Eduardo Lorenzo Pigueiras, F. Martínez, Javier Muñoz Cano, Luis Narvarte Fernández
Predecir equivale a crear expectativas. Ensayar equivale a comprobar si se cumplen las expectativas. El resultado, si es que sí, es de satisfacción o, si es que no, de frustración. Las consecuencias de la frustración dependen, sobre todo, del contexto. Si la cosa va de disquisiciones científicas, en lo material, no pasan a mayores y, en lo espiritual, el disgusto por el yerro viene acompañado de la pregunta del porqué. Las preguntas deben entenderse siempre como un regalo de la vida, por más que la duda tenga un algo de aguijón molesto para el entendimiento. Así pues, en el contexto de "lo científico", el no acertar a la primera lleva a intentar saber más a la segunda; una cosa se compensa con la otra, y el balance se puede cerrar mirando con esperanza al futuro, e incluso declamando alguna sentencia del estilo de "errar es humano", "la equivocación es el camino de la sabiduría", etc., de las que la bolsa para salir del paso está tan bien surtida.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados