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Resumen de Unmet needs for treatment of alcohol and drug use in four cities in Mexico

Guilherme Borges, María Elena Medina-Mora Icaza, Ricardo Orozco

  • español

    Introducción Aunque el consumo excesivo de alcohol sea frecuente, las consecuencias de este consumo sean comunes y haya aumentado la disponibilidad de drogas, se sabe poco de las acciones de salud pública y los tipos de tratamiento disponibles para personas con trastornos por el uso de sustancias en México. Estimaciones actuales nacionales muestran que alrededor de una de cada cinco personas con trastornos por el uso de alcohol y drogas recibió tratamiento en los últimos 12 meses. Pese a ello, hasta la fecha no disponemos de estimaciones de las tasas de tratamiento a nivel local, lo que es necesario para la planeación de políticas públicas a nivel comunitario. Este trabajo presenta datos sobre el tratamiento para el uso de sustancias y para los trastornos por el uso de sustancias en tres áreas urbanas del norte de México y una ciudad capital localizada en el centro del país. La región norte es de particular interés por su proximidad con los Estados Unidos y por la evidencia previa de que el alcohol y las drogas es dos veces más común en esta región comparada con otras de la República. Por su nivel de desarrollo, su tamaño poblacional y los datos epidemiológicos básicos que aporta sobre el uso de drogas, la ciudad de Querétaro provee un punto de comparación para las ciudades del norte más apropiado que un lugar como la Ciudad de México o el promedio nacional.

    Material y métodos Las Encuestas Locales de Adicciones 2005 son parte de la serie de Encuestas Nacionales de Adicciones (ENA), apoyadas por la Secretaría de Salud, el Consejo Nacional Contra las Adicciones (CONADIC), los gobiernos locales y estatales, y el Instituto Nacional de Psiquiatría, e incluyen las ciudades de Tijuana (Baja California), Ciudad Juárez (Chihuahua), Monterrey (Nuevo León) y Querétaro (Querétaro) como parte de un esfuerzo continuo por monitorear el uso de sustancias ilícitas en México. Se estimó la prevalencia en los últimos 12 meses de servicios médicos y no médicos para el tratamiento del uso de sustancias. Los correlatos del uso de servicios, incluida la discapacidad asociada con la interferencia en los roles, se identificaron por medio de regresiones logísticas, mismas que tomaron en consideración el diseño de la muestra y los ponderadores de la encuesta.

    Resultados Un total de 2148 residentes tuvieron entrevistas completas, para una tasa de respuesta de 70.5%. Solamente 2% de las personas que usaron alcohol o drogas en los últimos 12 meses hicieron uso de algún servicio de tratamiento. La prevalencia más elevada se dio en los servicios de salud (1.37%), seguida de cerca por el sector no médico (0.91%). Entre el sector salud fueron más frecuentes los servicios ofrecidos por el médico general que por los especialistas en salud mental. Alrededor de 11% de aquéllos con algún trastorno por sustancias consultó con los servicios; el sector médico ofreció mucho más servicios que el sector no médico. La prevalencia de uso de servicios de salud mental especializados y la del médico general fueron muy similares para aquellos con un trastorno por sustancias. La prevalencia más elevada de cualquier uso de servicios se dio en la ciudad de Monterrey (alrededor de 15%), mientras que Ciudad Juaréz tuvo la prevalencia más baja (6.6%). Menos de 50% de aquéllos con un trastorno activo mostró algún nivel de discapacidad en el desempeño de roles, pero las personas con mayores niveles de discapacidad tuvieron mayores probabilidades de usar servicios.

    Conclusiones Encontramos una gran cantidad de necesidades no satisfechas para el tratamiento del uso de sustancias entre residentes de áreas urbanas de cuatro grandes ciudades de México. Las dos ciudades que mostraron las tasas más elevadas de uso de sustancias en otras encuestas de adicciones en México (Tijuana y Ciudad Juárez) mostraron los niveles más bajos de cualquier tratamiento. Encontramos pocos correlatos para el uso de servicios entre aquellos que usaron cualquier sustancia y entre aquellos con un trastorno activo. Entre éstos, los entrevistados con mayores niveles de discapacidad tuvieron mayores probabilidades de usar cualquier servicio. El tratamiento para el uso de sustancias puede ser efectivo y es urgentemente necesario si México quiere enfrentar el lugar prominente que tiene el consumo de alcohol en la carga de la enfermedad en el país. El esfuerzo necesario para cambiar la presente situación del bajo uso de servicios para el tratamiento del consumo de alcohol y drogas, incluidas las bajas tasas de uso de servicios especializados en salud mental, probablemente requiera la coordinación de investigación, mayor número y disponibilidad de servicios, más alternativas de tratamiento y desarrollo de servicios. Son urgentemente necesarias mejorías en la disponibilidad y en los tipos de tratamientos disponibles para los trastornos por uso de sustancias.

  • English

    Introduction Even though heavy alcohol consumption is frequent, alcohol–related consequences are common, and drug use has become more common in this country, we know very little about public health response and the types of treatments available for persons with substance use disorders in Mexico. Current national estimates show that about one in every five persons with alcohol and substance use disorders received treatment in the last 12 months, but to date the rates of treatment for local communities are unknown; these data are needed for policy planning at community level. This study presents data on the treatment for substance use and substance use disorders in three urban areas of Northern Mexico and one state capital in Central Mexico. The Northern region is of particular interest in Mexico because of its proximity to the United States and previous evidence that alcohol and drug use is about twice as common in this region compared with other regions. The city of Queretaro provides a more appropriate comparison for the cities in Northern Mexico than a place as Mexico City, or the national means, due to its level of development, population size, and basic epidemiologic data on drug use.

    Material and methods The Local Surveys on Addictions 2005 (Encuestas Locales de Adicciones 2005) are part of the Mexican National Survey on Addictions (ENA) series, supported by the Ministry of Health (CONADIC– National Council Against the Addictions), state and local governments, and the National Institute of Psychiatry (INP), and included the cities of Tijuana (Baja California), Ciudad Juarez (Chihuahua), Monterrey (Nuevo Leon) and Queretaro (Queretaro), as part of a continuous effort to monitor use of illicit substances in Mexico. The 12–month prevalence of health and non–health care service use for treatment of substance use was estimated. Correlates of service use, including interference with role impairment, were identified in logistic regression analyses that took into account the complex sample design and weighing process.

    Results A total of 2,148 completed interviews were obtained for a response rate of 70.5%. About 2.2% of those who used any substance saw any provider in the last 12 months, with the largest prevalence among the health care sector (1.37%), followed closely by the non–health care sector (0.91%). Among the health care sectors, the general medical sector provided more services than mental health specialists. About 11 % of those with any disorder consulted for services, with the health care sector providing many more services than the non–health care sector. The prevalence of use for mental health specialists and the general medical sector is very similar for those with a disorder. The largest prevalence of any service was found in Monterrey (about 15%), while Ciudad Juarez had the lowest (6.6%). Less than 50% of those with an active disorder reported any role impairment, but respondents with high levels of role impairment were more likely to use services.

    Conclusion We found large unmet needs for substance use services among urban residents of Queretaro and in three major northern cities in Mexico. The two cities that have shown higher rates of substance use in addiction surveys in Mexico (Tijuana and Ciudad Juarez) had the lowest levels of any treatment. We found few predictors of service use among those who used any substance and among those with an active disorder. Among those, respondents with high levels of role impairment were more likely to use services. Treatment for substance use can be effective and is urgently needed if Mexico wants to face the prominent place of alcohol in the burden of disease in the country. The effort to change the current situation of alcohol and drug service utilization, including the low rates of mental health specialists in these cities, is likely to require coordination of research, larger numbers of services, treatment alternatives, and service development.


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