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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. X, núm. 216, 1 de julio de 2006
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]


EL DINAMISMO DEMOGRÁFICO METROPOLITANO COMO CONDICIONANTE DE LAS NECESIDADES DE SERVICIOS SANITARIOS DE ATENCIÓN PRIMARIA: APLICACIÓN AL ÁREA METROPOLITANA DE SANTANDER

Olga De Cos Guerra
Departamento de Geografía, Urbanismo y Ordenación del Territorio. Universidad de Cantabria
olga.decos@unican.es

Recibido: 30 de enero de 2006. Devuelto para revisión: 15 de mayo de 2006. Aceptado: 12 de junio de 2006.

Resumen

Los procesos de redistribución demográfica en las áreas metropolitanas españolas generan una compleja y dinámica realidad sociodemográfica que tiene implicaciones directas sobre la distribución y el perfil de la demanda potencial de equipamientos y servicios básicos. Por ello, estos procesos deben incorporarse en el diagnóstico de base para la gestión local de servicios, en este caso los sanitarios, a partir de estudios en los que los SIG y las bases de datos desempeñan un papel fundamental, por su fácil actualización y por la capacidad que confieren -mediante los análisis espaciales oportunos- para dar respuestas casi inmediatas a una realidad demográfica, social y funcional cambiante.

Palabras clave: área metropolitana, SIG, tarjeta sanitaria, zona básica de salud.

Abstract

The processes of demographic redistribution in the Spanish metropolitan areas generate a complex and dynamic sociodemographic reality. It has direct implications on the distribution and the profile of the potential demand of equipment and basic services.  Because of it these processes indicated should be incorporated in the diagnoses of base for the local management of services, in this case the sanitary, from studies in which the GIS and the databases play a fundamental role, by their easy updating and by the capacity that confer, by the spatial analyses, to give immediate answers for a changing functional, social, and demographic reality.

Keywords: metropolitan area, GIS, Sanitary card, basic zone of health.

La evolución demográfica reciente de las áreas metropolitanas en España y los importantes procesos de redistribución en el área de influencia de las principales ciudades están generando un importante proceso de variación de la demanda potencial de los equipamientos y servicios básicos que deben ser atendidos desde la administración local. Para ello, resulta necesario analizar los principales procesos que en estos ámbitos acontecen, especialmente en lo relativo a la aparición de nuevos y progresivos espacios residenciales en el periurbano, que concentran buena parte de la demanda potencial, así como en lo que respecta a la profundización de los procesos de segregación demográfica y socioeconómica de la población metropolitana.

En este sentido, desde la Geografía se han planteado importantes estudios específicos y aplicados que han posibilitado el desarrollo de métodos analíticos orientados al diagnóstico y a la previsión de necesidades en materia de equipamientos y servicios básicos. Este es el contexto en el que se plantea el presente estudio, en el cual, se explica el método seguido para prever la demanda potencial en materia sanitaria de atención primaria de las diferentes zonas básicas de salud del área metropolitana de Santander, desde la incorporación de fuentes alternativas para el estudio geo-demográfico, como la tarjeta sanitaria, hasta su tratamiento a partir de bases de datos relacionales y sistemas de información geográfica híbridos, incluyendo el estudio-diagnóstico centrado en evaluar la relación directa de las previsiones de la demanda con la localización de la oferta y la situación de la misma en cuanto a capacidad de acogida en los sectores más progresivos.

El núcleo del estudio se organiza en cinco bloques, cuyo carácter, enfoque y contenido resulta diferente pero complementario para conocer el método de trabajo seguido y comprobar su aplicabilidad a partir de un estudio de caso concreto. Se recogen los principales procesos sociodemográficos y funcionales de los espacios metropolitanos, con el fin de establecer el marco teórico que condiciona el método de trabajo y que explica y justifica el interés en la gestión local de servicios básicos a la población, descrito en el segundo bloque. Sobre esta base se estructuran dos bloques metodológicos en los que se abordan, por un lado, los condicionantes derivados de la disponibilidad de fuentes a una escala de desagregación adecuada y, por otro, el diseño  del Sistema de Información Geográfica específico para la estimación de la demanda potencial de atención primaria. Finalmente, conocidos los aspectos teóricos y metodológicos más destacados, se presentan los principales resultados -a modo de estudio de caso- sobre dos zonas básicas de salud de perfiles contrapuestos, seleccionadas del conjunto estudiado compuesto por trece zonas de planificación sanitaria de atención primaria que organizan el área metropolitana de Santander.

Antecedentes: principales procesos socio-demográficos y funcionales de los municipios integrantes de los sistemas metropolitanos

El comportamiento evolutivo municipal en las últimas décadas destaca por el dinamismo experimentado en los diferentes términos que configuran los sistemas urbanos y metropolitanos en España, en los cuales se relacionan diversos procesos sociodemográficos y funcionales que confieren a estos ámbitos un comportamiento espacial relativamente homogéneo.

Cambio residencial y redistribución demográfica: la importancia de los procesos de descentralización

Son importantes los estudios genéricos y de caso en los que se hace referencia a la pérdida de efectivos demográficos en los municipios centrales en favor de los que conforman su ámbito de influencia, bien por los precios inmobiliarios más asequibles del periurbano o bien por las atrayentes tipologías unifamiliares de baja densidad (Santos, 2001), a lo que contribuye también el declive demográfico de los centros urbanos ligado a la reducción del saldo vegetativo (Celada, 1985).

Así, se detecta en España cierta tendencia a la pérdida de representación demográfica de los municipios de mayor tamaño, especialmente en la última década considerada, si bien estos valores generales encubren comportamientos evolutivos muy distintos, tal como muestra el Cuadro 1. Así, los resultados se presentan matizados al incluirse entre los municipios mayores de 50.000 habitantes algunos que forman parte del periurbano de ciudades con intenso decrecimiento central, como es el caso de Madrid o Barcelona.

 

Cuadro 1
Redistribución de la población en España entre 1970 y 2001, por categorías de municipios

Zona

1970

1981

1991

2001

Población

%

Población

%

Población

%

Población

%

Capital ó >50.000

15.905.660

47

19.316.165

51

19.781.849

52

20.148.657

50

Limitan

4.447.196

13

5.104.988

14

5.582.385

14

6.646.546

16

Resto

13.551.771

40

13.213.548

35

13.077.052

34

13.942.958

34

Total

33.904.627

100

37.634.701

100

38.441.286

100

40.738.161

100

Fuente: INE, Censos de Población de 1970, 1981, 1991 y 2001. Elaboración propia

 

Con independencia de las causas, el colectivo demográfico que sale del municipio central genera una mayor presencia –en ámbitos periurbanos- de población que ha nacido en municipios distintos a los de residencia y pertenecientes a la misma provincia. Por ello, además de los aspectos meramente evolutivos, se incorporan en este análisis teórico otros aspectos como la aloctonía municipal (Reques y Rodríguez, 1998), haciendo alusión al colectivo que vive en otro municipio distinto al de nacimiento dentro de la misma provincia, que alcanza valores muy elevados, en torno al 40%, en las aureolas definidas por los municipios limítrofes a las capitales de provincia o a aquellos términos mayores de 50.000 habitantes, como muestra el Cuadro 2. Por otro lado, en muchos sistemas metropolitanos las promociones inmobiliarias de nueva construcción están asumiendo gran protagonismo, llegando incluso a saturar los espacios periurbanos libres de municipios próximos, dependiendo muchas veces de la benevolencia de las figuras de planeamiento de las unidades administrativas limítrofes. Ello ha desembocado en una tendencia constructiva que estadísticamente puede reflejarse en una importante proporción de viviendas residenciales construidas en los últimos años.

 

Cuadro 2
Proporción de viviendas nuevas (1997-2001)
y tasa de aloctonía municipal en la provincia, por categorías de municipios

Zonas

% Población nacida en otro municipio (misma provincia)

% Viviendas construidas1997-2001

Capital ó > 50.000

17,7

9,1

Limítrofes

40,5

10,6

Resto

27,9

5,2

Media nacional

25,0

8,0

Fuente: INE, Censo de Población y Viviendas de 2001. Elaboración propia

 

Diferenciación territorial del grado de envejecimiento

Destaca el envejecimiento de los municipios que alojan las ciudades centrales frente al rejuvenecimiento de los que configuran su ámbito de influencia como rasgo generalizable a los principales sistemas metropolitanos. Las referencias a este tipo de procesos destacan desde el último cuarto del siglo XX, ocupando el caso de Madrid una buena parte de los estudios (Abellán, 1976; Aguilera y González, 1989; García Ballesteros et al., 1989 y  Vinuesa, 1994b, entre otros). En este contexto también son abundantes los casos de ciudades acerca de las cuales los investigadores han apuntado procesos de envejecimiento de las áreas centrales. Incluso, González Yanci y Aguilera Arilla (1989) en su estudio generalizan, tras estudios previos, este tipo de cambios demográficos de las áreas centrales para un conjunto representativo de ciudades españolas entre las que se incluyen -antes de los años 90- Barcelona, Gerona, Castellón de la Plana, Alicante, Zaragoza, Huesca, Pamplona, Valladolid y Cádiz, grupo que se ha incrementado en años posteriores.

Reducción del tamaño de los grupos familiares

En diversos estudios geo-demográficos se plantea el predominio de hogares individuales o parejas solas en los centros urbanos y la disminución de familias extensas, así como la escasez de parejas de nueva formación en los mismos, dado que tienden a concentrarse en los municipios colindantes (López Fernández, 1989).

Procesos de gentrificación y segregación social

La segregación social se plantea como respuesta a las diferentes condiciones residenciales del espacio central y metropolitano. Junto a la disponibilidad de espacio residencial en zonas periféricas, se producen determinadas operaciones de rehabilitación en ciertos sectores centrales antiguos que pueden cambiar su contenido social en función, como es lógico, de la calidad y grado de conservación o rehabilitación del inmueble. Estas actuaciones provocan procesos de recuperación del nivel social opuestos a los que, por inercia, cabría prever y cuyas consecuencias pueden estructurarse en los campos económico, social y espacial (García Herrera, 2001).

Es frecuente la presencia de edificios envejecidos y deteriorados, que son ocupados por los estratos sociales más bajos, frente a otros que -ante las operaciones de mejora- se encarecen, lo que genera en ocasiones un proceso de sustitución de la función residencial (Troitiño, 2003). Así se produce una reocupación, bien protagonizada por residentes de mayor poder adquisitivo (Bondi, 1991) o bien, por la instalación de actividades terciarias quedando, en este segundo caso, vacíos de contenido residencial (Vázquez Varela, 1996). En conjunto, el fenómeno suele conllevar una mejora de la valoración de las áreas centrales renovadas, que puede identificarse con la expresión espacial de un profundo cambio social y cultural urbano (Van Weesep, 1994).

Estos procesos aparecen frecuentemente denominados con el término de gentrificación (Hamnett, 1992; Clark, 1992; Smith, 1992, etc.) si bien han recibido diferentes denominaciones, como brownstoning, aburguesamiento y aristocratización (Sargatal, 2000). Recientemente, García Herrera (2001) ha propuesto como alternativa el concepto “elitización” que permite englobar los sectores sociales medios y medios-altos que son los que realmente protagonizan estos procesos que favorecen la segregación social entre sectores centrales a la que se une la diferenciación centro-periferia que se materializa tanto en las características como en los procesos de cada uno de los sectores urbanos y está muy marcado por las tipologías edificatorias y la calidad de emplazamiento y condiciones de accesibilidad (Feria, 2004).

Segregación funcional: terciarización y especialización residencial

Las áreas metropolitanas vienen experimentando cambios funcionales en sus sectores centrales, muchas veces favorecidos por las operaciones de renovación, que conllevan la sustitución de la función residencial frente a actividades terciarias en un proceso de terciarización que lleva asociado paralelamente una tendencia a la especialización residencial en el área metropolitana circundante (Ocaña, 1989) que suele conllevar el incremento de los movimientos pendulares diarios. Esta especialización funcional puede relacionarse con procesos ya apuntados. Así, el declive demográfico va acompañado de un retroceso de la función residencial (Ocaña, 1989), las cuales quedan vacantes para su reocupación que en ciertos casos trae asociado un cambio de función materializado en la sustitución de lo residencial por el terciario cualificado (Celada, 1985). En definitiva, desde el punto de vista residencial, en los centros urbanos se pierde función residencial a favor de funciones comerciales y empresariales, en aquellas zonas más atractivas para este tipo de funciones beneficiadas de su ubicación central y su concentración espacial (Vega Benayas, 1989).

Incremento de los movimientos pendulares diarios

La división funcional entre el lugar de residencia y el de trabajo, gestión, abastecimiento, etc. favorece el incremento de la movilidad diaria local, de modo que la construcción de autopistas y autovías -vías de descentralización urbana hacia el entorno metropolitano- influye directamente en las líneas de crecimiento metropolitano y hace que los residentes vean factibles sus desplazamientos diarios (Serrano Rodríguez, 2005) desde lugares de residencia anteriormente descartados por los amplios tiempos de desplazamiento.

A partir de los procesos y rasgos recogidos se puede concluir que existe una redistribución poblacional (Diez Orueta, 1991) que abarca un área de límites imprecisos y dinámicos en el contexto metropolitano (González Urruela, 1991), donde diversos procesos se solapan originando un complejo tejido socio-demográfico, funcional y territorial que genera una realidad cambiante que debe analizarse con el fin de asegurar la calidad de vida de los residentes (Moreno y Escolano, 1992). Por ello, su incorporación sistematizada en los estudios de base para la gestión local de equipamientos y servicios a la población resulta imprescindible y condiciona de forma importante el método de trabajo y las variables a analizar, tal como se plantea a continuación.

La incorporación del dinamismo demográfico metropolitano en la gestión local de servicios básicos a la población

Los aspectos sociodemográficos y funcionales señalados no hacen sino abundar en la importancia que tienen los procesos de redistribución demográfica inter-municipal en las últimas décadas en ámbitos metropolitanos en España, con patrones evolutivos que van siendo asumidos progresivamente por diferentes términos municipales, si bien los ritmos pueden variar de forma considerable en función de un importante elenco de factores difícilmente sistematizables, como son los urbanísticos y los económicos, entre otros.

Considerando que los municipios tienen una serie de competencias atribuidas por la Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases de Régimen Local -entre las que destacan para el objeto de estudio las que hacen referencia a la gestión de equipamientos y servicios básicos- resulta importante la posibilidad de anteponerse -mediante técnicas cuantitativas y métodos específicos- a las necesidades de la población, al menos, en cuanto a dotaciones básicas, lo que garantiza la calidad de vida de los residentes en las diferentes organizaciones administrativas y funcionales. Todo ello en un contexto en el que la dinámica demográfica y la organización del espacio social originan tipologías de unidades administrativas locales muy dinámicas y variadas con lo que los estudios de diagnóstico para la planificación de equipamientos adquieren un carácter estratégico en el contexto local, al incorporar variables que permiten una aproximación a la variabilidad y dinamismo propios de estos ámbitos.

Así, a partir de la realidad demográfica y en función de los recursos disponibles para un determinado servicio es posible plantear un método de diagnóstico que permita identificar unidades problemáticas sobre la base de dos procesos sociodemográficos principales (Figura 1), derivados de los rasgos metropolitanos apuntados anteriormente:

 

Figura 1. Modelo conceptual de las implicaciones de los principales procesos socio-demográficos de las áreas metropolitanas en la gestión de servicios básicos.
Fuente: Elaboración propia a partir de bases teóricas sobre las áreas metropolitanas en España.

 

Los municipios pertenecientes a los dinámicos sistemas metropolitanos se comportan de modo complejo, con aparición de procesos que atienden a causas y agentes muy distintos. Todo ello, en definitiva, afecta a la organización, distribución y gestión de los servicios y equipamientos básicos, que deben localizarse y planificarse atendiendo a esta realidad dinámica y considerando especialmente los dos tipos de cambios señalados -la redistribución de la población y los cambios en el perfil de la misma-, cuestiones que influyen en el tipo de servicios demandados y en su intensidad y frecuencia de uso.

Condicionantes metodológicos de base en la planificación de servicios: las unidades de análisis y la disponibilidad de información estadística detallada

El desarrollo de estudios para la planificación de equipamientos y servicios a escala local está muy condicionado por la disponibilidad de fuentes estadísticas a un nivel de desagregación adecuado para poner de relieve características y procesos internos, en muchas ocasiones segregados espacialmente. Además, este tipo de investigaciones se encuentran directamente afectadas por los cambios que se realizan en las unidades organizativas y administrativas infra-municipales, los cuales condicionan el desarrollo de la fase de diagnóstico, especialmente cuando se pretende analizar procesos a lo largo de diferentes años, en los cuales es frecuente que las entidades de referencia cambien.

Las unidades de análisis y el problema de la unidad espacial modificable

El estudio sociodemográfico previo -sobre el que reposa la gestión local de equipamientos y servicios- requiere el análisis de los diferentes rasgos y procesos al mayor nivel de desagregación espacial posible para el que se dispone de información estadística oficial, que en nuestro país a escala infra-municipal se identifica con la sección censal.

Es bien sabido que la utilización de compartimentaciones espaciales artificiales, como son las secciones censales, puede provocar que el desarrollo de la investigación se vea afectado por problemas como la unidad espacial modificable (UEM), lo que genera errores de inconsistencia temporal que deben ser tratados cautelosamente, para evitar la introducción de errores que pueden arrastrarse en el desarrollo de la investigación. Así, es frecuente observar cómo el número de secciones censales varía de unos años a otros, de modo que el estudio evolutivo de procesos, incluso en periodos relativamente cortos, como una década, puede resultar complicado.

El problema de la unidad espacial modificable afecta especialmente a ámbitos de importante dinamismo demográfico, como son las áreas metropolitanas, con procesos de redistribución que desbordan las cifras de residentes en ciertas secciones, ante lo que los organismos competentes fragmentan la sección inicial en tantas como sea necesario para no sobrepasar en exceso el límite en torno a los 1.000-1.500 individuos por sección.

La existencia de unidades censales diferentes para diferentes momentos considerados hace necesaria la elección de alternativas metodológicas que permitan adecuar estudios comparativos entre dos años dados. Así, puede optarse por homogeneizar el seccionado para años extremos, con lo cual se debe hacer cierta abstracción de la realidad organizativa de uno de los momentos considerados. No obstante, parece que la alternativa más correcta puede ser mantener análisis paralelos con el seccionado correspondiente a cada año censal y, cuando la investigación lo precise, adecuar los datos estadísticos (registros de la base de datos) y la base cartográfica, de modo que sea posible realizar la comparación de una determinada variable en dos años dados.

La desagregación de la información de base

Otra cuestión metodológica a tener en cuenta es la ausencia de una desagregación espacial infra-municipal homogénea, para las diferentes fuentes estadísticas y cartográficas que se incorporan en el análisis socio-demográfico para la gestión local de equipamientos y servicios. Incluso, para un mismo tipo de fuente, las unidades de referencia pueden variar de un año a otro, tal como se señaló con anterioridad.

Asimismo, en este tipo de estudios geográficos, el grado de desagregación espacial puede convertirse en un término ambiguo. Si bien la sección censal suele considerarse como la unidad de referencia más detallada, esta premisa varía con cierta frecuencia:  los núcleos y entidades de población de cierto tamaño demográfico (por encima de 2.000 habitantes) aparecen desagregados en un determinado número de secciones censales, con lo que en este caso la sección censal es la entidad de mayor detalle posible pero en el caso de núcleos menos poblados (con tamaños inferiores al umbral demográfico señalado) suele ocurrir el caso contrario: las secciones censales aúnan información para varios núcleos, por lo que la sección en estos ámbitos se corresponde con un nivel de desagregación menos detallado que el núcleo de población. A ello se une la dificultad de combinar las dos entidades (secciones y núcleos) ya que a la escala con la que se aborda este tipo de estudios ambos aparecen representados de forma diferente.

Ante esto, pueden plantearse alternativas metodológicas basadas en modelos cartográficos desarrollados a partir de los sistemas de información geográfica, con el fin de adecuar datos de unas entidades a otras de modo que se pueda analizar coherentemente los procesos sociodemográficos necesarios para el adecuado diagnóstico en materia de equipamientos y servicios básicos a la población.

Diseño del Sistema de Información Geográfica para la estimación de la demanda potencial de atención primaria en el área metropolitana de Santander

Para el desarrollo del presente estudio ha sido imprescindible recurrir a la funcionalidad ofrecida por los sistemas de información geográfica, abarcándose las distintas fases que conlleva su puesta en marcha: desde la recopilación de datos, su homogeneización y georreferenciación, la organización de sub-proyectos integrados y relacionados (seccionado, centros sanitarios…), la recopilación de la cartografía digital oportuna a diferentes escalas… hasta la aplicación del SIG a supuestos reales, tales como la identificación de áreas-problema en cuanto a la distribución de los servicios sanitarios en función de la demanda potencial. Con ello, se organiza una herramienta SIG que estructura toda la información necesaria, facilitando la accesibilidad, la actualización y la realización de consultas e informes.

Esta herramienta SIG definida confiere operatividad al estudio, ya que puede ser actualizado si cambian las condiciones de la demanda potencial o de la oferta e, incluso, puede ser utilizado como medio para la simulación, es decir, para analizar -con anterioridad a la toma de una decisión territorial- cuáles podrían ser sus consecuencias en el ámbito analizado, tanto si se instala un nuevo equipamiento, como si se cierra alguno de los existentes, o bien si cambia la unidad administrativa estudiada, con lo que este soporte planteado constituye un sistema metodológico abierto.

Principales fuentes de base para la gestión local de servicios sanitarios a partir de la localización de la oferta y el perfil sociodemográfico de la demanda

La organización de las fuentes incorporadas en la investigación se basa en su naturaleza, distinguiéndose de este modo las fuentes estadísticas o alfanuméricas de las cartográficas.

a) Las fuentes alfanuméricas que se deben incorporar son muy variadas, si bien pueden organizarse inicialmente en los siguientes bloques temáticos:

a.1) Fuentes estadísticas para el estudio de la población -de amplia tradición en estudios geodemográficos aplicados- en las que se incluyen los nomenclátores, padrones y censos de población, con especial referencia al Censo de 2001 realizado por el Instituto Nacional de Estadística.

a.2) La fuente específica para el estudio de la demanda potencial de los servicios sanitarios de atención primaria es la Tarjeta Sanitaria [1] que resulta de gran utilidad si se trabaja a partir de los microdatos anonimizados en los que cada registro es un individuo que dispone de tarjeta sanitaria. Ofrece información sobre las características demográficas básicas (sexo y edad deducida a partir de la fecha de nacimiento) y también permite analizar la relación entre el lugar de residencia y la adscripción del paciente a cada área de salud, zona básica de salud e, incluso, centro de salud o, en su caso, consultorio. Facilita el desarrollo de diagnósticos en materia de gestión de servicios sanitarios, por más que la ingente información que ofrece, precisa ser sistematizada en una base de datos específica, en la que cada registro se corresponda con las unidades de agregación y referencia que se consideren oportunas, algunas de componente sanitario, como son las zonas básicas de salud o, incluso los propios centros sanitarios y los consultorios. Otras variables de interés incorporadas en la Tarjeta Sanitaria son aquellas que hacen referencia al origen de la población adscrita al servicio sanitario. Así, se registra para cada individuo su condición –o no- de extranjero, con indicación del código del país de nacimiento y, en el caso de que se trate de población nacida en España fuera de la comunidad autónoma considerada, se cuenta con el código de la comunidad de nacimiento. Estas variables están disponibles para todos los individuos, con independencia del tipo de usuario.

b) Las bases cartográficas incorporan tanto fuentes cartográficas oficiales como aquellas que, en su defecto, son desarrolladas específicamente para el avance de la investigación, dado que la disponibilidad de fuentes cartográficas digitales sobre aspectos específicos es limitada, según la escala de detalle que se precise y la región o ámbito analizado.

b.1) Generadas por organismos oficiales: fotografía aérea y ortofoto del Gobierno de Cantabria, de utilidad para la ubicación de equipamientos a partir de fotointerpretación, la base nacional del Mapa Topográfico 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional, que proporciona información homogeneizada para cada término municipal objeto de estudio y la cartografía digital a escala 1:5.000 del Gobierno de Cantabria, especialmente relevante para el proceso de digitalización de elementos no disponibles en soporte digital. Junto a estas fuentes de referencia, para el desarrollo del diagnóstico sociodemográfico, la pieza cartográfica fundamental es la que representa la unidad administrativa mínima de referencia estadística: las secciones censales digitalizadas y distribuidas por el Servicio de Cartografía del Instituto Nacional de Estadística.

b.2) Digitalización de las capas específicas para el diagnóstico sanitario ya que es necesario incorporar en el estudio información cartográfica que represente la ubicación de los centros sanitarios y consultorios de los municipios del área metropolitana de Santander. Asimismo, se deben digitalizar las unidades sanitarias de gestión, desagregadas para las zonas básicas de salud.

El soporte informático para el diagnóstico sociodemográfico: bases de datos relacionales y sistemas de información geográfica híbridos

La gestión de equipamientos a escala local, para la adecuada dotación en un área metropolitana requiere la organización de un importante volumen de datos, tanto alfanuméricos como de naturaleza cartográfica, que se deben sistematizar de forma adecuada y estructurar en un soporte que permita en situaciones posteriores un rápido acceso a la información, así como la realización de consultas y de operaciones de actualización. Para ello, es necesario incorporar las dos herramientas informáticas mencionadas anteriormente: las bases de datos y los sistemas de información geográfica, los cuales son tratados de manera específica ya que sus planteamientos y fines son distintos, si bien ambos se relacionan en la fase de análisis.

a) El modelo conceptual de la base de datos

La información alfanumérica para el análisis local de los procesos socio-demográficos se organiza a partir de una base de datos. Su diseño se basa en los principios del Modelo conceptual Entidad-Atributo-Relación (EAR) introducido en 1976 por P. Chen del Instituto de Tecnología de Massachusetts, en el cual se definen, en primera instancia, las entidades que integran la estructura elemental de la base de datos socio-demográfica para, en segundo lugar, perfilar los atributos que organizan cada una de las tablas, haciendo especial énfasis en aquellos que, además de almacenar variables concretas, se encargan de asegurar el correcto funcionamiento de la base de datos, los cuales son denominados campos claves.

Así, la base de datos que soporta la información socio-demográfica a escala de sección censal se organiza en una serie de tablas base, entre las que se establece un complejo sistema de relaciones -de uno a uno y de uno a varios- que permiten la realización de consultas compuestas entre las diferentes entidades, para lo que resulta fundamental definir los atributos que funcionan como clave principal en cada tabla, así como aquellos correspondientes a las claves ajenas, destino de los múltiples vínculos que se establecen entre las diferentes entidades de la base de datos.

Para el análisis comparativo, las entidades están definidas en función del tipo de información que registran y del año al que se encuentran referidas. Esta diferenciación cronológica es fundamental para organizar la información alfanumérica de acuerdo a las bases cartográficas, sin caer en errores derivados de la unidad espacial modificable.

Con ello, quedan planteados los principios de diseño de la base de datos socio-demográfica; si bien, ésta constituye una herramienta abierta a posibles cambios de alto y bajo nivel, tanto a partir de sus atributos como de sus registros, o bien de sus entidades y relaciones.

A partir de esta base de datos, es posible elaborar un informe estadístico de las diferentes unidades que componen un territorio de gestión concreto y, en definitiva, constituye el soporte para el desarrollo de variadas consultas de selección y actualización, que agilizan en gran medida el diagnóstico de base para la gestión de equipamientos a escala local.

b) El soporte SIG para el análisis estadístico y el tratamiento cartográfico

Los Sistemas de Información Geográfica (SIG) constituyen una herramienta de gran utilidad para el desarrollo de análisis espaciales sobre ámbitos en los que intervienen numerosos procesos, lo que frecuentemente conlleva el manejo de ingentes cantidades de datos de forma simultánea; por ello, los SIG se van integrando progresivamente como un elemento más del método de trabajo en investigación aplicada a la gestión local de equipamientos y servicios.

Su uso permite la sistematización automática de toda la información necesaria, correctamente geo-referenciada, facilitando tanto la recogida como la organización de los datos, a la vez que permite con cierta inmediatez la elaboración de cartografía representativa de los principales procesos demográfico-sociales difíciles de abordar sin herramientas de este tipo. Con ello, las ventajas de los SIG quedan de manifiesto en las diferentes fases de la investigación: en la sistematización de la información de base (gestión de información geográfica), en la explotación (análisis espacial) y en la fase de resultados (representación cartográfica y generación de informes).

Este sistema planteado carga sus bases cartográficas (raster / vectoriales) y alfanuméricas desde los directorios centrales, organizados en una primera fase concebida para dar acceso ágil a la información, en muchas ocasiones dispersa en sus fuentes originarias. La necesidad de manejar cartografía digital basada en el modelado de datos raster y en el vectorial, implica la construcción de sistemas de tratamiento híbridos, en los que se trabaja conjuntamente con capas vectoriales (como el seccionado, los términos municipales, la localización de la oferta de equipamientos y servicios…) y raster (modelos de densidades, modelos de distancias…) e, incluso imágenes, como la fotografía aérea y la ortofoto.

Las ventajas derivadas de la utilización de herramientas SIG para este tipo de estudios son múltiples; así resultaría realmente compleja la planificación de equipamientos y servicios locales en ámbitos dinámicos sobre la base de mapas analógicos, de fotos fijas o del manejo manual de ingentes cantidades datos. Por ello, los SIG son necesarios para el análisis territorial (Pueyo, 1991; Sobral, 1992; Moreno, 1999); además, se trata de una herramienta en continua transformación muy adaptable a las necesidades en estudios científicos, si bien su utilidad es destacada no sólo en investigación básica sino también en estudios aplicados de índole territorial, siendo tendencia más reciente la utilización de los SIG aplicados a la gestión del territorio de tipo SADE o Sistemas de Apoyo a la toma de Decisiones Espaciales (Moreno, 2001).

Método SIG para la estimación de la demanda potencial de atención primaria por zonas básicas de salud

El planteamiento metodológico desarrollado constituye el soporte sobre el que se forja la aplicación a la gestión de equipamientos sanitarios -de atención primaria a la población-, si bien es necesario apuntar unas breves consideraciones que condicionan el planteamiento de base: se trata de un servicio fílico (Ramírez, 2000) por lo tanto los residentes lo consideran un elemento  positivo, cuya proximidad confiere cierta calidad de vida y seguridad, de modo que su ubicación cercana es deseable (Moreno y Escolano, 1992). Además de las implicaciones subjetivas que estas actividades presentan, por el tipo de servicio prestado, deben analizarse bajo el principio de equidad espacial (Bosque y Mass, 1995) al tratarse de un servicio básico que supone un derecho para la población residente, por lo que en su ubicación debe asegurarse la igualdad de condiciones.

Con estas premisas de partida se plantea un método abierto para caracterizar de forma general las tendencias evolutivas e identificar las zonas básicas de salud del ámbito analizado que pudieran constituir un problema por la ausencia de medios suficientes para dar servicio a la demanda potencial prevista en los próximos años.

Así, la tipificación de zonas básicas de salud se basa en dos parámetros: la evolución (aumento o descenso de la demanda potencial) y el perfil, en función del comportamiento de la demanda según los grupos extremos -niños y ancianos- de la Cartera de Servicios (INSALUD).

Con ello, el factor evolutivo es el que actúa como condición determinante para la identificación de las “áreas problema”, en función de los recursos disponibles y del grado de saturación de la zona básica en el momento inicial de la proyección. Así, atendiendo a su comportamiento evolutivo futuro (proyección 2014), las zonas básicas se pueden calificar de regresivas y progresivas (Figura 2).

 

Figura 2. Método de diagnóstico de las zonas básicas de salud.
Fuente: Elaboración propia.

 

Las zonas regresivas suelen presentar cierto grado de envejecimiento, ante la ausencia de renovación demográfica por la base y por mera evolución de la población existente (adulta y adulto-vieja) que en los próximos años pasará a integrar progresivamente el grupo de mayores de 64 años. Por el contrario, las zonas básicas progresivas, distribuidas en los principales sectores de crecimiento demográfico, presentan un importante incremento de los grupos de edades adultas, como consecuencia de las tasas evolutivas positivas, especialmente de efectivos de edad adulta y, por evolución, adulto-vieja.

En las zonas progresivas se puede establecer una organización diferenciada para aquellas que pueden asumir el incremento previsto de la demanda potencial con sus recursos actuales y las que previsiblemente deban incrementar sus dotaciones para cubrir la demanda asistencial de atención primaria.

Estudio de caso: diagnóstico y estimación de necesidades de servicios de atención primaria de las zonas básicas de salud del área metropolitana de Santander

La Ley General de Sanidad de 1986 establece que el territorio de cada Comunidad Autónoma será dividido en demarcaciones geográficas, para poder aplicar las atenciones básicas a la salud. Así, se organiza el territorio autonómico en Áreas de Salud, estructura fundamental del sistema sanitario, delimitadas según diversos criterios (geográficos, socioeconómicos, demográficos, de instalaciones sanitarias, etc.) con responsabilidad tanto en Atención Primaria como en Atención Especializada a la salud.

En este marco legislativo, el Gobierno de Cantabria aprobó el Mapa Sanitario Regional de Cantabria mediante el Decreto 1/1989, de 18 de enero, modificado parcialmente por el Decreto 3/1990 de 21 de febrero, el Decreto 49/1994 de 18 de octubre y el Decreto 117/1995 de 29 de diciembre, quedando configuradas cuatro Áreas de Salud: Santander, Laredo, Torrelavega y Reinosa, catalogada esta última como especial, al considerarse necesaria pese al reducido potencial demográfico.

Estas Áreas de Salud a su vez se organizan en demarcaciones inferiores, que en la Comunidad Autónoma de Cantabria tras las modificaciones llevadas a cabo por el Decreto 66/2001 (BOC Nº 165, de 27 de agosto de 2001) se plasman en 42 Zonas Básicas de Salud que organizan el ámbito dependiente de un centro de salud, si bien -en el medio rural- suele apoyarse con otras estructuras asistenciales y preventivas de menor rango, como son los consultorios médicos, ubicados en zonas relativamente alejadas del centro de salud que corresponda, pero vinculados funcionalmente a él. Esta organización funcional sanitaria en la Comunidad Autónoma depende en la actualidad del Servicio Cántabro de Salud, creado a partir de la entrada en vigor de la Ley de Cantabria 10/2001 de 28 de diciembre, con la que concluye la transferencia sanitaria para la región.

La organización funcional sanitaria en el municipio de Santander y su área metropoltiana

El área metropolitana de Santander, que puede estimarse en nueve términos municipales (De Cos, 2005), se incluye íntegramente en el Área de Salud I de Santander, perteneciente a la Gerencia Santander-Laredo. Este ámbito de salud se organiza internamente en 20 zonas básicas, de extensión y configuración muy diversa, cuya delimitación no corresponde con las unidades administrativas de referencia más generalizadas, como son los municipios o -a escala inframunicipal- los distritos y las secciones censales. Conocida la organización sanitaria de la Comunidad Autónoma de Cantabria, se desciende en el nivel de análisis y se centra el estudio en las zonas básicas de salud que organizan el municipio que aloja la capital -Santander- y las del resto de municipios metropolitanos, prestando especial atención a la configuración y a la situación sociodemográfica de las comarcas sanitarias del mismo.

De las trece zonas básicas de salud incluidas en el área metropolitana analizada, diez organizan el municipio de Santander, delimitadas de forma descriptiva -a partir de las calles y de elementos de referencia, como la costa- en el Boletín Oficial de Cantabria (BOC). Según el Decreto 66/2001 (BOC 165, de 27 de agosto de 2001, p. 6876) las zonas básicas del municipio de Santander quedan configuradas tal como se detalla a continuación: 1. Zona de Salud Sardinero; 2. Zona de Salud Puerto Chico; 3. Zona de Salud Dávila; 4. Zona de Salud Centro; 5. Zona de Salud Puerto; 6. Zona de Salud Vargas; 7. Zona de Salud Cazoña; 8. Zona de Salud Maruca; 9. Zona de Salud El Alisal y 10. Zona de Salud Montaña.

Casi todas las zonas básicas del ámbito analizado se corresponden con una demarcación infra-municipal, si bien en el contexto de la Comunidad Autónoma es frecuente identificar zonas básicas de salud que afectan a varios municipios, es decir supra-municipales, como la Zona de Salud Bezana que incorpora el municipio de Santa Cruz de Bezana y parte de Piélagos (Liencres, Mortera y Boo de Piélagos), la  Zona de Salud Astillero que incorpora los municipios de Astillero, Villaescusa y parte de Medio Cudeyo (San Salvador), etc.

El modelo se complica al existir cierta variación entre las zonas básicas definidas en el BOC (nº 165 de 2001) y las “reales”, es decir, las que están funcionando como tales en el momento en que se desarrolla este estudio. Así, en el municipio considerado las diez zonas definidas en el BOC quedan reducidas a nueve por las siguientes cuestiones organizativas: las zonas básicas de salud de Cazoña y Montaña funcionan provisionalmente como una sola, con un centro de salud en Cazoña y un consultorio en Peñacastillo y, por otro lado, el Consultorio de San Román, actualmente está adscrito a la zona básica de Bezana, con lo que la zona de El Alisal queda organizada en un sector funcionalmente dependiente del municipio vecino, Santa Cruz de Bezana.

Con ello, el análisis de los servicios sanitarios en el término municipal de Santander y su área metropolitana debe reestructurarse según la realidad funcional coyuntural, si bien han de considerarse simultáneamente las divisiones propuestas en el BOC para el diagnóstico, a fin de evaluar si las previsibles divisiones de zonas básicas responden a las zonas más saturadas o con mayores dificultades de accesibilidad a estos servicios asistenciales de carácter elemental.

Localización de los centros de salud y cuantificación de la demanda potencial

Los centros sanitarios y consultorios del área metropolitana de Santander cuentan con una demanda potencial total que asciende a 267.447 individuos, según la Tarjeta Sanitaria de 2004. Se utiliza el término de demanda potencial para denominar el conjunto de pacientes adscritos a los centros ubicados en el ámbito analizado, aunque ésta se puede matizar en función de la tendencia que pueden presentar los colectivos sociales más elevados a recurrir –para algunos servicios- a la sanidad privada.

El citado parámetro de demanda potencial permite una aproximación al nivel de saturación de los diferentes centros de salud y consultorios, si bien es cierto, que determinados grupos demográficos -como son los niños y los ancianos- pueden realizar más visitas anuales que la población de edad adulta. Sin embargo, no se dispone de datos relativos a la afluencia a los centros de salud a un nivel tan detallado por lo que se aborda el diagnóstico desde la perspectiva de la demanda potencial de los servicios de atención primaria (Cruces et al., 2001) a partir de la Tarjeta Sanitaria del Servicio Cántabro de Salud actualizada a diciembre de 2004.

La distribución de los pacientes potenciales, en centros de salud y consultorios, pone de manifiesto importantes diferencias en la magnitud de los equipamientos sanitarios, al menos en cuanto a demanda asistencial potencial se refiere. La Ley General de Sanidad, propone un marco en el que se busca como umbral adecuado la asignación de 12.500 habitantes por centro de salud; no obstante, frente a dicho umbral las situaciones particulares en las zonas básicas de salud del área metropolitana de Santander son muy dispares, siendo los centros que más pacientes tienen asignados los que dan servicio a más de una zona básica, cuestión que puede responder a situaciones de relativa provisionalidad.

Por otro lado, el ámbito de influencia inmediato de estos centros de salud y consultorios organiza el ámbito analizado en situaciones de acceso bien distintas (Figura 3), en las que destaca la concentración existente en la ciudad de Santander y en los núcleos inmediatos (como Cueto y Monte), donde prácticamente todo el espacio residencial se encuentra en un área de influencia inferior a un kilómetro y medio respecto a algún centro sanitario.

 

Figura 3. Distribución de los centros de salud y consultorios en el área metropolitana de Santander en 2004.
Fuente: Servicio Cántabro de Salud, Tarjeta Sanitaria, actualizada a diciembre de 2004 e IGN, Mapa Topográfico Nacional 1:25.000. Elaboración propia.

 

Metodología de diagnóstico de las zonas básicas de salud: estimación de los pacientes potenciales

La organización funcional de los servicios sanitarios en zonas básicas de salud condiciona la metodología de diagnóstico, haciendo necesario un análisis reiterativo para cada una de zonas básicas efectivas en el área metropolitana de Santander, por lo que en este artículo se recoge sólo la experiencia comparada de dos de los ámbitos de planificación sanitaria de perfil más contrastado en el área de estudio.

El diagnóstico se centra en los siguientes aspectos básicos: la demanda asistencial, en función de la cartera de servicios, el grado de saturación de los servicios sanitarios, a partir de la ratio media de pacientes potenciales por médico de familia en los centros de salud y la proyección demográfica de los pacientes potenciales, por grupos anuales de edad prevista para la próxima década.

Asimismo, atendiendo a la estructura demográfica de la población, puede estimarse el tamaño de ciertos colectivos de la cartera de servicios, como son: los niños, las mujeres y los ancianos, que presentan demandas asistenciales, campañas de prevención y de vacunación específicas. A partir de la cuantificación de la cartera de servicios por zonas básicas y de su proyección en la próxima década se puede planificar la incorporación de nuevos centros asistenciales -si fuese necesario- o, incluso, la modificación y potenciación de los existentes, con el fin de planificar y adecuar los servicios disponibles a la demanda potencial actual y futura.

Esta previsión se basa en un método de proyección demográfica que parte de la pirámide por grupos anuales de edad de los pacientes potenciales de cada zona básica de salud (Reques y De Cos, 2003). A partir de la cifra inicial en 2004 se estima la población para cada grupo anual de edad hasta 2014, considerando el comportamiento evolutivo de la zona básica en relación a la tasa de crecimiento demográfico media entre 1991 y 2003 y según la tasa general de fecundidad que permite estimar indirectamente el número de nacimientos, a partir de las mujeres en edad genésica. Con ello, en función de los parámetros básicos de migración y fecundidad es posible estimar el volumen de población por sexo y grupos anuales de edad en los años siguientes al de la fuente original, en este caso 2004, proyectado hasta 2014.

A partir de una hoja de cálculo se establece la plantilla y el método de proyección, basado en fórmulas específicas en las que se define el tipo proyectado para una zona básica y se extrapola para el resto de unidades de planificación cambiando los parámetros propios de cada caso. La población de 0 años, equivalente a los nacidos, se estima a partir de los nacimientos totales calculados en función de las tasas de fecundidad por edades. Estos nacimientos iniciales se multiplican por el coeficiente diferenciador de varones y mujeres a lo que se resta el volumen de fallecidos estimado a partir de las tasas de mortalidad por edades de Cantabria y se le suma la migración, a partir de las tasas de saldo migratorio por edades de la zona básica.

El resto de los grupos anuales de edad se estiman con el mismo principio de mortalidad y migración descrito, que ahora se resta y suma respectivamente al número total de efectivos que en el año anterior tenían un año menos que el grupo anual de edad para la que se está desarrollando la proyección.

Discusión de resultados: diagnóstico comparado de dos zonas básicas de salud del área metropolitana de Santander (modelo central versus modelo periférico)

La organización funcional del ámbito analizado hace necesario adaptar y aplicar la metodología de diagnóstico a las diferentes unidades básicas de gestión sanitaria. Por ello se seleccionan a modo de informe dos diagnósticos de diferente perfil, tanto en lo relativo a la estructura demográfica de sus pacientes potenciales, como al carácter progresivo o regresivo e, incluso, al estado de ocupación de los centros sanitarios, a partir de las ratios de pacientes potenciales por médico.

a) Zona Básica de Salud Centro: modelo de unidad de planificación en el centro urbano

Se localiza en un sector céntrico de la ciudad de Santander, de contrastado contenido social. Cuenta con un centro de salud, que tiene asignada una demanda potencial de casi 22.000 pacientes, según la Tarjeta Sanitaria de 2004. El centro de salud correspondiente dispone de once médicos de familia y dos pediatras, lo que supone una ratio media de  unos 1.100 niños por pediatra y casi 1.800 pacientes potenciales del resto de edades por médico.

Tal como muestra la Figura 4, esta zona básica se encuentra en una situación de declive demográfico, al presentar tasas de crecimiento negativas en prácticamente todas las secciones, las cuales a pesar de alcanzar niveles que sobrepasan el -1,5% anual en algunos sectores, tienen un nivel medio de pérdida para el conjunto de la zona básica de salud que oscila en torno al -0,8% anual.

 

Figura 4. Zona básica de Salud Centro.
Fuentes: Decreto 66/2001 (BOC nº 165, de 27 de agosto de 2001), INE, Censo de Población de 1991 y Padrón de Habitantes actualizado a 2003 e IGN, Mapa Topográfico Nacional 1:25.000. Elaboración propia.

 

Este grado de decrecimiento, básico para la estimación de la demanda sanitaria potencial en los próximos años, está acompañado de un índice sintético de fecundidad medio (o número de hijos por mujer) de 1,05. A partir de estos parámetros, el modelo de proyección demográfica previsto para los próximos diez años, pone de manifiesto una pérdida de demanda potencial de atención sanitaria que se estima en unos 3.400 pacientes, lo que dejaría el volumen total de pacientes potenciales de la Zona Básica Centro en poco más de 18.000.

Además, al proyectar la demanda potencial por grupos anuales de edad, puede observarse cierta variación en el perfil de dicha demanda al final del periodo. La Cartera de Servicios presentará una reducción del grupo de menores de quince años, especialmente en términos absolutos y el mantenimiento del grupo de ancianos, con cierta tendencia al equilibrio entre el grupo de tercera edad y los octogenarios (por el ascenso de estos últimos y el descenso de los primeros). Destaca especialmente la pérdida de efectivos en edad adulto-joven, por el saldo migratorio negativo de población en edad de formar nuevos hogares, muchos de los cuales se desplazan a municipios de la periferia del área metropolitana de Santander.

b) Zona Básica de Salud Astillero: modelo de unidad de planificación de la periferia externa y primer arco periurbano

Esta zona básica abarca los municipios de Astillero y Villaescusa, así como un mínimo sector de Medio Cudeyo, en torno a San Salvador y se corresponde a la periferia externa y parte del primer arco periurbano del área metropolitana de Santander (Figura 5).

 

Figura 5. Zona básica de salud Astillero.
Fuentes: Decreto 66/2001 (BOC nº 165, de 27 de agosto de 2001), INE, Censo de Población de 1991 y Padrón de Habitantes actualizado a 2003 e IGN, Mapa Topográfico Nacional 1:25.000. Elaboración propia.

 

Esta zona básica da servicio a más de 19.000 pacientes potenciales, a partir del centro de salud de Astillero, que tiene adscritos casi 17.000 pacientes y de dos consultorios en las localidades de Villaescusa y Liaño, que concentran casi 1.700 y 900 pacientes potenciales, respectivamente.

El centro de salud Astillero, cuenta con ocho médicos de familia y dos pediatras que atienden a unos 14.00 pacientes y 2.600 niños respectivamente, lo que supone una ratio media de ocupación aproximada de 1.780 pacientes potenciales por médico de familia y unos 1.300 niños por pediatra, proporción esta última muy elevada, ya que en los consultorios no hay atención especializada de pediatría, por lo que desde el centro de salud de Astillero se da servicio a todos los menores de quince años de la zona básica.

Destaca la tendencia evolutiva progresiva en toda la extensión de la zona básica que, en términos medios, se estima en una tasa de crecimiento anual entre 1991 y 2003 del 2% anual. Por otro lado, el índice sintético de fecundidad medio es de 1,2 hijos por mujer, que por tanto presenta un nivel ligeramente superior al de la zona anteriormente analizada. La incorporación de estos parámetros en la proyección de la demanda potencial hasta el horizonte 2014 hace que se estime un importante incremento de las necesidades sanitarias en términos absolutos, condicionado por el previsible aumento de los pacientes potenciales en unos 4.000 efectivos, si las condiciones de migración y fecundidad se mantienen en los parámetros de los años considerados para la proyección.

Atendiendo a los grupos de edad que organizan la Cartera de Servicios, puede preverse un importante incremento de la demanda potencial de servicios de pediatría, ya que en los próximos años el grupo de niños puede aumentar en unos 500 efectivos, algo que haría necesaria la incorporación de personal especializado ya que, con los dos pediatras que dispone la zona básica, las ratios de ocupación resultarían aún más elevadas de lo que lo son en el año inicial de la proyección.

Por otra parte, el grupo de ancianos, que actualmente cuenta con algo más de 3.000 pacientes potenciales, puede aumentar en unos 300 efectivos en la próxima década, con cierto refuerzo de las edades más avanzadas, los que integran el grupo de octogenarios. Finalmente, se prevé un importante incremento del grupo de adultos, especialmente de adulto-viejos, lo que puede suponer un incremento de las necesidades de servicios demandados, por ejemplo por el grupo de mujeres adultas.  

Un ascenso parecido al señalado para las mujeres en edad adulta se prevé en la zona básica de Astillero, para el colectivo de varones adultos, especialmente en los de edades más avanzadas, llamados adulto-viejos, que podrían incrementar la demanda potencial en casi 1.900 efectivos en la próxima década.

Conclusiones

El análisis realizado sobre las 13 unidades sanitarias que están en funcionamiento en el área metropolitana de Santander ha permitido identificar situaciones de partida bien distintas (Figura 6): previsiones de reequilibrio, en unos casos, e incremento de los desajustes, en otros, hasta el horizonte 2014. Según esta clasificación prevista en la metodología de diagnóstico, el área metropolitana de Santander, atendiendo a la situación en materia sanitaria, queda organizada en cuatro zonas básicas de salud regresivas, todas ellas correspondientes a diferentes sectores de la ciudad de Santander.

Como transición, aparece la zona básica Maruca, con una tendencia prácticamente invariable en la próxima década. Por otro lado, el área metropolitana cuenta con cinco zonas progresivas, de las cuales Bajo Pas y Cudeyo pueden asumir con sus recursos actuales el previsible incremento de la demanda potencial, mientras que las otras tres (Puerto Chico, Sardinero y Astillero) previsiblemente tendrán que incrementar sus recursos para poder cubrir la demanda potencial de atención primaria que tendrán hasta el horizonte 2014. Importante resulta, asimismo, en el contexto metropolitano la organización funcional conjunta de las zonas Cazoña – Montaña, Bezana – Alisal y Camargo (costa e interior), las cuales pueden tipificarse como áreas problema en cuanto que su tendencia es progresiva y necesitan más dotaciones para cubrir la nueva demanda. Sin embargo, tienen un tratamiento especial en cuanto que su situación de partida, corresponde a una organización provisional que en algunos casos está ya en fase de replanteamiento.

 

Figura 6. Clasificación de las zonas básicas de salud del área según diagnóstico previsto (horizonte 2004).
Fuente: Zonas básicas de salud definidas en el Decreto 66/2001 (BOC nº 165, de 27 de agosto de 2001). Elaboración propia.

 

El desarrollo esta metodología basada en un análisis sistematizado de la realidad demográfica y social a escala local, entendida ésta como sistema abierto, ha sido posible mediante la generación una estructura SIG-SGBD que permite establecer una fase de diagnóstico de la demanda potencial y del perfil de las necesidades de la población, para así poder dar una respuesta efectiva en el marco de la administración local, sobre la base del conocimiento paralelo y conjunto de la demanda y de la situación de la oferta o de las dotaciones disponibles en el momento de desarrollo del estudio.

La organización segregada del espacio social y la sistematización de la evolución reciente sirven de base para el estudio de las necesidades en materia de equipamientos y servicios básicos para la población con el objetivo de anteponerse a la demanda futura, sobre la base de la incorporación de estudios de planificación -en el contexto local- que incorporen variables para aproximarse a la tendencia y dinamismo propio de los ámbitos metropolitanos.

De este modo, los términos administrativos a escala local encierran un comportamiento complejo y dinámico, con aparición de procesos que atienden a causas y agentes muy distintos. Todos ellos, en definitiva, afectan a la organización, distribución y gestión de los servicios y equipamientos básicos que deben localizarse y planificarse atendiendo a esta realidad socio-demográfica cambiante. En suma, la propuesta metodológica de la presente investigación se basa en la identificación de una organización social y territorial a escala local que, con sus procesos internos, confirma la existencia de una realidad en muchos casos supra-municipal, con altos niveles de interrelación entre los municipios afectados y con importantes procesos de redistribución demográfica.

En suma, el presente estudio –que se forja sobre un soporte o estructura digital cartográfica y alfanumérica, integrada en un sistema de información geográfica (SIG) –facilitará posteriores análisis del área en cuestión, así como revisiones y actualizaciones sucesivas. El carácter dinámico y cambiante de la población metropolitana, plantea problemas de obsolescencia de las investigaciones que se desarrollan sobre ámbitos a escala local. En este sentido, la estructura digital, las bases de datos sociodemográficas y sanitarias y, en definitiva, el sistema de información geográfica, se ofrecen como una puerta abierta, como una herramienta viva para la gestión y análisis futuros.

 

Notas

[1] La Tarjeta Sanitaria de la Comunidad Autónoma de Cantabria fue generosamente cedida en soporte digital (microdatos anonimizados) por el Servicio Cántabro de Salud en 2004 para el desarrollo del apartado de gestión de equipamientos sanitarios incorporado en la tesis doctoral “La organización del espacio social del área metropolitana de Santander”, dirigida por el profesor Dr. Pedro Reques Velasco y leída en julio de 2005 del Departamento de Geografía, Urbanismo y Ordenación del Territorio de la Universidad de Cantabria.

La investigación sobre equipamientos sanitarios desarrollada para la citada tesis ha servido de base para la elaboración del presente artículo en el que se incluyen los principales aspectos metodológicos, así como algunos resultados específicos de las zonas básicas de salud más contrastadas y representativas.

 

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© Copyright Olga De Cos Guerra, 2006
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Ficha bibliográfica:
DE COS, O. El dinamismo demográfico metropolitano como condicionante de las necesidades de servicios sanitarios de atención primaria: aplicación al área metropolitana de Santander. Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de julio de 2006, vol. X, núm. 216. <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-216.htm> [ISSN: 1138-9788]


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