Óscar Fernando Bustinza Sánchez, Matilde Morales Gallego
El outsourcing justifica su razón de ser en la capacidad que otorga para que la empresa pueda centrar sus esfuerzos en aquellas actividades que le permiten obtener ventajas competitivas externalizando el resto (Prahalad y Hamel, 1990). Por tanto el outsourcing se convierte en un método útil para ajustar los límites de la empresa como respuesta a presiones económicas externas, por lo que la empresa consolida su estrategia mediante una restructuración de sus actividades con el objetivo de potenciar el desarrollo de su actividad principal, lo que supone un cambio de estrategia fundamental. Para conseguir que esta práctica sea un éxito, debe analizarse detenidamente que impacto tienen estas decisiones sobre los resultados alcanzados por las organizaciones, estudiando todas las variables que intervienen en el proceso de forma que puedan ser atenuantes o potenciadoras del mismo. En este artículo, se propone que la vulnerabilidad estratégica derivada de la externalización de dichas actividades puede ser atenuada por la gestión del conocimiento llevado a cabo, entendida como la calidad, cantidad y características del mismo.
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