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La máquina política cubano-estadounidense: reflexiones sobre su origen y permanencia

  • Autores: Alejandro Portes
  • Localización: Foro internacional, ISSN-e 2448-6523, ISSN 0185-013X, Nº. 173, 2003, págs. 608-626
  • Idioma: español
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  • Resumen
    • español

      Portes argumenta que la importancia que ha llegado a tener la comunidad de exiliados cubanos en Miami fue resultado de la manera como ésta transformó la ciudad y fue ganando poder político, en el ámbito local, primero, y en el nacional, después. Los exiliados, al darse cuenta de que no recuperarían la posición económica que habían tenido en Cuba, ni el poder, quisieron conquistar una situación de privilegio en Miami. Portes identifica tres paradojas que distinguen esta máquina de Miami. La primera señala la falta de asimilación de los cubanos; es decir, que no se hayan integrado a la sociedad de Miami, a pesar de su éxito, sino que se hayan mantenido apartados y hayan creado su propia economía política. La segunda paradoja se refiere a la actitud política de la clase dirigente cubana, que es considerada como extremista e incongruente con las realidades de la posguerra fría; es decir, la intransigencia. En tercer lugar, tenemos la paradoja de la legitimidad, que explica cómo la agenda militante de los líderes cubano-estadounidenses brinda al gobierno de Cuba un recurso simbólico invaluable, pues le permite personificar la oposición nacionalista a la agresión estadounidense. Portes describe también el intercambio que se ha dado entre los cubanos y políticos estadounidenses, mismo que permitió a los primeros obtener poder político. La permanencia de la comunidad cubana debe entenderse por la solidaridad entre sus miembros, así como por la celebración regular de una serie de rituales, a pesar de que la experiencia de haber sido víctimas del régimen cubano es cada vez más lejana. En efecto, concluye Portes, la máquina de Miami enfrenta el problema del cambio generacional, pues los cubano-estadounidenses jóvenes están menos ideologizados y son menos combativos. Sin embargo, para que comunidad de Miami se transforme decisivamente se necesitará, irónicamente, el cambio en Cuba.

    • English

      Portes argues that the Cuban exile community in Miami became very influential as a result of the way in which it reshaped the city and gained political power both at the local and national levels. As the exiles realized they would not regain the economic status they had enjoyed back in Cuba or the power, they decided to secure a privileged position in Miami. However, Portes identifies three paradoxes that characterize Miamis machine. Firstly, despite their success Cubans have not been assimilated into Miamis society, but have remained apart and have produced a political economy of their own. The second paradox refers to the Cuban establishments image as a radical group, out of tune with the post-Cold War realities. This is the paradox of intransigence. Third, the legitimacy paradox explains how the militant agenda of Cuban-American leaders offers the Cuban government an invaluable symbolic resource since it allows the latter to embody the nationalistic resistance to U.S. aggression. Additionally, Portes describes the various exchanges that took place between Cuban exiles and U.S. politicians, which allowed the former to obtain political leverage. Solidarity among members of the Cuban community and the regular performance of rituals may explain the endurance of the community, despite the fact that the feeling of being a victim of the Cuban regime becomes increasingly distant. Indeed, as Portes reckons, Miamis machine is confronting a generational problem, since young Cuban Americans are less ideological and belligerent. Ironically, however, a crucial change within the Miami community must be preceded by change in Cuba.


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