El dolmen de Azután es una de las más espectaculares arquitecturas megalíticas de todo el interior peninsular. Las primeras excavaciones dejaron a la luz una gran cámara de cinco metros de diámetro con corredor y un enorme túmulo muy bien conservado, que contribuye a destacar el volumen de la sepultura datada por C14 a partir del V milenio cal BC. Las recientes investigaciones certifican la antigüedad de la magnífica construcción, su uso continuado hasta el III milenio cal BC, la profusión de su decoración y la realidad de un poblamiento anexo. Habitat y contextos funerarios configuran un espacio multifuncional en el que los ancestros actúan como el elemento aglutinador. Es la posición de los enterramientos la que indica la situación de los grupos en los territorios utilizados por las culturas productoras desde el Neolítico Medio en adelante.
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