El by-pass Sur de la M-30 surge como respuesta a la necesidad de crear un itinerario alternativo a los movimientos este-oeste que se producen en el perímetro sur de la almendra central de Madrid.
La elevada intensidad de tráfico que soporta el Nudo Sur de la M-30 (del orden de 250.000 vehículos/día) hacía conveniente la construcción de un �atajo� para estos movimientos que sirviera simultáneamente para segregar éstos de los movimientos de acceso al sur de la ciudad (A-4 y Avenida de Andalucía).
Nace así la idea de construir unos túneles �gemelos� unidireccionales de gran capacidad con accesos exclusivamente en sus extremos, que recorran el arco sur del municipio y cuya construcción pueda ser realizada en un tiempo record (inferior a 30 meses) con maquinaria de alto rendimiento, con el mayor grado de seguridad (tanto en su construcción como durante su servicio), y con el mínimo grado de afección a la ciudad.
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