Antecedentes: Los catéteres centrales de inserción periférica (PICC) son esenciales para tratamientos intravenosos prolongados. La atención de enfermería eficaz es crucial para prevenir complicaciones como infecciones, trombosis y desplazamiento del catéter.
Métodos: Se realizó una revisión sistemática de PubMed, CINAHL, Scopus y Cochrane Library, que incluyó estudios centrados en los cuidados de enfermería para los PICC en pacientes adultos. Se excluyeron los estudios pediátricos y neonatales y aquellos que no detallaban las prácticas de enfermería.
Resultados: Las prácticas de higiene rigurosas, incluido el lavado de manos y el uso de guantes esterilizados, reducen significativamente las tasas de infección. Los cambios regulares de vendajes y las inspecciones del sitio son esenciales. El uso de solución salina o heparina para mantener la permeabilidad del catéter mostró resultados mixtos, sin diferencias significativas en la prevención de la trombosis. La educación continua del personal de enfermería y de los pacientes es vital para reducir las complicaciones. El uso de tecnologías avanzadas como la ecografía puede resultar útil para detectar desplazamientos o trombosis del catéter.
Conclusión: La atención de enfermería en los CCIP requiere una higiene estricta, una gestión cuidadosa del sitio y educación continua para el personal y los pacientes. Estandarizar estas prácticas basadas en evidencia puede mejorar los resultados de los pacientes. Otros estudios deberían tener como objetivo la estandarización y la evaluación continua de estas prácticas.
Background: Peripherally inserted central catheters (PICCs) are essential for prolonged intravenous treatments. Effective nursing care is crucial to prevent complications such as infections, thrombosis, and catheter displacement.
Methods: A systematic review of PubMed, CINAHL, Scopus, and Cochrane Library was conducted, including studies focused on nursing care for PICCs in adult patients. Pediatric and neonatal studies, and those not detailing nursing practices, were excluded.
Results: Rigorous hygiene practices, including handwashing and the use of sterile gloves, significantly reduce infection rates. Regular dressing changes and site inspections are essential. The use of saline or heparin to maintain catheter patency showed mixed results, with no significant difference in thrombosis prevention. Continuous education for nursing staff and patients is vital to reducing complications. The use of advanced technologies such as ecography can be useful to spot catheter displacement or thrombosis.
Conclusion: Nursing care for PICCs requires strict hygiene, careful site management, and ongoing education for staff and patients. Standardizing these practices based on evidence can improve patient outcomes. Further studies should aim at standardization and ongoing evaluation of these practices.
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