Desde que en 1748 el cirujano militar Pedro Virgili creó el Real Colegio de Cirugía de la Armada de Cádiz, los hospitales españoles empezaron a contar con multitud de fresqueras. Estos dispensarios contenían desde medicamentos simples hasta bálsamos y ungüentos para tratar un buen número de afecciones; entre ellos se encontraban los principales tratamientos para mejorar las lesiones cutáneas más comunes. Así, la farmacopea oficial española fue introduciendo el vino como elemento esencial entre los instrumentos y remedios más recetados para el cuidado de la salud. Además, se realizó un trasvase biocultural en todas las regiones biogeográficas que determinó no solamente los inventarios oficiales, sino un uso popular de este medicamento y, en especial, del vino de Jerez en la medicina doméstica. En este sentido, destacan las aportaciones de la Armada en el siglo XIX como ejemplo de innovación terapéutica en el tratamiento de lesiones cutáneas y, por ende, en el campo de la dermatología.
Since 1748, when the military surgeon Pedro Virgili created the Royal College of Surgery of the Navy in Cadiz, spanish hospitals began to have a multitude of dispensaries. These dispensaries contained everything: from simple medicines to balms and ointments to treat a good number of conditions, including the main treatments to improve the most common skin lesions. Thus, the official spanish pharmacopoeia introduced wine as an essential element among the most prescribed instruments and remedies for health care. In addition, a biocultural transfer took place in all biogeographic regions, which determined not only the official inventories, but also a popular use of this medicine and, especially, of sherry wine in domestic medicine. In this sense, the contributions made by the Navy in the 19th century stand out as an example of therapeutic innovation in the treatment of skin lesions and, therefore, in the field of dermatology.
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