RELIGIÓN Y MITOLOGÍA

Mª del Carmen Ponce (IES Miguel de Cervantes, Móstoles-Madrid)

1.          INTRODUCCIÓN

Los hombres de las sociedades modernas explican muchos acontecimientos gracias a la ciencia, las sociedades antiguas los explicaban mediante mitos. Algunas sociedades han sido influidas por otras, como los romanos lo fueron por los griegos. Pero es importante constatar que comunidades muy alejadas unas de otras poseen mitos similares: el origen del mundo, el diluvio, el paso de una generación a otra de dioses, etc. Según Ruiz de Elvira[1] “Mitología clásica es el conjunto de las leyendas o mitos griegos y romanos que, según testimonios que poseemos, tuvieron vigencia como tales leyendas en cualquier momento del ámbito temporal que va desde los orígenes hasta el año 600 d. C.”

Las ideas y nociones que los griegos antiguos elaboraron sobre la divinidad aparecen expuestas principalmente bajo la forma de mitos. Este sistema mitológico fue fruto de un largo proceso de fusión de cultos a divinidades ctónicas[2] de los pueblos agricultores del Mediterráneo, y de cultos a divinidades celestiales de los pueblos de pastores indoeuropeos, que ocuparon Grecia a partir del tercer milenio a. C. Se consideran restos de épocas primitivas de la religiosidad de los griegos las asociaciones de algunos animales con unos dioses determinados, p. ej. la lechuza de Atenea.

2.           LA FORMACION DE LA RELIGION GRIEGA

En un principio los dioses no eran antropomórficos. Resto de estas concepciones son algunas de las grandes fiestas . Muchas de estas fiestas tenían como finalidad apaciguar las potencias malignas. Los medios suelen ser de carácter mágico y, con frecuencia, intervienen animales sagrados o divinos. Todo ello es comprensible en el marco de pequeñas comunidades agrarias

El origen del mundo es formulado por los griegos como una generación. El Caos primordial, concebido como vacío absoluto, Nyx ( la Noche), Gea, la Tierra, genera por sí sola a Urano ( el Cielo), Ponto (el Mar) y las Montañas. Los orígenes y genealogías de los dioses están narrados en la Teogonía de Hesíodo[3]. Gea se unirá sexualmente con sus hijos Urano y Ponto.

Los dieciocho hijos de la Tierra y Urano se distribuyen en tres grupos: los doce Titanes, los tres Cíclopes y los tres Hecatonquires o “Cien Brazos”. Los Titanes son Océano, Ceo, Crío, Hiperión, Jápeto y Crono los varones, y Tea, Rea, Temis, Mnemosine, Febe y Tetis las hembras.

Los cinco hijos con el Ponto son tres varones, Nero, Taumante y Forcis, y dos hembras, Ceto y Euribia. Todos ellos en general son llamados Póntidas, son divinidades marinas.

3.           LAS DIVINIDADES GRIEGAS

Junto a seres monstruosos aparecen bellas deidades antropomórficas. , los dioses son en general inmortales y eternamente jóvenes, y tienen enorme poder y facultades inaccesibles al hombre, son de mayor estatura y peso, y, en general, de gran belleza.

La divinidad es inmortal, pero no eterna. Se nos habla de diversos ciclos divinos que se han sucedido en el tiempo y a través de los cuales el poder y el dominio del universo han pasado de unas divinidades a otras.

Podemos establecer una clasificación de las divinidades griegas en:

 ‑dioses primordiales,

‑dioses olímpicos,

-dioses rurales y ctónicos,

- héroes o semidioses.

3.1         Los dioses primordiales

Aparecen ligados a las ideas sobre el origen del mundo. El poeta Hesíodo es la fuente más importante de que disponemos para el conocimiento de estas divinidades. Unas, meramente cósmicas (Caos, Gea, Urano, Montañas, Mar ... ); otras, de rasgos más individualizados: los Titanes. El más joven de los Titanes es Crono, padre de Zeus. Crono, persuadido por su madre Gea, que le proporcionó una hoz, le cortó los genitales a su padre, Urano. Eso permitirá el cambio de generación en el mundo de los dioses. Los genitales cayeron al mar y de esa espuma marina nacerá Afrodita, según la versión hesíodica. [4]

3.2         Los dioses olímpicos

Triunfadores sobre Crono, se agrupan bajo el mando de Zeus. Los nuevos dioses habitan en las cimas del Olimpo. No conocen la enfermedad ni la vejez, pero comparten con los hombres toda clase de vicios y pasiones.

 

              En torno a Zeus, padre de los dioses y los hombres, se mueven las figuras de los grandes dioses. Es el dios de la tormenta. El animal que le representa es el águila. Se sienta en el trono con el cetro en una mano o bien se le representa arrojando el rayo.
Hera, hermana y esposa de Zeus, protectora del matrimonio. Siempre malhumorada, pendiente de las aventuras amorosas de Zeus y maquinando venganza contra las amantes y los hijos de éste. El animal que la representa es el pavo real.
  Posidón, hermano de Zeus, dios del mar; su atributo es el tridente que blande cuando quiere castigar a los mortales y provoca terremotos y movimientos del mar.

Hades, hermano de Zeus, dios del mundo de ultratumba; vive rodeado de divinidades infernales como el Can Cerbero, monstruoso perro de tres cabezas que vigila la puerta del reino de los muertos. Rapta a Perséfone, convirtiéndola en su esposa.

Deméter, hermana de Zeus, diosa de la fertilidad de los campos; tiene una hija, Perséfone, a la que está íntimamente unida.

Hestia,  hermana de Zeus, diosa del hogar.

Atenea, hija de Zeus, nacida de la cabeza del dios, diosa de la sabiduría y de la guerra justa.

Su animal representativo es la lechuza y el árbol es el olivo por haber enseñado a los hombres a cultivarlo.

  Apolo, hijo de Zeus y de Leto, dios de las artes y de la adivinación. Preside el coro de las nueve Musas. Se le representa con la lira o cítara en la mano y coronado de laurel.

Ártemis, hija de Zeus y Leto, diosa de los bosques y de la caza. Celosa guardiana de su virginidad. Se la representa con un arco y carcaj lleno de flechas acompañada de un ciervo y a veces los perros de caza

 

Hermes, hijo de Zeus y de la ninfa Maya, dios del comercio, protector de viajeros y ladrones, mensajero de los dioses, conduce las almas de los muertos; son símbolos de Hermes el "pétasos" o gorro con alas y las sandalias aladas, elementos que le facilitan el vuelo y el caduceo, bastón en el que se enroscan dos serpientes.

Ares, hijo de Zeus y Hera, dios de la guerra. Se le representa siempre con armas. Representa la muerte, el dolor y la destrucción.

Hefesto, hijo de Zeus y Hera, según otras versiones solo de Hera, dios de la fragua y de los trabajos manuales. Nació deforme, por lo que su madre lo rechazó y arrojó desde el Olimpo, de ahí su cojera.

Afrodita, surgida de la espuma del mar según una versión, sería por tanto anterior a Zeus, diosa del amor. Según Homero es hija de Zeus y de Dione y por ello acata los designios del soberano como los demás dioses. Le fue asignado por esposo el más feo de los dioses, Hefesto, pero le es infiel con dioses y mortales.

Dioniso, hijo de Zeus y la mortal Sémele, elevado al rango de divinidad, dios del vino y del teatro. Se le reconoce por la corona de ramas de vid y los tirsos o ramas de yedra

El origen y atributos de estas divinidades no siempre está claro. Las versiones míticas se entrecruzan con mucha frecuencia. Algunas deidades se incorporaron tardíamente al panteón olímpico y se fundieron con otras existentes.

A continuación de los dioses mayores, venía una hueste de deidades inferiores, de la que es imposible dar una lista completa. A grandes rasgos se las puede clasificar de¡ siguiente modo:

3.2.1       Mensajeros o servidores de las divinidades principales

Tales como Iris, Hebe, Ganímedes, las Gracias, Las Horas, etc.

3.2.2       Deidades marítimas

Entre las cuales, además de Anfítitre y Tritón, consorte e hijo de Posidón respectivamente, tenemos que mencionar a Océano y a Tetis, las Nereidas, Proteo, etc.

3.2.3       Personificación de ciertas fuerzas morales

Algunas merecedoras de cultos propios, y otras, meras abstracciones alegóricas, tales como

"Nike", la Victoria; "Némesis", la Venganza, etc.

3.3        Los dioses rurales y ctónicos

Pan, dios arcadio de ganados y pastores, los sátiros, las ninfas, etc. Deméter y su hija Perséfone proceden de esa religión rural.

3.4        Los héroes o semidioses

Los héroes eran sobre todo mortales deificados, y ocupaban en consecuencia un lugar intermedio entre los dioses y los hombres, corno en el caso de Heracles. Suelen aparecer como patrones de gremios, tribus, así Teseo, rey legendario de Atenas, etc.

4.          FORMAS Y ELEMENTOS DE CULTO

De la aportación doria a las creencias religiosas dos elementos deben ser señalados :

 1) la incineración de los muertos y 2) la edificación de templos, los más antiguos de los cuales datan del s. IX a. C. si aceptamos que los templos se asemejaban a las casas humanas, es una prueba de que el antropomorfismo triunfó en esta época.

El lugar consagrado al culto de las divinidades comprendía dos cosas esenciales­: un recinto sagrado en el cual había un altar para el sacrificio

Cuando, además, se había construido un templo propiamente tal, un edificio, éste ofrecía como sitio principal un templo en donde se conservaba la imagen de la deidad y que generalmente daba el frente al este. El templo era la morada del dios y los sacerdotes y sacerdotisas eran sus servidores. En época posterior, el templo se dividía en tres zonas: pronaos o pórtico, naos o "cella" y opistodomo, destinado para almacén o tesoro.

Los templos no estaban concebidos para que dentro de ellos se instalasen los fieles. Éstos se amontonaban fuera, en el recinto exterior.

El templo debía poseer cierto patrimonio en dinero acuñado, en esclavos, en terrenos, que era administrado y vigilado por funcionarios públicos.

Para complacer a la divinidad y gozar de su protección, los antiguos ofrecían a los dioses sacrificios de dos tipos:

a)  Cruentos, de animales, en los que se inmolaban animales cuyas características variaban según el dios y

b) Incruentos, de productos del campo: leche, miel, vino, etc.

Eran actos litúrgicos que no necesariamente se celebraban a diario y que tenían que ser presididos por un sacerdote. La función sacerdotal podía ser temporal. El sacerdote tenía que respetar escrupulosamente el rito de acuerdo con la tradición: no ejercía control dogmático ya que ninguna revelación ni libro sagrado imponían dogmas.

Los griegos elevaban plegarias a lo dioses para obtener su ayuda en cualquier empresa que juzgaran importante. El orante debía atenerse, en general, al siguiente ritual: abluciones purificatorias; revestirse con un vestido limpio y elevar sus brazos hacia el cielo con las palmas de las manos hacia arriba si se dirigía a los dioses celestiales o enderezadas hacia adelante si se dirigía a los dioses marinos. En ciertos casos se pide el castigo de algún enemigo, se maldice a alguien, y generalmente va dirigida a las deidades infernales: el orante se hinca de rodillas o se sienta en el suelo y acompaña sus palabras con fuertes golpes de las manos sobre la tierra.

Frente a la idea cristiana de que para Dios no hay nada imposible, los olímpicos están sometidos al orden del mundo.

Para los griegos era un deber ineludible enterrar a los muertos ya que las almas de los que no recibían sepultura ni rito funerario alguno estaban condenadas a vagar ( cf. el conflicto de Antígona). Sin embargo esta norma no se respetaba con los ladrones de templos, con los suicidas ni con los delincuentes ajusticiados.

Le ponían un óbolo en la boca, para que sirviera para pagar el paso de la laguna Estigia. Lavaban y ungían el cadáver, lo vestían con sus mejores ropas y lo exponían. Al día siguiente era llevado por sus familiares o esclavos.

En época clásica existían los dos procedimientos, inhumación e incineración. En este último caso las cenizas eran recogidas en una urna o vasija. En el caso de inhumación se le acompañaba con el ajuar

5.           ORÁCULOS Y CULTOS MISTERICOS

Desde el s VII a. C. y durante toda la época arcaica recorren todos los confines de Grecia corrientes religiosas de signo totalmente diferente a las que acabamos de ver, caracterizadas todas ellas por rituales especiales tendentes a la unión con la divinidad y por doctrinas dualistas que oponían radicalmente el cuerpo y el alma.

En todos los casos se trata de creencias importadas. Los propios griegos reconocían en Dioniso, el dios que domina toda la corriente mística, un dios extranjero. El dionisismo se expresó especialmente a través de las "orgías" de las que Eurípides en las Bacantes nos ha dejado una descripción impresionante. Se celebraban de noche y quedaban excluidos de los "misterios" los no iniciados. Las mujeres (ménades) tenían un papel predominante. Conducidas por un joven sacerdote, poseído por el dios, ejecutaban una danza desenfrenada, al son de la flauta y el tímpano, por las montañas. Los gritos, el vino, la excitación de la música y la danza, las transportaba a un grado de frenesí hasta que alcanzaban el éxtasis (o salida de sí mismas). En tal estado tenían visiones y despedazaban a un animal cuya carne cruda comían en una especie de comunión.

El entusiasmo y la creencia en la inmortalidad se unieron finalmente en los misterios órficos, relacionados con el culto orgiástico de Baco.  Con este culto y con el nombre de Orfeo se enlaza la religión de salvación, absolutamente nueva para los griegos. Según el orfismo, los hombres han nacido de la ceniza de los titanes aniquilados por el rayo de Zeus. Creían en la doctrina de reencarnación y la trasmigración de las almas.

La adivinación era la interpretación de la voluntad de los dioses. Cuando se practicaba para buscar respuestas sobre cosas desconocidas del pasado, del presente y del futuro, recibía el nombre de oráculo. Los antiguos creían que la divinidad podía inspirar en un sacerdote o sacerdotisa un estado de entusiasmo que era interpretado como una posesión del dios. Las respuestas que daban los oráculos eran casi siempre ambiguas y enigmáticas. Puesto que en los oráculos se consultaba muchas veces sobre los cuestiones de las ciudades‑estado de Grecia, en ciertas épocas, los santuarios, como Delfos, influyeron en la vida política de las polis o bien intervinieron en la finalización de nuevas colonias.

Los oráculos de Apolo eran innumerables y su reputación se extendió incluso entre los bárbaros. Sin embargo, Apolo fue, sobre todo, el dios de Delos y Delfos. En Delfos vaticinaba a través de la Pitia.

6.          LA RELIGIÓN ROMANA

En un principio la religión romana giró en torno a la idea de “numen” o fuerza divina. Esta divinidad carecía de representación humana y no necesitaba templo.

Destacó después la primera tríada: Júpiter, Marte y Quirino.

Los tres últimos reyes que gobernaron Roma fueron de origen etrusco, dejándose sentir su influencia también en el campo religioso. La religión etrusca ya había asimilado muchos elementos griegos, sobre todo el antropomorfismo. Se sustituye entonces la tríada de origen indoeuropeo por la formada por Júpiter, Juno y Minerva, conocida como capitolina.[5]

Con la conquista de la Magna Grecia en el s. III a.C., la influencia griega se intensificó y los dioses romanos acabaron por asimilarse a los griegos:

NOMBRE GRIEGO

NOMBRE ROMANO

[6]

Zeus

Júpiter

Hera

Juno

Atenea

Minerva

Apolo

Apolo

Ártemis

Diana

Hermes

Mercurio

Hefesto

Vulcano

Hestia

Vesta

Ares

Marte

Afrodita

Venus

Deméter

Ceres

Posidón

Neptuno

Dioniso

Baco

 

En época imperial, además de instaurarse el culto al emperador, comenzaron a introducirse en Roma diversos cultos y religiones procedentes de Oriente ( Isis, Osiris...), entre los que cabe incluir el cristianismo.

El sacerdocio en Roma era un cargo vitalicio y de gran importancia política. Los pontífices tenían la autoridad suprema sobre el calendario religioso. Los augures eran los encargados de interpretar las señales de los dioses de varias maneras: observando el vuelo de las aves, interpretando las entrañas del animal sacrificado, los fenómenos metereológicos, los sueños, etc.

 

EJERCICIOS

 

Proyecto Clío

[1] Ruiz de Elvira, Antonio: Mitología clásica. Ed. Gredos, Madrid, 1988.

[2] De la tierra

[3] cf. Teogonía 116 y ss.

[4] HESIODO: Teogonía. vv. 155 y ss. Trad. A. Pérez Jiménez y A. Martínez Díez. Ed. Gredos, 1983.

      " Pues bien, cuantos nacieron de Gea y Urano, los hijos más terribles, estaban irritados con su padre desde siempre. Y cada vez que alguno de ellos estaba a punto de nacer, Urano los retenía a todos ocultos en el seno de Gea, sin dejarles salir a la luz y se gozaba cínicamente con su malvada acción.

      La monstruosa Gea, a punto de reventar, se quejaba en su interior y urdió una cruel artimaña.[…]

      […] Puso en sus manos una hoz de agudos dientes y simuló perfectamente la trampa.

      Vino el poderoso Urano conduciendo la noche, se echó sobre la tierra ansioso de amor y se extendió por todas partes. El hijo, saliendo de su escondite, logró alcanzarle con la mano izquierda, empuñó con la derecha la prodigiosa hoz, enorme y de afilados dientes, apresuradamente segó los genitales de su padre y luego los arrojó a la ventura por detrás.

      No en vano escaparon aquellos de su mano. Pues cuantas  gotas de sangre salpicaron, todas las recogió Gea.[…] En cuanto a los genitales, desde el preciso instante en que los cercenó con el acero y los arrojó lejos del continente en el tempestuoso ponto, fueron luego llevados por el piélago durante mucho tiempo. A su alrededor surgía del miembro inmortal una blanca espuma y en medio de ella nació una doncella.

[5] Por el templo que se construyó en el Capitolio en esa época

[6] Ilustración sacada del libro Mitologías, ed. Fleurus-Panini, Francia, 2000