Uno de los aspectos más interesantes y menos divulgados del conflicto español de 1936-1939 fue el empleo de una unidad blindada por parte del Ejército del Sur, a las órdenes del general Gonzalo Queipo de Llano. A diferencia de la que operó en el Norte y en Levante —que a la larga sería integrada en la Legión Española—, la Unidad de Carros de Combate del Sur nació y se nutrió durante la contienda únicamente con material tomado al enemigo en acciones de guerra, y luego reparado y puesto a punto. Oficialmente no fue considerada en el organigrama de unidades blindadas de los sublevados hasta bien entrado el año 1938, en que la Dirección de Movilización, Instrucción y Recuperación (MIR) del general Orgaz la tuvo en cuenta, lo que motivó su supervivencia asta el final de la guerra.
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