El Tribunal del Santo Oficio o Inquisición fue instaurado bajo el reinado de los Reyes Católicos en 1478. En un principio, el tribunal velaba por la ortodoxia religiosa en los reinos hispánicos teniendo especial celo en vigilar y controlar a los denominados conversos, es decir, judíos que habían renegado de su antigua fe y se habían convertido al cristianismo. También la Inquisición funcionó como un dogal para la libre circulación de ideas a través de la censura y prohibición de libros. No obstante, los tribunales inquisitoriales, a veces, rompían la norma y expedían licencias a determinados individuos para leer, precisamente, libros prohibidos. Mostramos tres de estas licencias de distintas épocas históricas
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