría de la acción comunicativa se desarrolla ampliamente en los textos "Teoría de la Acción comunicativa I, racionalidad de la acción y racionalidad social y en el texto Teoría de la acción comunicativa II, Crítica de la razón funcionalista (1998)


El escenario de lo moderno

    Pese a que desde la Grecia antigua y a partir del movimiento de los sofistas en el siglo V. a.c surgen grandes pensadores como Sócrates, Platón, Isócrates y posteriormente Aristóteles, la visión metacósmica del hombre y de la sociedad imperó durante toda la edad medieval del siglo V al siglo XIV, en cuyo final, según varios teóricos, en Italia comienza un gran movimiento dirigido por Rodolfo Agrícola y desarrollado luego por Erasmo, en contra del desconocimiento de lo humano y la sola relevancia de lo mítico, denominado el Humanismo. Con este movimiento se marca el inicio de lo que algunos han llamado el renacimiento, que es impulsado por otros grandes pensadores humanistas como Juan Luis Vives en España y Revelais en Francia.

    En este marco y en el siglo XVI, surge otro movimiento de gran relevancia en la historia religiosa y fue el movimiento protestante, con Lutero y Calvino el cual traería consecuencias importantes en la contrarreforma de la religión Católica con personajes como Ignacio de Loyola y José de Calasanz, que imprimiría un real oscurantismo de las llamadas comunidades de Jesús al desarrollo de la humanidad, enmarcado en el concilio de Trento, donde se viabilizan las cruzadas contra los no creyentes.

    Pero es sólo en el siglo XVII, y a partir del surgimiento de movimientos mas radicales que buscaron excluir el clero y sus propuestas metafísicas de las decisiones fundamentales de los estados, que se comienzan a generar los verdaderos pasos hacia la modernidad; toda vez que es aquí, donde se empieza a pensar el ser Humano y el mundo independiente de intencionalidad divina y centrado mejor en la posibilidad y capacidad del hombre. Movimientos como el naturalismo de Galileo y Keplero, o el empirismo con Bacon con su propuesta de centración en la experiencia mediante el método inductivo y el idealismo de Descartes, con la duda metódica, son propuestas que dan comienzo a un siglo de gran abundancia en los desarrollos científicos y de aproximaciones al estudio de las ciencias sociales y Humanas.

    Como es reconocido, en el siglo XVIII se genera un gran movimiento en todos los órdenes de la vida del hombre y la mujer. Movimiento que busca un poco la emancipación del dominio eclesial y las ideas metafísicas, todas ellas devenidas de esa perspectiva trascendental de hombre y sociedad; trascendencia considerada como el paso de lo corporal a lo espiritual cuya única visión estaba en la idea de un destino divino, al lado de Dios que era el origen y fin de todo lo existente, claro está incluyendo al hombre y la mujer.

    Pero ese afán por liberar las ideas del yugo de la metafísica religiosa, se convierte en la obsesión por la exactitud y el dominio de la naturaleza y se desarrolla con gran fuerza el racionalismo técnico instrumental cuya base fundamental es la producción de datos positivos que lleven a explicar las causas de los fenómenos para el control y dominio de la naturaleza. Se descuidan entonces, las reflexiones sobre quien produce el conocimiento (el hombre y la mujer), y se genera una escisión, una ruptura entre la naturaleza y la pregunta por la naturaleza humana.

    En el siglo XVIII, siglo de la razón ilustrada, siglo de las luces; Filósofos como Kant (1724) comienzan a pensar en el sujeto marginado por la razón técnico instrumental, aparecen luego en el escenario del siglo XIX, Hegel y Fichte con sus perspectivas idealistas. Es de reconocer que a mediados del siglo XIX, la teoría del conocimiento estaba totalmente influenciada por la herencia de la teoría de la ciencia, en la cual la base del conocimiento era la autocomprensión mediante el cientifismo; que a decir de Habermas (2001, 13) significa la fe de la ciencia en sí misma o sea, la ciencia ya no es considerada como una forma de conocimiento sino como la forma de conocimiento, esto es, el conocimiento se reduce a la ciencia. Por tanto, pese a las intenciones de estos filósofos, por lograr la emancipación del positivismo, caen bajo las fauces del objetivismo cientifista.

    Hace aparición en el escenario del debate C. Marx (1844), con el materialismo dialéctico y su síntesis en el trabajo social, quien desarrolla su propuesta social desde la perspectiva también instrumental. En este mismo escenario estaban tomando impulso las ideas de Augusto Comte (1790-1857), considerado por muchos como el padre del positivismo, en tanto aplica las teorías de la razón técnico instrumental (la experimentación, inducción, la verdad objetiva, la manipulación, la escisión del objeto en las partes mínimas que permitan estudiarlo, el valor del dato positivo, la utilización del método único, el nomológico) a las ciencias sociales y humanas. Radicalizada por Ernest Mach (1916), con la teoría de los elementos, según la cual sólo tienen existencia los elementos expresados mediante la experiencia sensible.

    Ya a comienzos del siglo XX, surgen numerosas ideas, algunas de las cuales, según Habermas, se dejan también envolver por el positivismo, como las de Max Weber y la sociología comprensiva y Peirce, con el realismo de los Universales y los consensos no coactivos.

    Hacían su aparición en le escena de la discusión, dos corrientes importantes de la filosofía occidental; por un lado lo que algunos autores han denominado la corriente explicativa que desde el círculo de Viena era impulsada por Carnap y Neurath, y luego Wittgestein, en sus primeras producciones, renovando el positivismo decimonónico de Augusto Compte al aplicar la lógica racional a los procesos de construcción de enunciados científicos. Desprendido de esta escuela, pero con una posición crítica frente a la verificabilidad del positivismo decimonónico y a la excesiva exclusión del lenguaje científico en el positivismo lógico, estaba Popper con su teoría de la falsación. Como detractores de la propuesta Popperiana aparecía Tomas Kuhn, quien haría explotar la racionalidad crítica de Popper y propondría la teoría de las revoluciones científicas apoyado luego por Feyerabend con su protesta en contra de cualquier método único como forma de organizar el conocimiento científico y que a asumir la idea de anarquismo metodológico, termina por hundir la teoría del falsacionismo.

    Pero también Popper presentaría un gran alumno quien resignifica el racionalismo crítico desde los programas de investigación científica, considerando que lo que se debe falsear no es una hipótesis o teoría sino un conjunto de ellas (cinturón teórico que envuelve el núcleo central, o teoría central). De esta forma, rescata el falsacionismo como forma de producir conocimiento científico

    Por el otro lado hacia su aparición la corriente comprensiva, que según Mardones (1991), realmente iniciaría con Aristóteles y su teleología finalista. En el siglo XX, Son los planteamientos de Dilthey y Droysen relacionados con la hermenéutica del espíritu, la perspectiva de comunicación lingüística en la comprensión de la historia y la propuesta de definir claridades entre las ciencias comprensivas y las ciencias explicativas; quienes reviven esta tradición, la que fue asumida por Freud en el Psicoanálisis de sentido.

    Posteriormente, y continuando con la corriente comprensiva se comenzaban a expresar otros movimientos como la primera generación de Frankfurd y la idea de una teoría crítica de la sociedad; con Horkheimer a la cabeza, Adorno, Marcouse y Fromm. Posteriormente W. Dray, Von Wright y Alfred Schütz, influidos por la fenomenología de Husserl.

    Es aquí donde aparece situada la teoría de la acción comunicativa en el marco de lo que se ha denominado la nueva generación de la escuela de Frankfurt, con Habermas y K.O. Apel, que dedicarían inicialmente grandes esfuerzos a la crítica del positivismo, siguiendo las ideas de la fenomenología, hermenéutica y la filosofía del lenguaje neowittgensteiniana, hasta estructurar su propuesta sobre los intereses de la ciencia (interés técnico, interés práctico e interés emancipatorio)1.

    En ese escenario de lo moderno, en un escenario lleno de grandes contradicciones, donde la razón técnico instrumental parece subsumirlo todo, donde la ciencia natural y física ha logrado impresionantes desarrollos, en oposición a los fracasos permanentes de las ciencias sociales y humanas, donde los avances tecnológicos han superado las expectativas en oposición a los desmebrados desarrollos ético políticos, que se hunden en los feudos de la explotación del mismo hombre y mujer, donde la búsqueda de Universales devenidos de los modelos de las ciencias naturales, en estos ámbitos han acumulado solamente fracasos y fracasos, donde el sentido estético por el afán de lo nuevo ha perdido el horizonte y se ve caer en la imitación y repeticionismo, amparándose en una estética de la forma. Donde la gran pasión de lo moderno es mediarlo todo por un método, un modelo; ahí se desarrolla la teoría de la acción comunicativa, en ese escenario descompuesto y dedicado a la minucia de la razón eficiente y de la verdad, aparece Habermas con su propuesta de giro lingüístico hacia una racionalidad comunicativa ubicada en el mundo de la vida.


El giro lingüístico en Habermas

    Una segunda categoría que es necesario esbozar, hace referencia a los elementos de análisis sobre los cuales se basa la teoría de la acción comunicativa; a esos elementos que al ser tratados de forma introspectiva y crítica, como es el estilo de Habermas, van dejando entrever la necesidad de resignificar la perspectiva de racionalidad, van hilando una propuesta que se traduce en lo que varios autores han llamado el giro lingüístico, que no es otra cosa que el cambio de perspectiva de racionalidad. De una racionalidad centrada en el conocimiento y en la forma como los sujetos utilizan ese conocimiento, a una racionalidad centrada en los acuerdos y consensos sobre ese conocimiento, de una racionalidad centrada en el mundo objetivo cuyas únicas pretensiones de validez son la verdad y la eficacia, hacia una racionalidad descentrada en los mundos objetivo, subjetivo y social cuyas pretensiones de validez, además de la verdad y eficacia, son la rectitud, autenticidad, veracidad y la capacidad de corrección; de una racionalidad centrada en el mundo de la ciencia a una centrada en el mundo de la vida.

    Estamos refiriéndonos al escenario de crítica, inicialmente del proyecto moderno y sus problemas internos, basado en el análisis de Weber sobre la razón moderna y la invasión en todos los ámbitos de esa razón técnico instrumental. Habermas reformula la pregunta sobre la modernidad, la misma pregunta que desde el siglo XVII se venían planteando Galileo y Keplero, y que hacia los albores del siglo XX había alcanzado responder al problema de la modernización de lo material, la ciencia y la técnica, desde una perspectiva instrumental, desde la razón absoluta, pero no había dado respuesta al problema de la modernidad de lo social y cultural. Es precisamente la pregunta por el cómo lograr la modernidad en las formas de convivencia social, cómo alcanzar esa modernidad en los escenarios de la vida del ser humano, en el escenario de lo política, ética, y estética comunicativas, la que lleva al filósofo a desarrollar su propuesta de la teoría de la acción comunicativa. El problema de Habermas no era la búsqueda del incremento de la ciencia, sino la necesidad de comprender a los sujetos que viven y conviven cotidianamente.

    Por eso, cuando Habermas se hace la pregunta por lo racional, no lo hace desde los presupuestos de la ciencia nomológica, sino desde los presupuestos de la teoría de la sociedad, una teoría que estaba cuestionando::No es la pregunta por el cómo lograr la cientificidad en los procesos de conocimiento de las ciencias naturales o en los procesos lingüísticos, sino, mejor, qué es lo que significa que las personas se comporten racionalmente en una determinada situación?, no es la pregunta por la posibilidad de representación objetiva de los enunciados científicos,(la que estaba haciendo Popper con la verificabilidad de los enunciados) sino, mejor, la pregunta por lo que significa que unas emisiones o manifestaciones de sujetos que se comunican sea considerada como racional.

    De ahí que el análisis de esta problemática, no sólo es abordado por Habermas desde la crítica a la razón positivista, (por su excesivo fraccionamiento de la realidad, la cosificación del ser humano, la escisión entre lo natural y humano - entre la ciencia y el mundo de la vida, por la uniformidad del método e instrumetalización de la ciencia, y ante todo por la incapacidad que ha tenido para resolver los problemas de las ciencias sociales y humanas desde los modelos impostados desde las ciencias Naturales); sino también, desde la crítica a la teoría crítica de la sociedad, que habían iniciado Weber, Horkheimer y Adorno; por que estas propuestas, al ser fundamentadas en una marcada tendencia hegeliano-marxista identificaban la racionalización social con el aumento de la racionalidad instrumental y estratégica de los contextos de acción (199). De ahí que consideren el mayor desarrollo tecnológico aplicado a los procesos técnicos de producción y comercio, relacionados con un mayor nivel de racionalidad; con lo cual las sociedades que estaban en proceso de desarrollo, eran consideradas como menos racionales que aquellas que habían logrado grandes avances de lo tecnológico y científico aplicados a la producción y el comercio. Ene este sentido, Habermas critica, a Weber por su perspectiva técnico instrumental de desarrollo.

    Por ejemplo, le critica las pretensiones de eficiencia y verdad que da a las ciencias sociales; por que según estas, sólo tienen validez los enunciados y acciones que representen algo en el mundo objetivo y por tanto si no hacen referencia a cosas en el mundo no son considerados racionales. O sea, lo que se evalúa en un enunciado es la verdad de lo cual hace referencia, pero si se está analizando una acción, lo que se busca es si la acción emprendida sigue unos métodos previamente acordados y si esos métodos seguidos dan resultado en la producción de cosas en el mundo. Por eso, su pretensión principal es la eficiencia.

    Habermas, y en concordancia con su propuesta de los intereses de las ciencias, considera que, efectivamente, en un proceso racional de comunicación deben existir unas pretensiones de validez, pero esas pretensiones no sólo deben referirse a cosas en el mundo ni la eficiencia para crearlas, sino también se deben referir a los sujetos y a las relaciones que estos establecen en el mundo. Esto, por cuanto cualquier persona que se comunica, lo hace sobre algo en el mundo, bien por que existe como objeto, o por que existe como producción de los sujetos sociales (normas, leyes) o bien por que se trata de sí mismos, de autopresentaciones. Por eso, las pretensiones que uno busca, además de la verdad y eficiencia, que harían parte de lo objetivo, son: la rectitud, por ejemplo, si lo que se dice o hace está de acuerdo a unas normas establecidas por la sociedad, o se es recto o no y la corrección, o sea si al expresarse sobre uno mismo, lo hace correctamente, y no está engañando a quien le comunica. Lo anterior, por cuanto yo uso el lenguaje para explicar lo objetivo, lo social o lo subjetivo.

    Desde la consideración anterior, el autor aborda el análisis crítico de la teoría de la argumentación, desde la propuesta nomológica de Klein, (según la cual deben existir unas reglas causales de la argumentación y se deben considerar las razones como causas para la aceptancia o no). Revisa la idea de validez de Toulmin, la cual está determinada por el campo donde se realiza la argumentación (5-derecho, moral, ciencia, empresas, crítica del arte), y acude al análisis de las sociedades míticas para definir la necesidad descentración en los mundos objetivo, subjetivo y social en el marco de los cuales se dan los verdaderos procesos de comunicación.

    Precisamente el concepto de estos tres mundos como descentraciones del mundo de la vida, es tomado del análisis crítico de la racionalidad de la acción; en cuyo camino se encuentra a Popper y la propuesta de los tres mundos(mundo de los objetos o estados físicos, mundo de los estados de conciencia, mentales o de las disposiciones comportamentales para la acción y el mundo de los productos objetivos del pensamiento, especialmente del pensamiento científico, poético y artístico, o productos de la mente humana. Serán inquilinos del tercer mundo, las relaciones internas entre productos simbólicos, que aún esperan ser descubiertas y desarrolladas por la mente humana). El análisis de Popper, lo lleva a proponer la sustitución del concepto ontológico de mundo por el mundo de la vida, en un rescate de este concepto desde la fenomenología y a sustituir la versión de espíritu objetivo (cognitivista) por saber cultural diferenciado por las pretensiones de validez, con lo cual se superaría el problema de entidad superior dado por Popper a los contenidos del tercer mundo (el de los productos objetivos de la mente).

    Por eso, Habermas, considera otros dos mundos aparte del mundo objetivo; el mundo subjetivo y el mundo social, en el marco de los cuales se dan los verdaderos procesos de comunicación.

    En ese recorrido crítico, Habermas, analiza cómo la teoría de la racionalidad de la acción es referida, desde Aristóteles, en términos únicamente teleológicos o sea con pretensiones finalistas; suponiendo un solo mundo, el mundo objetivo y descuidando la acción regulada por normas del mundo social y la acción dramatúrgica de corrección del mundo subjetivo. Apoyado entonces, en los juegos del leguaje de Wittgensttein, los actos de habla de Austin, el interaccionismo simbólico de Mead y la fenomenología de Husserl y Garfinkel, Habermas percibe que al realizar el análisis de la razón desde la acción comunicativa, se puede propiciar una descentración, hacia los mundos objetivo, subjetivo y social.

    Pero estos procesos comunicativos no se dan en abstracto en la nada; se dan en un mundo real, en un mundo que habitamos todos y en el que desarrollamos todas nuestras acciones y nuestras comunicaciones buscando entendernos con alguien; estos proceso se dan en el mundo de la vida.

    Recupera así el concepto de la tradición fenomenológico Husserliano del mundo de la vida; mundo de la doxa, de la opinión, mundo previo a toda objetivación y juicio, mundo donde tienen lugar los eventos naturales y Humanos: los procesos de comunicación y las acciones sobre las normas de convivencia, las realizaciones científicas objetivadas como productos humanos, las opiniones informales que arrancan, luego procesos de reflexión, las acciones que comunican algo y las reacciones sobre la aplicación de las normas y atupresentaciones.

    Es precisamente en el mundo de la vida, en los procesos de acción comunicativa cotidianas, donde se escenifican las pretensiones de validez, puesto que es ahí donde se hace referencia al mundo objetivo y se buscan esas pretensiones de verdad y eficiencia, es ahí donde se hace referencia al mundo subjetivo y se buscan esas pretensiones de veracidad y autenticidad, es en el mundo de la vida donde se hace referencia al mundo social y se buscan las pretensiones de autocorrección.

    Es la mirada hacia el mundo de la vida, la que permitirá desentrañar el sentido que los sujetos capaces de lenguaje y acción, le dan al mundo estético - expresivo, ético, político y subjetivo.


La comprensión en la acción comunicativa

    Pero a Habermas le preocupa también el proceso de comprensión de esas acciones comunicativas, de esos actos de habla; por que considera que la acción comunicativa es en sí misma compresión. Para este análisis, inicia con Weber quien considera que una persona puede ser considerada como racional únicamente cuando sus acciones se orientan a conseguir unos medios adecuados para lograr unos fines (los que han sido determinados con antelación). O sea, cuando existen unos estándares para evaluarlo, que tanto el agente como el intérprete acepten como válidos. Pero Habermas, considera que estos criterios de enjuiciamiento son muy severos y serían utilizados únicamente para casos ideales de habla, pues en los procesos normales de comunicación no es posible aplicar tales estándares.

    Piensa sin embargo que en los procesos de comprensión dados por la fenomenología, la hermenéutica y la sociología comprensiva, dada la relevancia que han otorgado a la comprensión y al entendimiento, se pueden encontrar las bases para la solución del problema de la comprensión de los procesos racionales de comunicación. Estas teorías al considerar que el investigador enfrenta realidades simbólicamente ya estructuradas,(segundas interpretaciones) han dado relevancia metodológica a las pretensiones de comprensión, puesto que consideran, que la sola observación no diría mas que los rasgos externos de la realidad sin mostrar el trasfondo de las relaciones de significado, o las redes de sentido que las configura.

    Habermas asume que el proceso de comprensión tiene una gran complejidad, pues si lo hacemos desde la mirada teleológica(o sea pensando en unos fines como los propone Weber), estaríamos haciendo juicios contra los cuales el actor no puede interponer recurso alguno, estaríamos prejuzgando al investigado desde nuestro lente, desde nuestro punto de vista, sin tener en cuenta su perspectiva, ahí se estaría haciendo interpretación de segundo nivel, en la que prima una racionalidad única, bajo la idea de verdad proposicional, eficiencia, éxito instrumental, rectitud normativa veracidad o autenticidad.

    Mientras que si ese análisis se hace desde la acción comunicativa, nuestros presupuestos sobre el mundo se nivelarían a los del actor, puesto que este contaría con similar competencia de interpretación que la del investigador. Lo anterior, por que se ha accedido a los tres mundos, desde una definición común de la situación. En este caso estaríamos realizando interpretaciones de primer nivel, las que no requieren de interpretaciones independientes pues la cotidianidad misma posee el rasgo de ser incoactivamente racional.

    Desde aquí, Habermas propone que el científico social debe tomar parte de las interacciones cuyo significado trata de entender y actuar en consecuencia, tal y como lo hacen los actores en su práctica cotidiana. Sólo así se podrá penetrar en el mundo de relaciones de significatividad y trascender la exterioridad del contexto.

    Pese a esto, el investigador debe tener claro que su única pretensión es la de comprensión, así tenga que asumir toda la dinámica de pretensiones que se juegan en el contexto de descubrimiento.

    Pero, cómo lograr una comprensión de la realidad que no se sesgue a los preconceptos que el investigador tiene al afrontar la realidad? Habermas analiza la propuesta de Alfred Schütz, quien realiza sus estudios desde los mundos simbólicos preestructurados y frente al problema de los sesgos preconceptuales hace la propuesta de asumir una Actitud teorética, que implicaría una actitud de observador desinteresado que le permite alejarse de su propia praxis individual. Pero, según Habermas, eso sería actuar por fuera de un contexto vital constituido, por tanto, lo que se podría hacer antes que asumir una actitud desinteresada sería buscar las estructuras generales de los procesos de entendimiento en los que deben introducirse las condiciones de objetividad y de forma reflexiva ver si estas condiciones le permiten participar en el proceso de comprensión. O sea, antes de aparentar no saber nada, o intentar desconocer el propio cocimiento con que se llega al contexto, el investigador debe evaluar el escenario de investigación para ver si los sujetos de interlocución son válidos o no, esto es, si le permiten una real comunicación.

    En esa búsqueda de posibilidades, Habermas analiza a Garfilkel, y Zimmermann en la etnometodología, quienes se basan en la dependencia de las acciones y emisiones de los contextos específicos. Dado que toman el contexto como tema central de investigación, sería una propuesta importante para objetivar desde estos los contextos de acción, pero, el problema son las posiciones radicales que niegan la posibilidad de generar teoría, por que asumen que esta depende del contexto inmediato.

    Retoma entonces la hermenéutica de Gadamer, puesto que mediante ella se podría investigar la competencia interpretativa entre hablantes que pueden entenderse en un entorno extraño, repleto de manifestaciones que resultan intelegibles.

    Pese a que el análisis lo realiza Gadamer desde la hermenéutica del texto, deje entrever cómo se ocupa de esos casos donde la comunicación se ha roto, donde existe una patología que no deja fluir la comunicación. En esta, el investigador buscaría entender por qué el agente expresa algo en un marco de normas de comunicación ya reconocido. O sea, sólo en el transfondo de los componentes morales, cognitivos, y de expresión, que llevaron a realizar una acción o emisión, es posible comprender y analizar las pretensiones de valides.

    Por eso, recupera de la fenomenología Husserliana, el concepto de Epogé, que es una especie de suspensión del juicio, para desde ella poder contrastar otras realidades; es poner entre paréntesis nuestro conocimiento, nuestro punto de vista, nuestros prejuicios, de forma momentánea, mientras analizamos otras realidades, y vemos otros mundos que permitan luego comparase con el nuestro. En realidad la Epogé es relativizar nuestras opiniones y perspectivas, dando cabida a otras que puedan analizarse, articuladamente, permeando la comprensión de otros argumentos, sin sesgos previos, sobre la ciencia, la moral, lo ético y estético- expresivo. Es mediante esta consideración que se logrará el acuerdo y la diferencia, en un escenario de lo diverso.

    En un trasladarse al lugar del otro, debe existir una relación entre significatividad y pretensión de validez. La clave está en asumir la valoración incoactiva y sistemática de las pretensiones de valides para tomar al otro en serio.

    El proceso de comprensión entonces, tendría dos momentos importantes para Habermas; el primero de ellos e realiza en el mundo de la vida, en el mundo de la opinión, en ese mundo donde suceden las cosas tanto naturales, sociales como subjetivas; este primer nivel de comprensión se realizaría mediante la hermenéutica, que descubre las irregularidades o rupturas del proceso de comunicación. Esto por cuanto la primera función del mundo de la vida es ser horizonte de comprensión de sentido, pero además, ser fuente de recursos para validar pretensiones de verdad. En la primera función estarían los imaginarios sociales y las redes de sentido social, aquí tendría cabida todo el que tenga posibilidades de realizar un proceso comunicativo; pero en la segunda función, que es donde en realidad se complementa el proceso de comprensión, la situación es mas compleja, pues aquí se busca comprender los argumentos y pretensiones que llevaron o no a consensos sociales. Y entonces están los productos sociales y objetivos. Por esto, en un segundo momento, se estructuran unos acuerdos mínimos de comunicación, que implicarían criterios mínimos de valides, entre los cuales está la verdad y se buscarían acuerdos o consensos.

    En síntesis, en primer lugar la teoría de la acción comunicativa, se desarrolla en un escenario donde la base de la razón está en la estética con fines de eficiencia y verdad, expresadas en un mundo objetivo, y se ha descuidado la razón que fundamenta la subjetividad y la intersubjetividad, se ha descuidado la razón ético, política y expresiva, razones que subyacen en los mundos subjetivo y social.

    En segundo lugar, la filosofía moderna, planteada por Habermas, parte de una crítica reconstructiva que reconoce dos ámbitos de análisis; uno de ellos, la razón moderna y el otro la teoría crítica de la sociedad, ambas, a consideración de Habermas, técnico intrumentalizadas.

    En ese sentido, y en tercer lugar, esta nueva propuesta de racionalidad, cuestiona el carácter absoluto de la razón y busca una complementariedad, un dialogo entre ciencia positiva, ética y mundo estético expresivo, acentuando la necesidad de no reducir a ninguno de estos campos la racionalidad, aclarando, mejor, que el problema es de los criterios de validez, distintos para cada uno de estos dominios del saber: verdad, para el dominio objetivo, autenticidad para el dominio subjetivo y autocorrección para el dominio social. Se trata de una racionalidad dialógica en la que la sociedad y el sujeto se desarrollan mediante el trabajo, el lenguaje y la interacción social.

    En cuarto lugar, el nuevo paradigma es considerado como "giro lingüístico" en tanto es una nueva perspectiva de la razón, una razón basada en la comunicación, pero donde se resignifica incluso, la misma teoría de la comunicación alrededor del concepto de mundo de la vida. En el cual tienen lugar la sociedad como producto objetivo del ser humano y el ser humano como productos de la sociedad, en una complementariedad entra la actividad productiva y la comunicación, esto es, que el mundo de la vida se descentra en un mundo de objetos, en un mundo de sujetos y en un mundo de interacciones. Cada uno de estos mundos tiene una racionalidad específica y se abre de formas también distintas a posibilidades de acción. Por ejemplo, el mundo de los objetos es cognoscible y manipulable técnicamente, el mundo de la interacción se objetiva mediante las instituciones y el mundo de los sujetos, se expresa en el sentido de las autorepresentaciones del sentido escénico.

    El giro lingüístico busca en síntesis, explicar la heterogeneidad de lo diverso y distante, entreverando un dialogo sobre los diferentes saberes divorciados por la colonización de la razón absoluta que a decir de Giraldo y López,(2002) "Justificó, sin mas, la validez de la ciencia empírico -experimental, desvinculándola, no obstante del conocimiento filosófico..."


Las perspectivas de la acción comunicativa en la
investigación de la motricidad humana

    Como se puede apreciar en el recorrido muy tangencial por la situación actual de la ciencia y en particular en el recorrido de la acción comunicativa, se plantean varios asuntos de gran importancia para la investigación en Educación física:

    El primero de ellos, tiene que ver con la gran variedad de teorías que envuelven la situación actual; teorías que como dice De Ckok,(1991) se han ido flexibilizando, hasta tal punto de todas ellas considerar como fundamental el sujeto y sus relaciones.

    Sin embargo es claro que existen dos grandes tendencias en este complejo proceso de búsqueda de la ciencia; una de ellas, que se apoya en los métodos y procesos propios de las ciencias naturales y físicas, en esas ciencias que Carlos Vasco(1998) ha denominado las ciencias abióticas(sin vida) y en algunos casos las ciencias bióticas(con vida) en su rango de preantrópicas, (primeras formas de vida no mediadas por el lenguaje). Los teóricos que desarrollan esta perspectiva, hacen infenrencias de los procesos propios de las ciencias abióticas y preantrópicas, a los procesos que se darían en las ciencias sociales y Humanas o según Vasco a las ciencias Bióticas- antrópicas. O sea, esta gran tendencia pese a reconocer la importancia del sujeto como mediador involucrado en el proceso de investigación y pese a buscar formas para aproximar los desarrollos de las ciencias no lo hacen desde dentro de ellas sino desde las posibilidades que las otras ciencias le brindan a las sociales para su comprensión; aplicando procesos basados en el experimento, en la relación con la realidad empírica, en la búsqueda de causas, en la utilización de datos que permitan el control; en términos generales estas tendencias se preocupan por las relaciones técnico instrumentales que se producen en las ciencias sociales y Humanas.

    Pero existe otra grande tendencia, que parte de desarrollar una epistemología de las ciencias sociales y Humanas, desde la crítica reconstructiva de las mismas ciencias sociales y Humanas, se trata de la teoría propia de las ciencias de la discusión, que iniica con los aportes de Weber y Droysen y Dilthey y que se afinan con la teoría de la acción comunicativa, propuesta por Habermas que busca reconstruir la ciencia social desde las manifestaciones del lenguaje y desde las acciones propias de los sujetos que se comunican. Y esa tendencia al reconocer que somos sujetos de y en comunicación y que mediante esta le damos sentido a lo que hacemos y decimos, está reconociendo la intersubjetividad como base de cualquier estudio social. Pero no una intersubjetividad dada en abstracto, dada en el "éter de lo inconmensurable", por el contrario la intersubjetividad que propone Habermas es esa que se realiza en el mundo de la vida, que inicia en el mundo del doxa, y que da pistas y caminos para un mundo de argumentos, consensos y disensos. Es una intersubjetividad que inicia tomando en serio al otro y termina tomándolo en serio mediante los acuerdos y desacuerdos.

    Por eso, para realizar la pertinencia de una u otra corriente en la investigación de la Educación física, recreación y deporte, es necesario primero ubicar el área. La Educación física, la recreación y el deporte son áreas ubicadas en ciencias abióticas o bióticas?. Si trabajamos con personas, son más que ciencias bióticas ciencias antrópicas, toda vez que tenemos una forma de organización política y nos comunicamos mediante el lenguaje. Por tanto una primera proximidad con las llamadas "Ciencias de la discusión", propias de las ciencias bióticas-antrópicas, es lo que deja entrever este pequeñísimo análisis. Lo cual llevaría a suponer que una búsqueda desde los métodos propios de las ciencias abióticas e incluso de las ciencias bióticas pre-antrópicas sería aplicar inferencias posibles de lo natural y físico a lo social y Humano.

    Ahora bien, esto no significa que nuestra búsqueda se deba desarrollar solamente en el campo de las relaciones de intersubjetividad, por que los estudios relacionados con lo biológico y fisiológico, sobre todo en el campo de lo deportivo, necesitan ver las funciones preantrópicas o abióticas en el organismo, para lo cual utilizarán métodos propios de estas ciencias.

    Lo mas importante en la propuesta de Habermas, desde la consideración de los intereses de la ciencia, es que según el interés que se tenga debe ser el timo de proceso investigativo a desarrollar. El problema de la ciencia actual, y en particular de la investigación en Educación física, recreación y deporte, es que sin importar el interés, se utiliza el mismo modelo y método; o sea siempre estamos comparando o ni siquiera comparando, confundiendo, los modelos y métodos propios de las ciencias abióticas y preantrópicas (generalmente fundamentados en el racionalismo técnico instrumental) al aplicarlos de forma indiscriminada a los estudios en Educación física recreación y deporte.

    Y desde la teoría de la acción comunicativa, es que cualquier investigación que se desarrolle en Educación física, recreación y deporte, debe iniciarse con la hermenéutica del mundo de la vida, o sea con la interpretación de los procesos de comunicación mas comunes, donde habitan; las opiniones, los relatos, los cuentos, los mitos sobre el área, las realizaciones de lo tecnológico, los fenómenos naturales; trascender hacia un mundo descentrado en lo objetivo(las clases de educación física, los materiales, los escenarios, las acciones, lo fisiológico, lo biológico) en lo subjetivo(las realizaciones, los aprendizajes) y en lo social (los reglamentos, los deportes, los eventos deportivos) y llegar a la comprensión de los argumentos y las pretensiones de validez que estos buscan para finalmente lograr acuerdos, teniendo en cuenta que pueden existir disensos.

    Aplicar en estas posibilidades es posible sólo desde un diseño que reconozca la importancia de la complementariedad no solo de teorías sino metodológica para abordar estudios sociales en nuestro campo (Ver Murcia y Jaramillo 2000).


Nota

  1. Habermas(en Conocimiento e interés, 2000) considera que las ciencias están sujetas a unos intereses específicos que las mueven; intereses que devienen de las especificidades de los procesos que se desarrollen, por ejemplo, si se trata de buscar las causas y consecuencias de los fenómenos u objetos investigados para lograr su dominación, el interés será técnico, en cuyo caso opera la manipulación y la perspectiva instrumental, si la intencionalidad es la comprensión de las acciones que los sujetos realizan, los que devienen de la tradición y la historia y están mediados por el lenguaje, el interés será práctico, pero si la intención es comprender las organizaciones o estructuras organizacionales y producir transformaciones, el interés será el emancipatorio. Por lo anterior, si se asume la consideración del autor respecto a la argumentación, como pretensión de verdad en cualquier ciencia, podríamos afirmar que la base de los métodos de investigación debe sustentarse en encontrar los argumentos necesarios y fructíferos que permitan, o bien la comprensión en el contexto, donde se comunican las personas o bien la realización empírica mediante la experimentación.

    Es necesario desde esta consideración establecer algunas diferencias entre las dos posibles formas de hacer investigación.

    Para que se considere un buen trabajo sería necesario entender que la comprensión explicativa y la explicación experimental, se basan en enunciados causales, pero la experimental no se afecta por la aplicación operacional pues es independiente al contexto, mientras la comprensión explicativa es traducida a la historia narrativa individual, de tal forma que sin este contexto no es posible determinar un enunciado causal. Los enunciados causales en la comprensión explicativa no son posibles fuera del contexto.

    O sea, es necesario en la comprensión explicativa utilizar métodos emergentes que permitan ir analizando, críticamente, junto con los investigados, las acciones comunicativas que median en los procesos ínter subjetivos que se están estudiando. De tal suerte que las interpretaciones estén ligadas al lenguaje ordinario y que no busquen verificar empíricamente, sino que la validez esté mediada por el logro de reflexión tanto vertical como horizontal.

    Lo anterior, puesto que comprender y comprenderse críticamente es la base de la objetivación en Habermas.

    Esta perspectiva metodológica emergente desde la reflexión sobre sí mismo y sobre el otro y lo otro, permearía el interés por la emancipación, propuesto por Habermas como síntesis al articularse también con la formación.

    Un método emergente, de tal magnitud, implicaría volver permanentemente sobre la esencia inicial, considerada como fundamental en la propuesta de emancipación desde la reflexión.

    De esta forma, la preocupación de Habermas en cuanto a la reflexión sobre el interés práctico, para que sea considerado como rector del conocimiento, se estaría asumiendo, pues el método implicaría una actividad que se vuelve sobre sí.

    En esta perspectiva, la realidad no está en los procesos deductivos, sino en la práctica cotidiana donde se buscan las prácticas universales para ser confrontadas.

    Pero Habermas, considera que la realidad de las ciencias Humanas y sociales no son simples ni fraccionadas, no es sólo autorreflexión, sus condiciones son tanto objetivas como subjetivas, por eso, el interés emancipatorio depende del interés práctico y técnico pues la reflexión se orienta hacia las formas simbólicamente mediadas y hacia las acciones instrumentales.(212)

    Existen razones de peso, desde Habermas para hablar de complementariedad metodológica, pues la única forma de lograr la emancipación es cuando la reflexión se establezca sobre las formas simbólicamente mediadas y las acciones instrumentales. Veamos algunos argumentos del autor.

    Los intereses del conocimiento solamente se miden en los problemas de conservación de la vida, por eso trabajo e interacción incluyen comprensión y aprendizaje.

    Estos intereses siempre estarán mediados por:

    1. Los testimonio de los procesos cognitivos

    2. Surgen de los procesos vitales y es ahí donde cumplen sus funciones

    3. Lo que caracteriza la vida social es la conexión entre conocimiento y acción, al igual que el conocimiento posee un interés desde la acción instrumental y comunicativa (214)

    El objetivo de la razón, es la liberación del dogma, o sea de la fe en las cosas objetuales. Ese interés, tiene que ver con el deseo de liberación que implica un interés por nosotros mismos, como seres humanos integrales. Por eso, el conocimiento no es ni mero instrumento de adaptación del organismo ni acto de un ser racional puro, descontextualizado, ni la razón puede quedar sometida a cuestiones de sensibilidad .

    Desde estas consideraciones, un diseño que articule la síntesis emancipadora de la Humanidad debe abordar tanto el interés técnico como práctico a partir de la reflexión permanente investigador e investigado.


Referencias:

  • De Cock, Cristian (1991). Investigación cuali-cuantitativa. Universidad Santiago de Compostela. España.

  • Habermas. J. (1999) La teoría de la acción comunicativa I. Racionalidad de la acción y racionalidad social. Taurus. Madrid.

  • Habermas. J. (1999) La teoría de la acción comunicativa II. Crítica de la razón funcionalista. Taurus. Madrid.

  • Mardones, J.M.. (1991) Filosofía de las ciencias Humanas y sociales.Anthropos. Barcelona.

  • Murcia y Jaramillo. (2000) Investigación cualitativa. La complementariedad etnográfica. Kinésis. Armenia.

  • Vasco Carlos. (2000) Tres estilos de trabajo en las ciencias sociales. Documento de trabajo. Cinde, Manizales.

  • Viviescas, Fernando y Giraldo I. Fabio (comp.) (2002) Colombia al despertar de la modernidad. Foro Nacional por Colombia, Bogotá.

Otros artículos sobre Investigación

  www.efdeportes.com/
http://www.efdeportes.com/ · FreeFind
   

revista digital · Año 8 · N° 58 | Buenos Aires, Marzo 2003  
© 1997-2003 Derechos reservados