La reina Isabel II fue el primer monarca español que accedió al trono despojada de las prerrogativas del poder absoluto que habían tenido sus antecesores dinásticos. Para que aquello ocurriera fue necesaria una guerra civil y una fractura crucial en las relaciones de poder heredadas del Antiguo Régimen. Su resultado político fue la configuración de un régimen liberal claramente antidemocrático, profundamente oligárquico y rígidamente censitario. En términos generales, un resultado similar puede observarse en la mayoría (si no en todos) los regímenes liberales surgidos del ciclo revolucionario europeo...
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