La Capilla de Santiago de la Catedral de Toledo fue levantada entre 1430 y 1440 a instancias del condestable de Castilla, don Álvaro de Luna, con el propósito de servir como su panteón familiar. Sin embargo, su fatídica ejecución en 1453 llevaría a su viuda, Juana Pimentel (1414-1488), no solo a tomar las riendas de la casa y de los bienes dejados por aquel, sino también a asumir, junto a su hija, la función de restituir la buena imagen de la familia, utilizando a tal fin, tanto la política como las artes. En este artículo, nos centraremos en el estudio de la dotación realizada por la condesa en favor de la Capilla de Santiago desde la perspectiva del queenship y de la señoralidad, reconociendo, en esta acción de patronazgo, una expresión de su poder señorial y un mecanismo de rescate del honor y prestigio del linaje de Luna.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados