Sincronía Spring 2008


Las construcciones ditransitivas y su uso por estudiantes coreanos a través del análisis de error

Nakyung Yoon

Universidad Nacional de Seúl

nakyung@snu.ac.kr


1. Introducción

        Hasta el momento, destacados lingüistas han investigado acerca de las construcciones de posesión externa en las que el clítico tiene un funcionamiento destacado. Se está analizado también que los clíticos tienen una carga de  afectividad. Sin embargo, aún no hay muchos que se hayan dedicado a las construcciones ditransitivas con clítico dativo, que nos llaman atención por sus pecularidades. Por esta razón, resultará práctico verlas y analizarlas detalladamente.

      Según Violeta Demonte (Probus 7. 1995), el clítico dativo tiene el rasgo de la afectividad en las oraciones ditransitivas que están dobladas con el objeto indirecto y su clítico dativo. Cada uno lleva su papel temático de destino/meta, beneficiario e interés, y funciona como objeto segundo en dicha construcción. No obstante, el hecho de que el doblado de clítico de meta no sea obligatorio permite la existencia de una diferencia entre el dativo de meta y los demas dativos (de beneficiario e interés) como en el caso siguiente:

(1)  a. Le entregué las llaves al conserje.

b. Entregué las llaves al conserje.  ( Demonte, 1995)

      Los ejemplos (1 a ) y (1 b ) son gramaticales; pero cualquier hispanohablante que hable español estándar se expresaría con el ejemplo (1 a ). Entonces, ¿son exactamente iguales el significado de ambas frases o existe alguna diferencia entre ellos? Y, ¿cómo se interpretaría en las lenguas sin clíticos como el coreano y el inglés, además, cómo se enseñaría el español con su clíticos a los estudiantes coreanos? Este estudio tratará de responder a dichas preguntas.

      Ante todo, veremos la clasificación de los clíticos de dativo en las oraciones ditransitivas. Luego, revisaremos el doblado de clíticos acusativos y dativos respectivamente, ya que los dos contrastan. Dando un paso adelante reflexionaremos con respecto a la manera de traducir los clíticos a otras lenguas sin clíticos para que podamos buscar su equivalente. 

 

2.El doblado de clíticos de acusativo y dativo

      El doblado de clítico de acusativo contrasta con el de dativo en la distribución sintáctica. La doblación del acusativo siempre es obligatoria como en los siguientes ejemplos (2), (3), sólo es opcional en el caso donde el objeto directo sea [+ animado, - específico] como en el ejemplo (2), (3). Lo curioso es el elemento que se podría eliminar, ya que como veremos, funciona al revés en la doblación de dativo. Y en el ejemplo (6) no estamos verdaderamente ante el clítico de acusativo, sino que se trata de la ‘left-dislocation’ (Cf. Fernández Soriano, 1999). Pero no nos acercaremos a ese en este estudio.  

 

(2)    La compré (* la casa ). / Lo compré (*el libro ).

 

(3)    Lo vimos ( *a Juan).   (Jaeggli, 1993)

 

(4)                Lo vi (a él). / Me vio a (mí). / *Vi a él. / *Vio a mí.  (Fernández Soriano,1999)

 

(5)   *(Lo) he visto a él./ *(Me) ha visto a mí. / *(Te) lo quiere dar a ti.

                                               (Fernández Soriano, 1993)

 

(6)    La casa (*la) pagamos a plazos.  (Jaeggli, 1986)

 

    El componente que se puede omitir no es el objeto indirecto sino que es el clítico dativo. Además, se acepta sólo el dativo de destino. Jaeggli sostiene que en las lenguas romances el francés contrasta con el español en cuanto al doblado de clíticos, e indica que el clítico de dativo en francés también puede ser analizado de manera semejante al clítico en español. Como vemos en el ejemplo (7a), el clítico de dativo en francés funciona igual que el clítico de acusativo en español. Por lo tanto, el clítico ‘lui’ es como el clítico del español:

(7a)   Pierre lui a donné des bonbons (* à Marie).

       Pierre le ha dado bombones (a María).  (cf. Jaeggli 1986)       

        Encima, esta oposición aparece en la locación de clíticos. Los clíticos se dividen en dos partes dependiendo de la localización antes o detrás del verbo; el clítico que procede a verbos con el rasgo temporal es el ‘proclitíco’ y el que sigue detrás de verbos con el rasgo temporal es ‘enclítico’. Bruhn de Garavito y Montrul (1996) indican que el uso de clíticos de dativo en español, de nuevo, se diferencia del uso en francés. El francés permite sólo cuando el clítico se utiliza con el infinitivo; por el contrario, el español permite enclítico sólo cuando se utiliza con el infinitivo y el proclítico con verbo conjugado:

(8) a  *Je veux acheter le. / *Je le veux acheter. / Je veux l’acheter.

 b  Quiero comprarlo./Lo quiero comprar./*Quiero lo comprar. (Jaeggli, 1993)

 

 3. Clíticos de dativo

3.1. La clasificación de clíticos de dativo

        Demonte (Probus 7, 1995) muestra cuatro frases para referirse a los clíticos de dativo que tienen en común la afectividad, ya que en esas construcciones el clítico dativo conlleva el papel temático de destino, como el ejemplo (9a), de beneficiario como el (10b), o de interés como el (10c) y el (10d). Aunque existe también el papel temático de experimentante y reflexivo, aquí no trataremos de ellos. Los ejemplos (11), (12) son interpretaciones de (9), (10) pero sin clíticos. Como vemos, la preposición ‘a’ en los enunciados (9), (10) desaparece y la sustituyen preposiciones como ‘para’ o ‘de’: 

(9)    a. (Le) entregué las llaves al conserje.

(10)   b. *(Le) cociné el pollo a Mario.

      c. *(Le) limpié las manchas a la camisa.  

      d . *(Le) fregué las manchas al tablero.

(11)   a. Entregué las llaves al conserje.

(12)   b. Cociné el pollo para Mario.

 

c. Limpié las manchas de la camisa.

 

d. Fregué las manchas del tablero.  (Demonte, 1995)

 

      Ahora podemos ver que todos los clíticos mostrados en los ejemplos son obligatorios menos el modelo (9a). Con respecto al modelo (9), se podría definir que es obligatorio por razón sintáctica y siguiendo el uso declarado por los hablantes nativos. Entonces, ¿no habrá diferencia entre el modelo (9a) y el (11a)? ¿Podríamos concluir que la presencia del clítico de dativo de destino no afecta al complemento indirecto como el modelo (10b), (10c), (10d)? A pesar de todo, es posible que haya algo que pasemos por alto.

3.2. Las construcciones con el clítico de dativo

        Oehrle (1975) indica que en inglés existe la alternancia entre la construcción con objeto doblado y con el dezplazamiento del objeto. Los ejemplos siguientes muestran la alternancia y tienen significados diferentes. Según el crítico, sólo el enunciado (13b) indica que finalmente Mary aprendió el idioma ruso. Con otras palabras, hay diferencia entre las construcciones siguientes: 

(13)   a. John taught Mary Russian. 

 

b. John taught Russian to Mary.  (Demonte, 1995)

 

      Otra cuestión planteada por Demonte que está en la misma línea que lo anterior nos enseña que en español también existe la alternancia. Los siguientes son los ejemplos para este caso: en el ejemplo (14a), (14b) el hacer es el verbo de creación y estado. El caso del (14a), el complemento indirecto se afecta por el dativo de beneficiario-meta en la frase del predicado, de ahí obtiene los rasgos sintácticos iguales que la construcción con doblado de objetos en inglés. Por el contrario, en el ejemplo (14b) el verbo hacer asigna el papel temático al complemento directo y de beneficiario al complemento indirecto. Por lo tanto, aquella construcción sin clítico de dativo tiene rasgos sintácticos semejantes a la construcción con desplazamiento de dativo:

(14)   a. Mi madre le hizo un vestido a María, que le dio a mi hermana Pepa.

      b. Mi madre hizo un vestido para María, que le dio a mi hermana Pepa.

                                               (cf. Demonte, 1995)

      Entonces, ¿qué va a pasar en los casos como el (15a), (15b)? Como el verbo de ambos enunciados está clasificado en la sección semántica de predicado de transferencia, los ejemplos (15a) y (15b) son gramaticales. Además, tiene el mismo significado, según los hablantes nativos. Si preguntamos a cualquier hispanohablante si son diferentes, todos dirían que no. En el español estándar, el uso del clítico de dativo ‘le’ no es opcional pero es habitual. Ahora, la pregunta que surge es si verdaderamente son diferentes a pesar de la presencia o la ausencia del clítico. ¿No habrá ninguna diferencia entre el (15a) y el (15b):

       (15)   a. Le di el libro a María

                         b. Di el libro a María 

       Aquí proponemos que por la presencia del clítico de dativo el (15a) implica que María tiene el libro. La misma interpretación que el (15b) tiene, es porque el verbo ‘entregar’ contiene la telicidad de semántica aspectual. Más en concreto, dicha oración sin usar el clítico de dativo aún interpreta la meta por el significado del verbo. (Cf. José M. Areta).

      Según Vendler (1967) tenemos cuatro categorías de léxico aspectual sobre los predicados de verbos: estado, actividad, realización, cumplimiento:[1]

(16)   a. estado: ser, tener, querer

      b. actividades: correr, caminar, respirar

      c. realización: escribir una novela, construir una casa, correr una milla

      d. cumplimiento: morirse, romperse, notar algo, darse cuenta de algo

                                                                                                                  (Vendler)

      Dependiendo de la telicidad, la categoría (16b) es atélico, y la c y d son télicos.  Más adelante, los verbos télicos se dividen en dos: instantáneo y proceso. La realización contiene lo instantáneo y el cumplimiento contiene el proceso. En las construcciones con el doblado de clítico dativo exige el dativo de meta, el predicado de transferencia siguiente: vender, regalar, enviar, mandar, entregar, devolver, traer, donar, llevar, confiar, aportar, enseñar, mostrar, recomendar (Cf. Demonte).

      Ahora, volvemos a las frases principales del ejemplo del conserje. Como hemos visto, las dos oraciones son iguales a la hora de interpretarlas. Aplicando la clasificación de los verbos en cuanto al aspecto, tenemos frases como (17a) - (17d), veámoslas:

(17)   a. Mi madre le entregó las llaves al conserje, que las dio a mi padre.

      b. Mi madre entregó las llaves al conserje, que las dio a mi padre.

      c. Mi madre le entregaba las llaves al conserje, que las daba a mi padre

      d. Mi madre entregaba las llaves al conserje, que las daba a mi padre.

 

    Con base en la hipótesis que aquí presento vemos los ejemplos (17a) – (17d). Los ejemplos muestran la diferencia del aspecto (acabado y no acabado). Pero el verbo ‘entregar’ es atélico. Como menciona Sergio Bogard en su artículo, el aspecto y la telicidad es otra cuestión.

     El aspecto tiene que ver con la estructura temporal interna de los eventos denotados por el verbo; en ese sentido remite a propiedades del tipo acabado (perfectivo) y no acabado —durativo, iterativo— (imperfectivo), y se distingue de la categoría tiempo en que ésta contiene un elemento deíctico que remite a un momento temporal, cuyo punto de referencia lo constituye el momento del habla. Por su parte, la noción de telicidad tiene que ver con el hecho de que los eventos progresan hacia un límite, o bien, carecen de él (Tenny, 5). (Cf. Sergio Bogard 2005)

    Con todo eso podríamos afirmar el significado y la función del clítico de dativo. Se puede predecir que los ejemplos (17b) y (17d), son gramaticales, ya que allí el clítico no afecta al complemento indirecto junto con la telicidad. Al contrario, en los casos (17a) y (17c) el significado cambia, puesto que aquí ya se habla de una acción repetida del pasado. Además, según lo que proponemos, en las construcciones con el clítico de dativo, el clítico asigna la meta al objeto indirecto, con lo cual se ve claramente que el clítico de dativo puede afectar a los objetos indirectos en la frase (17a) y (17c). Por lo tanto, (17b) y el (17d) serían gramaticales.

        Bajo esta hipótesis, concluimos que el clítico de dativo afecta al objeto indirecto dándole el papel temático de destino en las construcciones de doblado de clíticos. Con lo cual la frase transmite la meta.

 

4. La interpretación en las lenguas sin clíticos

        Los lingüistas mantienen que lenguas romances como el español, el francés y el italiano tienen clíticos, pero que el inglés no lo tiene. Nosotros agregamos que el coreano tampoco. Aparte de eso, el coreano tiene similtudes y a la vez diferencias con el español. Ambos son lenguas de sujeto nulo, pero aquello es sintácticamente más prolífico. En otras palabras, el coreano no tiene la concordancia de sujeto ni de objeto (AgrS, AgrO), con lo cual podríamos predicar que habrá dificultad de interpretar el español con clíticos al pasarlos a un idioma sin clíticos.

        De hecho, no siempre es posible interpretar uno por uno los elementos de una frase al cambiar de idioma. Además, el coreano no tiene clíticos ni el doblado de cilíticos de dativo. Teniéndolo en cuenta llegamos a la conclusión de que el doblaje de clíticos tampoco puede expresarse en coreano con facilidad:

 (18)   a. Mina le dio el libro a Namsu.

        /Minaka namsu-eke ku chek-ul juutta/

       */Minaka namsu-ul ku cheek-ul juutta/

       */Minaka namsu-eke ke cheek-eke juutta/

     b. Mina dio el libro a Namsu 

        /Minaka namsu-eke ku chek-ul juutta/

 

5. La enseñanza de los clíticos a los estudiantes coreanos

        Es obvio que los estudiantes coreanos tengan dificultad de entender el concepto ‘clítico’. Por lo tanto, a la hora de la enseñanza sería mejor decirles ante todo que en las construcciones con doblado de clítico el ‘le’ tiene la carga de afectividad. De esa manera, se podría ayudar a los estudiantes a usarlos con más facilidad.

         Hemos hecho dos tipos de encuestas. La 1ª encuesta se trata de una composición y la 2ª, de la marcación con O, X. En ellas sólo hay construcciones con el clítico de dativo que tienen la afectividad o construcciones en las que se interpreta la afectividad con las preposiciones apropiadas.

      La mayoría de los sujetos de las encuestas han vivido más de 10 años en países hispanohablantes, más tres coreanos. En total, el análisis está compuesto por doce sujetos. Y la propoción del sexo es 33% vs 66%. (4 vs 8, total 12). Como no hace falta comparar el sexo en cuanto al uso de clítico, aquí no prestaremos mucha atención a ese factor.

      En la 1ª encuesta no hubo muchos errores. Es muy probable que el nivel de los sujetos sea casi el de los hablantes nativos. Lo curioso es que la mayoría de sus errores son de la conjugación de los verbos en el tiempo pasado ‘el pretérito indefinido’. Por el contrario, no han hecho muchos errores en la parte del clítico de dativo.

    Aparecen estas series de erratas. El (19) a y b está al revés. Por ejemplo, el verbo ‘dió’ tiene que ser ‘dio’, sin acento. Al contrario, ‘cocino’ debe ser ‘cocinó’ con acento. Entonces, en lo que se tiene que prestar atención para los coreanos que hablan español es la conjugación de los verbos más que el uso de clítico de dativo a la hora de escribir:

        (19)   a. /Susan-un Mario-eke kongchekul su-utta/

-> Susan le dio un cuaderno a Mario

           b. /Susan-un Mario-eke dak koi-lul iolihae su-utta/

         -> Susan cocinó el pollo para Mario

    La pregunta más difícil para ellos fue el ejemplo (6) cuyo nivel exige la capacidad de la interpretación del coreano al español. Ninguno de los doce sujetos contestó correctamente al ejercicio (6). Comparando con el (6), el 33 por ciento de los sujetos hicieron bien en el ejemplo (10). No se dieron cuenta del matiz del significado de ‘kal-da’ y ‘not-ta’:

        (20)   a. /Mario-nun taksae siktakbolul kalatta/   (ejemplo 6)

       -> Mario le extendió el mantel sobre la mesa

          b. /Susanun taksae siktakbolul noatta/     (ejemplo 10)

 ->Susana puso (colocó) el mantel sobre la mesa

    La 2ª encuesta está compuesta por 20 preguntas que tienen que responder con O o X. Y las preguntas son oraciones con el clítico de dativo. Como hemos visto, hay tres tipos de clítico de dativo que tienen afectividad: el dativo de destino, de beneficiario y de interés. A través de la 2ª encuesta podríamos decir que la más difícil de entender es la construcción con el clítico de interés. Los 8 sujetos (67%) respondieron mal en la pregunta (15). Habrían pensado que está mal muy probablemente por la presencia del clítico. Además, no están acostrumbrados al cambio de la preposición en vez de la construcción con el clítico de dativo, como se muestra en el ejemplo 12:

(21)   a. Le limpié las manchas a la camisa. (x)             (ejemplo 15)

                    b. Quité las manchas a la camisa. (o)                (ejemplo 12)

(22)   a. Le di el libro a María (x)                        (ejemplo 1)

      b. Di el libro a María. (x)

    Los hispanohablantes coreanos tiene un nivel bastante alto al escribir y al hablar el español, pero les cuesta la ortografía y el manejo del clítico de dativo. En la 1ª encuesta, el porcentaje de errores (aproximadamente 60%) se debe a la conjugación mal usada y en la 2ª, la mitad de erratas (±50%) se dirije al mal entendimiento de clítico de dativo.

        Hemos propuesto la hipótesis de que el clítico de dativo tendrá algún significado, más concreto un matiz dando los datos. Será muy difícil enseñar este concepto a los estudiantes, incluso a los coreanos hispanohablantes, porque hemos visto dos tipos de encuestas donde habían fallado bastante. Sin embargo, el análisis nos sirviría porque, primero, hemos visto que les cuesta interpretar la diferencia del significado del coreano que se interpreta con la misma palabra española ‘poner’; segundo, suelen usar el clítico ´le´ y hasta piensan que está mal si no hay el ‘le’en la oración. Por último, pero no menos importante es que antes de empezar las encuestas, habían proporcionado la hipótesis de que había diferencia entre el clítico de dativo en el uso de España y en los países hispanoamericanos. Sin embargo, el uso de los dos áreas es casi igual; se suele usar el ‘le’ en ambas áreas. Para dar un paso adelante sería mejor hacer encuestas con mucho más amplio número de sujetos.

 

6.Conclusión

        Hemos revisado las construcciones ditransitivas y la enseñanza de clíticos para los estudiantes coreanos. Concluyo que tienen diferencia semántica las construcciones con el clítico dativo cuyo papel temático (de meta) tendría que interpretarse. Y a la hora de interpretar el español al coreano, les servirá a los estudiantes coreanos el matiz del que se componen los clíticos como en el caso de la afectividad.

 

Bibliografía

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             Vendler, Z. (1967) Linguistics in Philosophy, Ithaca, NY: Cornell University Press.


[1] Jose M. Areta. Profesor de español de la Universidad de Kyunghee.


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